viernes, 21 de abril de 2017

Como un castillo de naipes





Torres de Barbués un pequeño pueblo de alrededor de 300 habitantes en la provincia de Huesca, en  los Llanos de la Violada, regido por la alcaldesa Celsa Rufas, del PP. Ese pueblo ha sido noticia por el derrumbamiento de la torre de la iglesia de San Pedro, construida a finales del siglo XIX, aunque la nave única de esa iglesia es del siglo XVII y  estilo barroco. Curiosamente, a principios de los años 60 del siglo pasado se recortaron las capillas cercanas al altar y esos sillares sirvieron para elevar las paredes de la plaza. Algo que no debió hacerse sin la aprobación del Colegio de Arquitectos. A ese municipio pertenece la pedanía de Valfonda de Santa Ana, un poblado de colonización de la época de Franco creado en 1957 para que los nuevos colonos ocupasen una tierra recién roturada, parcelada y con nuevos regadíos en medio de un desierto. Pues bien, el campanario ahora derrumbado era de planta rectangular, de tres cuerpos de sillería y ladrillo rematado con un capitel de ángulos ochavados con cubierta piramidal que había sido rehabilitado, y sus obras de consolidación concluyeron en diciembre de 2011 con una inversión de más de 100.000 euros. Su derrumbe fue de madrugada, sin causar daños personales, aunque sí un gran susto a los vecinos. El pasado mes de marzo se detectaron unas grietas que fueron puestas en conocimiento del Obispado y de la Diputación Provincial. Se tomó la decisión de enviar a un arquitecto, que tenía previsto visitar la torre el mismo día del desplome. Tuvo suerte, se libró por los pelos o por el simple vuelo de una mariposa. Lo que no termino de comprender es a qué se dedicó la inversión de dinero público durante el mandato de esa alcaldesa. Doy por hecho que ya aparecerían fallos en la estructura de la torre al plantearse su consolidación. No lo entiendo. Torres de Barbués se independizó de Barbués en 1927, siendo su primer alcalde Cosme Rufas Aguareles.

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