Válgame san
Cojoncio el susto que me he llevado viendo a Valle Inclán presidiendo la Mesa de Edad en el Congreso de los
Diputados. Yo lo imaginaba en el Pasadizo de San Ginés comiendo churros con Alejandro Sawa y mirándose en los espejos
que deforman las figuras; pero no, él está sentado en el sillón de Ana Pastor, serio y circunspecto. Me he
vuelto a sosegar después de tomarme una infusión de tila, encomendarme a san Gennaro, cuya pequeña estatuilla
tengo junto a unos libros de Austral,
y leer el ABC con devoción
franciscana. Él, ahí sentado presidiendo
el Hemiciclo tampoco es el espectro del corregidor de Calatrava, Gonzalo de Ulloa, en la Hostería
del Laurel. Se trata de Agustín
Javier Zamarrón, médico y diputado del PSOE por Burgos. La cosa se pone en
marcha. Esto no hay quien lo pare. Y el buzón de mi casa se llena de
correspondencia de aspirantes a cargos de concejales, de diputados a las Cortes
de Aragón y al Parlamento Europeo. Todos
me tutean como si me conocieran de toda la vida, como si nos hubiésemos sentado
en el mismo pupitre de “Apellániz” de
la escuela de Primeria, y piden mi voto como el acólito de la parroquia cuando pasa
el cepillo a la feligresía mientras dice en tono monocorde y sin mirar a nadie:
“Dios aumente la caridad”. En la radio de mi cuarto de escribir, que cada vez
se parece más a una celda frailuna, suena “A
vucchella” de Tosti, aria
napolitana que me eleva el espíritu: “Sí,
comm’a un sciorillo /tu tiene na vucchella /un poco pocorillo appassuliatella. /Meh,
dammillo…”. En la calle sopla el cierzo, ese ventolín molesto que todo lo
arrebata. Ahora la radio cuenta que El
Prado busca salidas de emergencia para “Las
Meninas” y otras 249 obras pictóricas. Maritxell
Batet, ya presidenta de la Cámara Baja con el apoyo de Podemos y PNV, deberá
hacer algo similar a lo que proyecta el Museo en la Carrera de San Jerónimo. La XIII Legislatura arranca briosa y bueno será
procurar que, como sucedía con las viejas “lambrettas”,
la bujía chispeante del deseo de cambio no
haga la “perla” en pleno descampado.
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