sábado, 4 de mayo de 2019

A botepronto


A mi entender, Pedro Sánchez no debe dejarse presionar ni ceder al chantaje de Unidas Podemos. Sería un error, que pagaríamos caro todos los españoles, que el partido que ha ganado las elecciones y que dispondrá de 123 escaños en el Congreso se aliase con una coalición morada que ha perdido 29 (se ha quedado con 42) y que no ha sido capaz de conseguir un solo senador. Coaliciones municipales, pase si no queda otra. Coaliciones autonómicas, ídem del lienzo. Sánchez debería leer La República de Platón, donde señala que la pobreza no viene por la disminución de la riqueza, sino por la multiplicación de los deseos. Y los deseos de Pablo Iglesias (ese nuevo Robespierre con aire de gañán) son por todos conocidos: poder controlar el BOE desde los ministerios, la televisión pública, el CESID y la Tercera Cámara (o sea, el Tribunal Constitucional) sin  haber ganado las elecciones y con un débil y cada vez más menguante apoyo de los ciudadanos. A Podemos, que tanto denostó a la “Casta”, le está sucediendo lo que a los caciques decimonónicos (léase Romanones y Romero Robledo), a los que les encandila, como diría mi admirado y difunto Pedro Rodríguez,  “la Paja y el Pesebre”, es decir, el sueldo y cargo oficial. También el Poder. Y no se dan cuenta de que ni Europa ni los Poderes Fácticos (donde incluyo al León Dormido) están por la labor de permitir que España corra arriesgadas aventuras en el ruedo ibérico por mor de la afición de la andanada de sol mientras permanezca en el selecto Club de Bruselas, al que ya le hemos cedido soberanía.

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