lunes, 29 de junio de 2015

Ni patología ni enfermedad





Al tiempo que está a punto de celebrarse en Madrid la Semana del Orgullo Gay, que este año coincide con el décimo aniversario del matrimonio entre personas del mismo sexo, y que el barrio madrileño de Chueca está a punto de convertirse en un inmenso arco iris, la parroquia sevillana Dulce Nombre de María, en Bellavista, acaba de retirar de su página web la siguiente entrada: “Sanar la homosexualidad si es posible”, firmada por el párroco Santiago González Alba. En esa web el cura ecónomo hacía la siguiente pregunta: ¿Es la homosexualidad una patología o una enfermedad? Aquí lo que hay que hacer es matizar conceptos. Patología no es sinónimo de enfermedad, de la misma manera que no es lo mismo síndrome que trastorno. La enfermedad es la pérdida de la salud,  el síndrome es el síntoma de la enfermedad. La patología es el estudio de las enfermedades y la nosología es la parte de la Medicina que se dedica a la clasificación sistemática de las enfermedades. Y una enfermedad ha de tener una etiología (una causa), un diagnóstico, un pronóstico y un tratamiento. Trastorno es, finalmente, una alteración leve de la salud. Dicho eso, hay que señalar que la publicación de ese cura, que más tarde dijo que no era de él, es del  jueves 25 de junio; y que se hacía eco de la noticia cuatro días más tarde, es decir, hoy, El Correo de Andalucía. También hoy lunes, en los comentarios a la noticia en ese mismo diario, un lector de nombre Francisco Manuel, se preguntaba: “Si es una enfermedad, ¿se puede pedir la baja? Vamos, un cachondo.  En la introducción se animaba a los feligreses a compartir y difundir el artículo publicado en la página web de la parroquia para “hacer frente a la ideología que destruye la familia cristiana”. La entrada más tarde suprimida de la página web incluía un trabajo del escritor Richard Cohen, autor de libros como 'Comprender y sanar la homosexualidad', 'Abriendo las puertas del armario'  y otros del mismo estilo. Que yo sepa, salvo para el psiquiatra Aquilino Polaino, que considera la homosexualidad como una patología, y de un exsenador del PP, Agustín Conde,  que en 2005 citó un estudio de Hazteoir.org que aseguraba que “el 29% de los padres que ha violado a sus hijos son homosexuales”, deberemos hacer caso a la OMS, que dejó de considerarla como enfermedad en 1990. De la misma manera, Fernando Chacón, decano del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, declaró recientemente que “desde el punto de vista médico no existe ninguna diferencia entre los homosexuales y los heterosexuales. Los gays y lesbianas –señalaba- pueden sufrir más problemas psicológicos si no aceptan su condición de homosexual, pero igual que le ocurre a cualquier otra persona que se rechaza a sí misma, como pasa con algunos pacientes obesos”. Así de claro.

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