jueves, 27 de agosto de 2015

La patata caliente





El reciente hallazgo de un camión con semirremolque frigorífico y cincuenta cadáveres en su interior muertos por sofocación pone de manifiesto que los nuevos negreros, la mafia de los traficantes que se enriquecen del tráfico de seres humanos en condiciones peores que si de ganado se tratara, sigue siendo una realidad palpable. Según leo hoy en El País, "el camión  estaba estacionado, en el arcén de la autopista A4, entre el lago Neusiedl y la localidad de Parndorf, en el Estado federado de Burgenland. Fueron los empleados del servicio de la autovía quienes lo localizaron, aunque las autoridades creen que llevaba allí bastante tiempo” (…) “Decenas de miles de refugiados, en su mayoría de Oriente Próximo, tratan de alcanzar la Unión Europea para huir de la guerra y la miseria. Serbia y Macedonia son dos Estados clave en el tránsito de estas personas hacia territorio comunitario. El miércoles, al menos 50 personas murieron por asfixia en el interior de una barcaza que cruzaba el Mediterráneo desde Libia y en dirección a Italia. Los fallecidos viajaban en la bodega del barco, la zona en la que viajan aquellos que menos dinero pueden pagar por los pasajes”.Parece curioso, sin embargo que Merkel apele  al “espíritu europeo de solidaridad”, cuando todos los países, incluido Alemania, se pasan la patata caliente de mano en mano. Hasta Suiza, donde sus ciudadanos se la cogen con papel de fumar, estudia limitar la entrada de españoles, portugueses e italianos en su territorio por el “efecto llamada”. A los suizos sólo les interesa que entre dinero, no importa su procedencia, en sus entidades bancarias. Ya saben el dicho: “dinero acá, indiano allá”. Muchos europeos, sobre todo de extrema derecha, creen que inmigración es sinónimo de inseguridad y aumenta la xenofobia. La UE nunca prestó  mucha atención al problema emigratorio cuando necesitaba mano de obra barata. El caso de España, con la construcción y hasta que se pinchó la burbuja inmobiliaria, fue de libro. Y de eso sabe mucho José María Aznar. Pero ahora las cosas han cambiado con la crisis económica y la UE ya habla de cupos de admisión e incluso está dispuesta a  aumentar la presencia  de misiones de rescate en el Mediterráneo para afrontar un problema muy gordo que se le va de las manos. Eso demuestra una ingenuidad tremenda.No se pueden poner puertas al campo.

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