jueves, 24 de diciembre de 2015

El Rey no tiene quien le invite





Parece curioso que Navarra haya decidido que el Premio Príncipe de Viana se entregue en 2016 sin la participación del rey Felipe VI. En consecuencia, tal premio debería desvincularse de la Corona, puesto el Principado de Viana, junto al de Gerona,  al Ducado de Montblanc, al Condado de Cervera y al Señorío de Balaguer pertenecen todos ellos al heredero de la Corona, es decir, a Leonor de Borbón Ortiz hasta que ésta llegue al Trono de España, que está por ver. Esos títulos (hábiles desde Carlos III) dotaban a su titular de una renta para su beneficio personal. Pero en este país no es necesario en la actualidad contar con esas prebendas, puesto que la actual princesa de Asturias ya recibe una asignación abultada con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. Por tanto sobran esas serpentinas carnavalescas trasnochadas que datan de 1512, cuando tras la conquista del Reino de Navarra por Castilla hubo esa transmisión. Ese Premio se creó en 1990 para reconocer a personas o a instituciones su labor en beneficio o fomento de la cultura. En ese sentido, la consejera de Cultura, Deporte y Juventud del Gobierno foral, Ana Herrera, ha dejado claro que ese Premio, que se entregará la próxima primavera en el Castillo de Olite (el año pasado fue en Leire), no tendrá una dotación económica sino carácter honorífico. Olite es, según la consejera, “el lugar que rememora mejor que ningún otro la vida y la obra del personaje que da nombre al premio, el premio de Navarra Carlos de Trastámara”. El Gobierno que preside Uxue Barkos también entiende que durante la ceremonia deberá interpretarse el Himno de las Cortes de Navarra en vez de la Marcha Real,  ya que a Barkos tal himno ante las tumbas de los Reyes de Navarra le parece un “salchucho”.

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