domingo, 29 de mayo de 2016

Wilgefortis no es lo que parece





Me entero de que el escultor Ricardo Flecha está esculpiendo a santa Wilgefortis yaciente, joven que según algunas tradiciones fue crucificada. En la revisión de febrero de 1969 del Libro de los Santos,  Pablo VI suprimió bastantes falsos ejemplos de virtud, hasta entonces considerados dignos de veneración en los altares. Entre ellos se encontraban santa Bárbara, san Cristóbal, san Jorge de Capadocia y santa Wilgefortis, en otros lugares llamada santa Librada. La tradición cuenta que Wilgefortis representa a una mujer barbuda crucificada. Sobre esa falsa santa existen varias leyendas. La más extendida hace referencia a que fue una de las nonellizas nacidas de un solo parto, que vivió en el siglo VIII, que era hija del rey de Portugal, prometida por su padre al rey moro de Sicilia. Pero Wilgefortis tomó el voto de castidad para evitar esa boda indeseada y pidió a Dios que la convirtiese en un ser sin atractivo sexual. Con el tiempo, a Wilgefortis le creció pelo por todo su cuerpo y el moro la rechazó. Por ese motivo, su padre la mandó crucificar. Ahora se sabe que Wilgefortis fue un caso de anorexia nerviosa avanzada, donde pueden producirse claros desequilibrios hormonales. Se la representa como una niña en el inicio de la pubertad con túnica,  barba, un pie descalzo y clavada al madero. Hay que entender que en la Edad Media era común representar a Cristo en la cruz con túnica larga, barba frondosa y corona real; práctica que desapareció a partir del siglo XI. El clásico ejemplo es una imagen del Mesías del periodo bizantino conocida como Volto Santo, de Lucca, o en una tabla policromada de 1678 existente en el Museo Municipal de Schwäbische Gmünd (Alemania). Cuando los peregrinos empezaron a difundir copias del Volto Santo en distintos puntos de Europa, la imagen ya no se reconocía como representación de Jesucristo crucificado, sino como una mujer martirizada, o sea, como Wilgefortis. De ahí la probable confusión.

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