lunes, 30 de octubre de 2023

Baile de marionetas

 

Me entero de que Fernando Suárez González, el último ministro vivo de la Dictadura publica sus memorias a lo largo de un tocho de 880 páginas titulado “Testigo presencial” (Real de Catorce Editores). Con la llegada de la democracia, Fernando Suárez  pasó a formar parte de Alianza Popular, partido del que llegó a ser vicepresidente, diputado y  miembro del Parlamento Europeo. A la muerte de Franco hubo quienes trataron de  “blanquear” su pasado fascista, como fue el caso de Silva, Fraga, o Adolfo Suárez. Pero todo aquello ya queda demasiado lejos. Como escribió Emilio Silva (26/8/2022) “durante veinticinco años tras la muerte del dictador, el Parlamento español no debatió sobre los crímenes del franquismo. Los libros escolares ocultaban la historia de la dura represión de la dictadura y todo ese silencio negacionista hizo sobrevivir en el imaginario colectivo el relato franquista que justificaba la necesidad de que un general fascista diera un golpe de Estado y asaltara violentamente el poder con ayuda de los ejércitos de Hitler y Mussolini. En la Transición, tras la dictadura, llamaron reconciliación a ocultar el pasado, a dejar que los fascistas normalizaran su presencia en la vida política democrática y a dejar sin justicia ni reparación a las víctimas”. Recientemente, Mariano Rajoy  se jactaba de no haber aportado un céntimo de euro a la Ley de Memoria Democrática durante su mandato. Una ley necesaria, cuyo embrión se gestó en el año  2000 con una Asociación, cuando en una cuneta de Priaranza del Bierzo, un grupo de arqueólogos y forenses comenzaron a exhumar los cuerpos de 13 civiles republicanos asesinados por pistoleros fascistas el 16 de octubre de 1936 pese a las evidentes protestas de ciertos pseudo-intelectuales que defendían el golpe de Estado, como fue el caso de los medios de comunicación de la Conferencia Episcopal, de cierta prensa ultra conservadora y de escritores fascistas, como fue el caso de Pío Moa y de César Vidal, o de los historiadores Ricardo de la Cierva y el contradictorio Stanley Payne, que colaboró en un libro promovido por Vox en contra de la Ley de la Memoria Histórica titulado "Memoria histórica, amenaza para la paz en Europa”, editado por el del Parlamento Europeo, y en el que también participaron Hermann Tertsch y Francisco José Contreras. César Vidal en la actualidad tiene la nacionalidad de estadounidense. Ándele y que le vaya bonito.

 

domingo, 29 de octubre de 2023

Pagar y callar

 




A mi entender, Jorge Azcón ha actuado como un descerebrado en el proyecto de la Nueva Romareda. Todos los aragoneses tendremos que asumir el coste de una obra faraónica que, más allá de unos posibles partidos de un Mundial, disfruta mayoritariamente un club privado deportivo. Se habla de un coste inicial de 120 millones de euros, aunque luego resultará lo de siempre, que el montante final será mayor. El hecho de hacer pagar a todos los aragoneses, también a los de Huesca y a los de Teruel, la remodelación de un campo de fútbol en Zaragoza donde juega un equipo de Segunda División es una frivolidad sin precedentes. La Diputación Provincial de Zaragoza, ayuntamiento de ayuntamientos, no desea participar en esa aventura que Azcón, llevaba como bandera en su programa electoral para conseguir la Alcaldía y cuyo proyecto final será mixto: un tercio irá a cargo de la DGA, otro tercio, al Ayuntamiento de Zaragoza, que ahora preside Chueca, y el resto irá a cargo de los nuevos responsables del nuevo club. Dice sin despeinarse que el Mundial de 2030 tendrá beneficios económicos en aquellas ciudades de España, Marruecos y Portugal donde se celebre el evento. De entrada cedió en 2022 (a fin de reducir la abultada deuda del club) el 51% de ese espacio público para su explotación durante 75 años a los nuevos socios, o sea, al grupo de inversores liderados por el empresario estadounidense Jorge Mas, propietario del Inter de Miami junto a David Beckham, tras adquirir la participación de la familia Alierta.  Como consecuencia, Christian Lapetra  abandonó la presidencia del club en febrero pasado y fue sustituido por Fernando Sainz de Varanda Alierta. La idea de esos advenedizos era adquirir (ignoro si ya lo habrán conseguido)  el resto del accionariado, hasta el 91%, perteneciente a Carlos Iribarren y Juan Forcén. Azcón ya ha echado las cuentas del Gran Capitán cifrando en 335 millones de euros y 6.700 empleos directos el beneficio de participar en ese Mundial. Lo pongo en duda.

 

sábado, 28 de octubre de 2023

Fíate de la Virgen y no corras...

 


Aunque parezca increíble, todavía existen pardillos que entienden que deben fiarse de aquellos sinvergüenzas que utilizan su supuesta condición de aristócrata para crear una apariencia de solvencia, seriedad y profesionalidad consistente en mostrar que cuentan con relaciones al más alto nivel y una elevada formación. ¿Desde cuándo hay que fiarse de un aristócrata? Nunca. ¿Y de un supuesto aristócrata? Menos aún. Por Palma de Mallorca circulaba a sus anchas una mujer que se hacía llamar princesa de Höhenlohe consorte, al estar casada con un alemán, Jürgen Ludwig Prinzessin zu Höhenlohe, que decía ostentar el título nobiliario, captando inversores que les iba a generar grandes beneficios. Sí, claro, pero beneficios para ella, que había puesto en marcha una estafa piramidal con las falsas empresas European Investment  y Balearic Island Investment. Según parece, entre las más perjudicadas fueron las dueñas de un restaurante de Palma de Mallorca. Por falta de liquidez en su negocio pidieron a la estafadora Beatriz Delgado un préstamo de 600.000 euros poniendo la finca del restaurante y sus viviendas como aval. Delgado se quedó parte del dinero y el prestamista reclamó judicialmente la ejecución de la hipoteca, por lo que las víctimas perdieron todos los inmuebles.  Las falsas princesas abundan como setas en los pinares después de la lluvia. Me viene a la cabeza la falsa princesa Corinna Larsen, que se hizo llamar Alteza Serenísima Princesa Sayn-Wittgenstein durante 14 años (hasta que se cruzó en el camino de su marido la modelo Alana Bunte) y “que llevó al traste el enorme caudal de aceptación de que había gozado Juan Carlos I”, como reconoció Tom Burms Marañón, nieto de Gregorio Marañón en su libro “La monarquía necesaria” (Barcelona, Planeta, 2007, pág.14). Aquí ya tuvimos un Leopoldo Höhenlohe que fue candidato al Trono de España junto al eterno conspirador Antonio de Orleans y al duque de Aosta, que finalmente resultó ganador al ser el mayor votado. Los españoles, muy dados al chascarrillo, no podían  pronunciar el raro nombre del candidato Hohenzollern-Sigmaringen, a quien denominaron como “Olé Olé, si me eligen”.

 

viernes, 27 de octubre de 2023

Dos bodas polémicas

 


El poder terrenal de la Iglesia Católica es incuestionable en España, pese a que según una investigación del Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo (y así lo leo hoy en el diario  El País) se estiman en 440.000 los casos de pederastia silenciados por la Conferencia Episcopal. Pero esa misma poderosa Iglesia puso muchas pegas en 1902  a las bodas por lo civil de dos hermanas con sus respectivos novios, hasta el punto de que tuvieron que apostatar. Un matrimonio por lo civil convertía a la mujer en “pecadora” y las presiones fueron la causa de que se reconsiderase tal “anómala” situación. Así, dos años más tarde, tuvieron que casarse “como Dios manda”. Para ello se vieron obligados ambos matrimonios a adjurar de rodillas ante el obispo y con los evangelios en la mano. Además, para que esa unión canónica fuera válida, tuvieron que aportar 395 pesetas de entonces por la dispensa requerida por el Obispado, o sea, 20 pesetas más que las exigidas en principio. Y como dispensa adicional, se impuso a las dos parejas que volvían al redil estar cuatro días consecutivos separados de todo trato y comunicación pecaminosa entre sí. Ambas, Bárbara y Claudia, eran las hijas de Ambrosio Santiago, afamado comerciante y dueño de la conocida mercería “El Redondel”. A aquel comerciante le habían parecido caro el desembolso de 375 pesetas que se les exigía para poder casarse por la Iglesia y de ahí que se tomase una decisión distinta y que ese dinero revirtiese en el Ayuntamiento para obras de beneficencia. El Correo de Zamora, tradicionalista y católico, inició las protestas. Sin embargo, otro diario, El Heraldo de Zamora, más liberal, salió en defensa de la decisión de los novios. El resultado fue que la sociedad zamorana de entonces se polarizó entre defensores y detractores. Como curiosidad, en aquella boda de las dos hermanas celebrada por lo civil el 16 de julio de 1902 se interpretaron “La Marsellesa” y el “Himno de Riego”, y el banquete posterior se celebró en el Café París.

 

jueves, 26 de octubre de 2023

El final de un viejo oficio

 


Me entero de que la afección por hongos ha echado a perder la cosecha de castañas en Galicia, Asturias y buena parte de León. Hoy, María Carro, en Diario de León, afirma que “las altas temperaturas unidas a las condiciones previas de humedad por las lluvias caídas antes fueron el caldo de cultivo perfecto para el desarrollo de hongos que, aprovechando la debilidad de los árboles por el ataque de la avispilla, han pasado al fruto invalidándolo para cualquier uso”. En consecuencia, será difícil que veamos la estampa costumbrista de las castañeras con su pequeño anafre y sus tenacillas este invierno en el centro de nuestras ciudades. Decía Gómez de la Serna que “la castañera asa los corazones de invierno”. Recuerdo una entrevista que Rubén López  le hizo a Pilar Monzón (El Periódico de Aragón, 17/11/2020) dónde esa castañera afirmaba ser la más antigua de Zaragoza. Vendía castañas asadas en la plaza  de San Miguel desde 1983 y se quejaba de que la pandemia de coronavirus había desplomado sus ventas. Señalaba que a sus 67 años aguantaba peor el frío, sobre todo los días de niebla y se lamentaba de que el viejo oficio tendía a desaparecer, que el Ayuntamiento no concedía más licencias. Hoy he querido ilustrar mi trabajo con un pequeño cuadro en papel lienzo (35x30 cm) de Augusto Ferrer-Dalmau donde su autor recrea el momento en el que una castañera entrega un cucurucho a un soldado de caballería de la Guardia de Corps. La escena está situada en la madrileña Puerta del Sol en 1807. Al fondo puede verse la iglesia de Nuestra Señora del Buen Suceso, edificada donde con anterioridad estuviese la ermita y humilladero de San Andrés, derribada en 1854 tras la desamortización de Mendizábal. Su reloj (de una sola manecilla) fue trasladado a la Casa de Correos. En el solar de la iglesia derribada se construyó el Grand Hôtel de París, y en su tejado a mediados del siglo XX  se instaló el anuncio luminoso del "Tío Pepe". Por cierto, aquel viejo reloj se sustituyó por otro, donado por José Rodríguez Conejero (más conocido por Losada por su lugar leonés de nacimiento) e inaugurado el 19 de noviembre de 1866.

 

martes, 24 de octubre de 2023

Catarata de abatimiento

 


Estoy horrorizado. Acabo de leer en El Progreso, de Lugo, que la inflación dispara el precio de los churros. Por el efecto dominó cualquier día llegaremos a darnos cuenta de que la escalada de precios será la culpable de que no podamos ya ni comer un plato de lacón con grelos, o de pulpo á feira, o una porción de la sabrosa empanada, o los pimientos de Padrón (que por desgracia nos llegan de Marruecos), o la insuperable tortilla española sin cebolla al estilo betanceiro, como la que cocinaba hace un siglo en el restaurante “La Casilla” Angelita Rivera, o sea, poco cuajada, con muchos huevos camperos de corral y la patata ( variedades “Kennebec blanca” o “agria”) cortada en lonchas muy finas a modo de lascas y fritas, algo tostadas en sus bordes. La proporción correcta es de tres huevos por cada patata de tamaño mediano y el aceite siempre puro de oliva, mejor si es de la variedad arbequina. Respecto al pulpo, cuentan los entendidos que el mejor pulpo á feira es el que se hace en Carballino, en la provincia de Orense, siempre tan presente en las romerías como el sonido doliente de la muñeira de Chantada. Lo tradicional manda cocer el pulpo en caldero de cobre y, más tarde, cuando el agua comienza a hervir,  hay que sacarlo y meterlo tres veces para que se ablande. Luego se cortará en tacos y se pondrá sobre un plato de madera con un choro de aceite, sal gorda y mucho pimentón. Pero, como decía al principio, lo que me espanta es que la inflación dispare el precio de los churros. En España, el día que dejemos de ver barracas de churreros en las ferias cerca de los tiovivos, del tren de la bruja, o de los autos de choque, sentiremos que una catarata de abatimiento se nos viene encima con la inesperada rapidez con el que se precipita, ¡ay!, un trozo de merengue sobre la camisa de los domingos.