martes, 2 de abril de 2019

Sánchez Ferlosio



Poco antes de recibir el Premio Cervantes en 2004, el ya desaparecido Rafael Sánchez Ferlosio declaró en la cadena SER: “Yo soy modesto porque es fácil serlo y además queda elegante, pero la humildad es en mí una virtud desconocida". Lo cierto es que ya desde la raíz, existe una diferencia entre estos dos conceptos: humildad viene del latín humus, suelo. De allí humilitas, de poca elevación, calificativo que corresponde al individuo, que se pone por el suelo. Modestia, de modus, significa medida y moderación al exteriorizarse; corresponde a la persona. O sea, la humildad se corresponde con un conocimiento; y la modestia, con una conducta.  Según Andrés Seoane (El Cultural, ayer), “tenía fama de árido, complejo y abrupto, pero lo que en realidad caracterizó la vida y la literatura de Rafael Sánchez Ferlosio, pues en él eran aspectos indisolubles, fue la independencia más feroz ante cualquier corriente política o social y cualquier atisbo de pensamiento dogmático”. Posiblemente, ahora, cuando escribo estas líneas ya habrá sido enterrado en el cementerio de La Almudena. Recuerdo que copié y recorté la entrevista que le hizo Daniel Arjona en un diario digital (El Confidencial, 18/01/17) a raíz de la publicación de  “Babel contra Babel”, el tercer volumen de sus ensayos dispersos reunidos. El periodista, en un momento determinado de la entrevista, le pregunta por la posible desaparición de los periódicos de papel: “Si desapareciesen mañana, ¿qué epitafio cree que merecen?”. Y Rafael Sánchez Ferlosio se salió por los cerros de Úbeda: “No lo sé. Si la nueva información digital esa que me comenta está dominada por la imagen y por la publicidad… Aunque hay buena publicidad, como aquel maravilloso anuncio de los tintes Iberia de antes de la guerra en el que aparecía una niña con varios botes de pintura en la que las partes blancas se iban tiñendo de color. Sé que tengo una copia por alguna parte… Era un anuncio precioso. La niña era muy agraciada, claro, con tirabuzones rubios… Casi todas las muchachas de Cervantes son rubias de dieciocho años. Menos una de ellas que es moreta (sic) y claro, entre los moros no hay muchos rubios aunque yo creo que alguno hay también. En España, la provincia de Badajoz es la que más rubios tiene”. Me sorprendió su respuesta. Cada día que pasa aprendo algo.

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