viernes, 8 de julio de 2016

La levita de Mortadelo





Dejó escrito Antonio Fernández Molina en  “Dentro de un embudo” que “cada pájaro que caía al suelo se hacía invisible. Cada piedra que ascendía del suelo se convertía en  un pájaro. En el lugar de las piedras aparecieron letras. Entonces unos hombres comenzaron a recogerlas y se oía decir que las estaban ordenando para hacer con ellas un libro...”. No sé; si mi amigo Antonio lo dijo, así sería. Cuenta hoy el ABC la razón los la que existen los botones en las mangas de las chaquetas, moda que se remonta al periodo del reinado de la reina Victoria I (1837-1901). Es algo ya fuera de lugar que permanece, como la muela del juicio.Las normas protocolarias de la época –dice ABC- dictaban que un hombre, por lo general, no debía desprenderse de su chaqueta fuera de los muros de su casa, especialmente si había damas presentes. No podía hacerlo ni siquiera si estaba trabajando y la prenda le resultaba molesta. Quitarse la chaqueta era una grave falta de educación. Por eso algún sastre ingenioso tuvo la idea de incluir unas pequeñas aberturas en el extremo de las mangas. Los botones servían para abrirlas y cerrarlas”. Nunca he entendido por qué razón se quitan los hombres la chaqueta  en los banquetes. Si alguien tiene calor, que se aguante. Es a todas luces una falta de respeto a los asistentes. ¿Y el ojal de la solapa? Tampoco tiene hoy sentido. Es la reminiscencia del último botón de las antiguas levitas, que tenían cuello de tira. Personalmente, en el ojal de la solapa jamás me pondría una flor. Me parece un signo hortera propio de nuevo rico. Para flores, los floreros. Como puede comprobarse en viejas fotografías, las levitas eran cuerpos con faldones que se abrochaban de arriba hasta la cintura. Al llevar desabrochados cada uno de los delanteros se doblaba sobre si, y ese fue el precedente de las solapas. La levita proviene de las casacas militares, a las que se les hicieron diversas transformaciones de uso civil: estrechamiento por cintura y hombros, recorte de pliegues hacia la espalda y subida de mangas. Y esa nueva prenda, la levita, sufrió diversas transformaciones: levita de frac y levita de chaqué.  El frac, de procedencia inglesa, es una mezcla de casaca y chupa. La chupa derivaría en chaleco. Comenzó a usarse en Inglaterra en 1780. El chaqué lo comenzaron a utilizar los ingleses para montar a caballo. De ahí su abertura trasera. En la actualidad nunca debe utilizarse por la noche y el pantalón se debe llevar siempre sujeto con tirantes. Por las noches se tolera llevar frac y esmoquin, prenda que se remonta al siglo XIX y que utilizaban los británicos para reunirse a fumar. El pantalón lleva una cinta de seda lateral. Se acompaña de lazo o pajarita oscura y puño doble en la camisa para los gemelos. El esmoquin  no admite condecoraciones ni se utiliza en ceremonias, sólo en saraos de última hora de la tarde o por la noche.


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