domingo, 21 de abril de 2019

EL huevo, símbolo de la fertilidad



Leo por ahí, no sabría decirles ahora dónde, que “La Pascua Florida no representa fielmente el sufrimiento, la muerte y la resurrección de Jesucristo, aunque así lo consideren quienes aceptan ciegamente las tradiciones religiosas. En realidad, este festival desvirtúa la verdad al respecto porque está relacionado con la diosa babilónica Astarté, también conocida como Astoret o Istar, cuya adoración está directa y explícitamente condenada en la Biblia. Las antiguas prácticas y símbolos de la fertilidad (el huevo o el conejo) asociados con su culto ya existían mucho antes de Cristo y, desgraciadamente, han reemplazado y desvirtuado la verdad acerca de su muerte y resurrección”, o dicho de otra manera: “Pascha, la transcripción griega del término arameo para la Pascua, del hebreo pãsach (pasar por encima, dejar a un lado), es una fiesta instituida por Yahvé en conmemoración de la liberación de Israel de Egipto, y anticipando el sacrificio expiatorio del Mesías. La fiesta de la Pascua celebrada por los cristianos en los tiempos post-apostólicos era una continuación de la fiesta judía, pero no fue instituida por Cristo, ni estaba relacionada con la Cuaresma. Con el tiempo apareció la costumbre del conejo de Pascua y el huevo de Pascua, que son una reminiscencia de aquellos cultos de fertilidad. En consecuencia, los huevos fueron considerados carne, por lo que no se podían comer durante la Cuaresma. Pero como las gallinas seguían poniendo, los huevos se conservaban cocidos y se consumían al terminar el tiempo de ayunos y abstinencias.  El hecho de asociar el huevo con la fertilidad y por coincidir la Pascua con la estación primaveral, estación fértil por excelencia, hace que haya quedado establecido como símbolo de la Pascua. De modo que muy pronto los pasteleros de época comenzaron a elaborar los huevos de Pascua utilizando distintos ingredientes, entre ellos el chocolate. Del mismo modo,  en ciertos lugares de España comenzaron a elaborarse las famosas “cluecas” (en Aragón llamadas “culecas”) que consisten en una coca en la que están incrustados en su masa uno o dos huevos duros. Y fue desde entonces tradicional comerlos el día de la Pascua de Resurrección. En otros lugares aragoneses, como Calatayud, las culecas” se celebran el domingo previo al Domingo de Ramos, llamado domingo de Lázaro. La “culeca” constituía la única comida del día y como un ayuno voluntario preparatorio a la Semana Santa. Los bilbilitanos se reunían en el paraje inmediato a la ermita de san Lázaro, atendida por frailes antonianos, donde hasta el siglo XVIII hubo una leprosería. Todo ello viene muy bien explicado en el libro “Calatayud, rincones típicos, coplas de jota, costumbres tradicionales”,  de Mariano Rubio Vergara (Calatayud,  Gráficas Ruiz, Concepción, 2, 1979). Aprovecho para recordar que Gráficas Ruiz fue la continuación del negocio por parte de la viuda de Manuel Ruiz que se había llamado  Tipografía La Moderna, continuadora de la Imprenta Ruiz y Gracia a partir de 1949. Cerró definitivamente  en la década de los 1980. Había comenzado a editar en 1922 con la impresión de la obra “El Monasterio de Nuestra Señora de Rueda,  de José María López Landa. A partir de entonces se imprimieron otros trabajos del mismo autor.

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