sábado, 9 de mayo de 2015

Un libro interesante





Si bien en las tierras zamoranas de Fuentesaúco se cultivan los mejores garbanzos españoles, a pesar que Camilo José Cela, en “Judíos, moros y cristianos”, los refiriese a  Fuentesaúco de Fuentidueña, en la provincia de Segovia, quizás por un despiste comprensible, me entero de que los garbanzos más duros son los sembrados y recogidos en Alconchel de Ariza, que podrían incluso superar a los mejicanos, que ya es decir. Y de eso sabemos mucho los españoles, tan aficionados al cocido madrileño; que, como dijera  Gregorio Marañón, “salvó más vidas que la penicilina”. Eso, así como otras muchas cuestiones de gran interés cultural, viene a cuento con un libro que estoy leyendo: “La cultura popular de la Comunidad de Calatayud”, tomo II, de José Ángel Urzay Barrios, editado en 2006 por el Centro de Estudios Bilbilitanos, dependiente de la Institución Fernando el Católico. Pues bien, de ese segundo tomo quiero extraer algunas cosas que me han sorprendido muy gratamente y que desconocía. Por ejemplo, ignoraba que en Alhama de Aragón hubo tres cementerios: el de la carretera de Godojos, que era el cementerio civil de la comarca. En la actualidad está completamente abandonado aunque permanecen firmes sus tres cipreses. Sólo se conserva una lápida, donde puede leerse: “Don Francisco Tarodo Cabrejas falleció el 2 de diciembre de 1928 a los 47 años de edad. DEP. Tu esposa que no te olvida te dedica este recuerdo”. (A propósito de ese cementerio civil, recomiendo la lectura de “Revista Cultural de Alhama de Aragón”, verano 2012, pp. 10-18, “La masonería del XIX en Alhama de Aragón”, escrito por Antonio J.Traid). En el otro lado de la carretera se encuentra el cementerio católico y subiendo por el barranco de Valdeviñas, entre La Serratilla y La Muela, está el cementerio viejo, “en una de cuyas tumbas –escribe Urzay, vive una enorme culebra que se come a los niños malos”. Es un cementerio derruido y lleno de maleza. En otro apartado del libro de Urzay, en Godojos, entre otras dedicaciones, se celebraba el día de san Lamberto, cada 19 de junio, por parte de la Cofradía de los Pobres. “Ponían vino para todos y traían gaiteros de Ibdes para bailar en la plaza”. San Lorenza, 10 de agosto, era Fiesta de los Ricos auspiciada por la cofradía de la Minerva, a la que pertenecía la familia de los Castejones. También había fiesta con los mismos gaiteros y se obsequiaba con vino. De Villafeliche se cuenta que fue antes de la Guerra Civil el pueblo más próspero de la comarca por la pólvora. Hubo tres cafés, cuatro cantinas, un casino, tres barberos, tres tiendas, dos confiteros, dos posadas, dos ventas: la Venta de don Miguel y la Venta del tío Franco, etc. En suma, libro interesante cuya lectura recomiendo.

No hay comentarios: