martes, 11 de noviembre de 2025

La guayabera de Sánchez


No sé la razón por la que la prensa de papel pierda tanto tiempo en hacer comentarios sobre la guayabera que Pedro Sánchez usó durante su reciente viaje a Colombia.  Antes que él, que yo recuerde, ya la vistió Felipe VI  en la Cumbre Iberoamericana de 2014;  en su viaje a Cuba en 2020;  en su visita a las “Tres Mil Viviendas”, el barrio más pobre de Sevilla;  y en la recepción del pasado agosto en Marivent a las autoridades mallorquinas. Esa prenda, confeccionada en algodón o lino, adornada con cuatro bolsillos y jaretas frontales era muy normal en Sevilla durante las temporadas que me tocó vivir por cuestiones de trabajo hace más de 50 años. La guayabera la llevaba desde Leopoldo Sáinz de la Maza y Falcó, conde y ganadero de reses bravas, hasta el vendedor de periódicos del quiosco de La Encarrnación; desde el cliente habitual de ‘Los Corales’ o de “La Bodeguita Romero” hasta el vendedor callejero de lotería de la calle Matahacas. Unos, con manga larga y, otros, con manga corta, que de todo había. No cabe duda de que era más elegante la primera, con los puños cerrados hasta la muñeca. Incluso mi hija me trajo una guayabera que había comprado en La Habana. Ya lo dice el refrán: “Cuando el diablo no tiene qué hacer, con el rabo mata moscas”. Pero la prensa ya ni mata moscas ni distrae al lector. Solo lo espanta. De ahí su decadencia progresiva. Algunos diarios hasta dicen que Sánchez no supo vestir la guayabera, que le quedaba corta por abajo y que la usó con un pantalón inadecuado, como señalan que se pudo ver cuando aterrizó el pasado domingo en el aeropuerto internacional ‘Ernesto Cortissoz’, en Barranquilla, por donde se fue el caimán, y donde le esperaba a pie de avión la canciller ese país, Rosa Villavicencio, con la que el presidente del Gobierno posó a su llegada como si fuese el primer encuentro con una novia epistolar. Pero lo que en Felipe VI (según la prensa) “reforzaba su imagen, donde  la nueva visión de la moda masculina en la que la comodidad, el simbolismo cultural y la elegancia pueden ir de la mano”, en Sánchez, por el contrario, la guayabera le quedaba como dos pistolas a san Tarsicio, el único santo que -como decía Cela- posa en los altares con minifalda.

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P.D.- Leo que 20 iglesias de Zamora cobrarán la entrada para poder ser visitadas, que “de no ser así, tendrían que echar el cierre”. Desde la diócesis -que ha presentado su balance pastoral y económico- se ha puesto de relieve “lo acertado de la iniciativa”. “Es -según afirman-, una llamada a vivir la fe desde lo cotidiano”. ¡Vamos, hombre…, ni que los templos fuesen churrerías donde regalasen a los fieles calentitos con chocolate a la taza!  Vale.

 

domingo, 9 de noviembre de 2025

Al-mudayna

Corona de la Almudena, un auténtico postre de Madrid ciudad

 

Hoy, la Archidiócesis de Madrid celebra la festividad de la Almudena, patrona de la capital de España desde 1908 por decreto del papa Pío X, según  explica en un artículo de La Razón el meapilas oficial Jorge Fernández Díaz. Por ese exministro del Interior y forofo de Garabandal, también me entero (cito textual), de que “tiene su centro en el hecho histórico del descubrimiento de su imagen en el siglo XI, cuando Alfonso VI de León y Castilla [se le ha olvidado añadir Galicia] tras reconquistar Toledo el 6 de mayo de 1085, cumpliendo una promesa efectuada por él, vuelve a la Villa a intentar encontrar la talla oculta de la Virgen. Será el 9 de noviembre de 1085, apenas cinco meses después, cuando, al pasar ante un lugar de la muralla que rodeaba, como era habitual, a los recintos militares musulmanes, se desprenderán unos fragmentos del muro que protegían la talla policromada que había sido escondida tres siglos antes, al comienzo de la invasión musulmana, para evitar su destrucción. La denominación de Almudena procede de aquellos tiempos de dominio musulmán, pues “al-mudayna” es la denominación propia de los recintos protegidos por esas murallas”. Pues nada, no me acostaré sin saber una cosa más. Y como es típico en España que cada santo tenga su octava, pida su ermita y saborea su laminería, la tradición manda degustar ‘la corona’, de la misma manera que por san Isidro los escaparates de las pastelerías madrileñas se llenan de rosquillas y la Pradera de chulapos y de manolas. ‘La corona’ nació  cuando el Gremio de Pasteleros de la Villa convocó un concurso en 1978 para crear un dulce en honor de Santa María la Mayor. También manda la tradición acercarse a la Catedral de la Almudena para dar culto de hiperdulía a esa talla, como digo, de estilo gótico tardío realizada en tiempos de Felipe IV (alias el Rey Planeta) donde se representa una imagen con una túnica rojiza sobre un trono de plata sosteniendo a su Hijo desnudo con ambas manos. La imagen viajó, como viaja la maleta del loco, por diversos templos. Primero fue trasladada a la iglesia de santa María, en la calle Mayor, demolida en 1865, después, a la Iglesia del Santísimo Sacramento,  y en 1911 se trasladó a la cripta de la Catedral. No deseo terminar sin señalar que hoy la presidenta de esa Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, ha tenido que abandonar en ambulancia la misa patronal por una "leve indisposición". Al llegar, y poco antes del oficio religioso, hizo unas declaraciones a la prensa sobre aquello que iba a implorar a la imagen. No he llegado a saber qué, pero es fácil de intuir. Posiblemente se acatarrase, o hasta pudiera ser que le sentase mal alguna copa el pasado jueves en Las Ventas celebrando el X aniversario de OKDiario, donde dio la enhorabuena a Eduardo Inda y a su equipo "por -como dijo- hacer periodismo, por contar la verdad y por no arredrarse, por no permitir ser prensa del régimen, por no ser activismo, por preguntar, por exigir, por querer saber, por defender todo aquello que nos ha traído hasta aquí como democracia liberal”. También esa “leve indisposición” le impidió poder participar ayer sábado en el Congreso del PP andaluz, cuya asistencia había confirmado días antes y donde Moreno Bonilla cortó las dos orejas y el rabo, reelegido como líder del partido por la casi totalidad de los compromisarios asistentes. En el “Cantar de Mío Cid”, Alfonso VI de León, Castilla y Galicia (el rey que se encontró la talla policromada en laal-mudayna’, cerca de la Cuesta de la Vega) fue el que le contestó a Rodrigo Díaz de Vivar: Cosas tenedes, Cid, que farán fablar las piedras”.

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P.D. - Después de haber dado fin a mi chat de hoy, me entero por los medios informativos de que la "leve indisposición" de Díaz Ayuso se ha traducido en unas cagaleras estivales en diferido que se han disipado tras exonerar el vientre,donde le han aconsejado tomar fruta en todas sus formas y recibiendo a continuación el alta por el equipo médico de la Fundación Jiménez Díaz. Vale.

 

viernes, 7 de noviembre de 2025

Toreo de camarín

 

Leo con estupor una noticia (que más parece un comentario) aparecida en Vozpópuli y firmada por Luis Casal, que dice lo siguiente: “Sánchez exige elecciones en la Comunidad Valenciana mientras se niega a convocar las generales”. Lo que dijo Sánchez en la cumbre climática de la ONU es que se debe convocar elecciones en la Comunidad Valenciana en lugar de pactar con Vox. La dimisión de Mazón ya ha aparecido en el BOE, con que lo lógico en estos casos es que se elija un nuevo mandatario regional de inmediato o que los valencianos vayan a las urnas, como parece ser que demandan. Mazón ha demostrado ser un miserable de mucho cuidado, con poca empatía y una nula capacidad de mando, Feijóo no desea que se convoquen nuevas elecciones por miedo a perder el gobierno en esa Comunidad, y Abascal, que parece tener la llave maestra en este entuerto, se frota las manos como Pilatos. Les ayudará si el PP cede a sus pretensiones: freno a la política verde y contención a  la inmigración masiva. No hay que olvidar que Mazón pactó los presupuestos con Ignacio Garriga después del desastre de la dana a cambio de ponerle nuevas zapatas a ese par de frenos señalados. El caso del PSOE es distinto. Sánchez, como presidente del Gobierno de España, puede convocar nuevos comicios cuando lo desee, del mismo modo que puede intentar terminar la Legislatura aunque carezca de los apoyos de Junts. Cuando se está en manos de la ultraderecha, como le sucede al gobierno valenciano, hay que tragar sapos y agachar la cerviz, o sea, permitir políticas machistas, racistas y recortes en derechos. A Feijóo le va a suceder lo que a los gatos calabaceros, algo que ya expliqué en mi chat de hace unos días. Se le está quedando cara de torero de camarín de peinado y aseo. Cualquier día, a no tardar, se hará una foto junto a un toro de Guisando, mirará como cuentan que miraba Manolete a dos o tres ancianos que salgan a tomar el sol, y les dirá entre un dulcísimo revolar de sonrosados serafines: “¡Va por ustedes!”.

 

Laminerías monacales

 

 

Ayer escribía sobre el cocido en todas sus variedades, ese alimento contundente que a nadie deja insatisfecho. Y decía, recuerdo, que hay cocidos que se toman al revés, dejando para el final la sopa. Tiene su explicación en el cocido maragato, donde los arrieros decían aquello de que “si sobra, que sobre la sopa”. En todo gesto humano hay un orden de prioridades por una razón de supervivencia. En la Maragatería, como digo, también hay un orden de prioridades con respecto al cocido tradicional. Primero se come la carne, o sea, el chorizo, la morcilla, el tocino.., después, la col con los garbanzos, y más tarde, si queda tiempo, la sopa. A los viejos leoneses de Astorga queda poco por enseñarles por la experiencia y fuerza de la costumbre. Allí se fabrican las mejores mantecadas, las que hacían cada madrugada en el convento  del Sancti Spiritus y que se popularizaron con la llegada del ferrocarril. Las mujeres acudían al andén y durante las paradas de los trenes vendían su exquisito producto por las ventanillas a los viajeros. Su popularidad llegó por el boca a boca. Su origen se remonta a hace más de 200 años. Ya se describen las mantecadas en 1805, cuando los reposteros Máximo Matheo y Francisco Calvo se convirtieron en proveedores del Seminario durante las navidades. Parece ser que una monja exclaustrada, Josefa González Prieto, las comercializó. En 1850, Balbino Cortés Morales, en su “Diccionario Doméstico. Tesoro de las familias o Repertorio Universal de Conocimientos útiles” (1876), aporta una receta de esa laminería que, de paso, sirvió para que se crease el oficio de las cajilleras, cuya misión consistía en plegar los cuadrados de papel que servían de envase, como sucede con los sobaos pasiegos o con los papeles plisados de las magdalenas. El primero de esos productos comercializados los llevó a cabo la empresa “La Perla Astorgana”. Desde entonces varios anuarios han mencionado la importancia de las fábricas de mantecadas en Astorga. Verbigracia: el ‘Anuario Bailly-Bailliere’ (1891, p. 1495) hace referencia a 12 fabricantes de mantecadas. También, el ‘Anuario Riera’ (1901, p. 1167) señala 11 fábricas de mantecadas, y  el ‘Anuario Bailly-Bailliere’ (1916, p 3179) cita el nombre de 9 fabricantes, e incluye  el anuncio publicitario de dos obradores. Según la Cámara de Comercio de Astorga, la facturación de mantecadas por ferrocarril en 1930 fue de 188.710 kilogramos. En la actualidad es el único dulce con D.O. Castilla y León. Pero León (la región con sus tres provincias que nunca debió unirse formando comunidad autónoma con la resabiada,  caciquil y amputada Castilla la Vieja) tiene otros productos que, a mi criterio, no le van a la zaga. Se trata de los famosos “nicanores” de Boñar, con hojaldre, huevo, mantequilla, azúcar, vino y sal. Y no hay que echar en saco roto los gloriosos amarguillos almendrados que hacen las monjas dominicas del Monasterio Sancti Spiritus el Real, en Toro (Zamora), fundado en 1307 por Teresa Gil, enterrada en el coro. Setecientos años de estancia monacal dan para mucho.

 

jueves, 6 de noviembre de 2025

Platos de cuchara

 

 

No cabe duda de que los platos de cuchara están de moda. Solo falta que  los restaurantes de postín vuelvan a llamarse “casas de comidas”, que es lo que realmente son. Leo en la prensa local que en Zaragoza comienza la “Ruta del cocido”, que durará desde el 15 de noviembre hasta el 15 de marzo. Haciendo bueno aquello que dijo Gregorio Marañón de que “el cocido había salvado más vidas en la España de la posguerra que la penicilina”, aparece en la prensa, como digo, una larga lista de los establecimientos y los días que harán la sopa, los garbanzos, la col y los sacramentos. El cocido (“la olla”, como la definía don Quijote) tiene sus raíces en un plato judío llamado adafina, que se consumía el Shabat. Era un guiso que se cocinaba lentamente el día anterior y se dejaba reposar todo ese día. Con el tremendo error de la expulsión de  de los judíos en 1492 y la posterior conversión (aunque aparente) de los que se quedaron tras ser cristianados, la receta fue adaptada por los conversos, que introdujeron (aunque siempre a regañadientes) ingredientes prohibidos en la dieta judía, como era el caso del cerdo. Ello viene a cuento con el chiste de Santamarta aparecido hoy en Diario de León, donde bajo el rótulo “estatuas de Valladolid para la catedral de León”  aparece a la vista del lector la catedral leonesa, de donde sale una voz que dice “se empieza así y se acaba añadiendo arroz a la morcilla…”. Con el cocido ocurrió algo parecido, o sea, que se fueron añadiendo “sacramentos” de compango o de ‘pringá’, según la región a gusto del consumidor. El cocido ( que no tiene ‘copyright’  ni necesita licencia eclesiástica ni el "nihil obstat" del obispo) puede ser andaluz, madrileño (con los famosos tres vuelcos), castellano, maragato, extremeño, gallego, montañés, lebaniego, catalán (escudella)..., y cada uno de ellos con sus particularidades respectivas. En unos casos se empieza por la sopa y en otros se termina con ella. Como diría Pitágoras, el orden de los factores no altera el producto. Pero hay otros lugares donde se exalta la comida contundente y donde el cerdo es el protagonista, como sucede con el botillo, tradicional en El Bierzo, para dotar al cuerpo de la necesaria fortaleza como para afrontar los más duros trabajos físicos en el campo o en la granja. En algunos manuscritos del siglo XII se señala la obligación de los vasallos de tributar ciertas cantidades de “botillos” al monasterio de san Pedro de Montes, situado en Ponferrada. En Zamora existe una variedad de botillo que allí denominan como ‘pastor’.  El botillo procede del despiece del cerdo mediante un proceso de elaboración que dura de cinco días. Desde 1972 se celebra en febrero el tradicional ‘Festival Nacional de Exaltación del Botillo’, en Bembibre. Pero ahí no queda la cosa. De ninguna de las maneras debo pasar por alto las ‘Jornadas Gastronómicas’ de La Bañeza ( ya en su segunda edición) en torno a las alubias durante todo el mes de noviembre. Se guisan en sus cuatro variedades (canela, riñón, plancheta y pinta) en los 18 restaurantes participantes. Esas judías comenzaron a cultivarse en La Bañeza en 1760, y hoy son tan famosas como los garbanzos de Fuentesaúco, que comenzaron a sembrarse en la Guareña y la Tierra del Vino en el siglo XVI y hoy gozan de protección. Terminaré con una curiosidad: en el siglo XVII el conde de la Fuente de Saúco, Pedro de Deza, envió unos garbanzos de esa zona como obsequio a Francisco de Quevedo, según se sabe por una carta de Sancho Sandoval (amigo y primo político, casado con Leonor de Bedoya, prima lejana de Quevedo) de 16 de enero de 1639. Los buenos garbanzos deben tener ‘nariz de vieja y culo de monja". La comida contundente (el cocido, el botillo y la fabada) vuelve a la carga en tiempos de tribulación, donde algunos horteras de bolera han descubierto, ¡oh, sorpresa!, que existen cubiertos para la mesa (cuchara, cuchillo y tenedor) y que hay vida más allá de las putas hamburguesas 'happy meal'  y de los indigestos rollos 'durum kebab'.