lunes, 25 de agosto de 2025

Juanita Reina, cien años

 

 

Hoy, 25 de agosto, hubiese cumplido 100 años Juanita Reina, fallecida el día de san José de 1999 y enterrada en el sevillano Cementerio de san Fernando, a tiro de piedra de la venta de los Gatos, en el barrio de San Jerónimo, sobre la que Gustavo Adolfo Bécquer construyó una leyenda que rezuma amargura. Dice Francisco Correal hoy en Diario de Sevilla: “Sus restos fueron llevados a hombros, como los de un torero, desde la Basílica de la Macarena hasta el cementerio. La estatua que la recuerda está muy cerca del conjunto fúnebre de Mariano Benlliure que preside el de Joselito 'el Gallo' en el mismo conjunto escultórico donde reposan los restos de su hermano Rafael, su cuñado Ignacio Sánchez Mejías y los de Gabriela Ortega. Aquel mismo día falleció Agustín Goytisolo. Por cierto, la censura le prohibió una canción: “¡Yo soy esa!”. Y una de sus películas, “La novia de Juan Lucero” (1959), filmada en parte en una finca de Ángel Peralta, estuvo dirigida por Santos Alcocer, nacido en Zaragoza en 1907. Durante la Guerra Civil, Alcocer fue acusado de espionaje y trasladado a Barcelona, donde estuvo preso en el barco “Villa de Madrid”, construido por Frd. Krupp Germania wf. A.G. en Kiel para la Compañía Transmediterránea en 1931 y achatarrado en Villanueva y Geltrú en 1979. Hacía la singladura entre Cádiz y Canarias hasta el 18 de julio de 1936, fecha en la que se ordenó al capitán del barco, Francisco Mugartegui mediante telegrama que zarpara del puerto de Santa Cruz de Tenerife al puerto de Barcelona.  Arribó a ese puerto a las 14 horas del día 23 de julio, quedando confiscado y puesto a disposición de las autoridades. Sirvió de enlace rápido con Marsella, conduciendo contingentes de voluntarios de las Brigadas Internacionales y material de guerra para el bando republicano, y durante su permanencia en el puerto de Barcelona, fue usado como buque-prisión.  Hasta que a principios de 1939, mientras las fuerzas terrestres rebeldes progresaban desde varios frentes hacia Barcelona, los aviones rebeldes bombardeaban sin interrupción el puerto y sus instalaciones. El “Villa de Madrid” se encontraba atracado por el costado de babor en el muelle de España, y con la proa apuntando al interior de la dársena del Comercio, cuando en uno de esos ataques aéreos recibió varios impactos de bombas sobre su cubierta, destrozando las dos bodegas de proa y una de popa. También en su costado exterior recibió metralla que le ocasionó varias vías de agua. Poco a poco fue escorando a estribor a causa de la entrada de agua hasta clavarse en el fango a diez metros de profundidad. Termina la contienda fue reparado con un  coste final de 190.000 pesetas. El día 2 de agosto de 1940, ya operativo, emprendía viaje  con rumbo a Buenos Aires.  Aquella compañía alemana había construido pocos años antes el “Infanta Beatriz”, más tarde rebautizado como “Ciudad de Sevilla”, que hacía el trayecto semanal desde Barcelona y el archipiélago canario. Poco después del comienzo de la guerra, el falangista Santos Alcocer fue condenado a muerte por el Tribunal Central de Espionaje y Alta Traición. Pasó más tarde a la Cárcel Modelo de la barcelonesa calle Provenza y se salvó de ser “paseado” casi de milagro. En Aragón hubo por aquellos años grises tres directores de cine hoy casi desconocidos. Los tres falangistas: el zaragozano Santos Alcocer (1907) , uno de los protagonistas de la posterior película de David Trueba “Soldados de Salamina”), Jesús Pascual Aguilar, nacido en Alcorisa (Teruel) en 1912, y el turolense de Bronchales, Clemente Pamplona (1917), fundador del diario Lucha, hoy con cabecera de Diario de Teruel.

 

Ecologistas de sofá

 

 

Me da la extraña sensación de que los españoles estamos sufriendo el  “efecto Baader-Meinhof” o fenómeno de frecuencia ilusoria. Vemos por todos los lados incendios, danas y catástrofes de toda índole a fuer de escuchar desastres en los informativos en los medios. El nombre de ese fenómeno fue adoptado en 1994 por un usuario de un foro alemán en el que describía cómo, tras mencionar una vez el nombre del grupo terrorista de los años 70 Baader Meinhof por los apellidos de dos de sus principales líderes, siguió viendo detalles sobre estos. Según la doctora Neha Pathak, “cuando conoces algo, parece que lo ves con más frecuencia”. Así sucede que, como la prensa se empeña en señalar que Sánchez es el nuevo Nerón, las hordas con serrín en la cabeza y poco que perder le insultan nada más verle aparecer por algún sitio. Se ve en los actos protocolarios y en las visitas a pueblos con motivo de catástrofes… Lo de Paiporta (que significa puerta del campo) fue vergonzoso. Cuando a Sánchez le dieron con un cachiporrazo en la espalda, el Rey también debería, a mi entender,  haberse marchado del lugar. Pero no lo hizo. Pues bien, en un momento dado, como digo, entra en juego la atención selectiva y amparándose en el anonimato de la multitud, se pita y se  insulta hasta la grosería, bien sea al árbitro de un partido, a un torero frente a un toro manso de imprevistos arranques o a un político, por diversas causas. Cuenta hoy Miquel Giménez en Vozpópuli que “a este gobierno no le importa seguir mandando, aunque para hacerlo deba hacerlo sentando su glorioso culo sobre las cenizas de la que antaño fue una próspera nación”. En ese  mismo diario digital, Rosa Martínez en tono más sensato comenta: “Escucho a la gente de un pueblo narrar cómo la junta vecinal se organizó para impedir que el fuego llegara a las casas del pueblo. Como todos pusieron lo único que tenían: sus manos, cubos, mangueras, palas, rastrillos… Para intentar cortar el paso de un incendio que amenazaba con reducir a cenizas todo el pueblo. Y mientras estaban desbrozando, llegó la Guardia Civil a preguntarles si tenían permiso”. ¡No me mates con tomate! Aquí no hay frecuencia ilusoria que haga ver que cuando vemos varios coches rojos pensemos que todos los coches son rojos. Aquí lo que hay es muchos ecologistas de sofá, muchos políticos a la violeta y bastantes discursos cobardes por parte de unos reyezuelos regionales, en este caso del PP, que utilizan el ventilador para esparcir su incompetencia manifiesta. Pero no pasa nada. Y si pasa, ¡qué pasa! Cuanto peor, mejor. Pues claro, hombre, pues claro.

 

sábado, 23 de agosto de 2025

Caleidoscopio de atrocidades

 

 

A propósito de un accidente de carretera lleno de niños donde han muerto varios viajeros en un autobús turístico en Estados Unidos, leo en varios diarios  que esa desgracia ha ocurrido en el “estado de Nueva York”. A mi entender se debería haber escrito “Estado de Nueva York” (en inglés: New York State) con la palabra “Estado” en mayúscula, porque "Estado" se refiere al tipo de entidad política  y "Nueva York" es el nombre propio del territorio cuya capital es Albany. Antes de ayer escribía en mi post  “¡Viva Checoslovaquia!”  (en referencia a los recientes incendios de Extremadura) que la presidenta de esa Comunidad Autónoma, María Guardiola, “hoy no superaría la asignatura de Geografía en el Bachillerato por agradecer esa señora la ayuda de Checoslovaquia para combatir los incendios”. No se entiende que alguien que rige (aunque de esas maneras) el destino de los extremeños (se toquen o no se toquen) ignore que Checoslovaquia no consta en la configuración europea desde hace 33 años, aunque sí fue un Estado soberano de la Europa Central entre 1918 y 1938; y más tarde, entre 1945 y 1992, disolviéndose el 1 de enero del año siguiente y dando lugar a dos Estados: República Checa y Eslovaquia, ambos pertenecientes a la Unión Europea desde 2004. Por lo que se desprende que la señora Guardiola, a la que no tengo el gusto de conocer y tampoco me apesadumbra,  debe de tener colgado en la pared de su despacho un mapa de los tiempos del Imperio Austrohúngaro (con permiso de García Berlanga) que abarcaba unos 675.000 kilómetros cuadrados y cubría la práctica totalidad del actual mapa de Hungría y Austria así como Chequia, Eslovaquia, Eslovenia, Croacia y Bosnia y Herzegovina, además de buena parte de Rumanía, Serbia, Polonia, Ucrania, Italia y la costa de Montenegro. Vamos, mucho más extensos que Cáceres y Badajoz. Por cierto, “Los extremeños se tocan” (a veces hasta los cataplines) es una especie de opereta sin música donde los actores cantan a capela, de Pedro Muñoz Seca y Pedro Pérez Fernández, estrenada en el Teatro de la Comedia de Madrid el 17 de diciembre de 1926. Existe en las hemerotecas una crítica muy positiva de ese estreno en el diario ABC del día siguiente, sábado, en la página 33. No cabe duda de que el humor andaluz y la astracanada de Muñoz Seca llenaba los patios de butacas de los teatros españoles, donde los espectadores se mondaban de risa lironda. En cierta ocasión le preguntaron a ese autor cuáles eran los cinco escritores españoles más importantes para él, y éste contestó jugando con los números: “Don Miguel de Unam-uno. Benito Pérez Gal-dós. Miguel de Cervan-tres. Luca de Tena, don Tor-cuatro. Benavente, don Ja-cinco”. Pero tampoco hay que olvidar sus tres epitafios cuando, a la muerte del matrimonio que atendía la portería de su casa, le pidió su hijo una semblanza recordatorio para sus padres difuntos. Muñoz Seca escribió esto: “Fue tan grande su bondad, / tal su generosidad / y la virtud de los dos / que están, con seguridad, / en el cielo, junto a Dios”. Como no recibió la aprobación eclesiástica, por dar por hecho que ambos se habían salvado, hizo otra versión: “Fueron muy juntos los dos, / el uno del otro en pos, / donde va siempre el que muere / pero no están junto a Dios / porque el obispo no quiere”. Tampoco lo aprobaron y redactó un tercer epitafio: “Vagando sus almas van / por el éter, débilmente, / sin saber qué es lo que harán / porque, desgraciadamente, / ni Dios sabe dónde están”. Es el filo del vermú y me voy a preparar un “Forzudo” de Ponferrada con hielo y un par de gildas con piparras de Ibarra, aceitunas deshuesadas ‘Sarasa’ (con perdón), anchoas del Cantábrico y un toque de aceite de girasol, que son para mí el mejor invento después de la rueda, el botijo y los apuralápices. Les deseo un feliz, en la medida de lo posible, fin de semana. Aprovechen antes de que asome los cuernos la dana, que llegará silente en la noche morada con luna, lunera, cascabelera.

 

jueves, 21 de agosto de 2025

¡Viva Checoslovaquia!

 María Guardiola: "Extremadura empieza a despegar tras 40 años de socialismo" 

 

Esto días, con  la tragedia de la quema de 400.000 hectáreas (equivalentes a 4.000 kilómetros cuadrados) de monte, arbolado e incluso casas en pueblos, se está hablando en los medios de pérdidas considerables en casas rurales diseminadas por nuestro territorio por la  cancelación de muchos ciudadanos que tenían previsto su uso a pupilaje. Pero hay que caer en la cuenta de que una cosa son los daños emergentes (daños tangibles de un bien) que siempre se traducen en pérdidas,  y otra muy distinta el lucro cesante, o sea, la ganancia futura que se ha dejado de percibir debido a la misma circunstancia, en ese caso las disminuciones en el negocio de pernoctaciones por esas cancelaciones sobrevenidas. Por ejemplo, si están arreglando una calle por la que difícilmente se puede transitar por las obras y, como consecuencia de ello, disminuye el número de clientes que habitualmente entran en un bar o en una ferretería, existe situación evidente de lucro cesante. Por esa razón existen seguros que cubren esa interrupción temporal en los beneficios del negocio. En los daños emergentes, por el contrario, se tiene que afrontar el dinero necesario que deberá aportar para arreglar los desperfectos de un siniestro sobrevenido. Sea como fuere, donde no hay ganancia la pérdida es segura, salvo en la Bolsa, donde no se pierde mientras no se vendan las acciones. Cosa distinta es que no se acierte con la inversión en un valor a la hora de adquirirlo. También sucede, y vuelvo a los incendios, muchos de ellos provocados, que las comunidades autónomas más perjudicadas (Castilla y León, Galicia y Extremadura), todas ellas gobernadas por  la derecha, no aceptan el ‘nivel 3’ (como ya pasó con la dana en Valencia) para que los presidentes de esos territorios no estén obligados a ceder el mando al Gobierno Central en situaciones  desesperadas. Pero todos esos reyezuelos de chicha y nabo (políticos a la violeta) a un mismo tiempo y puestos todos de acuerdo piden a Sánchez lo imposible de poder ser concedido;  para, de esa guisa, pretender liberarse, aunque sin éxito, de las responsabilidades transferidas, según se recoge en la Ley de Montes  (Real Decreto-Ley 15/2022) y en el artículo 148 de la Constitución Española.  No cuela. Y Núñez Feijóo, presunto autor intelectual de esa orquestada trama de acoso y derribo al presidente del Gobierno, lo sabe. Lo vimos con Mazón en octubre pasado, y ahora lo vemos con Fernández Mañueco, Alfonso Rueda y María Guardiola, esa mujer que hoy no superaría Geografía en el Bachillerato y que “agradece la ayuda de Checoslovaquia para combatir los incendios”  33 años después de su desaparición como país. ¡Mandan huevos!

 

El corte de tarta

 Así conseguirás cortar el pastel sin dejarte la mitad en el cuchillo

 

 Hay situaciones que es necesario explicarlas bien para evitar sobresaltos. Eso sucede con demasiada frecuencia en la hostelería. Así, leo hoy en La Razón un suelto firmado por Víctor López-Alisio donde cuenta que en Ibiza un grupo de comensales fue a un restaurante para celebrar un cumpleaños. Después de comer, pidieron a un camarero el favor de cortarles en porciones una tarta que ellos mismos habían llevado. La sorpresa llegó al pagar la cuenta, cuando se especificaba el añadido de un importe de 27,60 euros por el corte de aquella laminería. En ese diario aparece impresa la nota por un montante de 697 euros, donde, en efecto, puede verse en la minuta el importe añadido por el “trabajo extra”. No lo encuentro abusivo si ello implicó (no se especifica) tener que poner a disposición de los clientes unos platos de postre, los correspondientes cubiertos para su toma, el cuchillo utilizado y la espátula. Es como si en un banquete llevas unas cuantas botellas de cava compradas en la tienda de al lado para que en el restaurante las pongan a enfriar y más tarde las sirvan en la mesa. Parece normal que en “la dolorosa” añadan una cantidad determinada por el “descorche”, es decir, por enfriar y más tarde descorcharlas y servirlas sobre el mantel  en delicadas copas ‘Pompadour’ puestas por el establecimiento de comidas y que, más tarde, deberán fregar, secar  y recoger procurando que por su fragilidad no se rompan. Algunos clientes parece que olvidan que un restaurante es un negocio concebido para ganar dinero. ¿Por qué esos mismos clientes consideran como ‘algo normal’ que les adeuden en su banco una cantidad por el concepto de “mantenimiento de cuenta”? Eso sí que no parece normal. ¿Por qué en sus viajes a Italia nadie protesta cuando le cobran por el uso de los cubiertos, o en Estados Unidos callan cuando les añaden en la cuenta la “obligada”  propina al camarero? Parece mentira, pero hay clientes paletos que todavía están convencidos de que los pájaros maman, o que por más que miran, nunca encuentran la pólvora en los perdigones de las carabinas de aire comprimido. Hay cosas que no entiendo.

 

domingo, 17 de agosto de 2025

Menos elogios y más eficacia

 Fotos del velatorio de Javier Lambán en Ejea de los Caballeros: flores y  banderas a media asta | Imágenes

 

No hay nada como morirse para que al fallecido le lluevan los elogios. Tal es el caso de Lambán, al que ahora le acaban de convertir en el adalid de los destinos aragoneses. Lo dice el refrán: “a burro muerto, la cebada al rabo”. No se puede remediar lo que ya no tiene remedio. A mi entender, Lambán fue un presidente del Gobierno de Aragón muy mediocre, como lo fueron todos los presidentes aragoneses que le precedieron en el cargo desde que España se troceó en 17 reinos de taifas; o sea, desde Juan Antonio Bolea en 1978 hasta ahora. ¿Quién recuerda con nostalgia los mandatos de Marco (ayudado por Gomáriz) Eiroa, Lanzuela, Rudí…, y así hasta 13 presidentes (si incluimos a José María Hernández de la Torre y a Ramón Tejedor Sanz, que fueron presidentes en funciones). Son todos ellos como espectros de un juego de rol donde los participantes interactúan entre sí y con el entorno, donde toman decisiones intentando cambiar el rumbo de una historia casi contada para niños. Pero, ¿de qué historia hablamos? Porque en Aragón no han cambiado mucho las cosas para bien desde la muerte de Franco, la posterior instauración de un Borbón que salió rana puesto a dedo por aquel sátrapa “por la gracia de Dios” y la llegada en tromba de un advenedizo oligopolio de partidos políticos que eufemísticamente dieron en llamar democracia, donde todos no somos ni seremos iguales ante la ley. Si la democracia es “la regla de la mayoría”, ello significa que los intereses de las minorías son ignorados por completo. ¿De qué sirve que el turismo constituya el 13,5% del PIB si los camareros que atienden a esos turistas tienen que dormir en una colchoneta infame en un balcón o en una autocaravana por falta de recursos? ¿De qué sirve un aumento de la población trabajadora -según los registros del Ministerio de Trabajo- si el sueldo percibido es lo más parecido a una limosna? ¿Cómo es posible que hoy los hijos y nietos puedan vivir peor que sus padres y abuelos? ¿Cómo es posible que existan Comunidades Autónomas (que pongo con mayúscula por ser parte del Estado) de primera y de segunda? ¿Acaso un aragonés tiene las mismas prestaciones sociales que un vasco? Ni mucho menos. Conque menos elogios a los expresidentes autónomos difuntos, menos lutos al estilo cañí, menos ayudas públicas a ‘Romaredas’ ahora bautizadas con nombres de banco por mor de los caciques que no dan ni un celemín, menos fantasía al estilo Chueca, más control del dinero público, menos fastos derrochones y, sobre todo, más eficacia, si queremos dejar de ser unos paletos con olor a fritanga de bocadillo de pota. Respecto a Azcón, que no se preocupe. Algún día le llegarán a él también las alabanzas.

 

sábado, 16 de agosto de 2025

Lo ibérico


Todavía recuerdo cuando en la escuela, el maestro, don José, entrañable profesor al que recuerdo leyendo el ABC, fumando 'ideales' y mojando en un tintero una excelente pluma estilográfica "Montblanc", hacía hincapié a los educandos sobre el nombre de los primeros prerromanos que habitaron la Península Ibérica entre los siglos VI y II a.C. Decía aquel ilustre maestro que se llamaban iberos y le molestaba que algunos niños dijeran íberos. Para los griegos, los iberos era un gentilicio que denominaba a aquellos habitantes que vivían en la cuenca el río Íber, más tarde conocido como río Ebro. Por suerte para nosotros, en 1897 un bracero de La Alcudia de Elche, Antonio Maciá, descubrió por casualidad cavando el terruño de una finca del doctor Campello una escultura de piedra caliza en su forma de busto policromado de dama que algunos expertos mantuvieron que se trataba de una urna funeraria. Fue vendida al Museo del Louvre y regresó a España en 1941, como fruto de un intercambio de obras de arte con Francia, y depositada en el Museo del Prado, hasta que en 1971 se trasladó al Museo Arqueológico Nacional. Aquel médico, hasta entonces propietario del busto, lo vendió en 4.000 francos franceses mediante contrato firmado el 18 de agosto de aquel año, dado que no había ofertas de adquisición por parte de museos españoles. Solo unos días antes, el 7 de agosto de 1897 se había producido el asesinato de Cánovas. La escultura salió finalmente hacia Alicante, donde se embarcó con destino a Marsella. Pues bien, como decía al principio, a aquel  maestro no le gustaba que los alumnos dijeran ‘íbero’ en su forma esdrújula. Había que decir, según él, ‘ibero’ (de Iberia) con acentuación llana. Hechas las consultas oportunas descubrí que se podía decir de ambas maneras, aunque su acentuación grave es la preferida por el “Diccionario panhispánico de dudas” de la RAE. Pero matizando más aún, la palabra “ibero” procede, como decía, de ‘Íber’, un hidrónimo que al principio designó el río Tinto (de la región minera de Huelva) y más tarde al Ebro. Hoy es san Roque y Calatayud, en honor del santo, está de jolgorio cuatro días. Hay vocinglerío, se baila, se bebe, se esquivan vaquillas en la Plaza de Margarita, se sube a la ermita del santo en la Sierra de Armantes por dificultosos vericuetos, y por las calurosas callejuelas de 'las trancas' se escucha la canción del verano, al menos del verano bilbilitano: “Qué mierda llevas, Calatayud. ¡Si l’has  cogido, pa’tú, pa’tú! ". El alcalde Aranda (que también es senador del PP y sanador en la especialidad de Urología), e Interpeñas luchan al alimón para que esas fiestas sean consideradas de “Interés Turístico Nacional”. Pues nada, ¡adelante con los faroles por esas trochas del diablo! A san Íñigo de Oña, el verdadero patrón de Calatayud, no le hacen tantos parabienes. Ellos sabrán.