miércoles, 8 de febrero de 2017

Repaga y vámonos





Los que entendíamos que el llamado “impuesto al sol” era un disparate nos quedamos cortos. Ahora me entero de que en Italia existe el “impuesto a la sombra”, que es una tasa municipal que grava la sombra que los letreros de las tiendas proyectan sobre las aceras. Una sombra que, evidentemente, se proyecta sobre suelo público y genera a los ayuntamientos italianos unos ingresos de ocho euros y medio por cada metro cuadrado proyectado. Día llegará, a este paso, que nos cobrarán por respirar, por beber agua de una fuente pública o por desgaste de las baldosas de las aceras. Bueno, en Zaragoza cobran una pasta gansa por entrar en La Seo, cuando todos sabemos que esa catedral se arregló con dinero público. Es otro repago, como el que se practica a los pensionistas en las oficinas de farmacia.

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