martes, 30 de mayo de 2017

No todo vale





De todas las noticias curiosas leídas en los últimos años, me llama la atención la muerte en Benasque (Huesca) de un urogallo en celo como consecuencia del estrés que le produjo estar acosado por los turistas para hacerle fotografías. El español pierde los papeles cuando ocia, ensucia los bosques y entiende que todo vale en beneficio de su diversión. Como escribía hace pocas fechas Valeria Luiselli en El País: “la lucidez es un bien escaso que anida sólo en los rincones improbables”. A mi entender, aquel acoso de turistas al urogallo constituyó una clara lesión a la dignidad de un animal, en este caso protegido. Mal debe de andar el aceite del candil de una sociedad en la que la Tauromaquia es aceptada como “fiesta nacional” a la que en ocasiones asiste el Jefe del Estado, y donde las corridas de toros son retransmitidas por la televisión pública; que, al igual que sucede con la Corona, se sufraga con del bolsillo de todos unos ciudadanos. El que quiera divertirse que vaya al circo, pero a un circo sin animales, sin domadores y sin látigos.

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