Hoy es san
Jorge, patrón de Aragón y, también, el Día
del Libro desde 1929. Estoy harto de escuchar en los medios que tal
fasto es por coincidencia con la muerte de Cervantes,
ocurrida tal día como hoy en 1616. Y los más “culturetas” afirman sin despeinarse
que ese día, 23 de abril, murieron Miguel de Cervantes y William Shakespeare. Falso. Hay que aclarar que ninguno de ellos murió tal
día. Cervantes murió el día 22 y fue enterrado al día siguiente en las
Trinitarias. Y Shakespeare murió el 23 de abril de 1616, pero con fecha de otro
calendario, con el juliano, equivalente al 3 de mayo del calendario gregoriano.
Vamos, un lío. Los restos de Cervantes fueron descubiertos por la alcaldesa Botella (no sabemos si también
descubridora de la penicilina, la bombilla y el motor de explosión, poco antes
de que las urnas la devolviesen a su sitio natural, es decir, a capar gamusinos
con alicate) en el subsuelo de la cripta del convento de las Trinitarias en lo
que se dio en llamar “reducción 32”,
donde había restos de de 17 individuos (cinco niños y 12 adultos) y donde
Botella presume de que, entre ellos, estaban los de Cervantes, los de su mujer
y los del mago don Pirulo. En esa “reducción 32” se encontraron restos de prendas litúrgicas
(de una estola y de una casulla) del siglo XVII y una moneda de 16 maravedíes
de finales de aquel siglo, es decir, de cuando se trasladaron aquellos restos
desde la primera iglesia de las Trinitarias hasta la segunda, la actual. Ya en
marzo de 2015 aclaró uno de los forenses que participaron en el
desenterramiento que sería necesario hacer un cotejo entre los huesos
encontrados en las Trinitarias y los restos de una hermana de Cervantes
enterrada en 1624 en Alcalá de Henares junto a otros muchos cuerpos. Todo muy complicado.
Pero Botella, que tenía que haber respondido en los Tribunales de Justicia del
dolor que produjo a muchos ciudadanos con la venta de 1.860 viviendas de protección
oficial, 1797 plazas de garaje y 1569 trasteros al fondo buitre Blacktone-Magic Real Estate por debajo
de los precios de mercado en 2013 y en plena crisis económica, se marchó de rositas y vio su causa penal
archivada por sobreseimiento en el Juzgado de instrucción número 38 de Madrid.
Pero aquí no pasa nada. Y si pasa, ¡qué pasa! Botella quedará para la historia como descubridora de los restos de Cervantes y no sabemos si también autora de El Quijote.
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