domingo, 31 de octubre de 2010

Un chófer para Revilla

Leo en El Diario Montañés que se busca chófer para el coche oficial de Miguel Ángel Revilla. De momento ya hay más de quinientos aspirantes al puesto. Claro, es necesario, entre otras cosas, aprenderse el Estatuto de Autonomía, la Ley de Igualdad, el convenio colectivo para el personal laboral al servicio de la Administración, el Reglamento de Vehículos, la normativa de infracciones y sanciones, las leyes de seguridad vial, el mapa de carreteras de Cantabria, los conceptos básicos de mecánica, de primeros auxilios y de protocolo. Uf… ¡demasiado para Gálvez! Lo que no se indica en las bases es cómo habrá que colocar las anchoas en el maletero para que no huelan demasiado ni se descompongan cada vez que Revilla se acerque a La Moncloa para saludar a Zetapé, o al Ministerio de Fomento, para recordarle a José Blanco eso de “qué hay de lo mío”, referido al trazado del AVE Madrid-Santander sin tener en cuenta esa “Y”, o sea, esos dos ramales, uno a Santander y otro a Bilbao que, según el ministro, supone un ahorro considerable de costes. Revilla tiene mucho interés en recordarle a José Blanco que una cosa es el País Vasco, con todas su prebendas adicionales y bendiciones “monclovitas”; y otra muy distinta Cantabria, donde “nunca esta ni se la espera” a la hora de la toma de decisiones políticas desde Madrid. Para el Gobierno Central no es lo mismo negociar pactos con el “Lehendakari” López, que hacerlo con el “Lindacara” Revilla a efectos de apoyos puntuales en el Congreso de los Diputados. Por esa razón, entre caja de bocartes y chupadas de cigarro habano, siempre que puede le recuerda Revilla al ministro del ramo (que es como se decía en los telediarios en blanco y negro) que para ramales, lo que se dice ramales, ya está en el mapa Ramales de la Victoria, que es la estación de ferrocarril a la que acude en bicicleta el cartero todas las mañanas para recoger la correspondencia de Lanestosa, de Sangrices y de buena parte del Valle de Carranza. Revilla es consciente de que a Santander ya se la “dieron con queso” a principios del siglo XX con aquel trazado del “Santander-Mediterráneo” que, de haberse concluido, habría permitido que los barcos atracasen en Santander y descargasen la mercancía sobre ferrocarril. Éste se habría encargado de transportarla hasta Valencia en cuestión de horas, frente a la semana que tardaba un buque mercante en recorrer la costa. Lo malo es que se quedó en Cidad de Valdeporres-Dosante. Es decir, que por no terminar los 60 y pocos Km. que faltaban hasta Santander, se cerraron los más de 600 Km. de vía férrea hasta Caminreal en 1985. La política es así y el “Lindacara”, que es un lince, lo sabe.

sábado, 30 de octubre de 2010

Sánchez Dragó

Está claro que Fernando Sánchez Dragó lo que pretende es que se hable de él aunque sea para mal. Es su particular manera de utilizar el “truco o trato” para que se le preste atención y para que se compren sus libros. No entraré al trapo sobre todo lo escrito y dicho por este personaje, a veces más parecido a un esperpento de “halloween” que a una persona seria y responsable. El hijo póstumo de Fernando Sánchez Monreal, periodista y redactor-jefe del diario La Voz asesinado por los sublevados en septiembre de 1936, ha tenido una metamorfosis complicada desde su juventud hasta su llegada al punto donde ahora se encuentra, o sea, a ser el autor --según confiesa-- de ciertas “licencias irónicas en el diario El Mundo”. Su “sintonía con el universo filosófico de Oriente” le ha llegado a “ablandar las meninges” y a contar repugnantes historias urdidas con niñas de trece años en Tokio hace muchos años, o a soltar en una entrevista, la que le hizo Juan Cruz en el diario El País el 19 de julio de 2006, que “ahora soy el padre de mi padre, (…) lo llevo aquí, en el hombro, como el papagayo de los piratas, y todos los días charlo un rato con él”. Este moderno Jack O'Lantern sigue siendo un hombre culto, ameno y de pluma ágil. A mi entender, no es necesario que haga excentricidades o que trufe sus relatos con salidas de tono execrables, en determinados casos tipificados en el Código Penal, para que los lectores continúen visitando las estanterías de los grandes almacenes y adquiriendo sus casi siempre magníficos trabajos literarios.

jueves, 28 de octubre de 2010

Cuestión de "share"

Ha quedado claro que los españoles han preferido ver por televisión las hazañas belicosas del pastor lusitano Viriato que el culebrón infumable sobre los príncipes de Asturias. Ditalcón, Audax y Minuro constituyen un trío de traidores que supieron poner la chispa al argumento de esta “historia de la Historia”, como diría Carlos Fisas, fallecido hace pocas fechas. Los príncipes deberán esperar a que se asiente el poso del tiempo si es que se quiere escribir algo de sustancia sobre ellos. Es una lástima que no exista un continuador de la obra de don Natalio Rivas, que lo mismo escribía de Juan Prim, o de Narváez, que de la casa de Tócame Roque; que lo mismo planchaba un huevo que freía una corbata. Su “Anecdotario Histórico Contemporáneo”, publicado en diversos tomos entre los años 40 y 50 del pasado siglo son como una mesa de relojero de anécdotas todas ellas muy interesantes. Y es que la historia sólo interesa cuando se sabe contar. Posiblemente hoy a los telespectadores les interesaría más una biografía novelada de Leandro de Borbón, único hijo vivo, aunque bastardo, de Alfonso XIII y de la actriz teatral Carmen Ruiz Moragas; o los amores de Baldomera, hija de Mariano José de Larra, con Amadeo de Saboya; o la promiscuidad de otra reina española, la “de los tristes destinos”. Para saber cómo se desenvuelven en sociedad los actuales príncipes de Asturias, o las infantas, ya disponen los españoles en los quioscos de la revista “Hola” que, por cierto, a mí no me interesa. En España ya existen demasiados cortesanos de genuflexión fácil, de mucho visón y poco jamón, que darían media vida por salir en una foto aunque sólo fuese junto a Belén Esteban en una hortera playa mediterránea. Viriato tiene fuerza histórica pese al tiempo transcurrido. Respecto a la familia Borbón- Ortiz, paciencia y a recoger, como hace el pescador de truchas con cucharilla. Tiempo le pido al tiempo, que tiempo el tiempo me dará.

miércoles, 27 de octubre de 2010

A ver si nos centramos

Si les digo la verdad, a mí no me parece nada censurable que la infanta Cristina esperase seis minutos a la ministra Pajín. El diario ABC trata la noticia como un acto “lamentable y bochornoso”. Estoy seguro que su tardanza se debería a cuestiones de trabajo. La entrega de premios Imserso “infanta Cristina 2010” no creo que sea cosa de vida o muerte. Otra cuestión distinta, a mi entender, hubiese sido hacer esperar al Jefe del Estado. Pero no hace al caso. Según el protocolo, los invitados deberían estar en la sede del Imserso diez minutos antes. ¿Y eso por qué? De hecho, así lo hicieron Purificación Causapié, directora del Imserso y Engracia Hidalgo, consejera autonómica de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid. Pues ya vale. Ya tenía la infanta “súbditos” de genuflexión de rodilla que le recibieran a la puerta del coche. La ministra, que me parece que no es partidaria de hacer genuflexiones ni delante del sagrario, acude cuando puede, o cuando le dejan sus obligaciones; que, sin duda alguna, son más importantes y de mayor responsabilidad que los de una de las hijas del Rey. Una cosa es el protocolo, que particularmente no me interesa demasiado, y otra muy distinta el nivel de ocupaciones dentro de la responsabilidad de gobernanza. Es evidente que un Estado puede desenvolverse sin Monarquía y sin culebrones televisivos de marquetin, como de hecho sucede en Francia, Alemania y Portugal, pero de ninguna de las maneras sin tareas cotidianas de gobierno. A ver si ya nos vamos centrando un poco, que ni aquí tenemos a Sissi emperatriz ni está el horno para bollos.

lunes, 25 de octubre de 2010

Garrotazos al aire

Está claro que el PSOE empieza a poner nerviosa a la gente de la derecha. Sólo hay que leer las tremendas declaraciones que en forma de artículo de opinión escribe hoy Agapito Maestre en las páginas de Libertad Digital. Bajo el título “La libertad y el silencio”, Maestre señala que “pocos dudan de que, desde ahora hasta que lleguen las elecciones, asistiremos a espectáculos de propaganda propia de la negra socialdemocracia del Sur de Europa. Nadie, pues, se extrañe si ve entre rejas a algún líder de la oposición”. ¿Acaso tiene alguno de esos líderes de la oposición rabo de paja? Agapito Maestre nos recuerda a los españoles que “no han pasado todavía tres días del nombramiento del nuevo Gobierno y ya han estigmatizado a un alcalde del PP por unas declaraciones ridículas, la gaviota pepera sustituye al aguilucho de Franco y Rajoy es un tipo sin agallas para decir qué quiere hacer con España”. ¿Ustedes se acuerdan de La Codorniz? Pues para mí que Miguel Mihura y Álvaro de Laiglesia eran dos aprendices de humoristas comparados con él. Este hombre, a mi entender digno de estudio, afirmaba en las páginas de ese medio informativo hace poco más de dos años lo siguiente: “ese ateísmo, ese horrible pedrusco en que los socialistas han convertido la idea de Dios, es el gran látigo ideológico de los gobiernos menos democráticos del mundo, entre ellos el español, que lejos de admitir el Estado aconfesional que nuestra Constitución legitima no renuncian a un Estado laicista de carácter ateo”. Este hombre de la caverna, capaz de hacer semejantes aseveraciones al más genuino estilo de Pío Moa, o de Aquilino Polaino, otros que tal bailan, ahora se pone agresivo y arremete por medio del pim pam pum contra todo lo que se mueve: “Para Zapatero y su partido sólo hay un objetivo: desestabilizar a Rajoy y su gente. Cualquier pretexto será bueno para llamarles fascistas, imbéciles y, en fin, basura que no sirve ni como abono para reciclar el suelo de la democracia”. Tiene suerte este irreflexivo ciudadano. A otros, por menos, les practicó Egas Moniz una lobotomía.

domingo, 24 de octubre de 2010

Ya (.es) no sé lo que siento

El pasado día 21, bajo el título “Un comentario desafortunado”, hacía referencia a las groserías del impresentable alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva; al día siguiente, el día 22, bajo el título “Siento vergüenza ajena”, me indignaba contra un disparatado y licencioso artículo, “A cuántos tocamos”, publicado por Javier Pérez Pellón en República de las Ideas.es. Hoy, día 24, no puedo pasar por alto el apartado de “sociedad” del periódico Ya.es, actualizado con fecha 22 en el que, bajo el epígrafe “El besito de las ministras feministas en el traspaso de carteras”, aparece una foto artera, por lo que pretende sugerir al lector, en la que se dan un cariñoso abrazo Leire Pajín y Bibiana Aído ante la atenta mirada de Trinidad Jiménez. Miren ustedes: yo no es que me la quiera coger con papel de fumar y perdonen tan raquera expresión. Estoy de vuelta de muchas cosas aunque sólo sea por mi edad. Lo que sucede es que estoy harto de leer estupideces a tutiplén con marcado signo machista. Y, ¡oh casualidad!, todas ellas provenientes del mismo fondo de la caverna. Puedo comprender que el diario Ya, (“hijo primogénito” de otro diario de orientación católica, “El Debate”, fundado por Guillermo de Riva en 1910 y vendido al año siguiente a Ángel Herrera Oria), fuese durante la Segunda República el periódico oficioso de la CEDA. Lo que no acierto a comprender es que en pleno siglo XXI los restos de aquel naufragio editorial, es decir, el actual Ya.es, periódico sin papel alguno en nuestra sociedad, o sea, ni físico ni químico ni gaseoso, señale con respecto a esa fotografía lo siguiente: “Están encantadas de conocerse. Cuando se traspasan la cartera ministerial se dan grandes abrazos y felicitaciones, como si hubiean (sic) ganado el Mundial. Cómo (sic) si les hubiera tocado un premio, cuando la actitud tendría que ser seria, de responsabilidad. Pero para colmo, entre las ministras del feminismo y del aborto, lo del besito en los morros... en fin. ¡Y no se pierdan la carita de gustito que pone la Trini!”. La secuencia completa de esa escena la he visto varias veces en los informativos de la pantalla de televisión. Les aseguro que en nada se parece a lo que en ese medio de comunicación se insinúa. A los miembros de su Consejo Asesor, (José Manuel de Prada, Aquilinio Polaino, José Escandell, Alejandro Fernández-Pombo, Paloma Gómez Borerro, etcétera) habría que invitarles a que acudiesen al oftalmólogo.

viernes, 22 de octubre de 2010

Siento vergüenza ajena

Si ayer comentaba en mi post las indecentes y machistas palabras del alcalde de Valladolid a la cadena Onda Cero referidas a la ministra Leire Pajín, hoy me he quedado desconcertado leyendo otro artículo, en esta ocasión de Javier Pérez Pellón en “República de las Ideas.es”. Pues bien, este para mí despreciable columnista, en su trabajo “A cuántos tocamos”, aparecido hoy en la red, después de avisarnos de que “la señorita Trini muerde”, arremete contra Bibiana Aído de forma contundente: “Pues si señor, que se nos va la ministra del coño, la Bibí Aído, la cartógrafa del clítoris, la Juan de la Cosa de los labios inferiores, la Carter (sic) de los misterios del punto “G”. Lo que no sabemos todavía es hacia donde (sic) nos amenazan sus próximos pasos políticos. A lo mejor recibirá una consistente ayuda financiera, ordenada personalmente por su señorito el Zapa, de algún que otro millón de euros, para que durante cuatro horas al día se dedique a meterse el dedo y logre descubrir, entre la rugosa piel de su interioridad sexual, nuevos elementos para satisfación (sic) del placer humano, sobre todo para el gustazo de las féminas”. Al margen de las faltas de ortografía, que son profusas dentro del texto, Pérez Pellón continúa vomitando bilis sin que nadie le sujete la frente: “Esta tía –refiriéndose nuevamente a Bibiana Aído--, aparte de vaciedad mental y coeficiente intelectual cercano al cero absoluto es de Juzgado de Guardia. El dispendio caprichoso de los bienes del Estado, desde mi punto de vista y la del Código Penal, es un delito. Además ¿qué carajo es eso de “hombre alternativo”? ¿el que se lo ha cortado y le sale la voz de tiple como a las antigüas (sic) voces blancas del angélico coro del Vaticano? ¿el transexual o transgueder (sic) que aún no se ha decidido por el navajazo del bisturí y que luce unas inmensas catalinas, como la inolvidable tabaquera del ‘Amarcord’ de Federico Fellini, sólo que las primeras son de silicona y las de la segunda eran de carne?”. Me niego a seguir comentando el indecente “trabajo” de este sórdido comentarista. Siento vergüenza ajena.

jueves, 21 de octubre de 2010

Un comentario desafortunado

Causa estupor la mala educación demostrada por del alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, cuyas declaraciones de ayer a Onda Cero han molestado a la nueva ministra de Sanidad, Leire Pajín. León de la Riva, que sin duda alguna marcha de “gracioso” por la vida, dijo sobre la ministra lo siguiente: «la Leire Pajín, una chica preparadísima, hábil, discreta, que va a repartir condones a diestro y siniestro por donde quiera que vaya y que va a ser la alegría de la huerta». Y añadió: «Tengo que decir que cada vez que le veo la cara y esos morritos pienso lo mismo, pero no lo voy a decir aquí». Supongo que algo tendría que haber dicho Rajoy sobre las desafortunadas palabras de este impresentable machista. A mi entender, el hecho de ponerle el artículo “la” antes de su nombre ya me parece una grosería. No sé, es como si se estuviese refiriendo a Augusta Berges, aquella canzonetista alemana que estrenó en España el número de ‘La Pulga’ a finales del siglo XIX en el madrileño teatro Barbieri; o a una jamba del trasnochado Pasapoga. El resto de sus palabras son más propias de un chulo de Lavapiés. Pese a todo, no pienso seguir haciendo referencia a este pucelano maleducado que, para más inri, es profesor de Obstetricia y Ginecología en la Universidad de Valladolid. Sería hacerle una propaganda gratuita que no merece.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Cambiar el oro por la plata

A Bibiana Aído y a Beatriz Corredor les ha sucedido como a esos toreros que pillan miedo a enfrentarse con la muleta y un día deciden liar los bártulos y cambiar el oro por la plata. Siguen haciendo el paseíllo a los acordes de “Ayamonte”, pero detrás del maestro. O, dicho de otra manera, se convierten en mozos de brega. Bibiana Aído, la ministra más joven, se corta la coleta sin haber pasado por la enfermería. A los toreros de postín se les mide el valor por el número de costurones que llevan en su cuerpo. La otra ministra, Beatriz Corredor, desde ahora también secretaria de Estado, se ha dado cuenta de que en España los pisos, casi todos hipotecados por muchos años, están en manos de los bancos y de las cajas de ahorros, que son los que envían al procurador para que esté presente en las puestas en posesión, en los lanzamientos, en los desahucios y en los cambios de cerraduras un día sí y otro también. Pero no debe preocuparse. Es registradora de la Propiedad y cobra por arancel. Aquí la cosa es que el ciudadano siga adquiriendo pisos, firmando hipotecas y metiéndose en un barrillo financiero con techo y con suelo hasta las cejas, aunque lo que se registre sólo sea un castillo de naipes de don Heraclio. Bibiana Aído, en su calidad de secretaria de Estado de Igualdad, dispondrá de ahora en delante de más tiempo para dedicarlo a escribir su blog “Amanece en Cádiz” (http://bibianaaido.es), con el permiso de Leire Pajín. Ninguna de ellas, Corredor y Aído, debe preocuparse. Ambas seguirán viajando en coche oficial y sin botijo en la baca. La verdadera corrida, la de los “victorinos”, llegará el día de las urnas, o de ese juicio final en el que el maestro Zetapé escuche un clarín que más parecerá el sonido negro de las trompetas de Jericó. ¿Qué queda de aquella foto de Vogue? Se está empezando a poner sepia y de ella sólo quedará en quince meses simple polvillo de mariposa.

lunes, 18 de octubre de 2010

La terrible burricie

El periodista José Luis Trasobares cuenta en un artículo que “existen individuos aquejados de una terrible burricie y de unos prejuicios delirantes”. Y es verdad. Me encanta la palabra burricie referida a personas adocenadas, sin criterio propio. Estos días muchos españoles miran a nuestra vecina República Francesa con estupor. Parece mentira cómo un país, nuestro vecino que, a pesar de disponer de la mayor cantidad de funcionarios de toda Europa, funciona. Ahora están en huelga. Llevan más de una semana en la lucha y aguantan. ¿Qué pensarán nuestros vecinos de la “huelguita” auspiciada en España por unos sindicatos domesticados el pasado 29 de septiembre? Decía que la hacían “por la dignidad laboral y contra la precariedad en el trabajo”. ¿De qué sirvió? Que yo sepa, aquí no se consiguió paralizar casi nada. Los transportes de mercancías registraron diversos retrasos en las entregas, se respetaron los servicios mínimos y el funcionamiento del Metro en Madrid fue casi impecable. Los comercios y servicios abrieron sus puertas con relativa normalidad. También los centros educativos y sanitarios. O sea, una “huelguita” de quiero y no puedo o, mejor aún, de puedo y no quiero. Francia ha sabido elevar la presión contra el Gobierno de Nicolás Sarkozy desde el eslogan: “No queremos vivir peor que nuestros padres”. En España se dijo en panfletos y en manifiesto que cerraba el acto en Madrid algo que parecía importante: “Que paguen la crisis aquellos quienes la causaron y más se beneficiaron: La banca y los especuladores”. Pero, tanto el líder de CC.OO. como el líder de UGT sabían antes, entonces y ahora que la crisis la iba a pagar la clase más desfavorecida. Si lo sabían, podía haberse ahorrado el paripé. En España parece que hay ya más de 3,5 millones de funcionarios públicos, que tampoco es moco de pavo. Llevamos camino de igualar a Francia, sólo que Francia es centralista y en España sobran diputaciones provinciales, despachos en cabeceras de comarcas, cámaras de Comercio, colegios oficiales, despachos sindicales, el Senado y todos los senadores, determinadas policías autonómicas, contratas, subcontratas, subsecretarías, direcciones generales y la madre que los parió. O sea, sirva como ejemplo el Ministerio de Educación. Si resulta que el tema educativo en este país está transferido a las Comunidades Autónomas salvo Educación a Distancia, la Universidad Menéndez y Pelayo de Santander y lo concerniente a Ceuta y Melilla, ya me contarán ustedes qué demonios pinta tanto cargo público en Madrid dedicado a no sabemos qué menesteres. En otras ocasiones, para rizar el rizo del esperpento se desdoblan empresas públicas, que es una forma de marear la perdiz, como ha sucedido con Adif y Renfe Operadora, o con el lío macabeo del ente público Radiotelevisión Española, sobre el que se podría escribir un libro más extenso que El Quijote.

domingo, 17 de octubre de 2010

El fabulador Ussía

Hoy, como es domingo, prefiero tomarme a guasa algo publicado por Alfonso Ussía en La Razón. Se trata de su artículo de hoy, 17 de octubre, donde este señor sugiere que España no debe pedir perdón a Cataluña por el fusilamiento de Luis Compays en los fosos de Montjuic. En ese sentido, Ussía hace alusión a las palabras pronunciadas por Ernest Benach, presidente del Parlamento de Cataluña, que reclamaba ese perdón con motivo del 70 aniversario de su ejecución. Y Ussía, que hace referencias a los comuneros de Castilla. a Mariana Pineda, al conde de Villamediana, etcétera, cuenta a sus lectores una historia más propia de un culebrón televisivo que de otra cosa. He ahí el relato: “En el tramo final del siglo XIX, vivía en Llodio, Álava, Lorenza Ussía y Menchaca, una joven tan bella como honesta. Lo que se dice en lenguaje sencillo, una «joven de acrisoladas virtudes». Se enamoró locamente de un vendedor de paños catalán, Sebastiá Papiolas Monturull, hábil seductor. Lorenza cayó en las redes de Papiolas Monturull a las primeras de cambio, y quedó preñada de la semillita depositada en su flor por el malandrín representante de productos textiles. Al saberlo, Sebastiá Pipiolas huyó hacia las Américas y dejó a la pobre Lorenza en situación más que comprometida. Débil de carácter, y acosada por la sociedad de su tiempo, Lorenza se suicidó”. Tras este lacrimoso episodio familiar, Ussía se pregunta: “¿Está obligada Cataluña a pedirme perdón?”. Ahí queda la cosa. Pero miren ustedes por dónde, a pie de artículo y dentro de los comentarios de los lectores (exactamente el que hace el número 6), contesta un tal Oriol Papiolas i Pirretes en los siguientes términos: “Su tía Lorenza no murió, fue a Sabadell a buscar al culpable y como se había largado, se quedó allí y dio a luz a mi tío abuelo Llorenç que es el padre de un individuo que escribe cada día unos comentarios muy ocurrentes a su columna bajo el seudónimo de Darvil y que hoy está tan cabreado que aún no sabe si exigir que el Madrid pida perdón por tener más copas de Europa ó más ligas que el Barça”. En fin, juzguen ustedes…

sábado, 16 de octubre de 2010

Rufo Gamazo


Leo en la edición de El País de hoy, 16 de octubre, un trabajo de Rafael Fraguas titulado “Una sepultura para Franco en Mingorrubio”. Nada que objetar. Yo también considero que Francisco Franco no debería estar enterrado en Cuelgamuros. No murió en el frente de guerra ni en la retaguardia sino en el madrileño Hospital de La Paz en 1975. Sin embargo, me ha llamado la atención las referencias que Fraguas hace al periodista Rufo Gamazo Rico porque precisamente hoy será nombrado Hijo Predilecto de su pueblo natal, Vilalonso, donde nació en 1923. Gamazo, muy vinculado a La Opinión-El Correo de Zamora, se matriculó en La Escuela Oficial de Periodismo de Madrid en 1946 y en ese periódico publicó su primer trabajo, titulado “Venturas y desventuras del tripero”, aquel personaje que durante la posguerra vendía tripas secas para embutidos durante la época de la matanza. Su amistad personal con Arias Navarro, que posiblemente data de los tiempos en los que fuera gobernador civil en León, le llevó a asumir la dirección técnica de Prensa de Medios de Comunicación del Estado y a su asesoría personal, siendo ya presidente del Gobierno. Según afirma hoy La Opinión-El Correo de Zamora, en su sección correspondiente a Toro, “durante el periodo de instrucción militar en el Regimiento de Infantería Toledo en Zamora escribió en el diario local «Imperio» donde coincidió con Gila y en el que firmó sus crónicas con el pseudónimo de Don Puro, ante la imposibilidad de utilizar su nombre por la normativa militar. El periodista zamorano también ocupó el cargo de jefe de información de «La Prensa», de Barcelona, redactor jefe de «Arriba»; director de «El Día», de Tenerife, y de varias revistas madrileñas, entre ellas «Villa de Madrid», ciudad de cuyo ayuntamiento, ya en plena madurez, fue jefe de prensa y secretario de la Mesa de Cronistas". Desde estas líneas me sumo al reconocimiento de Villalonso a su hijo predilecto, Julio Gamazo Rico, ya que acostumbro a leer su opinión casi diaria en ese periódico zamorano, siempre con agrado. En periodismo la veteranía es un grado y sus artículos, al igual que sucede con el recio vino de Toro, mejoran con el tiempo. Me uno a su merecido homenaje y le deseo lo mejor.

viernes, 15 de octubre de 2010

¿Cambiar el protocolo?

Yo le diría la ministra Carme Chacón que eso del protocolo, los modales y la buena educación queda muy fino, aunque sólo en determinados espacios. Es decir, a la hora de sentarse a una mesa, de vestir las condecoraciones, etcétera. Esas cosas debería consultarlas con Carmen Lomana, que es una persona del mundo del famoseo patrio y que heredó de Guillermo Capdevila más de 1.000 patentes que la hicieron millonaria; o con Josemi Rodríguez Sieiro, muy finito él, que anda todas las noches de cenas entre marquesas, de fiesta en fiesta entre ricos horteras y de cóctel en cóctel allá donde se tercie con tal de que se celebren en el barrio de Salamanca. Yo sé que queda feo eructar en la mesa, cortarme las uñas de los pies delante de las visitas y rascarme en la entrepierna mientas una dama me habla del tiempo cuando compartimos el ascensor. Pero silbar al presidente del Gobierno con la que está cayendo en este país, o patalear en la sala de butacas del teatro cuando la puesta en escena nos resulta infumable, es distinto. Al Rey le pitaron hace dos meses en un campo de fútbol y no pasó nada. A Zetapé le pitaron en la parada militar del día del Pilar y tampoco pasó nada. Los aplausos, los pitidos, los vítores y las pataletas hay que aguantarlas con vergüenza torera y saber mantener el tipo. Esas cosas entran en el sueldo. Sin embargo, cuando se patalea en el teatro a los actores, a los pocos días la obra representada baja el telón definitivamente. Y si se arruina el empresario, importa un bledo. Lo ocurrido en el “circo” de la parada militar es distinto. Allí se va por motivos diferentes: unos, por la curiosidad de poder ver a los Reyes aunque sea desde muy lejos; otros, por simpatizar con los desfiles militares, la cabra de la Legión, los tanques y todo eso; y algún grupúsculo de la más variada catadura, por otras razones. Y ese grupúsculo de indeseables aprovechan los momentos más solemnes del acto castrense, como el toque de oración o la izada de bandera, para aflorar el rencor que llevan dentro desde el primer tercio del siglo pasado. Está claro que España no marcha. Ni dentro ni fuera. Dentro, nuestro particular desgobierno; fuera la chirigota hacia Moratinos de Mohamed VI y de Caruana. Como nos recuerda hoy Ignacio Escolar en el diario Público, “España ya es de los países con los sueldos más baratos de Europa: un 33% menos que la media de la UE-15 (…) el 63% de los españoles es mileurista…” Pero Díaz Ferrán, “el mismo que -como señala Escolar- mandó a la ruina a Marsans y a Air Comet y que pedía un ‘paréntesis en el libre mercado’ cuando tocaba socializar lar pérdidas”, se empeña ahora en que hay que trabajar más y cobrar menos. O sea, no le demos vueltas, aquí sigue habiendo dos Españas: la real, la que sufre las consecuencias de una nefasta gobernanza, la que no entiende de protocolos ni acude a desfiles ni sabe cómo poder llegar a fin de mes; y la otra, la del búnker, la que silba con grosería en las paradas militares, la que simpatiza con las consignas del presidente de la Patronal siempre que tales desafueros se apliquen a la clase menos pudiente, y la que bebe en las fuentes de Carlos Dávila.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Adiós, Corbacho

Conocido es que la energía ni se crea ni se destruye. Sólo se transforma. Este principio físico lo ha tomado Celestino Corbacho para decir en las Cortes, en su última sesión de control al Gobierno, la de esta mañana, que “el trabajo no lo crea ni destruye el Ministerio de Trabajo”. Hombre, eso ya lo sabíamos todos. ¿Y el INEM, qué misión cumple? Este señor se marcha a Cataluña después de haber pasado por el Ministerio como la luz por un cristal, o sea, sin romperlo ni mancharlo. De paso, ha aclarado, supongo que para los menos avisados en cuestiones de fe y costumbres socialistas, que “los más de cuatro millones de parados son consecuencia de la coyuntura económica”. ¡Joder tío, qué lumbrera! Es decir, que el paro disminuiría considerablemente si los bancos concediesen créditos a las pymes a interés cero, si las pymes pudiesen contratar y despedir a su antojo y, si además de todo ello, los sueldos se pudiesen rebajar a la mitad, se pagara la cuarta parte de impuestos de sociedades, se aumentase la productividad y las ocho horas de trabajo fueran doce. Vamos, como hacen los chinos con las tricotosas en su país, antes de enviar los suéteres a don Isidoro. Corbacho se marcha, no con cuatro millones de parados, sino con cinco millones doscientos mil. Esa diferencia se debe a que los parados “obligados” a hacer cursillos, siguen cobrando las prestaciones sin figurar en las listas. Pero “como no hay mal que por bien no venga” (frase histórica dicha por Franco a la muerte de Carrero), Corbacho dice que se marcha “con satisfacción" por los logros del Gobierno, es decir, por haber doblado la atención a los parados, extendiendo la cobertura por desempleo a más de tres millones de personas. Eso es como decir que existen cinco millones de enfermos de tos ferina, pero que en caso de que se mueran tendrán el entierro gratis. ¡Vaya ánimos! La cobertura de paro, que yo sepa, es algo que a todos los trabajadores se nos resta de la nómina mientras estamos en activo. A Corbacho habría que decirle que “su satisfacción por los logros del Gobierno” es un desprecio a la inteligencia colectiva de todo un pueblo y a la dignidad de toda una generación preparadísima y desesperada, que lo ve todo más negro que la sotana de un cura.

martes, 12 de octubre de 2010

Tiaras, mitras y todo eso.

Benedicto XVI ha cambiado de escudo, sustituyendo la mitra por la tiara. Prefiere las tres coronas superpuestas que la mitra, de la que cuelgan las ínfulas. El Concilio Vaticano II había llevado tal prenda a los museos. Desde entonces, tiara, lo que se dice tiara, era sinónimo del carísimo regalo que había recibido recientemente Letizia Ortiz, si hacemos caso a las revistas del corazón. Pero a lo que iba, moreno. El pasado domingo, durante el rezo del Ángelus, se mostró en la ventana vaticana el flamante nuevo escudo, que contiene la cabeza coronada de un etíope, símbolo de la universalidad; un oso, referido a una leyenda bávara; la concha, que recuerda a los peregrinos; el palio, que era el sombrajo de Franco; y las llaves cruzadas, que aluden al poder espiritual y temporal del jefe de la Iglesia. En el escudo de Aragón, en uno de sus cuatro cuarteles, aparecen las cabezas cortadas de cuatro sarracenos. Hace un par de años se planteó la posibilidad de hacerlos desaparecer, a fin de no herir susceptibilidades en los marroquíes inmigrantes. Al final, todo quedó en agua de borrajas. Resultó que los marroquíes no se enfadaban y que el escudo quedaba como huérfano de padre. La célebre cabeza del etíope del escudo papal será, posiblemente, la que sirvió de modelo para la confección de aquellas huchas de las jornadas del Domund de nuestra infancia, que nos recordaban el anuncio de “yo soy aquel negrito del África tropical…” de la canción del Colacao que se lanzaba a las ondas antes del consultorio de Elena Francis. Me parece formidable que de vez en cuando se cambie el escudo papal, el del Real Betis Balompié, o el de nuestra España cañí. Pero, por desgracia, lo que no cambia es el talante de la Curia ni la forma de entender los evangelios. Lo de la tiara, o lo de la mitra, en el escudo papal no modifica para nada el Cuerpo de los Funcionarios del Cielo, como tampoco modifica en el eslogan “todo por la Patria” la teresiana ideada por Luis Roldán como prenda de cabeza para el Cuerpo de la Guardia Civil.

lunes, 11 de octubre de 2010

Estaba muerto, no estaba tomando cañas.

A mí me da la impresión de que la apertura de fosas en el Valle de los Caídos por parte del Gobierno de Zetapé sólo es una excusa. Después de darle muchas vueltas a la cabeza he llegado a la conclusión de que los forenses lo que han comprobado en realidad es que la losa de Franco no se había movido. Estaba muerto, no estaba tomando cañas. Anasagasti, que es un hombre práctico, lo que quisiera, y así lo ha manifestado, es que ese Valle de Lágrimas fuese volado con dinamita por acabar de una vez con un símbolo de mal fario. Muchos españoles redimieron penas trabajando en su construcción, sin juicio en unos casos, o tras unos juicios sin las garantías necesarias, en otros; sólo por el hecho de haber luchado en el frente o por haber mantenido en la retaguardia unas muy respetables ideas de libertad y democracia. La Ley de la Memoria Histórica (Ley 52/2007 de 26 de diciembre) declara en su artículo 3, apartado 1º, lo siguiente: “Se declara la ilegitimidad de los tribunales, jurados y cualesquiera otros órganos penales o administrativos que, durante la Guerra Civil, se hubieran constituido para imponer, por motivos políticos, ideológicos o de creencia religiosa, condenas o sanciones de carácter personal, así como la de sus resoluciones”. Es decir, que aquellas sentencias condenatorias fueron contrarias a Derecho, como bien se cita en el siguiente apartado. En el Valle de los Caídos existen más de 40.000 restos humanos, muchos de ellos ajusticiados durante la Guerra Civil y trasladados al mausoleo sin el conocimiento de sus familiares. Pero lo más importante, suponiendo que el hecho de hacer una visita a Cuelgamuros merezca la pena, que no lo creo, es que el rebelde general Franco sigue allí, cubierto con una losa de mil kilos y que no resucitó al tercer día, como había barruntado Vizcaíno Casas. Los restos de Franco, a mi entender, deberían ser sacados de su tumba y trasladados a un lugar desconocido para ser cubierto con cal viva hasta la desaparición de sus huesos. No merece estar dentro de un templo. Ni es el lugar apropiado ni se lo merece. Lo mismo pienso sobre los restos de Gonzalo Queipo de Llano, enterrados en Sevilla en el interior del templo de La Macarena. Queipo, posiblemente responsable de la muerte de García Lorca, decía en una emisora de Unión Radio instalada en la Plaza del Duque cosas de este tenor: “Mañana vamos a tomar Peñaflor. Vayan las mujeres de los ‘rojos’ preparando sus mantones de luto”. Ya el colmo fue colocarle a La Macarena su fajín de general. Por lo que se sabe, la Curia nunca puso reparos a esa vergüenza.

domingo, 10 de octubre de 2010

Premios y anatemas

Nunca llueve a gusto de todos. Si la concesión del Premio Nobel de Literatura a MarioVargas Llosa ha resultado para Willy Toledo un beneplácito para “un derechista peligroso”, a otros sectores, en este caso de la caverna, les ha caído como una bomba otra concesión de la Academia Sueca, la del premio Nobel de Medicina al investigador británico Robert Edwards. El sector médico más conservador y determinados líderes de la Iglesia Católica no entienden cómo se ha podido conceder la recompensa más prestigiosa al investigador que hizo posible a finales de los 80 el nacimiento del primer niño-probeta. La opinión personal de Willy Toledo es muy respetable, aunque no la comparta. En cierta ocasión, César González Ruano comentó en el madrileño Café Teide que no le gustaba Cervantes. El jefe de redacción de un prestigioso diario, asiduo a aquellas tertulias de cafetín, escribió un suelto al día siguiente en su periódico: “Al señor González no le gusta el estilo de Cervantes”. Como es natural, los lectores pasaron por alto tan ambigua noticia. Bueno, pues con el tal Willy Toledo, (si consideramos que la inmensa mayoría de ciudadanos ignora de quién se trata) ha sucedido algo parecido. Pero con Robert Edwards las cosas cambian. El mundo científico, donde se incluye a los médicos de talante conservador, y la Conferencia Episcopal, con su acostumbrado empecinamiento en ver de color violáceo lo que a todas luces es de color blanco y rojo lo que es verde, pero verde esperanza, son muy críticos con todo aquello que les parece reservado a Dios. En el seno de la Curia lo puedo llegar a entender. En los científicos, no. Las técnicas de reproducción asistida es un “milagro” para los que no creemos en los milagros. Para los de la caverna, la palabra “milagro” marcha por otros derroteros de más difícil asimilación para el común de los mortales. Verbigracia, lo sucedido a Miguel Pellicer, el cojo de Calanda, al que le brotó una nueva pierna tiempo después de que la anterior se la hubieran amputado, si hacemos caso al libro “El gran milagro”, de Vittorio Messori.

sábado, 9 de octubre de 2010

El síndrome del acordeón

Barreda dice ahora “no sé si estuve acertado”. Pero hombre, Barreda, mantenga usted sus afirmaciones y no se pliegue como un acordeón. Usted lo que afirmó el jueves pasado en Onda Cero fue que “el PSOE debería cambiar de rumbo o acabará en una catástrofe electoral”. Y me parece lo correcto lo que dijo a los señores de las ondas. De esa manera piensa media España, en la que yo me incluyo. La otra media, la que se inclina por adelantar las elecciones para que las urnas den el triunfo a los partidarios de Rajoy, lo que pretende es que la nave socialista pierda la aguja de marear en el Triángulo de las Bermudas de sus fracasos. Cuando un político, como en el caso de José María Barreda, se arruga, como ha hecho esta mañana en su intervención ante el Comité Provincial del PSOE de Ciudad Real, malo. Peor que malo. Eso demuestra, por un lado, que no tiene las ideas claras para manejar con el aseo necesario Castilla-La Mancha; por otro, que en ese sindiós quiere salvar los muebles. El concepto de lealtad, y eso lo dijo también Barreda, consiste en decir lo que se piensa. Muy bien. Su obligación, por tanto, es mantener lo que se afirma aunque caigan chuzos de punta. Pero su forma de “arreglarlo” no es otra distinta a señalar que “habría que limitar los mandatos”; o sea, que como Zetapé ya lleva dos, pues que se largue de una vez. En suma, que mantiene lo que mantiene, pero sin que parezca que lo mantiene. Oiga, Barreda, déjese de charadas que no está el horno para bollos. Esas cosas de ahora encogerse, luego estar erecto, y más tarde volverse a encoger, sólo se lo permite la Madre Natura al miembro viril.

viernes, 8 de octubre de 2010

Pareja de ases

Vargas Llosa y Javier Cercas son los auténticos merecedores de estas modestas líneas. Conseguir el Premio Nobel de Literatura y el Premio Nacional de Narrativa 2010, respectivamente, deben llenar de orgullo a cualquier ciudadano de bien. Ambos tienen la nacionalidad española. De Vargas Llosa ya se ocupan todos los medios del mundo en estos momentos y no considero oportuno redundar en los entresijos de su personalidad. A Cercas lo tengo más próximo, más a mano. En su último trabajo, “Anatomía de un instante”, hace referencia según sus propias palabras al “último gesto épico de la historia de España”, el que se produjo el 23 de febrero de 1981 con la irrupción violenta de Tejero y de un rabo de guardias civiles en el Congreso de los Diputados. En “Soldados de Salamina”, publicada en 2001, Cercas toma como protagonista al falangista Rafael Sánchez Mazas, que escapó el 30 de enero de 1939 de un fusilamiento en masa junto a tres soldados republicanos, escondiéndose en el santuario de Santa María de Collell. A partir de ese hecho, Cercas confecciona la trama de su novela, trasladada al cine dos años más tarde de la mano de David Trueba. Este personaje, curioso como nadie, llegó a ser ministro sin cartera entre agosto de 1939 y agosto de 1940. Abandonó el alto cargo por propia iniciativa, sin llegar nunca a ser oficialmente cesado. Según parece, se retrasaba con frecuencia a los consejos de ministros que, como es bien sabido, se celebraban semanalmente en El Pardo. En un momento dado, Franco mandó que retiraran su sillón y a la última sesión tuvo que asistir de pie. Franco le dijo que no era necesario que volviera más. Y así lo hizo. Sólo meses antes, en febrero de 1940, había sido elegido miembro de la Real Academia Española. Uno de sus hijos, Rafael Sánchez Ferlosio, casado con Carmen Martín Gaite, consiguió con “El Jarama” el Premio Nadal en 1955, donde narra dieciséis horas de un mismo día de once amigos durante un domingo de verano en tres lugares diferentes: en el Jarama, en la arboleda próxima al río y en la taberna de Mauricio. En 2004 se le concedió el Premio Cervantes y cinco años más tarde, el Premio Nacional de las Letras Españolas.

jueves, 7 de octubre de 2010

Señora o señorita

Tiene razón Bibiana Aído. Alfonso Guerra no debería haber utilizado la expresión “la señorita Trini” al referirse a la ministra Trinidad Jiménez. También en Francia habría que quitar la palabra “mademoiselle” y en Inglaterra la palabra “miss”. Según la ministra de Igualdad, la expresión “señorita” es antigua, “propia de la moral que enseñaba la Enciclopedia Álvarez”. Hombre, no sé qué decirles. Tampoco debe constituir causa de inmenso malestar. Si les digo la verdad tampoco sé cómo habría que llamar a las divorciadas, o a las solteras otoñales. En tiempos de Franco llamar “señorita” o “señora” a una mujer estaba en función de su estado. Para señora, lo que se dice señora, ya habitaba entre nosotros la señora de Meirás. Leo por ahí que “en español y en polaco, los mismos términos, “señorita” y “panna”, han ido cayendo en desuso, porque la gente los considera desfasados. En cambio, en alemán sólo existe “frau”. El término neutro “das fräulein” nació con el movimiento feminista de los años 70 y, actualmente, sólo se utiliza para referirse a niñas o como cultura pop en la última película de Tarantino. Por otro lado, “la seño”, aquella maestra entrañable que enseñó a leer y a escribir a nuestros hijos nunca se molestó por el trato recibido. Los castizos madrileños de las zarzuelas de Chueca decían “señá María” o “señá Paca” a la vecina, o a la madre de la novia, pongo por caso, sin mayores consecuencias. También, "Señorita" es el cuarto y último sencillo del álbum debut del cantante estadounidense Justin Timberlake, titulado Justified. En fin, de ahora en adelante será necesario que se utilice el término “señora” para evitar susceptibilidades en la clase política. “¿Señora o señorita?”, preguntaba a su invitada en la Cadena SER de los años 50 el mítico Bobby Deglané. Si la invitada contestaba “señorita”, Bobby le respondía: “será porque usted quiere”. La Enciclopedia Álvarez ya no se estila y las lecciones de moral que en ella se enseñaban se correspondían con los tiempos de la señorita Polita Bedrós o, si lo prefieren, Sofía Polo Bedrossiain, bailarina de los años 20 y “amiga de indumentarias ligeritas”, al decir de Álvaro de Retana. Preferiría recomendarles “Señora o señorita”, la novela corta de Wilkie Collins. Es una obrilla victoriana muy respetuosa en sus formas, es decir, en la que los chavales nunca se acercan a mear al río cuando salen del instituto para cabrear a las lavanderas.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Velos de muerte de la tarde quieta

Vamos a ver: si los terroristas de ETA Besance y Atristain, detenidos el pasado 29 de septiembre, han reconocido que la banda se entrenaba en Venezuela y la vicepresidenta del Gobierno asegura, a su vez, que “no hay constancia de una relación entre la banda terrorista y el Gobierno de Chávez”, quiere decirse, una de dos, o que la señora De la Vega miente a los ciudadanos o, lo que es aún peor, que no se entera de lo que acontece ni en el mundo ni en su entorno monclovita. Los españoles llevamos toda la Legislatura sometidos a engaños por parte del Ejecutivo. Primero se negó la crisis, después el presidente del Gobierno dejó claro que no se iba a tocar el sueldo ni de los funcionarios ni de los pensionistas; y, ahora, cuando todo el Gobierno huele a fosfatina como ese pañuelo de la hija del sepulturero, según nos contaba en sus versos Gabriel y Galán, nos sale la señora De la Vega con un nuevo romance. ¿ A quién intenta convencer? Guerra ha hablado de perdedores, pero a toro pasado; Aznar ha conferenciado, con su particular romance de valentía, que de nada sirve en estos momentos; Zetapé reconoce que Gómez es el mejor, como el mono de la etiqueta del anís badalonés de don Vicente Bosch: “Es el mejor. La Ciencia lo dijo y yo no miento”. ¡Qué pena de hombre! Felipe González mueve peones dentro de las filas de los dinosaurios socialistas; Rajoy permanece agazapado bajo la mata esperando que caiga la breva de la higuera, sin saber que la sombra de la higuera trae mal fario para el que permanece debajo de ella; Trinidad Jiménez ni está ni se la espera; Rubalcaba y Blanco tiemblan pensando en las catalanas del 28 de noviembre; los príncipes de Asturias se dan un baño de multitud en las tierras de Castilla. Todo sea por afianzar el futuro incierto de la Corona. Y los ciudadanos como siempre, bien, gracias a Dios, pero en la inopia por no perder la costumbre. ¡Ay, De la Vega, De la Vega…! Escúcheme atenta el final de la historia, que aquí se acaba la foto de Vogue, los modelitos de la niña de la estación, los cuentos para asustar sietemesinos, las mentiras patológicas, las cuentas de don Pirulo, el “adiós mi España querida” de Valderrama y el caracolillo de la Niña de los Peines: “Me lo dijo un mozo:/ --¿Vé usté esos pañuelos?/ Pues se cuenta que son de otras mozas…/ ¡de otras mozas que están ya pudriendo!.../ Y es verdá que paece que güelen,/que güelen a muerto…”

lunes, 4 de octubre de 2010

El final de un "iluminado"

Aurora Pavón, ese raro ente abstracto carente de cuerpo, alma y todo eso, que diría Santiago Lorén, pero que acierta con frecuencia en sus pronósticos, cuenta que “estamos en la fase del hundimiento pero falta por ver quién es el guapo que se carga a Zapatero”. En unos párrafos más arriba de su último artículo su “autora” nos encoje el estómago: “quiera Dios que no sea cierto el rumor esparcido por un colega del “Financial Times” de que Zapatero ha hecho trampas con las cifras del PIB como los griegos con la deuda, porque entonces se nos van a hundir los palos que nos quedan del sombrajo sobre nuestras cabezas”. Ante tales barruntos de tormenta, lo coherente será sacar un pasaporte, tomar un avión con pasaje de ida y marchar a Papúa- Nueva Guinea hasta que vengan tiempos mejores. Asistimos al final de un “iluminado” que negó la crisis y es normal que, ahora, Rajoy permanezca quieto en la mata, como un camaleón esperando acontecimientos. Su virtud consiste en no moverse, en taparse con el forro de camuflaje y en mirar con atención a la rosa de los vientos sin ser visto. Tiene la mayoría absoluta casi asegurada para dentro de año y medio sin mover ni un dedo. Jamás un político tan mediocre soñó con tener el futuro político tan a su favor. Otra cuestión será que Rajoy, una vez instalado en La Moncloa, pueda resolver los problemas endémicos de España. El barco socialista se escora, pero no perdamos los nervios. No debemos olvidar que una embarcación, aún tumbada, es más segura que cualquier balsa salvavidas.

sábado, 2 de octubre de 2010

Dragó, a go-gó

Sánchez Dragó, en el periódico de Pedrojota, lanza una perla cultivada que me deja patidifuso: “Deberíamos bajar los impuestos a quienes ganan o tienen mucho para que mejore la condición de quienes no están en ese caso. Los ricos, por su laboriosidad, perspicacia y espíritu de iniciativa, merecen un premio; los pobres, un castigo fiscal, ligero, para que espabilen”. Hombre, esas cosas, de haber sido escritas por Julio Camba tendrían su apostura. Pero salidas de la pluma de Sánchez Dragó la cosa cambia. En eso de dar y tomar, o sea, conceder un premio al rico por el simple hecho de serlo, o castigar fiscalmente al pobre para que escarmiente por no ser rico me recuerda un artículo de Camba, ya que lo he nombrado líneas más arriba, donde contaba que un día Edgar A. Poe escribió una carta a un amigo donde, a la vez que le prodigaba unos magníficos consejos, le intentaba “sablear” cincuenta dólares. Lo más probable es que aquel amigo se quedase con la carta, el dinero y los sabios consejos. Entre patronos y obreros, o entre los de arriba y los de abajo, siempre existieron distinciones a la hora de premiar el esfuerzo de ambos. Es más, en ocasiones parece necesario “justificar” incluso desde el Estado que tales distinciones se entregan a todo aquel que lo merece. Para ello se crearon las medallas en sus modalidades de oro, plata y bronce. Eso lo descubrimos con demasiada frecuencia con la concesión de la conocida “Medalla al Mérito en el Trabajo”, donde conozco situaciones sangrantes de puro injustas. En eso de dar, no sé; pero en tomar, Sánchez Dragó es un maestro del “qué hay de lo mío”, tanto en tiempos de José María Aznar como ahora, con Esperanza Aguirre. Que con su pan se lo coma.