domingo, 21 de agosto de 2016

Barata publicidad




Hay quien se paga su propia publicidad y le sale muy barato. Ese es el caso de Maria Dolores Montero, que conducía por Sanlúcar de Barrameda una motocicleta sin haberse puesto en la cabeza el preceptivo casco protector. Y en vista de que no era multada por los agentes, fue ella misma la que se presentó en el cuartelillo de la Policía Local para denunciarse a sí misma por cometer una infracción en materia de seguridad vial.  A esa señora le encanta que se hable de ella, aunque sea para mal. Ya los ciudadanos  la tuvimos que soportar durante siete años, mientras cobraba de la televisión pública con dinero del contribuyente. Y ahora, cuando se le acaba de terminar el contrato en el programa “La mañana de la 1”, hace ese tipo de excentricidades para que los medios sigan escribiendo sobre ella. Personalmente, lo que haga esa señora me trae sin cuidado. Montero, defensora del Toro de la Vega, que confundió en varias ocasiones el río Miño con el río Nilo, que en el caso de la asesinada Asunta entendió que Q.D.E.P. (“que descanse en paz”) era el nombre de una firma, que aseveró que oler limones previene el cáncer sin tener ninguna evidencia científica, etcétera, comete ahora una infracción de tráfico con el objeto de poder pagarse la multa. Es como si yo me autolesionara con el quicio de una puerta para justificar poder  dar una salida útil al esparadrapo que tengo guardado en un cajón de la mesilla. En fin, la señora Montero ya ha conseguido lo que quería: salir en todos los medios por el módico precio de 100 euros. Menos de lo que cuesta un pernil de bellota.

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