Me
han regalado un pase para ir al cine. Es una película histórica. Si puedo iré a
verla, aunque ya les anticipo que es para la sesión de tarde del día 28 de
abril y la entrada es de gallinero. El caso es que tengo un conocido de barra
que dice saber el argumento y que ya ha visto un tailer.
--No
será ¿Dónde
vas Alfonso XII?
--No,
es otra.
El
conocido de barra, que sólo toma anís Las
Cadenas, de finísimo paladar, me adelanta lo que los españoles podremos ver
estupefactos el día siguiente de los comicios a las generales. Según él, las
dos Castillas van a votar con generosidad a Vox, que es una escisión del
Partido Popular. Y hasta puede que ocurra algo parecido en Murcia, Valencia, Almería
, Ceuta y Melilla. Y por aquello de las sumas y las restas, el Partido Popular puede
que no alcance sus expectativas de
Gobierno, es decir, que se dé un tozolón. Y entonces entrará en escena
Ciudadanos, que es como el Séptimo de Caballería, con Albert
Rivera a la cabeza, que ya no se llama Albert sino Alberto Carlos, adornándose
en el hemiciclo como un torero de postín e intentando coaligarse con los
socialistas , eso sí, “por el bien de
España”.
--¿Y
a Pablo Manuel Iglesias Turrión qué
papel se le asigna en esa película?
--No
sabemos… No se le olvide a usted que es un actor de reparto.
--Sí,
claro, hasta Rin Tin Tin tiene su
huella estampada en el Paseo de la Fama
de Hollywood. Dicen que murió en brazos de Jean
Harlow.
--O
sea, como la hija de Montpensier en
brazos de Alfonso.
--Mas
o menos…
El
conocido de barra, al que el camarero saluda como don Agilolfo y que posee una fábrica de lejía, escupe en un bacín,
apura el trago levantando el dedo meñique a modo de antena, se despide y se
marcha. Yo me quedo en la barra pensativo dándole vueltas con la cucharilla a
la taza de café. Me da la sensación de que a don Agilolfo le sobra
presunción, pero no me hagan mucho caso.