miércoles, 29 de junio de 2016

Anuncios por palabras





Me entero por el diario Heraldo de Aragón que en los anuncios de determinadas inmobiliarias ya se anuncian ventas de sepulturas de “segunda mano” en el Cementerio de Torrero. El precio del nicho depende de dos factores: de la ubicación y de la altura, como si se estuviesen refiriendo a una finca urbana en el  Paseo de Ruiseñores. Su  precio oscila entre los 2.500 y los 12.000 euros. El periódico local ya se ha adelantado a afirmar que “en nuestra política no cabe ese tipo de anuncios”. ¿Y por qué no? ¿Acaso no existen anuncios de contactos y de personas que ofrecen sus servicios? La normativa vigente señala que “las tumbas y sepulturas que se venden entre particulares, denominadas 'a perpetuidad', son aquellas que fueron adquiridas antes de 1990, año en que se modificó ese procedimiento, limitando su duración a 49 años para nichos, columbarios y depósitos en tierra -con derecho a prórrogas sucesivas-, y a 99 años para sepulturas, panteones y capillas, pudiéndose, en caso de nichos, hacer renovaciones cada 5 años”. En uno de los anuncios publicitarios se recalca: “bien situado y a la sombra”. En otro: “Al lado del campo de fútbol”. En resumidas cuentas, si encuentra el lector en cualquier catálogo  de inmobiliarias el anuncio “terreno en venta en Avenida de América, 96, barrio de Torrero”, que sea consciente de que le están invitando a adquirir un hueco donde un día puedan reposar sus restos. Con la escritura notarial de adquisición de nicho y una buena póliza de decesos ya puede uno morirse tranquilo, o sea. Mejor aún si el sacerdote, supuesto experto en el Más Allá -que en el Más Acá se las sabe todas- hisopa, impone los santos oleos y le canturrea al moribundo el responso “Libera me dómine de morte aeternam, in die illa tremenda, o sea, el Libera Me, que no es el comienzo de una canción de El Titi y que tampoco tiene nada tiene que ver con “la olivera” (al referirise a "la  libera") expresada en la jota La Magallonera, del maestro Ramón Salvador. Jota aragonesa que, a mi entender, nadie interpretó con la maestría de la oscense Camila Gracia. Dice la letra de esa jota: "Pulida magallonera, / anda y dile al Santo Cristo / que cuando me llame al cielo / que me cante la olivera…”. Curiosamente, nadie corrige el disparate.

martes, 28 de junio de 2016

El riesgo de una diarrea estival





Cuenta Anson en El Mundo que “el Sanchexit podría resolver las cosas. Son muchos los dirigentes socialistas que desean herborizar al hombre que ha conducido al PSOE a las fronteras de la catástrofe”. Y Anson, que ahora compara a Felipe González con Cánovas del Castillo, gira en redondo sobre la baldosa de sus ideas, como cuando se baila el chotis, llegando a la misma conclusión que lo haría el clérigo egipcio Kalikatres, o sea, el personaje de las viñetas de Ángel Menéndez. La familia Trapisonda, la que habita en la madrileña calle de Ferraz, 70,  es consciente de sus malos resultados, 85 escaños, 85, y muchos barones cabreados por los acontecimientos ya están pensando cómo ingeniárselas para quitar la secretaría general a Pedro Sánchez, ese Fan Fan tras su viaje a ninguna parte siguiendo la estela de las cigüeñas en su emigración por el mercado de Rotterdan, con pequeños quesos transportados en cestos por hombres vestidos de holandeses. Pero la quinta esencia del químico Rubalcaba no le ha servido a Fan Fan para convertir los pequeños quesos holandeses en fórmulas magistrales que ilusionen a los ciudadanos. Hasta Susana Díaz ha tenido en Andalucía un adelantamiento por la derecha sin echar el intermitente. Ahora toca hacer números: la suma de Partido Popular, Ciudadanos, Partido Nacionalista Vasco y Coalición Canaria dejaría  al partido ganador a un escaño de la mayoría absoluta y de la investidura de Rajoy. Como bien entiende Anson: “Bastaría con que algún socialista se abstuviera o se ausentara para que se fracturara el bloqueo institucional”. Como último recurso, ya puestos a ser malpensados, hasta podría brotar de forma espontánea un golondrino, o sea, un tránsfuga, al estilo de Gomáriz en Aragón; o un despistado que se equivocase al apretar el botón en el Hemiciclo durante la votación. En pocas palabras, hasta una inoportuna diarrea estival podría obrar el sortilegio.

lunes, 27 de junio de 2016

Adelante con los faroles





Yo pensaba que eso del sorpasso era la marca de una cafetera, pero no. Era algo parecido a lo que en el medio rural se conoce como carrera de pollos. No es que corran los pollos, sino que corren las personas apuntadas a la carrera y aquel que llega antes a la meta se los lleva a casa para echarlos a la cazuela. El PSOE temía el sorpasso de Unidos Podemos y no ha sido así. Y lo celebra con cohetería, pese a haber perdido 5 diputados, 5, que ya se han convertido en desechos de tienta. Es como si el que se accidenta con el coche  celebrase haberse roto un brazo y la clavícula. Hubiese sido pero matarse. Hombre, claro. Aquí ha podido el miedo. Muchos votantes, paralizados por el terror, daban por hecho que si triunfaban esos partidos emergentes de izquierda se quedarían sin macarrones, patés, alitas de pollo y papel de váter en los mercadonas del barrio. Cada vez que las televisiones les hablaban de Venezuela, al ciudadano espantadizo que no tenía las ideas claras le venía a la memoria ram de su escasa cultura política la cartilla de racionamiento, el estraperlo y el piojo verde. A Hitler le engañó Franco con el wolframio y a nosotros nos han engañado Mariano Rajoy con el miedo a la alimaña. Nunca en este país se había hablado en los medios tanto de Venezuela y de unos presos políticos a los que los líderes españoles querían visitar, si conseguían los permisos necesarios. Y se movilizó el aparato del Estado,  hubo debates en la Comisión de Exteriores y hasta aquel país del otro lado del Atlántico llegó una comisión del Congreso, no buscando precisamente la libertad de Leopoldo López y del resto de su pequeño combo, más que por defender sus derechos políticos y su falta de libertad, por salir en la foto y tratar de obtener réditos políticos. Y Joan Baldoví (Compromís)- recuerden- acusó de hipocresía al PP porque –según afirmó- “los presos políticos les interesan cuando son de un determinado país. La preocupación por los presos se acaba cuando hay negocios de por medio”, al tiempo que mostraba una fotografía de Rajoy junto a Teodoro Obiang. Hoy, 27 de junio, (Nuestra Señora del Perpetuo Socorro) es el día después. Ha ganado el PP los comicios y su obligación política será la de hacer pactos, formar Gobierno en breve y sacar del fárrago en el que se encuentra la inmensa mayoría de votantes, que prefiere vivir de rodillas a la temible destellada del lobo de Caperucita.

domingo, 26 de junio de 2016

Pobre barquilla mía...





Cuenta Pedro J. Ramírez en El Español: “Quien medra en cada compañía [en los medios] no es el periodista capaz e innovador, no es el líder idealista y carismático, no es el intelectual comprometido que marca una senda y encarna unos valores, no es el gestor eficiente que transforma y optimiza los procesos productivos. No, quienes mandan hoy en la mayoría de las principales empresas periodísticas son los comisarios políticos que se han ganado la confianza del poder a base de adularle y velar solícitamente por sus intereses, controlando las escaletas, moldeando los editoriales, tomando decisiones extremas si llega el caso y manejando el guiñol de las dos Españas para que, en esta encrucijada concreta, se activen a la vez el voto y el negocio del miedo”. Y un poco más arriba, Ramírez es contundente: “En el caso de los periódicos tradicionales el hundimiento del modelo de negocio fruto a la vez de la crisis y de la revolución tecnológica, supuso también el final de la independencia de las redacciones. En el momento en que el cumplimiento de la función social de informar dejó de ser rentable, la mayoría de los propietarios se echaron en brazos de quienes podían salvarles y arrumbaron la primacía del periodismo para transformarse en gestores de contenidos subvencionados. Fue entonces cuando los gerentes más avispados se convirtieron en editores y los editores más timoratos se comportaron como gerentes. Los unos se pusieron en primer tiempo de saluda y los otros directamente de rodillas, mientras trataban a los directores como meros recaderos y la guadaña de los eres diezmaba sistemáticamente las mejores redacciones”. Ante ese panorama,  (El País y ABC son claros ejemplos de ello, desde que el primero cayese en manos de los bancos y el segundo dejase de ser, como dice Anson, el “ABC verdadero”) sólo determinada prensa digital es digna de ser tenida en cuenta por los amantes de la libertad de opinión. Sobre las televisiones (“la eliminación de la publicidad en TVE y la autorización de las fusiones de Telecinco con La Cuatro y Antena 3 con La Sexta, en contra de los más elementales principios de la defensa de la competencia”) corramos un tupido velo para evitar que se corte la mayonesa política y empresarial con los desafueros más evidentes. España merece un cambio de rumbo que no admite demoras. Hoy, 26 de junio, san Pelayo, tenemos ocasión de navegar esta la barquilla cañí a la capa; o sea, cazar bien la velas, dejar el foque a la contra y girar el timón para que nuestra proa busque el viento. Lope de Vega está presente en la España de hoy: “Pobre barquilla mía/ entre peñascos rota/ sin velas desvelada, / y entre las olas sola: / ¿Adónde vas perdida?/ ¿Adónde, di, te engolfas?...”.

jueves, 23 de junio de 2016

¿La tentación Negrín?; no, gracias.





En “Guillotina y paraguas, Raúl del Pozo recuerda en El Mundo  que “los gallegos que venían a Castilla solían ser aguadores, afiladores, segadores o políticos”. Y hace referencia a Pablo Iglesias Posse, José Calvo Sotelo, Casares Quiroga, Líster, Fraga, Canalejas, Dato… Más adelante, Del Pozo, señala que “las elecciones del domingo pueden dar un resultado que haga posible la ‘tentación Negrín’ (Enric Juliana) si la izquierda saca más de 160 diputados. Por todo eso los políticos que aspiran a sucederle [a Rajoy] sugieren que Mariano coja el paragüas (sic) y se vaya a Galicia a tocarse la gaita”. Del Pozo no sabe cómo se escribe paraguas. ¡Pero hombre, Raúl! Dejémoslo en que ha sido un lapsus. Ya está. Pero veamos que es eso de la “hipótesis  Monti”, de Enric Juliana. Escribe  Juliana: “Mariano Rajoy quisiera alcanzar un acuerdo de gobierno lo más rápidamente posible. La prioridad es atraer al PSOE gonzaliano antes de que emerja la Tentación Negrín, que podría tener a José Luis Rodríguez Zapatero como principal valedor, con el apoyo de los socialistas catalanes, valencianos y baleares, entre otros. Ya no es ningún secreto que Zapatero tiene abierta una fluida vía de comunicación con Pablo Iglesias [Turrión], al margen de Pedro Sánchez. Hay prisa marianista”. (…)  “Hay prisas, pero del 26-J puede salir un cuadro más complicado que el de diciembre. Riesgo de bloqueo, con el agravante de la experiencia adquirida. Los viejos y los nuevos ya se conocen los trucos. Un cruce de vetos con eslabón débil en el PSOE, en cuyo interior puede estallar a partir de la semana que viene una tremenda pelea sobre el liderazgo y la definición de la línea”. (…) “Recordemos que la Constitución española de 1978 no establece como obligación que el candidato a la presidencia del Gobierno sea diputado”. Vale, vale…todo aclarado. “Madrid en agosto es una ciudad muy peligrosa; y  Madrid, --sigue escribiendo Juliana-- siempre es una olla a presión. Haga frío o calor, ya circulan algunos nombres para esa solución de emergencia. El más citado esta semana es el economista José Manuel González-Páramo, que fue miembro del consejo de gobierno del Banco Central Europeo entre el 2004 y el 2012”. Tomamos nota, Enric, que tu artículo ya se está pareciendo a la carta que escribió el entonces golpista Franco a Casares Quiroga el 23 de junio de 1936, hace hoy justamente ochenta años: “Es tan grave el estado de inquietud…”. Uf, que manera de dar por saco. Me voy a tomar algo fresco. El domingo, dios dirá, o no.

martes, 21 de junio de 2016

Másteres no habilitantes





Cae en mis manos el boletín Aragón Universidad y en la tercera página leo que “la Universidad de Zaragoza reducirá en un 20% el precio de la matrícula de la mayoría de los másteres”. Al fin –pienso- la llegada de Lambán a la Presidencia de la Comunidad Autónoma de Aragón ya va dando sus frutos. Pero un poco más abajo se señala que la  reducción se aplicará a los másteres no habilitantes, los que no son necesarios para ejercer. Mi gozo en un pozo. Y esas declaraciones las hacía el socialista, aupado al Pignatelli con los votos de Podemos, en la jura de cargo del nuevo rector, José Antonio Mayoral, el pasado 25 de mayo. En resumidas cuentas, que los másteres habilitantes, como el que tuvo que hacer mi hijo para poder impartir clases de Física y Química en un instituto de Segundaria no tendrán tales beneficios. ¿Para qué sirve un máster no habilitante? Demagogia pura y dura. En la página anterior hay una colaboración de Javier Barreiro, Elegía de los gatos urbanos, interesante. Señala Barreiro que ya no se ven gatos en los tejados urbanos y que sucede algo parecido con los gorriones de canalera. Esas cosas pasaban en el Madrid sitiado. Los gatos se los comían, también los gorriones que caían en los cepos. Pero aquello era explicable. Había verdaderos maestros en la captura de todo lo que pudiese servir para echar a la cazuela. Las lentejas, esas píldoras del doctor Negrín, llegaron a ser un auténtico lujo. De hecho, nadie abandonaba las filas para adquirir algo de comida aunque las bombas fascistas estuvieran explosionando a pocos metros de distancia. Se llegaron a hacer tortillas con mondas de naranja, chorizo de miga de pan con pimentón o merluza que no era cosa distinta que  rodajas de cebolla rebozadas y fritas en un aceite infame. Los madrileños tuvieron que aprender la universidad de la vida y a  hacer másteres no habilitantes a base de estrujarse el magín. Lambán, en vez de dedicarse a hacer demagogia con los másteres, podría explicar a los zaragozanos la “movida” de Acciona descubierta en la trama de Plaza, donde afloran las deyecciones como en una fosa septica.

domingo, 19 de junio de 2016

Lo emérito no quita lo deseable





Aquí no interesa demasiado quien reina sino el que gobierna. Está la prensa estos días muy machacona con los dos años de reinado de Felipe VI. ¿Se acuerda hoy alguien de su padre? Yo creo que sí, pero no para bien. Sus casi cuarenta años de reinado se fueron por el sumidero del olvido y las fotos del rey emérito, impuesto por Franco y descolgadas de los despachos oficiales, ya sólo parecen cromos de las barajas de Fournier. ¿Qué diferencia existe entre un retrato arrinconado de Niceto Alcalá Zamora o de Amadeo I y otro de Juan Carlos de Borbón? Todos ellos fueron jefes del Estado con mejor o peor suerte. Como digo, al español medio, al que madruga por ver dónde buscar los garbanzos, no le interesa quien reina. Le interesan otras cosas más de andar por casa, o sea, si subirá el pan, si podrán llegar a fin de mes con un ridículo sueldo, o si los políticos de las listas cerradas impuestas por sus partidos en este oligopolio desenfrenado serán capaces de cumplir sus promesas electorales, en el supuesto de que triunfen en las urnas. Hoy el español corriente, el que deja parte de su nómina para el Erario, tiene la vista más cerca de san Pelayo (26 de junio) que de don Pelayo, el primer monarca del Reino de Asturias. La batalla de cada día por encontrar un trabajo aunque sea de poca duración interesa más que la Batalla de Covadonga. El tiempo de reinado de Felipe VI es a día de hoy menor que el tiempo de reinado de don Favila, hijo de don Pelayo, que manejó el Reino de Asturias dos años, siete meses y diez días, o sea, hasta que tropezó con el oso. El rey emérito, al abdicar la corona por tropezar con el elefante, debería haberse marchado también de su residencia en La Zarzuela, de la misma manera que un trabajador abandona la casa cedida por su empresa cuando se jubila, o cuando su mujer, ama de casa, queda viuda por un accidente laboral de su marido. Seguir disfrutando de cocineros,  sirvientes, manutención y gastos generales de luz, agua, exención de IBI, panteón en El Escorial, etc., con cargo al contribuyente, o a Patrimonio, que viene a ser lo mismo, no parece que sea el estándar en un Estado de derecho. El rey emérito dispone de una importante paga vitalicia, escoltas, coche oficial, despacho en el Palacio de Oriente y residencia de verano en Palma de Mallorca, esta última con cargo al Gobierno Balear. No está nada mal para un exjefe del Estado. Pero su residencia particular debería pagársela de su bolsillo. Sería una manera de dar ejemplo a los españoles que no tiene dinero para vivir con la decencia necesaria y a los niños que se van a la cama sin haber cenado, que son legión. Lo cortés no quita lo valiente ni lo emérito quita lo deseable.

sábado, 18 de junio de 2016

La pana y el terciopelo





Visito en La Lonja una exposición de Chema Conesa. El hilo conductor es el retrato, que domina con habilidad. Entre esas fotos, dos veces aparece Cela, en una de ellas con traje de judoka, dispuesto a hacer el nudo de Lambán al que dude del manejo de su péndola, “yo digo sancta Dei genitrix y tú dices ora pro nobis”, que cada artista tiene su minuto de gusto y don Camilo ya tiene su siglo de gloria, que gracias a Dios ya estoy hecho a mis manías y sé distinguir un ojo de cristal de uno de verdad y un buen escritor de un jindo de la India, o de un perejiles con apendicuelos. En la Plaza del Pilar y espacios inmediatos han puesto un mercado medieval, con espadas, petos, espaldares, tenderetes donde se venden cucharas de madera, marroquinería que huele muy mal, requesones, embuchados, untos,  yerbas para curar el baile de san Vito o la piorrea, chiflos y zampoñas, el que te adivina el futuro mediante la cartomancia, etcétera; lo mismo de todos los años por estas fechas, solo que en el Medioevo no te cobraban siete euros por un perrito caliente ni quince euros por un tenedor de madera de olivo. Y el zurriagazo del cierzo haciéndonos creer que se estuviese terminado septiembre, y los políticos entregándonos panfletos para que les votemos el día de san Pelayo sin recurrir a grandes escenografías para transformar los problemas nuestros en sugerentes soluciones para ellos, que uno ya conoce el paño y sabe distinguir la pana del terciopelo, o sea.

viernes, 17 de junio de 2016

Tristeza




En su artículo de El País, Juan José Millás, bajo el título  La siguiente, señala que “cuando un escritor escribe un libro no puede hacerse cocinero ni deportista ni actor ni político”. Cuando alguno de ellos se hace famoso, firma un libro que posiblemente no ha escrito. Se puede comprobar en la Feria del Libro estos días en El Retiro. Y el verdadero escritor, que presenta un tomo que le ha llevado varios años escribirlo, mira impasible cómo las filas de lectores esperan pacientes la dedicatoria personalizada de un personaje cuyo único mérito consiste en salir en televisión aunque sea para hacer el ridículo: “Todos los caminos conducen al libro”. Y añade Millás con cierto poso de tristeza: “Sin embargo, cuando un escritor escribe un libro no puede hacerse cocinero ni deportista ni actor ni político. Cuando un escritor escribe un libro, se pone a pensar en el siguiente, que quizá le salga o quizá no. A lo mejor le sale, y lo publica y la editorial le invita a firmar ejemplares en una feria del libro a la que el escritor acude ingenuamente para comprobar que quienes de verdad firman son los alpinistas, los expresidarios, los actores, los youtubers…”. (…)  “El escritor decide no acudir en el futuro a ninguna feria. Pero el miedo a ser tachado de envidioso le conducirá a la siguiente”. Ya dijo Larra que escribir en España es llorar. Personalmente entiendo que lo que hacen llorar son las biografías, que siempre termina con la expiración del protagonista; las ilustraciones a plumilla de la muerte de Platero, o la lectura de Celia en la revolución, ese triste final de una niña burguesa. Lo que se puede contemplar en las filas de la Feria del Libro de El Retiro adorando al becerro de oropel sólo es simple polvillo de mariposa.

Disparate





Ahora, cuando en la última década el número de accidentes en carretera ha disminuido casi a la mitad, la coalición política Unidos Podemos ha tenido la irracional ocurrencia de pretender  en su programa político adecuar las multas de tráfico al nivel de renta de los infractores. ¿Y por qué no los franqueos de cartas, el tiempo de internado en las cárceles, el precio de los menús en bodas, bautizos y comuniones, las tarifas de cañas de cerveza en los bares…? Uno, que ya tiene una respetable edad, ha visto a lo largo de su existencia cosas incomprensibles, se ha encontrado en situaciones en las que ha sentido una vergüenza ajena  difícil de describir y ha pasado por trances amargos de los que ha salido a flote echándole grandes dosis de dignidad. Pero, pese a los años transcurridos, no acierta a comprender cómo un partido político emergente, puede llevar en su programa semejante insensatez. Menos aún, que el PSOE “vea con buenos ojos” dotar de “cierta proporcionalidad” las sanciones de tráfico. Pues nada, que el Estado les rebaje también los impuestos sobre carburantes, que les proporcione vales de comida para las áreas de servicio y que les reduzca el IVA en las facturas de los talleres, cuando quemen la junta de culata haciendo el bestia en carreteras secundarias. Si la Ley en la praxis no es igual para todos, ¿por qué lo ha de ser el artículo 14 de la Constitución? A los conductores con pocos posibles, en el supuesto de que Unidos Podemos y el PSOE consigan hacer futuros pactos de gobierno, habrá que exigirles que, además del permiso de circulación y de los justificantes de la revisión de ITV y del seguro obligatorio de accidentes, lleven a bordo la última nómina y la Declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, para que la Guardia Civil, en su caso, pueda  proceder a imponer la sanción a que hayan dado lugar en función de sus recursos. Podríamos pasar del supuesto interés confiscatorio a deslizar nuestro trasero por el tobogán de la demagogia. Y a las posibles víctimas en carretera, que les vayan dando…

jueves, 16 de junio de 2016

García Margallo y su brindis al sol





La muerte Jo Cox, diputada británica tiroteada y apuñalada  en Yorkshire ha sido la causa de que en Gibraltar se suspendiese hoy un mítin relacionado con la campaña sobre la permanencia de Inglaterra en la UE. A ese acto asistía el primer ministro británico David Cameron, sobre la que el ministro de Exteriores en funciones, García Margallo, ha considerado como “visita inoportuna”. Y Mariano Rajoy, para echar más leña al fuego, ha indicado que “Gibraltar es español, con Brexit o sin Brexit”. A los españoles no es necesario que los miembros de un Ejecutivo en funciones nos  recuerde que Gibraltar es una colonia. El responsable de Exteriores ha redondeado sus afirmaciones señalando que “el que avisa no es traidor”. ¿Avisar de qué? A García Margallo habría que recordarle una vez más, porque no se entera, que

“El Rey Católico, por sí y por sus herederos y sucesores, cede por este Tratado [de Utrech] a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillos de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno”.

Y ese artículo X del Tratado está fechado en 13 de julio de 1713. La culpa de todo ello, en cualquier caso es de un Borbón, que nos costó la Guerra de Sucesión, y del almirante Rooke, que ocupó Gibraltar en 1704. Las paces de Utrecht y Radstadt consagraron el reparto del imperio español, establecido anteriormente por las potencias. Felipe V,  primer Borbón en España por testamento de Carlos II el Hechizado fue reconocido como rey de España y de las Indias, con la garantía de que jamás podría unir las coronas francesa y española; Carlos VI de Austria lo fue como rey de Flandes, Milán, Nápoles y Cerdeña, es decir, las posesiones europeas de la monarquía hispánica, menos Sicilia, que pasó a Saboya. Inglaterra obtuvo las plazas que había ocupado: Menorca y Gibraltar, y ciertas ventajas comerciales con América. Menorca fue recuperada para España en 1783 y desistía definitivamente en recuperar Gibraltar por la Paz de Versalles, después de haberlo intentado por última vez en 1763. Dicho todo eso, considero que David Cameron tiene el mismo derecho a visitar Gibraltar que Mariano Rajoy o Felipe VI de visitar Ceuta o Melilla, aunque me consta que no lo hacen por no poner “nervioso” a Mohamed VI; por cierto, involucrado en los papeles de Panamá (El País, 08/04/16) a través de su secretario personal, el empresario Mounir Majidi, presidente a su vez del grupo de empresas Siger, propiedad de la familia real. A través de sociedades afincadas en las Islas Vírgenes Británicas, Majidi gestionó la compra del velero Al Boughaz y la de un hotel en París por valor de 36 millones de euros. ¡Conque a escardar cebollinos, ministro!

miércoles, 15 de junio de 2016

Tapas, nuestro patrimonio




Me entero de que la Real Academia de Gastronomía que preside Rafael Anson, se creó con tres fines: influir en la oferta gastronómica, mejorar la calidad de vida de los españoles, reducir costes sanitarios y aumentar ingresos por turismo. Pues bien, ahora el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes pretende declarar las tapas de las barras de los bares Patrimonio Cultural Inmaterial. Existen, además, otros expedientes en curso: la Trashumancia, la Semana Santa y el Carnaval. Como ahora existe un día del año para cada cosa, supongo que esos influyentes académicos de número serán los responsables de que se haya logrado que mañana, día 16, esté considerado como el Día Mundial de la Tapa. También podría hacerse el Día Sin Comedor Escolar del Niño Pobre; el Día de los Amigos del Chiquiteo; el Día del Trabajador Que No Llega a Fín de Mes; el Día del Pobre de Puerta de Parroquia; el Día del Rebuscador en los Cubos de Basura, etcétera. El ministro en funciones Iñigo Méndez de Vigo “avanzó esa idea el pasado 31 de mayo a la directora general de la Unesco, Irina Bokova, durante la celebración de un desayuno informativo. Según explicó en aquel momento, las tapas vienen de una esfera localista, pero actualmente se han convertido en algo que pertenece al idioma universal. Méndez de Vigo, Barón de Claret, sobrino de Carmen Díaz de Rivera y nieto de Carmen de Icaza, está convencido de que uno va a cualquier parte del mundo, pide tapas e inmediatamente sabe lo que recibe. O sea, uno, pongamos por caso que ese uno soy yo, marcha unos días a Freetown, donde hay catorce grupos étnicos, y entre pausa y pausa de los abusos contra los derechos humanos, y en una tregua de los mosquitos que contagian la malaria, me acerco a un ambigú y le digo al camarero, que es pariente lejano por vía materna de Ahmed Trejan Cava, que me ponga un vermú casero y una tapita. Y el camarero, de apellido Zanco, me saca una botella de vermú rojo de Bodegas Valdepablo y unos bizcochos de soletilla de la Confitería Caro, para untar en el vermú como si de cruasanes se tratara. Hombre, el bizcocho de soletilla no es precisamente una tapa al uso, pero suele agradar a la distinguida clientela que visita Sierra Leona como el que se acerca a la madrileña calle de la  Montera a comprarse unos zapatos de chúpame la punta. Lo de la Trashumancia, la Semana Santa y el Carnaval lo podemos dejar en cartera para mejor ocasión, o sea, que a la búlgara Irina Bokova, acostumbrada al tarator y el banitsa no hay que marearla demasiado. Bastante tiene ya con saber si la tapa, ese patrimonio cultural inmaterial español es de gambas en gabardina, patatas revolconas, cazón en adobo, mejillones tigre, revuelto de morcilla o papas arrugás con mojo, por decir algo suave que no sé si reducirá los costes sanitarios, como pretenden los señores académicos de mesa, mantel y que el último apague la luz.

martes, 14 de junio de 2016

Pompas de jabón






Me alegra saber que Clara Janés, poeta y traductora, ocupa el sillón “U” de la RAE, dejada vacante por Eduardo García de Enterría, propuesta por Anson, Margarita Salas y Soledad Puértolas. En el camino ha quedado el canario Fernando Galván, rector de la Universidad de Alcalá de Henares y catedrático de Filología Inglesa. Janés, Premio Nacional de Traducción se convierte en la séptima mujer académica en activo de la Española y la décima nombrada desde hace 300 años. Pero no seré yo el que ensalce la figura de los académicos vivos. Para ello ya están las revistas especializadas.  Más modesto, aprovecho el feliz acontecimiento, en el supuesto de que tal acontecimiento sea feliz para los amantes de la Literatura, para recordar un artículo de Julio Camba, “Sobre los académicos” (Sobre casi nada,  Espasa-Calpe,  colec.Austral, 4ª edic., Madrid, 1971) donde comienza escribiendo que “jamás habrá demasiados obispos en la Academia Española. Ni demasiados obispos, ni demasiados generales. También puede haber algunos escritores; pero a condición de que nadie los haya leído, por lo menos desde  treinta años antes de su elección. El público, dígase lo que se quiera, es un ente sumamente modesto que lee a unos escritores y que admira a otros. Y un escritor que le guste o que le interese nunca le parecerá lo bastante bueno para ingresar en la Academia”. No señalo a nadie, pero creo que Camba tenía razón. Por asociación de ideas me vienen a la cabeza las figuras de los entonces directores de ABC, Luis María Anson, y de El País, Juan Luis Cebrián. El ingreso de ambos en la RAE nunca llegué a entenderlo suficientemente. Se contaba que ambos llevaron el periodismo a la Academia. Sí, en efecto, y Mingote los chistes. Alfonso Ussía, que alguna vez acierta en lo que cuenta, aseguraba que “Cebrián entró en la RAE por que Lázaro Carreter quería compensar el fichaje de Anson. Y de ello dejó constancia en La Razón el 24/06/2005. Decía entonces Ussía: “…cuando [Anson] fue propuesto para ocupar el sillón vacante de José López Rubio nadie dudó el acierto de su candidatura y el resultado fue clamoroso a su favor. Pero surgieron los celos y los pactos. Y Fernando Lázaro Carreter maniobró para que el ingreso de Anson se compensara con el de Cebrián para no herir a la gran empresa a la que pertenecía. (…) Anson también olvida que ese grna (sic) periodista del siglo XX fue director de Informativos de TVE con Franco vivo y Arias Navarro presidiendo el Gobierno. Que no fue fundador de El País. Ese periódico lo fundó Fraga Iribarne y sus primeros directores en la sombra fueron Darío Valcárcel y Carlos Mendo. Cebrián es nombrado director de El País cuando le hace una larga y esponjosa entrevista (sic, falta una “a”) Fraga Iribarne, embajador de España en Londres y que publica en Gentleman.  Cebrián no ingresa en la Real Academia como gran periodista. Lo hace para compensar el ingreso de Anson y no enfadar a su grupo”. De igual manera, el 30/01/15 Cebrián y Anson recibían el doctorado honoris causa por la Universidad Rey Juan Carlos I de Madrid, con laudatio de los profesores José María Álvarez Monzoncillo y José Varela Ortega, respectivamente. Eso fue como en las Vidas paralelas de Plutarco: Arístides-Catón, Demóstenes-Cicerón, Demetrio-Antonio, Teseo-Rómulo  Terminaba Camba su articulo, y a eso iba, escribiendo que “talento literario lo hay en todas partes, hasta en los pequeños periódicos, a diez céntimos el ejemplar, y la Academia, o no representa absolutamente nada, o tiene que ser algo muy solemne. ¡Tan solemne como una reunión de paralíticos en un asilo del Estado!”.

domingo, 12 de junio de 2016

Domingo, 26: san Pelayo



                                                       
Hay plumillas que ya escriben sobre el  nuevo Frente Popular que se avecina y nos retrotraen a enero de 1936. ¿Qué temen? ¿Qué pueda sobrepasar Unidos Podemos al PSOE, como señalan las encuestas? A esos plumillas del miedo, que ven barruntos de tormenta en el horizonte electoral del próximo día 26 de junio, les recordaría que el Frente Popular no fue el que nos llevó a la Guerra Civil sino la derechona incivil más rancia de entonces y una parte del Ejército, provocando un golpe de Estado con la bendición de la Iglesia Católica, y que relacionó aquella traición al Gobierno legal por parte de unos milicos patrioteros de mierda con una “cruzada de liberación”. Las guerras civiles no las gana nadie. Porque, como señala Jorge M. Reverte en la introducción a su ensayo El arte de matar, “una guerra es al fin y al cabo la movilización de todos los recursos posibles para conseguir la destrucción de un adversario. Eso es imposible de hacer sin matar”. Pero la voluntad popular, expresada a través del sufragio universal, como sucederá el próximo día de san Pelayo, parece que no agrada a unos reaccionarios que, como hace ochenta años, piensan hoy, todavía, que la libertad ciudadana puede aplastarse con varios tabores de regulares, unos camisas azules mamporristas, unas arengas desde los púlpitos al estilo de Plá y Deniel y de Gomá y un nuevo ardoroso Yagüe, si no existe, lo inventamos, ejerciendo de verdugo en la plaza de toros de Badajoz. Para Yagüe era una rémora tener que transportar a más de 4.000 ciudadanos apresados en su avance hacia Talavera de la Reina. Optó por la “solución” más sencilla. En fin, dejémoslo ahí. Los reaccionarios de hace ochenta años ya no existen, pero sus genes están en sus nietos; o sea, en buena parte de los que ahora han hecho la corrupción política más vergonzosa de que se tiene recuerdo. Hace pocos días, el anterior Jefe del Estado, Juan Carlos de Borbón, declaraba que no pensaba escribir sus memorias porque, de ser así, “tendría que contar mentiras”. Verás el día que se entere Rajoy de que existe el cúbito de uno de los brazos de san Pelayo en el monasterio de monjas benedictinas de Antealtares, en Santiago de Compostela. Seguro que Rajoy le pide a Marhuenda que lo pille al descuido, como hizo el electricista José Manuel Fernández Castiñeiras con el Códice Calixtino, y se lo lleve a La Moncloa. Hay antecedentes con Franco, la mano de santa Teresa y la maleta olvidada del general Villalba Riquelme que descubrió Pedro Sáinz Rodríguez, siendo ministro de Educación, sobre una mesita de El Pardo. Según contó a El País en 1982, “mientras hablan, Franco se entretiene firmando condenas de muerte. Sólo se interrumpe para mojar picatostes en una taza de chocolate y comérselos con mimo”. Franco tomó Madrid el día del nacimiento de la santa; Marhuenda por Rajoy, mata, y san Pelayo, si consigue don Tancredo ganar las elecciones generales, será el santo de su devoción. Unos se aprovechan de restos de santos que les ayudaron a ganar batallas; y otros, como los nazis, de la ideología de Nietzsche para incorporarla a su filosofía política. El diario El Mundo contaba una anécdota sobre el otro brazo incorrupto de santa Teresa: “Una peregrinación de carmelitas viajó a Estados Unidos a visitar a unas correligionarias, y para darles una alegría mística, se llevaron el brazo con ellas. Cuando el barco llegó a Nueva York, tuvieron que rellenar un cuestionario en la aduana, y al no encontrar en el arancel una partida de reliquias religiosas, el funcionario puso una cruz  en “conservas y salazones”.

viernes, 10 de junio de 2016

Ranking de tristeza





Sevilla, esa ciudad de luz y aviones acharolados y limpios, o de vencejos, se ha convertido, según Antonio Burgos,  en esa  “pobre ciudad donde el Ayuntamiento se hace rico consintiendo tanto velador y tanta mugre turística”. Hombre, Burgos, a los turistas con posibles y sin posibles hay que tratarlos con más respeto, digo yo, que siempre se dejan algo de dinero en las casas de pupilaje, en la hostelería y comprando recuerdos de su estancia. Cierto que durante “el calor, la calor, los calores y las calores”, como dice Burgos que decían los hermanos Álvarez Quintero, se llenan las aceras  en la atardecida de “guiris low cost de paella y sangría, un bar junto a otro bar, una tienda de camisetas junto a otra tienda de camisetas”, etcétera, pero resulta que todos los turistas que llegan a Sevilla no pueden permitirse el lujo de ir al Hotel Alfonso XIII, al Gran Melía Colón, al Eme Catedral, o al Barceló Sevilla Renacimiento, que tienen más estrellas en sus fachadas que el general Eisenhower, ni dar un paseo en coche de caballos por el que te cobran, si te descuidas, mucho más que el establecido en las tarifas del Ayuntamiento, haciendo creer a los turistas que esos precios son los oficiales. Para respaldarlo, esos pícaros cocheros llevan un mapa del recorrido del paseo con otras tarifas impresas al dorso, encabezadas incluso por el logotipo de la Oficina de Turismo. A Burgos habría que decirle, también, que los guiris low cost de paella y sangría son estafados a la primera de cambio por una mugrienta chusma de camareros, no todos, claro, que por el hecho de hablar en otra lengua, o en un castellano entendible, que no es poco, son presas fáciles de camelar de la forma más burda y de ser tomados por incautos. Como es natural, todos no caemos en la trampa. Burgos encuentra  todo mal, hasta las sillas plegables compradas en los chinos o en Ikea que los sevillanos llevan desde sus casas hasta los recorridos procesionales.  A Burgos, en fin, le pediría un poco de respeto con los visitantes a Sevilla, y al resto de Andalucía, donde por desgracia reside el epicentro del paro, del abandono escolar y de las 35 peonadas. ¡Ya vale, hombre, ya vale!

miércoles, 8 de junio de 2016

Del bodegón de puntapié al fast-food





A cualquier cosa le llaman mantón de Manila. El “barco” que cruzaba las aguas de Zaragoza entre el Club Náutico y lo que queda de la Expo, o sea, la pasarela del Voluntariado, se marcha con la música a otra parte. El flamante “barco” no era otra cosa que un catamarán-golondrina de chicha y nabo que botó en el Ebro el socialista Juan Alberto Belloch siendo alcalde de Zaragoza. El actual alcalde, de Zaragoza en Común, Pedro Santisteve, no  considera necesario tener que dragar el río para que viaje por sus aguas un barquito casi de juguete y con una cincuentena de turistas por un día. El Ebro es un río “vivo” que tan pronto va casi seco como lleva un gran caudal. Como escribía Herminio Picazo, La Opinión de Murcia (06/03/15), “los ríos son entidades vivas, dinámicas, actuantes, no cauces inmutables de desagüe de agua”. Y eso lo sabe bien la Confederación Hidrográfica del Ebro, los agricultores que sufren avenidas indeseables y hasta el tonto del puño y la rosa que asesoraba a Belloch echándole moscas vivas en el gin-tónic como repaso intensivo del  Principio de Arquímedes.  Los turistas que visitan Zaragoza tengo comprobado que son de un día, o de dos días y una noche, que viene a ser parecido. Llegan, salen del hotel y se quedan con la mirada extasiada en los cristales de Las Palomas como los mosquitos en una farola; visitan el Pilar, ven las bombas colgadas  cerca del camarín de la Pilarica y se marchan sin entender nada; más tarde intentan visitar la Seo y se desinflan cuando les señalan que hay que pasar por taquilla; se acercan hasta la Plaza de España; regresan al hotel por donde han venido; se hacen unas autofotos, los pijos dicen  selfies, con  la estatua de Goya de fondo; cenan algo ligero y a la mañana siguiente, casi al alba, se largan en autobús camino de Barcelona, o de Toledo, o del castillo de Loarre, ese nido de águilas fundado por Sancho III el Mayor para controlar el Reino de Navarra y que da mucho de sí, es decir, que el guía puede contarles que allí murió el conde don Julián y que algunos han conseguido ver su fantasma entre los muros, también el de doña Violante, sobrina del Papa Luna. Más tarde, Sancho Ramírez –según les relata el guía- hizo una iglesia y llevó a una congregación de agustinos para que el “tolle, lege”, que escuchó san Agustín mientras miraba las tapas de un libro que leía su amigo Alipio, estuviesen en todas las salsas en un  territorio de analfabetos: “No hay olla sin tocino / ni sermón sin agustino”. En Zaragoza, por desgracia, hasta la hostelería ha dejado de ser lo que fue. Todavía en algunos restaurantes escriben en una pizarrilla el menú del día y, debajo, como un estrambote, el mantra de “IVA no incluído”, cuando cualquier hostelero debería saber que el precio del menú ha de ser definitivo y debe indicar el importe total, sin coletillas. Y los turistas, que ya van aprendiendo y están resabiados a fuer de ser engañados, terminan sentándose en un Burger King, como los que ya  había en la España en el siglo XVII, aunque se llamasen de otra manera. Como señala María Isabel Sánchez Quevedo en su libro Un viaje por España en 1679 (Akal Ediciones, 1994), “lo que más abundaban eran unos tenderetes ambulantes que se situaban en las esquinas. A modo de cocinas públicas, en los llamados bodegones de puntapié se preparaban grandes pucheros de caldos no muy recomendables. Solían ser visitados por gente de muy bajo poder adquisitivo”. Vamos, como ahora, sólo que los pucheros de caldo se han sustituido por hamburguesas con patatas fritas. Yo recuerdo en mis viajes a Lisboa que tanto los restoranes de mantel como los sitios de fast-food cerraban muy pronto. Pero existían para alivio de los españoles, que casi juntamos la cena del día anterior con el desayuno del día siguiente, algunos lugares donde se podía tomar un plato de sopa, (caldo verde, sopa de nabicas, etc.) cuando gran parte de las casas de comidas ya había bajado la persiana, que lo suelen hacer sobre las 21 horas, según los husos de Portugal y no de Alemania; como, misteriosamente, nos impuso Franco a los españoles  en 1942 para tener el mismo huso horario que la Alemania nazi.

martes, 7 de junio de 2016

Mucho "busto" en conocerle





Estoy en contra de cualquier tipo de violencia y de que se derriben estatuas con presunta premeditación y alevosía. Y aclarado eso, diré que no encuentro mal que se termine de una vez con los símbolos del franquismo, si queremos que España funcione de forma parecida a como lo hacen en el resto de Europa. En este país, que yo sepa, no fue nunca condenado por la actual derecha política el golpismo militar y la trama civil que nos llevó a la Guerra Civil ni sus símbolos, que todavía quedan. No hay que olvidar, por otro lado, que Alianza Popular fue un partido político formado en su día por siete exministros franquistas, entre ellos Manuel Fraga. Hoy me entero de que unos individuos han tirado al suelo en Villalba (Lugo) el busto existente en su memoria. ¡Hombre, qué modales! ¿Y si lo llegan a romper? En efecto, Fraga fue presidente de la Xunta de Galicia, como recuerda  hoy el diario ABC, pero fue también otras muchas cosas, entre ellas ministro durante la Dictadura y ministro del Interior en el primer gobierno de Arias tras la muerte de Franco. ¿Ya nadie recuerda los sucesos de Vitoria? ¿Tan mala memoria tenemos los españoles? Villalba es sitio donde nació Fraga y donde se ceban los mejores capones. Aunque ya tengo mis dudas al respecto. Si hago caso a Pepe Iglesias, excelente gastrónomo gallego, no es lo que parece: “Los animales que se venden con todo boato como ‘Capón de Villalba’ en la feria organizada por el Exmo. Ayuntamiento cada 19 de Diciembre, ni son capones, ni son de Villalba, así pues se puede afirmar que son un fraude promovido por esa corporación.  Para más dolo, a la entrada de la feria hay un comité de veterinarios que examinan todos los pollos que pretenden entrar en el recinto, excluyendo del certamen a todos aquellos animales que carezcan de sus atributos sexuales, léase testículos. Es decir, que los señores veterinarios contratados por el Exmo. Ayuntamiento, certifican cada año que todos los pollos vendidos como capones en esa feria, están sin castrar. Es un hecho fácilmente comprobable, que estos, los capones sin capar, tampoco pertenecen a las razas reconocidas como propias de la región, sino que son foráneas”. (…) “No es un capricho sádico el castrar a estos animalitos, sino que esa operación tiene una función muy concreta, la de modificar el metabolismo del ave durante su crecimiento, lo que provoca una infiltración de grasa en su musculatura que da por resultado una carne jugosa, fina y sabrosa, en vez de ese montón repugnante de grasa acumulada en el tejido adiposo del animal que se exhibe en las actuales ferias como garantía de que allí todo se hace mal”. En fin, ya se lo preguntaremos a Gerardo Criado, alcalde del PP, que tan indignado parece ahora con el derribo del busto de Manuel Fraga, colocado frente a su casa natal en 1970. No es la primera vez que sucede. Lo del fraude los capones, tampoco. Política y gastronomía, sobre todo cuando se pagan en el restoranes de lujo copiosas comilonas con cargo al contribuyente, suelen ir de la mano. Tal vez por ello, haya tenido esa asociación de ideas.