lunes, 27 de julio de 2015

Adorar al santo por la peana





El artículo de David Jiménez de hoy en El Mundo debe hacernos reflexionar a todos los ciudadanos, pero también a los componentes del Consejo de Ministros. Su trabajo “No es país para leyes” da en el centro de la diana cuando afirma que “atar en corto a los jueces ha sido desde entonces [desde que Alfonso Guerra parece ser que dijera ‘Montesquieu ha muerto’] la determinación, entre otros, de Mariano Rajoy, que cuando hace dos años tuvo que elegir entre cumplir su compromiso electoral de reforzar la independencia de la justicia o debilitarla en beneficio de su partido, optó por lo segundo”. También pega en la diana cuando escribe que “la Púnica, demuestran que la España del pelotazo sigue gozando de inmejorable salud” y cuando afirma que “España ha entrado en una especie de viejo oeste legislativo donde cada cacique local, provincial o regional decide qué leyes son de su suficiente agrado como para molestarse en aplicarlas: Artur Mas cree que es él y no la justicia quien debe decidir cuántas horas de castellano reciben los estudiantes catalanes; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se mofa de la norma que obliga a decorar el consistorio con una imagen de Felipe VI –‘no encontraba’ un retrato para sustituir al guillotinado Juan Carlos I- y una decena de autonomías han anunciado que no aplicarán la Ley Orgánica para la mejora de la Calidad Educativa (Lomce)”. Pero llegados a este punto, debo hacer una precisión: al anterior jefe del Estado nadie le ha guillotinado. Su busto en bronce, que presidía la Sala de Plenos del Consistorio barcelonés, ha sido colocado en una caja de cartón con mucho cuidado y quitado de allí, puesto que el rey emérito, por mucho que se le siga llamando rey, ya no representa a los españoles. Si acaso, a los hosteleros que aparecen en la Guía Michelín.Y el retrato de Felipe VI, que miembros del PP intentaron colocar apoyado en el lienzo de Francisco Masriera, a punto estuvo de hacer un destrozo de padre y muy señor mío en esa obra maestra del genial pintor. ¿Sabrán esos sansirolés quién fue Masriera? Si por ley hay que colocar un retrato real en la Sala de Plenos, que se ponga, pero con el debido cuidado. Pero recuerdo a David Jiménez que sólo es de ley colocar un cuadro en cada edificio oficial, en el sitio que sea. El retrato del Rey merece respeto, pero tampoco es la custodia del Altar Mayor de la Catedral de Lugo. Y a la derechona, que de repente se ha vuelto más monárquica que el Espadón de Loja, le diría que nunca se debe adorar al santo por la peana por mucho que en esa basa se encuentre el cepillo de las limosnas.

No hay comentarios: