martes, 31 de octubre de 2017

a bordo del tacatá





Los políticos españoles, hagan lo que hagan y roben lo que roben, jamás dimiten de su cargo. El cargo es algo que va adosado a un sillón de despacho oficial, coche con conductor y escolta. Fuera de ese ámbito, el político es un ciudadano de a pie al que le puede caer la del pulpo. El sillón del ministro, digo, es como el tacatá de los niños, que sólo se mueve por los pasillos de la casa rozando todas las esquinas y no dejando a su paso títere con cabeza. Ahora me entero que Puigdemont anda por Bruselas pidiendo “asilo político”. Ya verán ustedes cómo aquí, en Carpetovetonia, volveremos a ver un Gobierno en el exilio, en este caso un Gobierno de la República Catalana en el exilio. Hasta es posible que Puigdemont se mimetice con Álvaro de Albornoz (tío de Severo Ochoa por parte de madre), que fue dos veces jefe de Gobierno republicano en el exilio, y que dijo aquello de que “no puede haber Gobierno sin territorio ni población, porque el Gobierno actúa sobre cosas y sobre personas”. A Puigdemont le ha cesado el BOE, que hace las funciones de motorista de Franco. Antes, cuando en el domicilio de un ministro aparecía un motorista vestido de gris con una carta en la mano, todos los de aquella casa donde sonaba el timbre daban por hecho de que no se trataba de un trabajador de Telepizza portando una “bacon crispy”. Al ministro cesante lo que más le molestaba era que no le hubiesen invitado a dimitir cinco minutos antes. Porque cese y dimisión no es lo mismo. La dimisión es a iniciativa propia mientras que el cese es a iniciativa de otro. El verbo “cesar” es intransitivo, es decir, que no admite complemento directo, oficio que desempeña el pronombre personal “lo”. “Cesar” procede del latín “cessare”, que equivale a “descansar”. Sin embargo, hay ejemplos en los que se usa como transitivo: “Llegó el caso de hacer cesar la batalla porque cesó la resistencia”. Tiene, además, dos construcciones fundamentales: “cesar de” y “cesar en”, que son intransitivos y tienen el valor semántico de “acabar”, “terminar”. Verbigracia: “Cesar en el empeño”. En fin, me voy de All Hallows' Eve, o Halloween, que para el caso, de Tauste.

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