jueves, 17 de enero de 2019

Hoy, san Antón



Hoy, día de san Antón, hubiese cumplido 100 años Antonio Mingote. También, un día como hoy, en 2002, moría en Madrid Camilo José Cela. Conocí a ambos. De Mingote conservo un dibujo; de Cela, un libro dedicado. Mingote y Cela, cada uno a su manera, reflejaron como nadie el modo de ser de los españoles. Mingote, en sus viñetas en ABC; Cela, en los viajes, en los caminos y en las fondas. Ambos fueron marqueses: Mingote, marqués de Daroca; Cela, marqués de Iria Flavia. Me hubiese gustado saber, de haber vivido hoy Mingote, como podría haber sido su viñeta: si reflejaría la satisfacción de Juanma Moreno y su cohorte tras conseguir su propósito de trepar los muros del Palacio de San Telmo como si fuese el poste deslizante de la cucaña en la “velá” de Santiago y Santa Ana, donde los jóvenes trianeros intentan guardar el equilibrio en un engrasado palo marinero hasta poder arrancar la bandera que da derecho al premio de un jamón. O, tal vez, se hubiese hecho eco de la tragedia en Totalán; o del silencio en los pueblos vacíos; o de la cacareada exhumación de la momia de Franco, que nunca llega; o de las andanzas y desventuras del espía Villarejo; o del honor perdido de Francisco González… De la misma manera, de haber vivido hoy Cela, me hubiese gustado saber qué opinión le merecería el contraste de las cuatro Españas: la que defiende el neoliberalismo a ultranza; la que vive de la guirlopa (el diario rancho de los mendigos) a cambio de mansedumbre y adoctrinamiento;  la de aquellos que trabajan y tienen como patrón a una ITT; y la de los funcionarios públicos, donde también incluyo a los depredadores funcionarios del Cielo, de acre tufillo. En fin, voy a encender la hoguera como marca la tradición para ahuyentar las plagas y tratar de terminar enero con nuevas perspectivas.

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