martes, 21 de agosto de 2018

Karma tétrico



Ignacio Camacho, en ABC, en su artículo “El nigromante” compara a Sánchez con Blacamán el bueno,  el personaje del cuento de García Márquez que tenía la propiedad de resucitar a los muertos. Blacamán el malo forma parte de la novela corta “La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada”, escrita en 1968.   Blacamán el malo era un  adivino avaro que iba por los pueblos “vendiendo” supuestos milagros y curiosos inventos, entre ellos un contraveneno, que vendía con la ayuda de “un joven con cara de bobo” (Blacamán el bueno) al que utilizó como cobaya y que, para poder llevárselo por las ferias, se lo tuvo que comprar  a su padre “por un real y dos cuartilllos y una baraja de pronosticar adulterios”. Pero un día, Blacamán el bueno  se convirtió en un adivino rico merced a sus milagros sanadores. Y muerto Blacamán el malo, Blacamán el bueno mandó construir un mausoleo en el que instaló su sepultura y lo resucitó allí dentro encerrado para vengarse. La nigromancia es la rama de la adivinación que se dedica al vaticinio del futuro mediante la invocación de espíritus.  “Algo parecido -señala Camacho- pero más prosaico y menos quimérico, es lo que pretende hacer con Franco este Gobierno: devolverle la vida política organizando un ejercicio de espiritismo en su mausoleo. Sánchez, que el viernes llevará a Consejo de Ministros el expediente de desentierro, aspira a completar la obra nigromántica de Zapatero, pionero en descubrir el fabuloso poder de agitación que tienen en España los esqueletos”. (…) “Y no hay ninguno más atractivo que el de Cuelgamuros, con su karma tétrico y esa grandilocuente, megalómana vocación de trascendencia que expresa su esplendor siniestro”. (…) “Esta gigantesca operación de propaganda en torno al Valle de los Caídos no quiere tanto exhumar al dictador como revivirlo, reintegrarlo a la escena pública en su condición de símbolo”.  Sí, pero que siga viviendo en otro lugar, no importa dónde, dentro del ataúd, como Blacamán el malo.

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