martes, 14 de junio de 2016

Pompas de jabón






Me alegra saber que Clara Janés, poeta y traductora, ocupa el sillón “U” de la RAE, dejada vacante por Eduardo García de Enterría, propuesta por Anson, Margarita Salas y Soledad Puértolas. En el camino ha quedado el canario Fernando Galván, rector de la Universidad de Alcalá de Henares y catedrático de Filología Inglesa. Janés, Premio Nacional de Traducción se convierte en la séptima mujer académica en activo de la Española y la décima nombrada desde hace 300 años. Pero no seré yo el que ensalce la figura de los académicos vivos. Para ello ya están las revistas especializadas.  Más modesto, aprovecho el feliz acontecimiento, en el supuesto de que tal acontecimiento sea feliz para los amantes de la Literatura, para recordar un artículo de Julio Camba, “Sobre los académicos” (Sobre casi nada,  Espasa-Calpe,  colec.Austral, 4ª edic., Madrid, 1971) donde comienza escribiendo que “jamás habrá demasiados obispos en la Academia Española. Ni demasiados obispos, ni demasiados generales. También puede haber algunos escritores; pero a condición de que nadie los haya leído, por lo menos desde  treinta años antes de su elección. El público, dígase lo que se quiera, es un ente sumamente modesto que lee a unos escritores y que admira a otros. Y un escritor que le guste o que le interese nunca le parecerá lo bastante bueno para ingresar en la Academia”. No señalo a nadie, pero creo que Camba tenía razón. Por asociación de ideas me vienen a la cabeza las figuras de los entonces directores de ABC, Luis María Anson, y de El País, Juan Luis Cebrián. El ingreso de ambos en la RAE nunca llegué a entenderlo suficientemente. Se contaba que ambos llevaron el periodismo a la Academia. Sí, en efecto, y Mingote los chistes. Alfonso Ussía, que alguna vez acierta en lo que cuenta, aseguraba que “Cebrián entró en la RAE por que Lázaro Carreter quería compensar el fichaje de Anson. Y de ello dejó constancia en La Razón el 24/06/2005. Decía entonces Ussía: “…cuando [Anson] fue propuesto para ocupar el sillón vacante de José López Rubio nadie dudó el acierto de su candidatura y el resultado fue clamoroso a su favor. Pero surgieron los celos y los pactos. Y Fernando Lázaro Carreter maniobró para que el ingreso de Anson se compensara con el de Cebrián para no herir a la gran empresa a la que pertenecía. (…) Anson también olvida que ese grna (sic) periodista del siglo XX fue director de Informativos de TVE con Franco vivo y Arias Navarro presidiendo el Gobierno. Que no fue fundador de El País. Ese periódico lo fundó Fraga Iribarne y sus primeros directores en la sombra fueron Darío Valcárcel y Carlos Mendo. Cebrián es nombrado director de El País cuando le hace una larga y esponjosa entrevista (sic, falta una “a”) Fraga Iribarne, embajador de España en Londres y que publica en Gentleman.  Cebrián no ingresa en la Real Academia como gran periodista. Lo hace para compensar el ingreso de Anson y no enfadar a su grupo”. De igual manera, el 30/01/15 Cebrián y Anson recibían el doctorado honoris causa por la Universidad Rey Juan Carlos I de Madrid, con laudatio de los profesores José María Álvarez Monzoncillo y José Varela Ortega, respectivamente. Eso fue como en las Vidas paralelas de Plutarco: Arístides-Catón, Demóstenes-Cicerón, Demetrio-Antonio, Teseo-Rómulo  Terminaba Camba su articulo, y a eso iba, escribiendo que “talento literario lo hay en todas partes, hasta en los pequeños periódicos, a diez céntimos el ejemplar, y la Academia, o no representa absolutamente nada, o tiene que ser algo muy solemne. ¡Tan solemne como una reunión de paralíticos en un asilo del Estado!”.

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