sábado, 31 de mayo de 2025

El silencio de las estatuas

 

 

Un movimiento romántico historicista fue el motivo de que a mediados del siglo XIX el Estado impulsara innumerables homenajes históricos a personas de relevancia. Y se hizo sembrando estatuas de los más afamados escultores del momento: Mariano Benlliure, José Alcoberro, Mateo Inurria, Ricardo Bellver, Aniceto Marinas, Eduardo Varrón, Jeromi Suñol, Juan Sanmartín, Venanci Valmitjana, etcétera. De la misma manera, aparecieron muchos talleres de fundición en bronce, sobre todo en Barcelona: “Damians y Rovira”, Federico Masriera, la casa “Planas-Flaquer”Carmelo de Lucas del Ser, en su magnífico trabajo, “Usos de la Historia y representación del pasado”  (‘Argutorio’, primer semestre de 2018, pgs. 29-42) señala a ese respecto cosas interesantísimas. ‘Argutorio’, para aquel que lo desconozca, es la revista de la Asociación Cultural “Monte Irago” con carácter semestral que se publica en Astorga y que comenzó su andadura en 1998.  Todas las esculturas de entonces hacen referencia a personales célebres, actos heroicos, batalles, etcétera. En este caso, según escribe Carmelo de Lucas del Ser, “se inscriben los monumentos dedicados a Colón y al Descubrimiento de América (el del Puerto de Santa María de la Rábida fue inaugurado el 12 de octubre de 1892 por la reina regente María Cristina y el presidente del Consejo de Ministros Antonio Cánovas, dentro de los actos del cuarto centenario; los relacionados con la Guerra de la Independencia  (2 de Mayo en Madrid, Agustina de Aragón, los Sitios de Zaragoza, Astorga, Cádiz y Gerona, y otros dedicados a personajes mitificados de la historia nacional, entre ellos Viriato (Zamora), Don Pelayo y Covadonga (Oviedo), El Cid Campeador (Burgos), Guzmán el Bueno (León), Cristóbal Colón (Barcelona, Madrid, Salamanca, Valladolid, Nueva York), Hernán Cortés (Medellín), el almirante Oquendo (San Sebastián) y María Pita (La Coruña). También recuerdan instituciones medievales y hechos heroicos en la defensa de las libertades y fueros nacionales, como los monumentos realizados a Juan de Lanuza y al Justiciazgo aragonés (Zaragoza) y a los jefes comuneros de Castilla (Villalar). También se tributaron homenajes a personajes de la historia contemporánea: Jovellanos (Gijón), Balmes (Olot), Antonio Trueba (Bilbao), Prim (Reus), José Moreno Nieto (Badajoz), María Cristina de Borbón, el marqués de Comillas (Barcelona)… En ocasiones el homenaje resalta el mérito personal alcanzado en las letras y en las artes, como las estatuas dedicadas a Lope de Vega, Alonso de Berruguete, san Isidoro de Sevilla, Alfonso X el Sabio y Luis Vives realizadas por los escultores José Alcoberro y Pedro Carbonell para la Biblioteca y el Museo Nacional. Pero el autor del trabajo, Carmelo de Lucas, hace especial hincapié y dedica más espacio a la figura de Guzmán el Bueno, nacido en León y defensor de Tarifa y la escultura de Aniceto Marinas que iba a colocarse en León, como así fue, en una glorieta que llevase su nombre aprovechando el ensanche de esa ciudad en 1897. La fundición de la estatua  estaba prevista en  la fábrica de cañones de Sevilla, pero por diversas causas, al final la fundición artística se encargó a “Masriera y Campins” (Barcelona), según  acuerdo en sesión de 15 de noviembre de 1898. No deseo de terminar hoy mi escrito sin hacer referencia al hijo del platero Josep Masriera i Vidal y de Eulàlia Manovens i Roldós, hermano de los pintores Francesc y Josep Masriera y tío del pintor y orfebre Lluís Masriera, hijo de Josep. Se formó como escultor y trabajó en el taller familiar de joyería como director comercial. Posteriormente, fue el responsable de la sección de fundición del “taller de Francesc Vidal y Jevellí”, donde se elaboró la estatua de Cristóbal Colón de Barcelona (1888). En 1891 creó su propia empresa, F. Masriera y Cía., hasta que en 1896 se asoció con su sobrino Antoni Campins y crearon el taller “Fundición Artística Masriera y Campins”, una de las empresas de fundición más exitosas de toda España en su momento. En su taller se forjó la estatua de Alfonso XII del Parque del Retiro de Madrid. En la foto que acompaño aparece la familia Masriera al completo. Aquí lo dejo. Les deseo que tengan un buen día.

 

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