viernes, 17 de febrero de 2017

Mi recuerdo para el poeta del amor y del dolor





Hoy hace 181 años nacía Gustavo Adolfo Bécquer en Sevilla, en la calle Ancha de San Lorenzo,  ahora Conde de Barajas, muy cerca de la plazuela donde se halla el templo de Jesús del Gran Poder, hoy convertido en basílica menor, como lo son también La Macarena, Santa María Auxiliadora y el Santísimo Cristo de la Expiación. Gustavo Adolfo fue el quinto hijo de  José Domínguez y de Joaquina Bastida. Hace pocas fechas comentaba que se está restaurando el órgano de Santa Inés que dio origen a la leyenda Maese Pérez el Organista. Un órgano que este año ha podido sonar gracias a Abraham Martínez, que lo afinó. Su restauración y puesta a apunto está suponiendo un coste muy alto, hasta el punto que en Sevilla se ha abierto una cuenta para recibir donaciones voluntarias que pueden enviarse a la Fundación Alqvimia Musicae. La Fundación se compromete a expender un  certificado a todo aquel que haga donaciones para que pueda ser desgravado en la Declaración sobre la Renta. En las transferencias deberá añadirse: “Para la restauración del órgano de Santa Inés". Ya me gustaría que el alcalde Juan Espadas promoviese una idea similar para reparar en profundidad la Venta de los Gatos. Como se contaba en eldiario.es (17/10/2015), “la Venta de los Gatos, de más de 200 m2, ha tenido muchos dueños, el último una inmobiliaria. Hace un tiempo se quería vender por unos 600.000 euros y esa cantidad ha ido bajando hasta aproximadamente la mitad, pero la venta conserva un valor sentimental y cultural que no tiene precio. El Ayuntamiento de Sevilla aprobó en 2012 una moción para recuperar el lugar, pero quedó solo en la intención. La iniciativa cuenta con el apoyo de otros colectivos, como el Ateneo de Sevilla, la institución literaria Noches del Baratillo, la asociación cultural El Pinsapo, Busilis Escritores, la asociación Itimad y La Casa de los Poetas, entre otros. Yo visité en cierta ocasión aquel ventorrillo sevillano, creo que fue a principios de los 70, y lo encontré muy destartalado. Ignoro en qué estado se encontrará ahora. Supongo que peor.

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