sábado, 6 de agosto de 2016

Polvareda




En el romance anónimo “La muerte de don Beltrán” puede leerse: “Este caballero, amigo, / muerto está en aquel pradal. / Las piernas tiene en el agua / y el cuerpo en el arenal; / siete lanzadas tenía / desde el hombro al calcañal / y otras tantas su caballo / desde la cincha al pretal “. Por estos pagos, la polvareda de los cascos de los caballos no nos permite ver el campo abierto donde se presenta batalla, si es que alguien presenta batalla, que no lo parece. Y entre tanta polvareda, desapareció don Beltrán.  Dicen por ahí que los responsables de un partido hablan con los responsables de otro y que se ha gripado la máquina. Sin programa de por medio que les una en lo esencial, poco puede concretarse a la hora de hacer pactos. Rajoy calla y espera, Sánchez ha dicho “no”, y Rivera expresa hoy “digo” donde ayer dijera “Diego”. En esa torre de babel donde Iglesias pretendió tocar el cielo con la mano con su sorpasso al PSOE, todo se ha trocado en confusión y desencuentro. La aritmética es implacable, los números no salen ni para las izquierdas ni para las derechas y, por si ello fuera poco, Rajoy pretende cambiar las reglas de juego a mitad de la partida. Alfonso Guerra remarca que hay que entenderse, Felipe González señala desde el otro lado del Atlántico que hay que dejar que gobierne Rajoy “aunque no se lo merezca”, y Susana Díaz, esa Niña de Puerta Oscura, abre las ventanas del Palacio de San Telmo para que ventile: Limoná… / En medio del limoná, / limoná… / De conchas y caracolas / le tengo que hasé a mi Lola / una casa de coral… Entre esta calor sofocante que nos deja sin defensas a los ciudadanos y ese túnel de oscuridad donde se encuentran agazapados los pastores de lobos, de nada sirve que nos tintemos la camiseta con violeta de genciana, como hacen los de Podemos, o que encorramos a trallazos a los sansirolés verriondos de uno y otro bando por ver cómo se amansan y cabriolean la jota mandilona. Habrá unas terceras elecciones, aunque se hunda el Aifos en la fosa de las Marianas.

No hay comentarios: