miércoles, 9 de noviembre de 2016

Apocalipsis de opereta





La prensa se pasa el día intentando explicar al lector cómo poder entender las facturas de gas y de electricidad. Pero seguimos sin comprenderlas por más empeño que ponen. Ahora, lo que sí vamos entendiendo es la razón por la que la banca española y determinadas empresas de Ibex 35 se han llevado las manos a la cabeza por el triunfo de Trump. Así, el BBVA cae el 5’7 % en Bolsa por su exposición en México y los Estados Unidos, Prisa el 5’16, OHL el 4’53… No hay que ponerse nervioso aunque algunos entiendan que acaba de venir al mundo el Anticristo. Ahora sólo falta esperar a conocer qué opinan al respecto los editorialistas de El País, tras la tendenciosa deriva de Antonio Caño. A la señora Clinton le ha ocurrido como al lamerón Amaranto Bachiller Piolín, que decidió acercarse al bingo que había  a dos calles de su casa y salió de allí con el culo pajarero. Jugar cartones de tres en tres tiene esas cosas. Clinton para España representaba la democracia y Trump, el populismo, cuando la verdad es que nada es lo que parece. Los republicanos cuentan ahora con mayoría en las dos Cámaras legislativas, como sucedió con Mariano Rajoy durante la penúltima legislatura. John Carlin, en la prensa de Prisa, dice que “Trump en el ala oeste de la Casa Blanca será, en el mejor de los casos, un Cantinflas interpretando el papel de Calígula en una versión moderna del declive y caída del imperio. En el peor, representa una amenaza para la estabilidad mundial”. Y a sus votantes les llama “analfabetos políticos que han puesto a un loco al mando del manicomio”. Por eso digo que la cosa no ha hecho más que empezar. Me congratula saber que de momento no escucho las trompetas de Jericó en este Apocalipsis de opereta.

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