lunes, 23 de enero de 2017

Santisteve, insensible





Curioso. Existe una churrería en el barrio zaragozano de Casetas que lleva funcionando desde hace 32 años. Y, ahora, Concha Guisado, que así se llama la churrera, recibe una carta del Ayuntamiento donde se le indica que debe cesar en el negocio “por carecer de la preceptiva licencia que autorice el ejercicio de la actividad”. Hay cosas que no se entienden. Esta es una de ellas. Concha no sale de su asombro. El Derecho consuetudinario, que es un derecho no escrito, es una norma jurídica continua, uniforme y racional practicada durante un periodo largo de tiempo sin ser contraria a las leyes. El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, de Zaragoza  en Común, que llevó como lema de su campaña municipal el “sí se puede” podemita, es abogado en ejercicio y, por tanto, debería saber que el Derecho debe ser equitativo, universal, consuetudinario y progresivo. En tiempos de crisis galopante (y ahora la crisis económica, los impuestos estatales y las tasas municipales se nos come por los pies) exigirle a una señora que ahora cuenta con más de setenta años de edad y treinta y dos en ejercicio que cierre su chiscón de churrería en un barrio rural por carecer de la preceptiva licencia se me antoja  una cacicada de libro. El alcalde Santisteve debería saber, como es su obligación, que gran parte de los bares zaragozanos sólo disponen de licencia de apertura provisional y que sacan a la calle mayor número de mesas de velador de las que tienen contratadas. El alcalde de Zaragoza debería saber, de la misma manera, que los vecinos llevamos muchos años sin que se poden los árboles de las calles de la margen izquierda del Ebro, que muchas baldosas están sueltas, que la vigilancia por parte de la Policía Municipal es escasa, que las aceras están muy sucias, que la basura rebasa los contenedores, que en muchos casos no se cumplen los horarios de apertura y cierre en los negocios, que hay excesivo ruido en la puerta de los establecimientos hosteleros y no se respetan los aforos en el interior de los mismos, que se aparca en doble fila, etcétera, etcétera. Sería larga la lista de malas prácticas ciudadanas a las que los responsables municipales encargados de la buena convivencia no ponen coto. El Alcalde de Zaragoza debería ser conocedor de que un centenar de vecinos de Casetas se han concentrado ayer domingo junto a la churrería en apoyo a Concha. El diario Heraldo de Aragón así lo plasma hoy entre sus páginas. Y cuenta que Concha “estaba visiblemente emocionada por esta muestra de cariño”. A Concha le desearía que se jubilase y viviese tranquila, que bien se lo tiene ganado. Y a Pedro Santisteve le recordaría una frase de Martín Luther King que, ¡oh casualidad!, aparece hoy en la hoja de mi taco de calendario: “Si  ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano”.

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