lunes, 11 de mayo de 2015

Toques de tentenublo de los Dos Grandes





Hay ciudadanos que afirman que el partido político que gana las elecciones municipales gana las generales. No entiendo la relación directa entre una cosa y la otra, pero así lo conciben algunos observadores, que son como los misarios que llevan tiempo sacudiendo las campanas con el toque del tentenublo. Para aquel que no lo sepa, era costumbre en Castilla la Vieja, Castilla la Nueva, León y en parte de Aragón efectuar dicho repique para disipar las tormentas y el granizo antes de la recogida de las cosechas, acompañado de rezos a santa Bárbara y diversas letanías: “Tente nublo, tente en ti, no te caigas sobre mi, guarda el pan, guarda el vino, guarda los campos, que están floridos”.  En la actualidad tal costumbre sólo permanece viva en Los Arcos, en la merindad de Estella, donde de mayo a septiembre voltean las campanas con ese toque de dos, una de ellas en el campanario de la iglesia de Santa María. La otra, en el campanario del monasterio de Irache. La villa de Los Arcos no siempre perteneció a Navarra, ya que fue incorporada a Castilla junto a otros cuatro pueblos en 1463 aunque sin perder los fueros, por sentencia arbitral del rey francés Luis XI  (dadas las diferencias entre Juan II de Navarra (y Aragón) y Enrique IV de Castilla, el rey de la displasia eunuconoide, según Gregorio Marañón, hijo de Juan II de Castilla y hermanastro de Isabel la Católica). Y no volvió a incorporarse a Navarra hasta  1753. Pues bien, aquí aparecen ahora en escena Ciudadanos, que es como el Plan B para un PP en el que tiene puestas todas sus complacencias y que no las tiene todas consigo a la hora de gobernar en determinados ayuntamientos y comunidades autónomas; y un Podemos agazapado en las municipales en un montón de siglas por marear la perdiz. En Aragón, por ejemplo, Zaragoza en común, en unión con IU. Ya vendrá el Pentecostés, ese “quincuagésimo día” con las generales, las lenguas de fuego sobre las cabezas, la fiesta el cordero, y el Espíritu Santo en forma de gaviota, perdón, de charrán,  para dar gracias a los ciudadanos por los votos cosechados, y el periodo litúrgico de los Dos Grandes para formar gobierno, ya veremos, tras engrasar las charnelas de su posibles socios con oro, incienso y mirra. Decía González, cuando González representaba la esperanza de un pueblo que intentaba sacar la cabeza de la fosa séptica fascista, que “no importa el color del gato, sino que cace ratones”. La frase no era de él sino de Deng Xiaoping, que la pronunció en 1960. UCD se pulverizó por sus luchas internas y ahora otros partidos llevan el mismo camino. Saldremos de dudas antes de que acabe el año. Tiempo le pido al tiempo…

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