lunes, 31 de agosto de 2015

Reales Academias y asociaciones culturales





Elena Arzak señala en una reciente entrevista que a la gastronomía española le falta autoestima. Lo que más me ha sorprendido de esa entrevista es que, en un momento dado, Elena cuenta que le encanta una pimienta de Sicuani (China) que anestesia la boca. Hombre, reconozco que he comido en algunos restaurantes de Zaragoza que se tienen por serios que deberían usar esa pimienta a menudo, para que el cliente, al salir del local, no se acordase del árbol genealógico del cocinillas presuntuoso con ínfulas de chef. Yo no sé si a la gastronomía española le falta autoestima. Si Elena Arzak lo afirma, así será. Pero de lo que sí estoy seguro es de que a la gastronomía aragonesa le sobra osadía. Por estos pagos, un cocinero que te prepara unos humildes “huevos rotos” se cree chef de Casa Lucio. Y todos sabemos que para su confección sólo es necesario freir unas patatas (para mí que sean siempre blancas, de la variedad Mona Lisa) en aceite de oliva, echar sobre ellas unos huevos fritos “con puntillas” y acompañarlos con virutas de jamón, o setas, o bacalao…, según el gusto del consumidor. En algunos establecimientos de comidas presentan ya los platos con los huevos revueltos en las patatas. En otros, los dejan enteros para que el cliente lo haga. Lorenzo Díaz, autor del libro “Lucio. Historia de un tabernero” (Ediciones B. Barcelona, 1ª edición, 1996) escribe en la página 105 que “Lucio nunca sospechó que con los huevos estrellados que aprendió a hacer en casa de su madre en tiempos que se aprovechaba todo se chuparían hoy los dedos desde Santiago Carrillo al primer ministro Helmut Kohl, a quien da gusto verle comer porque se le pone la cara de alegría que parece un chaval de 25 años”. Hoy Lucio Blázquez ya pertenece a la “marca España” y  su restorán de la madrileña Cava Baja cuenta con gran cantidad de devotos, entre ellos el anterior monarca. Pero antes decía que a la gastronomía aragonesa le sobra osadía. Me explico. En España existe la Real Academia Española de Gastronomía (RAG) que preside Rafael Ansón. La RAG se fundó en 1980 como una asociación cultural sin ánimo de lucro. El Rey le concedió el 19 de noviembre de 2008 a esa asociación  cultural el título de Real, que fue ratificado por el Consejo de Ministros el 25 de junio de 2010 mediante Real Decreto que le otorgó la condición de corporación de derecho público y aprobó sus estatutos. El caso de Aragón es parecido. Se fundó como asociación cultural el 1 de abril de 1995 y se adaptó posteriormente a la Ley Orgánica 1/2002 de 22 de marzo. De entonces a ahora ha publicado diversos trabajos, algunos muy interesantes. Pero, ¿si se trata de una asociación cultural, por qué le llaman academia? A mi entender, la Academia Aragonesa de Gastronomía es el lugar en el que se reúnen unos asociados aficionados a los fogones para tratar cuestiones culinarias archisabidas, leer unos discursos interminables de ingreso en el cogollo del management  y más tarde publicarlos en forma de cuaderno, a ser posible con la ayuda de la Institución Fernando el Católico de la Diputación Provincial de Zaragoza, es decir, con el dinero del contribuyente.

domingo, 30 de agosto de 2015

Termina agosto





El verano declina lentamente, los páramos amarillean, los días se acortan dos minutos diarios y las aves calientan sus alas para tenerlas  a punto al inicio de sus viajes migratorios. De la misma manera, acontece que algunos mendigos que rondan las parroquias a la hora de los oficios desaparecen para siempre. Nunca vuelvo a saber qué habrá sido de ellos; si habrán cambiado de zona, o estarán durmiendo el sueño eterno, impregnados en formol y a la espera de ser diseccionados por los estudiantes de Medicina. A los pocos días aparece otro mendigo para cubrir esa vacante. En el mundo de la indigencia también existen los escalafones y las antigüedades. Aquel que se cree con mayor derecho, se pone a la puerta del templo y saluda a los parroquianos que van entrando con la dignidad de un  portero de hotel. Y a la caída de la noche se hace fuerte en un cajero automático y espera a la madrugada, que es cuando aparece una furgoneta de Cruz Roja con un termo de café o caldo caliente. Y así todos los días, hasta que dejo de verlo. Entonces aparecerán otros vagabundos para tomar el relevo de los “desaparecidos” de la noche a la mañana. Hay situaciones de la vida que no requieren de concurso oposición para cubrir a los ausentes. Son personas desarraigadas, pero no más tontos que Abundio, que pasado mañana es su  onomástica; ni más desgraciados que el Pupas, que se cayó de espaldas y se partió la picha  Detrás de todos ellos hay un vida llena de desamor y de soledad no deseada. Si a alguno de ellos le preguntas el por qué de su situación, lo más fácil es que te conteste que “son cosas de la vida”. No necesitan de censos municipales ni de empadronamientos. Son visibles pero no constan. Saben que nada resulta duradero. Y el problema de su existencia no lo arregla ni una varita mágica ni una vara de mando. Sólo el paso del tiempo, embriagador y recurrente, que todo lo devora.

sábado, 29 de agosto de 2015

Entre lerdos anda el juego





Lo más interesante de la prensa es, a mi entender, el artículo de Juan José Millás, titulado “El niño y la pistola”. Millás cuenta que “llega uno del quiosco con el periódico debajo del brazo y con la camisa llena de la grasa que sueltan las noticias, adobadas también con un poco de cebolla frita de bote y pepinillos. Ahora mismo, lo más difícil de ordenar en un diario son las noticias. ¿Dónde colocamos, por ejemplo, que el Banco de España se dispone a llevar a cabo una encuesta entre 20.000 hogares para evaluar nuestros conocimientos económicos? ¿Ha evaluado el Banco de España los suyos? Según nuestras noticias, no. Gran parte del desastre bancario padecido por este país, y repercutido en sus sufridos ciudadanos, se debe a la ignorancia del Banco de España, que no se dio cuenta de que las Cajas, en vez de hacer finanzas, estaban haciendo hamburguesas. Con mucha materia fecal, por cierto. Para tapar los huecos”. (…) “Las preferentes vienen a ser las hamburguesas de la economía, pero se les escaparon vivas al Banco de España porque solo se alimentaban de ellas los jubilados. Ahí es precisamente donde se dirige Linde, a los jubilados del futuro, a quienes aconseja abrirse planes privados de pensiones con los que la banca juega como un niño con una pistola. Estudien, si no, la rentabilidad de estos planes en los últimos años”. Hay otras noticias que nos dejan tarumba, que leemos de corrido y pasamos página buscando el crucigrama. Ahora resulta que Sanidad pretende que los “sin papeles” acrediten que no tienen recursos. Es como si al pobre que vive debajo de un puente, para poder dormir en el albergue municipal, se le exigiera presentar en el Ayuntamiento el último recibo pagado del IBI. Luis María Linde, como responsable del Banco de España, debería dejarse de de dar consejos a los ciudadanos y preocuparse de que, por ejemplo, no existan entidades bancarias que cobren dos veces por un mismo servicio. Recuerden a su anterior colega, Fernández Ordóñez, más interesado en las reformas laborales para abaratar los despidos y pagar menores salarios que en investigar a las Cajas tóxicas, como era su obligación. Como bien señala El País, “el real decreto que en 2012 dejó fuera de la asistencia sanitaria normalizada a los inmigrantes sin residencia legal en España —solo urgencias, embarazadas y menores— prácticamente no fue respetado en ninguna comunidad autónoma, ni siquiera las del PP. El ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso, debería hacérselo mirar. A estas alturas de la Legislatura, Alonso pretende que los indigentes presenten la Declaración sobre la Renta para que el médico pueda prescribir a los desheredados de la fortuna una receta, como las que prescribe Linde, contra la bronquitis. ¡Hace falta ser lerdo!

viernes, 28 de agosto de 2015

Ochos, pueblo fantasma





Miguel Martínez Tomey (Zaragoza, 1964), licenciado en Historia, en su trabajo “Ochos: un pueblo aragonés inexistente, en el Diccionario de Madoz", publicado en Argensola: Revista de Ciencias Sociales del Instituto de Estudios Altoaragoneses (número 101, 1988, pp. 211 a 216), descubre que abriendo el volumen XII del Diccionario  geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar de Pascual Madoz  (página 217) se puede leer de forma resumida que Ochos es un ayuntamiento en la provincia de Huesca, partido judicial y diócesis de Jaca y audiencia territorial de Zaragoza, situado sobre una peña cerca de un arroyo, consta de 22 casas, cárcel, fuentes, escuela de primeras letras y una iglesia construida en 1812, por haber sido quemada la anterior  el año 11 (sic) por los franceses. [Aquí hay algo que no parece exacto. En un año mal se pudo levantar la nueva iglesia]. Confina al norte con Panticosa, al este con Bubar (sic) [ Madoz habrá querido referirse a Búbal] y al oeste con Escarrilla. El terreno es cascajoso y de pizarra, todo secano, siendo sus principales montes el Paco y la Peña, que están aislados. La correspondencia se recibe de Bisecas. Martínez Tomey señala a pie de página que ha hecho comprobaciones relacionados con el Valle de Tena en la documentación de la Diputación Provincial de Zaragoza, en el Archivo Histórico Provincial de Huesca, en el Archivo Municipal de Tramacastilla y en diversos archivos particulares en el periodo que va desde 1845 a nuestros días sin obtener referencias. De la misma manera, se ha documentado en una edición facsímil de Fr. León Benito Martón titulado  Sallent, cabeza de El Valle de Tena, sus antigüedades y varonías insignes que ha tenido en Armas y Letras (Pamplona, 1750); en Plausibles antigüedades del célebre santuario de Santa Elena (ed. facsímil del Ateneo de Zaragoza, 1983); ha consultado los tres volúmenes correspondientes a Los pueblos y los despoblados de la Historia de Aragón (Agustín Ubieto Arteta, Anúbar ediciones, Zaragoza, 1984-86), etc., sin conseguir resultados que confirmen la existencia de Ochos.  En ese sentido, Martínez Tomey se pregunta: “¿A qué obedece, entonces, la existencia de esta voz presenta como perteneciente al Valle de Tena?”, concluyendo que “este núcleo no ha existido nunca en Aragón, al menos con ese nombre”. Lo malo es que a Pascual Madoz tampoco podemos preguntárselo, ya que le sorprendió la muerte en Génova durante el viaje que  hizo junto a la legación que se trasladó hasta Florencia para ofrecer la  corona de España a Amadeo de Saboya. Dejémoslo así. Ochos es, sin duda alguna, un lugar fantasma que bien hubiese merecido una leyenda de Bécquer.

Un libro para llevar a la piscina





En este país, del “Manual de la vieja urbanidad” decimonónico  hemos pasado al “un poco de por favor” que llevaban, no sé ahora, los taxistas madrileños pegado en la luneta trasera de sus vehículos. Ello viene a cuento con el libro “La familia Cortés”, del divertido y recordado Luis Carandell, publicado por Aguilar en octubre de 2000. Aquella primera edición, de la que yo dispongo, tenía tapas de cartoné, que lo hacía más duradero. Eran las habituales tapas de las enciclopedias escolares y de los libros de cuentos de nuestra infancia perdida. Aquella “familia perfecta” a caballo entre dos siglos hace referencia a los comportamientos, que hoy se antojan cursis, que se esperaban de abuelos, padres, hijos y criados de una casa. El tomo de Carandell referido a la saga familiar de los Cortés está trufado, y eso le magnifica, de extractos del libro “Reglas de urbanidad y buenas maneras” de Ezequiel Solana, el maestro soriano de Villarijo que dirigió la revista  El Magisterio Español”, que fue abuelo paterno de Javier Solana Madariaga y que dispone de calle en Madrid. También hay extractos de “El libro de las niñas”, de Joaquín Rubio Ors; de “Usages du monde. Règles de savoir-vivre”, de la baronesa Staffe; de Azorín, de Martínez de la Rosa, etc. Es curiosa la síntesis de “Cómo deben reírse las monjas”,  entresacado de “Urbanidad, flor de bondad. Reglas de urbanidad para religiosas”, de Ediciones paulinas. Dice: “Riéndoos siempre, ponéis de manifiesto una cosa: que vuestra alma no conoce las tenues tintas, la exquisitez de los afectos que tiemblan inciertos, que palpitan antes de nacer, que perfuman cuando todavía están en capullo”. Y W. Farnese, en “El auténtico señor”, explica cómo debe ser el comportamiento del auténtico señor en el patíbulo. En fin, un libro que recomiendo por su amenidad para lo que queda de verano.

jueves, 27 de agosto de 2015

La patata caliente





El reciente hallazgo de un camión con semirremolque frigorífico y cincuenta cadáveres en su interior muertos por sofocación pone de manifiesto que los nuevos negreros, la mafia de los traficantes que se enriquecen del tráfico de seres humanos en condiciones peores que si de ganado se tratara, sigue siendo una realidad palpable. Según leo hoy en El País, "el camión  estaba estacionado, en el arcén de la autopista A4, entre el lago Neusiedl y la localidad de Parndorf, en el Estado federado de Burgenland. Fueron los empleados del servicio de la autovía quienes lo localizaron, aunque las autoridades creen que llevaba allí bastante tiempo” (…) “Decenas de miles de refugiados, en su mayoría de Oriente Próximo, tratan de alcanzar la Unión Europea para huir de la guerra y la miseria. Serbia y Macedonia son dos Estados clave en el tránsito de estas personas hacia territorio comunitario. El miércoles, al menos 50 personas murieron por asfixia en el interior de una barcaza que cruzaba el Mediterráneo desde Libia y en dirección a Italia. Los fallecidos viajaban en la bodega del barco, la zona en la que viajan aquellos que menos dinero pueden pagar por los pasajes”.Parece curioso, sin embargo que Merkel apele  al “espíritu europeo de solidaridad”, cuando todos los países, incluido Alemania, se pasan la patata caliente de mano en mano. Hasta Suiza, donde sus ciudadanos se la cogen con papel de fumar, estudia limitar la entrada de españoles, portugueses e italianos en su territorio por el “efecto llamada”. A los suizos sólo les interesa que entre dinero, no importa su procedencia, en sus entidades bancarias. Ya saben el dicho: “dinero acá, indiano allá”. Muchos europeos, sobre todo de extrema derecha, creen que inmigración es sinónimo de inseguridad y aumenta la xenofobia. La UE nunca prestó  mucha atención al problema emigratorio cuando necesitaba mano de obra barata. El caso de España, con la construcción y hasta que se pinchó la burbuja inmobiliaria, fue de libro. Y de eso sabe mucho José María Aznar. Pero ahora las cosas han cambiado con la crisis económica y la UE ya habla de cupos de admisión e incluso está dispuesta a  aumentar la presencia  de misiones de rescate en el Mediterráneo para afrontar un problema muy gordo que se le va de las manos. Eso demuestra una ingenuidad tremenda.No se pueden poner puertas al campo.

El método interpretativo





El pasado día 25 de julio, bajo el título “El agujero de Rudi”, escribía un chat en el que venía a decir que se había detectado en la DGA un agujero de 570 millones de euros, de los que 351 pertenecen a la consejería de Sanidad, y de ellos,  50 a nóminas. De la misma manera, en Educación existía otro agujero, también correspondiente a nóminas de otros 50 millones. Ahora –señalé entonces- se entienden las prisas de Luisa Fernanda Rudi de vender inmuebles con urgencia. Lo malo es que, de momento, no existe comprador. Curiosamente, apenas una semana antes de la fecha de aquel escrito, Rudi se había entrevistado en Calatayud con 60 alcaldes de la provincia de Zaragoza, todos de la cuerda, y les decía que “para las elecciones generales tenemos que recuperar a quienes confiaron alguna vez en nosotros y demostrarles que pueden volver a hacerlo”. Para mayor abundamiento, la expresidenta de Aragón incidió en que “el esfuerzo compartido no puede ser malbaratado y dejado en manos del populismo”. ¡Ya salió la alargada sombra de Podemos! Pues bien, entonces también señalé que podrían salir más “pufos” cuando se mirase debajo de las alfombras, es decir, cuando se hiciese una seria auditoría. A día de hoy, El Gobierno de Aragón ha fijado en unos 800 millones de euros el desfase presupuestario de la Comunidad, en palabras de Vicente Guillén, consejero de Presidencia. Dicho en cristiano: en Salud hay 700 millones de euros de desfase, de los que 338 corresponden a farmacia y 83,7 al capítulo 4; en Educación, 65 millones en el capítulo 1 (gastos de personal); 15,4 millones de la educación concertada; y, en Servicios Sociales, 16,5 millones en dependencia. Pero no pasa nada. A Rudi la premiaron  con un escaño en el Senado para seguir aforada y cobrando del Erario Público a falta de mejor cosa que poder mangonear a su antojo; Javier Lambán tendrá que bailar el tango “La noche triste” con la más fea; y los ciudadanos, impasible el ademán, permaneceremos atentos a lo que suceda en un escenario de cuchitril donde se representa una obra que no entendemos ni nos divierte, conscientes los espectadores de que la democracia nada tiene que ver con Stanislavski,  el tocino con la velocidad y el culo con las témporas.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Botafumeiro





Ahora resulta que unos investigadores chinos de la South China University of Technology de Cantón acaban de descubrir que el humo procedente de la quema de incienso es peor que el humo del tabaco y que las partículas de ese humo inhalado quedan atrapadas en los pulmones, lo que puede causar una reacción inflamatoria y, según estudios previos, también está relacionado con el cáncer de pulmón, la leucemia infantil y el desarrollo de tumores cerebrales. Ahí es nada. Yo sabía que tener malos humos era equivalente a enfadarse y llenarse de soberbia y vanidad como consecuencia de la ira.  La expresión proviene de la antigua costumbre romana de pintar los atrios de los antepasados miembros de una misma  familia, que con el tiempo resultaban dañados por las inclemencias del tiempo y los humos. De aquellos atrios que presentaban peor aspecto se decía que tenían muchos humos, lo que confería para los moradores un símbolo de prestigio. Ahora hará falta saber qué opina el titular de  la archidiócesis de Santiago de Compostela, Julián Barrio Barrio, nacido en 1946 en Manganeses de la Polvorosa, el pueblo zamorano que tuvo la fea costumbre hasta 2002 de que los quintos lanzaran al vacío una cabra desde la torre de su iglesia, con la esperanza de que la recogieran otros mozos antes de que se estrellara contra el suelo. Lo más normal era que el pobre animal muriera de un modo parecido al de Claudio Guerin, cuando se cayó de la torre de la iglesia de Noya mientas rodaba La campana del infierno. Pero a lo que iba. Ahora, en vista de lo que afirman los investigadores chinos, deberíamos saber de buena mano qué opinión le merece ese descubrimiento al Cabildo Metropolitano, si el botafumeiro (que significa en gallego “esparcidor de humo”)  va a seguir cumpliendo con su función en la Catedral o, por el contrario, lo columpiarán sin que arda la candela. Si eso aconteciera, dejarían de entrar los turistas para ver el espectáculo y los ocho tiraboleiros que bailan el armatoste deberían cambiar de oficio. Dicho armatoste pesa 53 kilos y tiene metro y medio de altura. En 1499 se desprendió de sus cuerdas y salió por la Puerta de Platerías como alma que lleva el diablo estando presente Catalina de Aragón (quinta hija de los Reyes Católicos), que entonces tenía catorce años. Lo mismo sucedió en los años  1622 y 1937. En ninguno de los tres casos hubo víctimas. El actual botafumeiro es de latón bañado en plata y fabricado en 1851. El anterior se cuenta que lo robaron los franceses en 1809. Es caso es que se esfumó como el Códice Calixtino, solo que en aquellos tiempos de la Guerra de la Independencia no había nacido todavía el electricista José Manuel Fernández Castiñeiras para poder echarle la culpa.  El botafumeiro sólo funciona una docena de veces al año, salvo que algún caprichoso turista desee contemplar su funcionamiento, previo pago de 300 euros por adelantado. Por ese dinero yo creo que los tiraboleiros hasta le pueden cantar a coro al visitante “Catro vellos mariñeiros”. Otra solución posible podría consistir en sacar el botafumeiro al centro de la Plaza del Obradoiro. Los humos se disiparían como sucede en los veladores con el humo de los cigarrillos desde la ley antitabaco. Claro, a los actuales tiraboleiros habría que sustituirlos por trabajadores con contratos a tiempo parcial, como sucede con los camareros de mesas en la Costa Dorada.

martes, 25 de agosto de 2015

Albondigada




Ya hay concursos para todos los gustos. De hecho, el próximo sábado tendrá lugar en el municipio de Tabuenca (Zaragoza) el X Concurso de Comedores de Albóndigas, la ya famosa “albondigada”. El primer premio: 500 euros, estuche de vino y diploma de participación. El récord  actual está en 100 albóndigas de 25 gramos cada una, y se estableció el pasado año sin que el tripero ganador, Sergio García García, vecino de La Muela, que después se bebió un pacharán, reventase como un butrino. Según leo en el diario Heraldo de Aragón, esas albóndigas (cocinadas por el Restaurante Las Ruedas)  “están elaboradas a base de magro de cerdo, harina de soja, pan rallado, pimienta negra, sal, ajo, perejil y algunos conservantes y antioxidantes". Según las bases del concurso, "los participantes, que no podrán abandonar la mesa a no ser que se retiren, dispondrán también de agua, cerveza, vino y tomate frito para facilitar su ingestión, aunque su consumo no será obligatorio durante la prueba". Ignoro si los tragabolas participantes se entrenarán en el food de Ikea (la cadena escandinava de muebles listos para montar pero que no hay dios que los monte como te dejes un tornillo sin meter en su oportuno agujero), todos los viernes del año, aprovechando que ese día la cadena practica un 15 % de descuento a los productos de comida, siempre que el cliente sea socio de Ikea Family. ¡Hay que ver lo que saben estos suecos! Los entrenamientos también pueden hacerse con las grösaksbullar, o sea, las albóndigas vegetarianas,  las kycklingköttbullar, que son albóndigas de pollo, las  köttbullar, que son albóndigas congeladas, o las köttbullar med potatismos, que son albóndigas de carne con puré de patatas. En Ikea, además del bricolaje y de poder comer, o comprar comida para llevar a casa, se aprende mucho con el idioma. No es difícultoso. Todo es cuestión de poner muchas veces la letra K, la letra T dos veces seguidas en medio de las palabras y la diéresis sobre las oes, como hacemos en España cuando escribimos pingüino o vergüenza. Bueno, dice que no es dificultoso un conocido mío, Geroncio Sobregués, sobrestante de la Renfe, que es capaz de hacerse una ensalada con las hojas y tallos de las cardincheras y que si le invitas a comer, ya has plegado. A mí sí me parece complicado ese idioma, pero no se lo digo a Geroncio por evitar comentarios que no conducen a nada.

lunes, 24 de agosto de 2015

Gamberros y malnacidos





Que un tipo haya rociado a los clientes de un bar de copas zamorano con un extintor de polvo no deja de ser un hecho lamentable. Una gamberrada propia de un descerebrado. Más todavía si tal acción se comete, como así ha sucedido en la Ciudad de doña Urraca, a las 4’30 de la madrugada. Lo que tampoco se comprende es cómo un bar de copas permanece abierto al público a esas intempestivas horas. Es peor, sin embargo, lo que acostumbra a hacer otro zamorano desde hace bastante tiempo. Sin mejor cosa que hacer, se dedica a poner alfileres dentro de trozos de salchichas y dejarlas por el césped de los parques públicos para que los perros se los coman y mueran con atroces sufrimientos. Si el primero de ellos es un tipo que no tiene dos dedos de frente, el segundo es un malnacido. La maldad humana no tiene límites. Sólo hay que ver lo que en Tordesillas (Valladolid) hacen con el toro de la vega, o lo que en Manganeses de la Polvorosa hacían hasta 2002 con una cabra, tirándola los quintos desde el campanario y esperando que el resto de los mozos de ese pueblo la recogieran antes de que se estrellarse contra el suelo, para amenizar las fiestas patronales y para regocijo de los presentes. Ya su escudo denota la obsesión por las cabras, si tenemos en cuenta que ese broquel heráldico, aprobado por la Diputación de Zamora en 1997, está partido en dos: el primero de plata y rama de palma de gules, y segundo, de gules torre de Iglesia surmontada de cabeza de cabra, todo en plata. Al timbre, Corona Real cerrada. Pues bien, la fiesta  de san Vicente Mártir sigue celebrándose a finales de enero, pero ahora la cabra sólo se pasea por el pueblo por unos “quintos light” que ya no son llamados a filas ni temen, como sucedía antaño, que en el sorteo de la Caja de Reclutas puedan ser destinados a África. La canción “tengo un hermano en el Tercio / otro tengo en Regulares / y el hermano más pequeño, / preso en Alcalá de Henares” ya no dice nada a las nuevas generaciones; y la otra,  “los quintos de la perrera, / la borrachera, / la perdición…”, tampoco. Ahora son los subsaharianos los que llegan aquí en peores condiciones, en busca de un mundo menos hostil. Lo malo es que no lo encuentran. En fin, esperemos que la Guardia Civil dé con el canalla de los alfileres y lo lleve ante el juez. Y que el juez sea amigo de los perros.

domingo, 23 de agosto de 2015

Idas y venidas





Rebuscando en La Comarca de Calatayud, como si husmease en los cubos de basura en busca de algo que poder llevarme a la boca, me he topado con una historia preciosa, “Idas y venidas”, firmada por Francisco Tobajas Gallego. Extraigo un párrafo:
“Para la feria de Calatayud ponían un tren especial con más vagones de lo habitual. Mi abuelo no faltaba ningún año a la corrida de toros. Se iba en el primer tren de la mañana y volvía en el último de la tarde. Cuando mi abuelo iba a Calatayud, siempre comía en Rogelio. La gente iba a las ferias, donde los tratantes compraban y vendían mulos y machos, a los autos de choque, al paseo, a la tómbola de caridad, a la plaza de los ajos, a la corrida de toros y al empastre, al que dejaban entrar a partir de los siete años. Todos los años salía el bombero torero y la banda del empastre. Los toreros eran muy malos. Recuerdo que un año el estoque le salió al toro por un costado, lo que provocó pitos y fueras del público. De vez en cuando pasaba un hombre ofreciendo refrescos en un cubo de cinc. Después del empastre se iba a la feria, a montarnos en los tiovivos y en los autos de choque. En la feria vendían manzanas de caramelo, coco natural, algodón dulce y churros. Al final de la tarde toda la gente se volvía a encontrar en la estación, esperando al último tren. Recuerdo que un año mi padre me compró en el quiosco de la estación un cuento que todavía conservo. Se titulaba Lunarcito y a mí me gustaba mucho. Era la historia de un gato que se iba de casa y vendía su cola a un perro, que la colocaba como bandera en el tejado de su casa de madera. Una historia verdaderamente original. Además tenía unos dibujos preciosos. Todavía lo conservo, con algunas hojas rayadas y rotas. Siempre me ha gustado guardar celosamente mis cuentos y mis tebeos, empresa harto difícil cuando se tienen más hermanos pequeños. Y entonces todo es de todos”. 
Ahora que se acercan a toda prisa las fiestas en honor de la Virgen de la Peña, la lectura del relato de Francisco Tobajas me ha retrotraído a mi infancia de pantalón corto, al tren ómnibus Arcos, que no podíamos perder si queríamos llegar a casa antes de que acabase el día. Las fiestas de Calatayud eran más que unas fiestas. Se decía que después de ellas cambiaba el tiempo, que se hacía más otoñal y ya había que ir haciendo acopio de cuadernos y libros de estudio del siguiente curso. De la misma manera, Calatayud perdía bulla y en Confecciones Gallego aparecían las madres con sus hijos para proveerles de la necesaria ropa de abrigo. Más tarde, a la espera de la salida del autobús de línea de la Empresa Olivar, o del último convoy con vagones de madera y balconcillo, aún quedaba tiempo para tomar un café con leche y unos bizcochos de suela en El Pavón, que era mucho más que un café. En El Pavón se cerraban negocios, se podía charlar con el camarero Mingote y con el limpia El Chava, que lo sabía todo sobre la ciudad, casi tanto como el cronista oficial Pedro Montón Puerto, mi gran amigo muerto, ay, con el que intercambié correspondencia de amistad hasta pocos días antes de su final, en 1982. Dice Francisco Tobajas que “en la feria vendían manzanas de caramelo, coco natural, algodón dulce y churros”. De todos aquellos recuerdos de impúber al que le gustaba leer Lunarcito ya sólo queda el esplín de papeles que se han quedado de color sepia y de la inocencia perdida. Calatayud era más que una ciudad. Calatayud era una caja de Pandora que cada vez que se abría enseñaba nuevos decorados, como los circos de tres pistas donde un domador enano usaba la tralla de arreo contra unos gatos con muy mala leche. Y Calatayud sigue sorprendiendo todavía, como sorprende al caminante una nube volandera sobre el cerro de Bámbola en la luz crepuscular.

sábado, 22 de agosto de 2015

Veladores (vulgo terrazas)





En Zaragoza los veladores proliferan como el mal querer. Al Ayuntamiento, por lo que parece, todo le va bien si con ello recauda tasas municipales. Pero los sufridos peatones ya no sabemos ni por donde circular, entre mesas, sillas, bicis, ciudadanos que hacen corro, niños que  pasan entre las piernas del viandante, comadres de charla, vendedores de ajos, pitos,  flautas y la madre que los parió. Algunos atribuyen el incremento de los veladores (vulgo terrazas) a la prohibición de poder fumar dentro de los locales. No sé.  Pero si nos remontamos a tiempos pasados, la culpa del actual  desmadre, por decirlo de alguna manera, la tiene Gaudencio Zoppetti Bussi, por haber dado ideas. Me explico. Existe un discurso de ingreso en la Academia de Gastronomía de Manuel García Guatas y contestado por Guillermo Fatás Cabeza  (De boca en boca. Cuadernos de Aragón, número 52, Institución Fernando el Católico, de la DPZ), donde el aspirante a académico de número expone de forma muy amena que en la actual Plaza de España,entonces de San Francisco, en parte de los extensos terrenos que habían pertenecido al Hospital Nuestra Señora de Gracia, se inauguró la Fonda Europa en la década de los 60 el siglo XIX. Su primer director y cocinero fue Gaudencio Zoppetti Bussi, que se había formado en las cocinas del Palacio Real de Madrid. Y aquella fonda inauguró su espléndido café en el verano de 1863. Pero el inquieto Zoppetti fue más allá y el 23 de julio de 1869 tuvo la ocurrencia de sacar veladores a la vía pública. Dado su éxito, al poco fue imitado por otros establecimientos del ramo. ¡A eso iba yo con el asunto de las culpas! Aquellos veladores permanecieron activos, ya por costumbre adquirida, en el periodo que iba desde el Sábado de Gloria hasta terminadas las Fiestas del Pilar, es decir, de últimos de marzo hasta finales de octubre. La magnífica fonda, que era todo un hotel de campanillas, sería derribada para construir la nueva sucursal del Banco de España, cuya inauguración estaba prevista para el 18 de julio de 1936, pero se tuvo que posponer el acto al 10 de agosto de aquel año, ya en plena tolvanera bélica. Los Zoppetti fueron una saga de italianos afincados en Zaragoza muy emprendedores. Siempre quisieron conservar su nacionalidad italiana hasta el día en el que algunos miembros de la familia recibieron la notificación de que debían volver a su país y alistarse a filas para luchar en la Guerra Europea de 1914. Y con muy buen criterio, se quedaron en España.

viernes, 21 de agosto de 2015

Pan para hoy...




Leo en la prensa que Canarias “pica” y manda a la basura nueve millones de kilos de plátanos desde el pasado mes de abril. A ello habría que añadir los 2’4 millones de kilos que se han entregado a la institución Banco de Alimentos a portes pagados. El problema, a mi entender, es que el plátano de Canarias no se ha sabido comercializar correctamente desde las plantas de producción ni desde el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, cuya cartera ostenta Isabel García Tejerina. No entiendo cómo, pese a tales problemas, ya endémicos con Miguel Arias Cañete, se siguen importando bananas americanas a precios inferiores al producto nacional. De hecho, cuando parecía que se había abierto una brecha de mercado en Marruecos, las esperanzas de los productores se han venido abajo. En una entrevista que Carmelo Rivero, de Diario de Avisos, realizaba hace poco a Leopoldo Cólogan Ponte, (sucesor de una saga de comerciantes y diplomáticos de origen irlandés establecida en Tenerife desde hace 300 años), éste afirmaba que vivió en primera línea la tormentosa integración de las Islas en la Unión Europea (UE) y la Ley de Aguas que tambaleó un gobierno, pero, sobre todo, la supervivencia del sector cuando perdió la reserva peninsular en 1993 y muchos plataneros estaban tumbados a las bartola. Cólogan también avisaba de la “invasión inminente” de la banana de Ecuador, tal y como ya ha sucedido en las grandes superficies. Cólogan entiende que “el declive del plátano de Canarias comenzó con los acuerdos que firmó  Rodríguez Zapatero para congraciarse con los latinoamericanos en la presidencia europea de España en 2010, a fin de abrir las puertas de América a las grandes empresas españolas. Hicieron un festorro para celebrarlo. Las islas fuimos moneda de cambio. Esos acuerdos llamados bilaterales reducen el arancel a la banana hasta 75 euros la tonelada en 2020, para Colombia, Perú, países centroamericanos y pronto Ecuador. Nadie midió las consecuencias en Canarias y resto de regiones europeas. Zapatero debió contar con el consentimiento del PP. Fue una traición que tengo clavada”. Pero como sucede en el corrido mexicano: “El día que la mataron / Rosita estaba de suerte / de seis tiros que le dieron / sólo uno era de muerte”; el plátano de Canarias, fuente de potasio y rico en nutrientes, se está salvando “de milagro” debido a las guerras que sacuden África y a una enfermedad de la banana: la sigatoka. Vamos, como el sector turístico. Pan para hoy…

jueves, 20 de agosto de 2015

Paciencia y a barajar





Hace pocas fechas, García-Margallo decía que un posible gobierno de PSOE con Podemos “sería una catástrofe de dimensiones bíblicas”. Y De Guindos, en el Pleno del Congreso sobre la aportación española al tercer rescate griego señalaba que “el único culpable de haber llegado a esta situación es el populismo”. Yo tenía entendido que los verdaderos culpables de haber llegado Grecia a la situación en la que ahora se encuentra eran Nueva Democracia (el partido político al que apoyó Rajoy en los últimos comicios griegos) y PASOK, que habían creado una deuda impagable. Juan Laborda, en Vozpópuli, y en su artículo “Las falsedades de Luis de Guindos”, pone el dedo en la llaga y se hace eco de que “el descaro, la sinvergüencería y las mentiras hace tiempo que se adueñaron definitivamente de los mentideros políticos, económicos y mediáticos patrios”.(…) “Sólo espero -continúa escribiendo Laborda- que algún día Yanis  Varoufakis saque a la luz las grabaciones que pongan de manifiesto la posición de Luis de Guindos y de nuestro gobierno en las reuniones del Eurogrupo”. (…) “Cómo es posible que aquel gobierno que nos ha endeudado como nunca en nuestra historia reciente hable de populismos. Cómo es posible que quienes han aumentado la pobreza de sus conciudadanos a niveles insoportables hablen de populismos. Cómo es posible que aquel ejecutivo cuya reforma laboral ha creado un mercado donde trabajar ya no garantiza salir de la pobreza, donde empleo es sinónimo de precariedad extrema, se erija como ejemplo de buen gobernante. (…) La principal herencia que nos dejará el gobierno actual  -de la mano del anterior- es deuda, deuda, más deuda, sin mejora alguna del aparato productivo y de nuestra fuerza trabajo. Los mismos que generaron la mayor burbuja inmobiliaria de la historia nos dejarán como herencia una deuda total y externa récord”.  En cualquiera de los casos, la derecha que gobierna en España, y que achaca sus propios errores de gobierno a determinados grupos políticos que todavía no plasman su firma en el BOE, puede decir lo que se le antoje. Pero los hechos son tercos. Mientras escribo este chat,   me entero  de que Alexis Tsipras, líder de  Syriza, propone celebrar elecciones anticipadas el próximo 20 de septiembre, conque paciencia y a barajar.

miércoles, 19 de agosto de 2015

El Apocalipsis, según Rajoy







Me entero de que ha fallecido el pintor Ángel Aransay y los zaragozanos nos quedamos un poco más huérfanos de cultura. Acababa de cumplir 72 años el pasado sábado. Y  Mariano Rajoy, de vacaciones en Galicia, ha hecho en Celanova buenas las profecías de García-Margallo de hace pocos días, o sea, que “un pacto entre Podemos y el PSOE sería una catástrofe bíblica”. Se debe referir a que se acabaron  los siete años de bonanza para los mangantes y corruptos y ahora toca esperar a los comicios de otoño/invierno (no confundir con la moda otoño/invierno de El Corte Inglés) para, si ellos pierden, que perderán, poder ver cabalgar a otros siete jinetes del Apocalipsis en forma de plagas como las de Egipto, pero con más cachondeo, clamor y murga. Y Rajoy aprovechó para decir que “la reforma de la Constitución es un asunto complicado, difícil y delicado”. No sé, pero con la reforma del artículo 135 su grupo parlamentario del PP no se anduvo con tantos triquismiquis a la hora de apoyar a un acojonado Rodríguez Zapatero al que le acababan de leer, no la revelación de Jesucristo a san Juan acerca de los acontecimientos futuros, sino la revelación de Markel al Listillo de la Ceja de la cesión de soberanía española a la Bestia de Siete Cabezas, es decir, al sistema político que habíamos aceptado sin rechistar tras la firma de los Acuerdos de Maastricht, y que fue nuestra particular rendición de Breda, a unos tipos que poseen autoridad, tronío y poder (revelación 13.2); que no es gobierno de un solo país, pues se le dio autoridad sobre toda la tribu, pueblo, lengua y nación (revelación 13.7).O dicho de otro modo, es una combinación de las cuatro bestias descritas en las profecías de Daniel 7:2-8, con apariencia de leopardo, patas de oso, fauces de león y diez cuernos. De modo que la Bestia de Siete Cabezas del capítulo 13 del Apocalipsis representa un sistema político compuesto por más de un gobierno. Rajoy, que estos días de asueto tiene tiempo para pensar, debería leer el Apocalipsis y reflexionar sobre los diez cuernos de la bestia escarlata. Tiempos duros para el tancredismo. El que vale y no sabe lo que vale, no vale.

lunes, 17 de agosto de 2015

Error de protocolo




Lo sucedido en Yakarta ha sido un error de protocolo, como sucedió en el Giro de Italia en 2011 y en la final de la Copa Davis, en 2003, en Melbourne. Pero, curiosamente, nunca sucede una situación bochornosa semejante cuando el Rey acude a un país en visita oficial. Doy por hecho que en esas situaciones se miden más los detalles. En el caso de ahora, en el de Carolina Marín, se da la circunstancia de que la campeona del mundo de bádminton es tan jovencita (sólo tiene 22 años) que no entiende de errores de protocolo. En todo caso, esa muchacha se habrá llevado una sorpresa mayúscula escuchando como el himno de España cuenta con una letra que ella desconocía. Esa desagradable situación ha conmocionado a muchos ciudadanos, que han entendido que el himno cantado en Yakarta era franquista. Lo cierto es que la letra de ese himno, con algunas variaciones, la compuso José María Pemán por encargo de Miguel Primo de Rivera en 1928. Otra cosa, y en eso sí aciertan esos ciudadanos, es que fue obligatorio cantar el himno con letra de Pemán en las escuelas en horas lectivas. Como sucedió con el Cara al sol falangista y con el Oriamendi de los requetés, que comenzaba: “Viva Dios queridísimo / tengámoslo todos por dueño. / Vivan España y el País Vasco / y el rey legítimo”, etc., o dicho en vascuence: “Gora Jainko maite maitea / zagun denon jabe. / Gora Espania ta Euskalerria / ta bidezko errege”, etc., y que más adelante, con los arreglos musicales de Silvano Cervantes y la letra de Ignacio Baleztena, quedó así: “Por Dios, por la patria y el Rey / lucharon nuestros padres. / Por Dios, por la patria y el Rey / lucharemos nosotros también…”, etc., que durante la Guerra Civil se convirtió en himno de combate del Requeté y, como bien señalaba Iñaki Anasagasti, “por decreto de 27 de febrero de 1937 aprobado por el general Franco, canto nacional de la España Nacional, junto con el Cara al sol de la Falange y la Marcha Real (con letra de José María Pemán). Sin embargo, la versión oficial cambió la mención a la vuelta del Rey de España ("venga el rey de España a la corte de Madrid"), por “que las boinas rojas entren en Madrid”, más acorde con la nula voluntad de Franco de restaurar la monarquía”.

viernes, 14 de agosto de 2015

Rabo de paja




Insisto en mi planteamiento. Si el exvicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato, se sentía “vulnerable” por supuestas amenazas en las redes sociales, lo correcto hubiese sido, como en el caso de cualquier otro ciudadano, acercarse a la comisaría más próxima y presentar la correspondiente denuncia. Rato, implicado en tres causas por delito de corrupción, tiene rabo de paja y sería conveniente de que no se arrimase a la candela. Quizás, lo que realmente teme Rato es que se le pueda  recortar su escolta (como le sucedió al juez Garzón), que pagamos todos los españoles con nuestros impuestos. Ignoro el grado de preocupación que tiene Rato por esa “fundada” preocupación que le afecta, según parece, al grado de su seguridad personal. Vino a decir el ministro Jorge Fernández Díaz en la Comisión de Interior del Congreso que a él no le preocupa los problemas que Rato pueda tener con la Agencia Tributaria, pero sí su seguridad. Una reunión “rara” de la que los ciudadanos nos enteramos tarde y por la prensa. Y Mariano Rajoy ha confesado que a él le ocurrió lo mismo. Lo que ya no se sabe es de quién tiene miedo Rodrigo Rato. Como bien señalaba el socialista Antonio Trevín, “lo único que puede preocupar al exvicepresidente económico es la cuestión procesal”. Si tanto miedo tiene a las amenazas por twitter, ¿qué hacía Rato paseando en vespa por Gijón, bañándose en la piscina del Club de Regatas o tomando la brisa marina la cubierta de un yate? El ministro del Interior ha tenido muchos errores. De todos ellos, la “ley mordaza” y su encuentro con ese presunto delincuente en su despacho oficial el pasado día 29 por espacio de dos horas son, a mi entender, los más preocupantes. Todos los españoles somos vulnerables y no disponemos de escolta.  Por vergüenza torera, Fernández Díaz debería dimitir de su cargo.

jueves, 13 de agosto de 2015

Evítese lo que se puede evitar





En eso del toreo hay bastante controversia Los aficionados a la fiesta brava se enfrentan a los antitaurinos un día sí y otro también. O dicho de otro modo: en España están los aficionados a las corridas frente a los que odian la tortura a los animales. Lo que para unos es un espectáculo, para otros es una salvajada. Ahora hay polémica con el regreso de las corridas a la Plaza de Illumbe, coincidiendo con la Semana Grande donostiarra y como consecuencia del cambio de gobierno municipal, hasta ahora en manos de Bildu, que prohibió la celebración de esos espectáculos taurinos hace dos años. Pero la llegada al Ayuntamiento de PNV en coalición con PSE ha hecho que “volvieran las aguas turbulentas al barranco”. Como era de esperar, se han producido protestas contra las corridas, contra Juan Carlos de Borbón y contra la Monarquía. La presencia de Juan Carlos, su hija Elena y sus nietos Froilán y Victoria han encrespado los ánimos de los manifestantes hasta el punto de clamar a favor de la República y de la independencia del País Vasco. Ha sido un factor disgregador  añadido. A mi entender, el anterior rey puede hacer lo que le venga en gana. Pero aun así y todo, no parece que haya sido acertada la presencia de los Borbones en la primera de esas cuatro corridas previstas. Esas presencias, el día equivocado y en el lugar desacertado, sólo han servido para añadir leña al fuego. La “España cabreada”, que ya es legión, ha visto en esas presencias un “reto chulesco” (y que se me permita la expresión castiza, dicha sin ánimo de ofender a nadie), que en nada ayuda a mejorar los ánimos de medio país; o sea, de la España que no es devota de Frascuelo ni de María ni de una Monarquía reinstaurada hace cuarenta años por el antojo del dictador Franco, por mucho que la figura del rey Juan Carlos quedase refrendada en una Constitución consensuada desde el miedo y que no votó ni la mitad de los españoles en edad de votar que hoy conforman el Estado. Si al rey emérito le gustan las corridas de toros, hoy podía haber visto la de San Sebastián por televisión. De esa manera se hubiesen evitado los reproches y silbidos hacia la Corona (que él ya no representa) por parte de unos ciudadanos libres, que también tienen derecho a gruñir y rezongar cuando algo no les gusta. Siempre hay que tratar de evitar aquello que es evitable. ¿A algún ciudadano juicioso le gustaría ver a Felipe VI en Tordesillas cómo lancean al toro de la Vega? Doy por hecho que tampoco sería aconsejable. Por una cuestión de dignidad, los animales también merecen nuestro respeto.