jueves, 14 de junio de 2018

El finiquito de Màxim Huerta



Ha sido como visto y no visto. El ministro de Cultura Màxim Huerta sólo ha durado seis días en el cargo. Y ahora toca darle su finiquito: 1.183 euros brutos como exministro por haber tomado una sola decisión durante su mandato: el envío de un requerimiento de información a la Sociedad General de Autores y Editores sobre su sistema de reparto. Y nos quejábamos por el drama del ministro Román Escolano, que sólo estuvo en el cargo 85 días y dejó de percibir 277.000 euros anuales como vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones y sin derecho a regresar a su puesto anterior. Menos mal que, dada su brevedad en el cargo, tampoco le afectará la Ley de Incompatibilidades. Bueno, hizo alguna cosa más durante su breve espacio de ministro de Cultura y Deportes: su primer acto como ministro fue el pasado día 7 con la despedida de los jugadores de la selección española antes de su partida rumbo a Rusia para el Mundial. Y en Las Rozas se le puede ver fotografiado junto a Felipe VI, el seleccionador nacional Julen Lopetegui y un grupo de jugadores. Por cierto, Lopetegui fue cesado ayer miércoles y sustituido por Hierro. Al día siguiente, día 8, fue entrevistado por Ana Rosa en Tele5, donde dijo que el cargo le daba “vértigo unido a mucha ilusión”. El sábado, día 9, estuvo paseando por la Feria del Libro en el Parque del Retiro, donde saludó a Almudena Grandes, a Carme Chaparro y se hizo fotos y firmó autógrafos con ciudadanos desconocidos. El domingo, día 10 estuvo en París asistiendo al triunfo de Rafael Nadal en el torneo Roland Garros. El martes, día 12, asistió en Madrid, en el Teatro María Guerrero, al estreno de Islandia, escrita por Lluisa Cunillé y dirigida por Xavier Albertí. Y el día 13, san Antonio de Padua, presentó su dimisión a Sánchez por el destape de un fraude al fisco de 256.778 euros (entre 2006 y 2008) publicado por El Confidencial. A las 7 de la tarde de ese día 13 aparecía en la televisión anunciando su marcha. En el telediario de las 9 de la noche ya se informaba de su sucesor: José Guirao,  exdirector del Museo Reina Sofía. Y eso fue todo. Pasó por  Cultura y Deportes como un meteorito. Yo no sé si llegarán a ponerle su retrato en las paredes del Ministerio o un pequeño recuadro enmarcado con una menguada foto y unas letras impresas debajo del mismo donde pueda leerse: “In memoriam. Màxim Huerta. Murió de vértigo como los gatos calabaceros, que nunca llegan a superar la desconfianza”.  

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