martes, 27 de marzo de 2018

Memoria histórica





Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, quitó la estatua y el nombre de la calle al Marqués de Comillas, que tanto hizo por Barcelona. Bueno, Antonio López tuvo luces y sombras. Ya está. Pero la alcaldesa ha ido más lejos. Pretende ahora quitar la calle a un héroe en la guerra de Cuba, al almirante  Pascual Cervera Topete. Quiero pensar que Ada Colau es consciente de lo que desea hacer, no vaya a ocurrir que confunda al almirante Cervera con el crucero ligero “Almirante Cervera”, que estuvo durante la Guerra Civil al servicio de los rebeldes. Porque, de ser así, entenderíamos que la alcaldesa confunde el culo con las témporas. Pero su mayor asombro, si cabe, es el de transformar la actual Carrer de l'Almirall Cervera, situada en la Barceloneta desde 1949,  por la del actor catalán ya fallecido Pepe Rubianes, especializado en mimo, imitaciones y monólogos. Ese actor había nacido en Villagarcía de Arosa en 1947 y se le recuerda por haber sido protagonista de una polémica por su intervención el 20 de enero de 2006 en el programa El Club de la televisión pública catalana TV3, en la que, respondiendo a una pregunta del presentador Albert Om sobre su actitud respecto a la unidad de España, señaló: “A mí, la unidad de España me suda la polla por delante y por detrás, que se metan a España en el puto culo, a ver si les explota dentro y les quedan los huevos colgando del campanario”. Posteriormente, como consecuencia del revuelo organizado por sus malsonantes palabras, que hoy estarían tipificadas como un delito de odio, se vio obligado a rectificar: “Yo insulté a la España que mató a Lorca. Respeto a la España democrática y constitucional. Esta España me merece todos mis respetos y, además, pertenezco a ella”. En fin, nunca he comprendido la razón de desvestir a un santo para vestir a otro. A mi entender, Ada Colau debería recapacitar. España tiene memoria histórica, afortunadamente.

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