viernes, 25 de julio de 2025

Pasarse de rosca

 

 

Por lo visto hay quien se inventa títulos académicos y títulos nobiliarios, como es el caso de Noelia Núñez o de la Marquesa de Parabere, que se llamaba María Mestayer de Echagüe, gastrónoma afamada que escribió estupendos recetarios sin haber pisado nunca un fogón. Noelia Núñez, dicha sea la verdad, decía haber impartido clases de Ciencias Políticas en una universidad privada, la Universidad Francisco Marroquín, cuyos títulos solo estaban reconocidos en Guatemala. Para más inri, esa universidad privada ha emitido un comunicado en el que niega las funciones docentes de esa diputada  y aclara que solo es cierto que “fue invitada en agosto de 2022 al campus de Guatemala, para compartir su experiencia personal en la política”. Se pasó de rosca. El caso de María Mestayer, falsa marquesa de Parabere, es distinto. Al ser hija del diplomático francés Eugenio Mestayer Demelier y de María Jacquet la Salle, hija de un banquero bilbaíno parece normal que hubiese comido pan de muchos hornos. Con sus padres viajó por Europa y visitó los mejores restaurantes, entre ellos el de Auguste Escoffier, creador  de la ‘alta cocina’,  al que se le atribuye la creación del ‘melocotón Melba’ en 1893, en honor de la soprano australiana Nellie Melba y el ‘tournedó Rossini’, en memoria de ese compositor italiano. Le unió una gran amista con el cocinero Teodoro Bardají cuando éste era jefe de cocina de los duques del Infantado, parientes de su marido. Comenzó su ‘carrera culinaria’ impartiendo cursillos de cocina y repostería en Bilbao a las mujeres de Acción Católica en la vecina parroquia de San Vicente de Abando, en el colegio de El Sagrado Corazón y en organizaciones de fomento de la educación femenina como el ‘Emakume Abertzale Batza’, asociación de mujeres del PNV. También colaboró en la prensa con el seudónimo de Maritxu hasta 1929. A partir de entonces fue cuando comenzó a utilizar el falso título nobiliario, que ostentaba un primo de su marido, Joaquín Aguirre Echagüe, quizás por afinidad  con Madeleine Marie de Parabère, amante de Felipe II de Orleans. Pero a Noelia Núñez se le atribuye, si acaso, su defensa a ultranza de Díaz Ayuso y de su impresentable pareja en los debates televisivos donde participa.  A una mala, les aseguro que prefiero una falsa marquesa que editó magníficos libros de cocina a una inventora de galardones académicos que nunca obtuvo. Podía haber  expuesto Noelia Núñez en su currículo que era cursillista de Cristiandad, Hija de María, o diplomada en Corte y Confección y patrones de París. Pero no. Y claro, al no calibrar que la mentira tiene las patas muy cortas, se pasó de frenada, también de rosca, y en lugar de parar en Fuenlabrada terminó derrapando y chocando contra un mojón kilométrico en Los Negrales, en Collado Villalba, cerca de Alpedrete. Esas cosas suceden cuando, además de aflorar la falta de vergüenza, se toma al ciudadano por bobo.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario