sábado, 30 de junio de 2012

Adiós al "Siroco"



Leo que el submarino “Siroco” ha causado baja ayer en la Armada tras 29 años de servicio, después de proceder a una ceremonia de despedida presidida por jefe del Arsenal Militar de Cartagena, vicealmirante Fernando Zumalacárregui Luxán. Supongo que al submarino amortizado le cantarían aquello de “no te vallas todavía, no te vallas por favor…” con el mismo fervor que en “Verano azul” se lo entonaron a Chanquete. Menos mal que todavía quedan en activo sus hermanos “Galerna”, “Mistral” y “Tramontana”, todos de la misma camada. ¡Que pena de submarino!  No quiero ni pensar lo que habrá llorado el general de Infantería de Marina Juan Chicharro Ortega, quien a finales de febrero escribía en “República.com” elegías de este tenor: “Todos los años un elevado número de oficiales de los ejércitos cesan en el servicio activo y pasan a una situación administrativa denominada Reserva. No se trata de una jubilación pues ésta se produce al pasar a la denominada como Retiro, tal como establece la Ley de la Carrera Militar, al cumplir 65 años. Un grupo de hombres que no alcanzan los sesenta años y quienes en plenitud de facultades se encuentran después de una vida plena de actividad en una situación de paro forzoso”. Si el general Chicharro sentía profundamente que todos los años un elevado número de oficiales de los ejércitos cesaran en el servicio activo, imagínense ustedes el viacrucis que habrá sufrido ayer el vicealmirante Zumalacárregui despidiendo a un submarino, que no era amarillo, de la extinta E.N. Bazán, integrada en el extinto INI con aquella visión autárquica de la economía y el capitalismo de Estado. Mi más sentido pésame. Un submarino que en principio estuvo desarrollado para la lucha contra los grandes submarinos nucleares y para enfrentamientos con flotas en solitario, ¡ahí es nada!, terminó su vida activa realizando tareas de menor calado, tales como la recopilación de información en una zona de interés durante un tiempo prolongado, el control del tráfico mercante, el apoyo a la lucha antiterrorista, las operaciones antidroga y la disuasión. O sea, a labores de simple patrullera de la Guardia Civil o de aduanas pero con el coste para las arcas del Estado de un congo. Esa triste deriva de un submarino de la Armada Española, que ahora se achatarrará o se intentará vender a Tailandia, o a Burundi,  para que  twas,  tutsis y hutus busquen caracolas en el lago Tanganica,  me recuerda aquella anécdota del torero Juan Belmonte. Resulta que a su exbanderillero Joaquín Miranda González,  falangista que ocupó el cargo de gobernador civil de Huelva entre 1938 y 1943, le tocó presidir como autoridad un festival benéfico al que asistía el torero con un amigo que no entendía nada de Tauromaquia. Su acompañante, que había oído algo sobre la biografía del gobernador pero no sabía dónde, viéndolo en el palco presidencial, le preguntó a Belmonte:
-- Don Juan, ¿es verdad que este señor gobernador ha sido banderillero suyo?
-- Sí.
-- ¿Y cómo se puede llegar de banderillero a gobernador?
-- ¿Po… po… po cómo va a sé? De… de… degenerando.

viernes, 29 de junio de 2012

Unos gastos evitables



Comprendo la euforia futbolera que le ha entrado a media España pese a encontrarse el país al borde del cantil económico. Hay más de cinco millones de parados, mañana sube la bombona de butano, la luz y estamos a punto de que el incremento del IVA no nos permita ni comprar gaseosas de sobre. Pero, como si viviéramos en el “país de Jauja”, de donde se contaba que los ríos manaban leche y que de los árboles salían buñuelos, el próximo domingo estarán presentes en la final de la Eurocopa el príncipe de Asturias y Mariano Rajoy. Lo primero que nos preguntamos todos los españoles es quién paga esas excursiones. La respuesta es obvia: todos los contribuyentes. Personalmente tales viajes, dada nuestra situación angustiosa y sin que nadie les haya convocado, se me antojan como una absoluta falta de respeto hacia el ciudadano. Si el príncipe desea “hacer prácticas” de jefe de Estado antes de ser proclamado rey, que aprenda el  duro oficio que le espera ante el reto de los nuevos tiempos, que no pintan nada buenos, ni para él ni para el conjunto de los españoles, intentando “vender” en el exterior un Reino de España  más devaluado que un duro de plomo, hundido por banqueros incompetentes; por ciertos “amos del ladrillo”, que esconden  sustanciosas plusvalías en las alcantarillas doradas de  paraísos fiscales hasta que el Gobierno de turno decida hacer nuevas amnistías fiscales;  por pésimos gobernantes, más atentos a mantener sus prebendas que a servir a los ciudadanos que un día les  votaron desde la esperanza de que procuraran un país más justo; etcétera. El Reino de España se ha convertido en el hazmerreír de Europa. Hay que evitar gastos innecesarios y hay, también, que percibir por la intuición en qué entierro dispone uno vela. Si Rajoy desea evadirse de sus problemas de trabajo viendo fútbol, que lo vea por televisión. Y si el príncipe hipa por inhibirse noventa minutos de un raro “aburrimiento” personal por no sabemos qué situación personal de “impasse”, que se distraiga con un cortahierbas, o aprendiendo el lenguaje de las flores. Pero justo será reconocer que cada viaje del jefe de Gobierno y del heredero de la Corona por el capricho pueril de ver un partido en el extranjero cuesta a los españoles una cantidad de dinero importante y siempre necesario para otros menesteres de tipo social. Pero bueno, ya sé que no puedo evitar que ambos ciudadanos, Borbón y Rajoy, acudan a Kiev el próximo domingo por  ver “in situ” un partido de fútbol,  espero y deseo que, al menos, se dignen volar en el mismo aparato. Ya pagaremos la cuenta. De ahogados, al río.

jueves, 28 de junio de 2012

Elvira Rodríguez



Elvira Rodríguez, presidenta de la Comisión de Economía y Competitividad en el Congreso ha señalado a la Cope que los salarios públicos tendrán que reducirse. Esta fondona señora, la misma que se fotografió junto a Aznar poniendo la primera piedra de un trasvase del Ebro que nunca se llevó a cabo al perder las elecciones, señalaba que se puede llevar a cabo una “reestructuración” que supondría “a la fuerza” eliminar cargos públicos. Pretender hacer algunas cosas “a la fuerza”, como sugiere Rodríguez,  “o por las buenas o por las malas”, como he escuchado en alguna ocasión  en boca del ministro del Interior, Jorge Fernández, al referirse a cuestiones de otra índole, demuestra a las claras la prepotencia de  ciertos personajes públicos cuando son llevados de la mano del primo de “zumosol”. Sacan pecho como Supermán, sabiéndose vigorosos, membrudos y corpulentos desde el mismo día en que fueron ungidos con la mayoría absoluta el pasado 20 de noviembre. Con el latiguillo “no queda otro remedio”, desde Rajoy hasta el tipo que lleva el carretillo en el jardín de no se sabe dónde, aplican el rodillo parlamentario por un  lado, e intentan sensibilizar a los españoles con hacer cada viernes “reformas de calado” para procurar, dicen, lo que ellos denominan como “medidas sostenibles”, por otro. Es cierto que las empresas públicas “crecieron como setas” durante los años de bonanza, pero de una bonanza –dígase todo- consecuente de la liberación del suelo hecha por José María Aznar. Aquella liberación del suelo, digo, salvo que estuviera expresamente prohibido por una disposición jurídica, se convertía en urbanizable, mediante una ley que reducía además del 15% a un máximo del 10% el coeficiente de cesión obligatoria de los promotores privados a los ayuntamientos. Aquello acabó con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y la quiebra de un sector bancario y de cajas de ahorro mal administrado por pésimos políticos y sindicalistas puestos a dedo y peor controlado desde el Banco de España, que se supone que ejercía entonces, como ejerce ahora, de banco de banqueros. Pero Aznar, sin cortarse un  pelo del bigote, aireó posteriormente a la rosa de los vientos: “dejé como herencia el país más rico de la historia de España”. No explicaré adónde nos condujo aquel ultraliberalismo y en qué situación vergonzosamente degradada ha quedado pocos años después el llamado Estado de Bienestar. Los empleos públicos, esos que Elvira Rodríguez señaló que “están en la periferia” y que son “hijos que han crecido al amparo de la bonanza”, son, al parecer, los que han de suprimirse por no ser viables. ¿Qué es “viable” en la España de hoy? Somos un país rescatado, que hemos perdido soberanía y estamos con el culo al aire. Como señala hoy un editorial de “El País”, “es fácil diagnosticar que la recesión no ha tocado fondo durante el segundo trimestre; incluso puede agravarse por los devastadores efectos secundarios de la crisis bancaria, como la obstrucción del crédito, entre entidades y desde la banca a las empresas, la salida de capitales o la aversión al riesgo. Los temores del Banco de España dibujan un empeoramiento que empujará el desempleo hasta niveles social y presupuestariamente insostenibles”. En España, que se entere Elvira Rodríguez, habría que empezar por reducir el número de coches oficiales, de asesores al estilo del maestro Ciruela, de dietas sin sentido ni justificación, de duplicidades en la función pública y de despachos innecesarios a todos los niveles. Ya sé que todo ello, en su conjunto, sólo es el “chocolate del loro”. Pero sería un plausible gesto.

miércoles, 27 de junio de 2012

Todos al herbolario




Ana Mato es capaz de conocer cuáles son los síntomas de cada enfermedad y qué remedios necesita el ciudadano para atajarlas. Esta señora metida a ministra de Sanidad sin saber por dónde le viene el aire, sugiere que para algunas enfermedades es mejor utilizar remedios caseros o, como ella dice, “remedios naturales”. Es decir, que uno sufre en silencio hemorroides, pues nada mejor que untarse el ojo que no ve con una hoja de alcachofa de Corella; que uno sufre un orzuelo, nada como usar unas gafas de sol adquiridas en las tiendas de los chinos; que uno tiene anginas, copita de “calisay” en desayuno, comida y cena, etcétera. Tenemos que cambiar la cultura de la receta médica para todo por la visita al herbolario de la esquina. Recuerdo que,  ejerciendo mi padre de médico, solían venir por casa representantes de farmacia que, curiosamente, siempre llamaban al timbre de la puerta a la hora de comer. Sabían que a esa hora le pillaban. Enseguida sabíamos todos los miembros de la familia, incluso el perro Igor, que se trataba de un “pastillero”. Se le pasaba a una salita y esperaba paciente a que mi padre terminara de comerse la fruta o el flan chino “Mandarín”. El “pastillero” en cuestión, tras soltarle a mi padre un rollo macabeo para que pudiese hacer bien la digestión sin la ayuda de una pastilla de “Almax”, le hacía entrega de varias muestras gratuitas de aquel específico sobre el que hacía mucho hincapié a la hora de exponer sus virtudes. Pero lo que más ponderaba el “pastillero” era que el fármaco estaba “incluido en el petitorio del SOE”. De hecho, en nuestra casa había todo un armario ropero rebosante de muestras gratuitas de venta prohibida y que servían lo mismo para un roto que para un descosido. Algunas de aquellas medicinas eran inyectables y extremadamente dolorosas, como el “Hepal crudo”; otras, de gran alivio, como el “Laxen Busto”; y algunas, de agradable sabor, como el “Tosidrín” o el “Hipofosfitos Salud”,  famoso “reconstituyente contra la debilidad general, anemia, agotamiento nervioso, inapetencia, raquitismo y síntomas consuntivos”. ¿Acaso conocerá Ana Mato el amplio espectro del “Hipofosfitos Salud”? ¿Habrá oído hablar alguna vez  Ana Mato del “Salvarsán” y del “Aceite inglés”? Si los ignora, tampoco ha leído a Cela. Ana Mato, que sabe distinguir, según parece, entre enfermedades con “síntomas menores” y  enfermedades “de cuidado”, debería estar al tanto de que, como bien señalaba don Camilo José, “una vez, un pedagogo confundió el culo con las témporas y lo preñaron”. Por otro lado, esta esperpéntica señora podría dar lecciones magistrales en la Academia de Medicina. Para ello, nada mejor que nombrar a la actual ministra de Sanidad académica de número y trasladar a la Academia el aula completo donde fray Luis de León exponía sus clases en Salamanca, con su púlpito, el asiento adosado para que Celia Villalobos, otras que tal baila, pudiese repetir la lectura de la lección del día; los bancos corridos de la derecha, reservados para Rajoy y sus asesores; los bancos y mesas del centro, para que se sentasen en función de la clase social: primero los nobles, detrás los colegiales que viven en colegios mayores, detrás los camaristas que viven apretados en un piso, detrás los pupilos que viven en casa de los profesores mal pagados; y más atrás los “capi gorrones”; es decir, los miembros de la Tuna, con derecho a pataleo. Por otro lado, el presidente de la Organización Médica Colegial Juan José Rodríguez Sendín, cree (según leo hoy en El País”) que “el nomenclátor se tiene que recortar por algún lado. Algunos de los fármacos que Sanidad propone retirar de la lista de financiados apenas se usan o tienen un valor terapéutico obsoleto, como los que aparecen dentro de la categoría de tratamientos del deterioro cognitivo asociado a la edad". Juan José Rodríguez Sendín, como médico de Familia que es, debería saber que el deterioro cognitivo de algunas personas aparece a partir de los cuarenta y cinco años. Y no deseo apuntar a nadie, aunque ganas no me faltan.

lunes, 25 de junio de 2012

Nadie devuelve el trinque



Pablo Molina, en su artículo “Nadie es culpable en España”, saca el látigo de siete colas y produce con él un chasquido en el aire por ver si algún malnacido se da por aludido, se avergüenza y decide desaparecer del globo por el camino más recto. Tomo un párrafo: “Hay grandes culpables de los males que padecemos, aunque, como burgueses bien educados, a los españoles no nos guste señalar. La mayoría sigue en los mismos puestos, y los que han debido ser cesados ante lo abrumador de los cargos en su contra han trincado suculentas indemnizaciones para sobrellevar los rigores de la crisis a base de excelente marisco y mejor champán. Estos últimos, unos triunfadores en toda regla, siguen en el mercado laboral de los grandes ejecutivos esperando a que ‘el partido’ les encomiende otra alta responsabilidad, como mínimo igual de bien remunerada que las anteriores en las que demostraron su gran lealtad a las siglas. (…) Ni se suicidan, ni devuelven el trinque, ni comparecen ante la justicia ni se denuncian unos a otros, para salvar un trasero que de sobra saben tienen perfectamente resguardado, en virtud de su particular omertá”.  Uff, cuando a Pablo Molina le ponen una inyección de “penicilina”, la misma que le administran a los toros bravos cuando, al intentar descabellarlos se levantan, sale a la superficie nuestra tragedia española. Y ni aún así nos encolerizamos. Es, no sé, como si a todos los habitantes del Reino de España, o del Reino de Jauja, nos hubiesen puesto mientras soñábamos con lo imposible, o sea, a ser nuevos ricos de mierda el tiempo que durase un espasmo sólo comparable al del loco Luis II de Baviera, otra inyección de mansedumbre en vena.  El Gobierno pide un rescate con muchos ceros a la derecha del Eurogrupo para la banca, al tiempo que en la bahía de Santander se pone la primera piedra para el Centro Botín, un futuro edificio transparente que ha renegado del acero y el cemento y opta por la piel cerámica que recubrirá el edificio, a base de 360.000 piezas blancas, imitando a la madreperla. Dice Molina que “en España tiene que ir mucha gente a la cárcel. Pero mucha. (…) Se llame como se llame, es un dinero [el ahora solicitado a Europa] que vamos a tener que pagar entre todos, como siempre; pero como la clase política es la que marca los términos del debate público, aquí andamos todas sus víctimas haciendo filología barata para ver cómo denominamos el soborno”. Juzguen ustedes.

domingo, 24 de junio de 2012

Hacer la cama




Me entero de que un tal Ascensio Zubeldía es el inventor de la cama inteligente, es decir, que se hace sola activando ciertos mecanismos. Según explicó Zubeldía a la agencia Efe,  “se abren dos tapas en cada lateral de la cama de las que salen sendos brazos con rodillos que desplazan la funda nórdica hasta el cabecero, mientras que las almohadas son elevadas unos segundos para permitir que todo quede bien estirado”. No cabe duda de que, cuando ese invento se haga de serie, Ascensio ahorrará muchos puestos de trabajo en los hoteles y liberará de muchas molestias a los ciudadanos que se encuentren “de Rodríguez”, cuando su familia se haya marchado unos días al apartamento de la playa. Estar de Rodríguez y saber que no hay que hacer ese engorro de la cama hará bueno aquello que dijo don Mariano Osorio Arévalo, III marqués de la Valdavia: “Madrid en agosto, con dinero y sin familia, Baden-Baden”. Otros atribuyen la gloriosa frase a don Francisco Silvela. Alfonso Ussía aclaró en un relato publicado el verano pasado (La Razón, “Madrid en Verano”, 16-8-11) que “lo dijo Silvela pero que  el marqués de la Valdavia le copió la frase casi un siglo más tarde”. Para aquel que no lo sepa, Baden-Baden es una ciudad alemana en el estado federado de Baden-Wurtemberg en el valle del Oos, sobre las laderas de la Selva Negra. En el siglo XIX, la burguesía europea empezó a tomar éste como un lugar de descanso. Surgieron grandes establecimientos termales, teatro, hipódromo y el casino, uno de los más lujosos del mundo. Eso de “hacer la cama” tiene su miga, si lo entendemos como expresión coloquial que significa engañar a alguien para obtener algún provecho. Es justo lo que han estado haciendo los bancos, las cajas de ahorro y bastantes políticos de este país en los últimos años. Bueno, nos han hecho la cama y también “la petaca”, es decir, nos han metiendo el extremo inferior de la sábana encimera por la cabecera volviéndola luego sobre la manta. Yo creía que esas “bromas” sólo las gastaban en las residencias de estudiantes, pero no, también en los Consejos de Ministros de cada viernes.

viernes, 22 de junio de 2012

No te mueras, que es peor



Un país está verdaderamente enfermo cuando pierde el sentido del humor. Por fortuna, en España no falta. En Aldeacentenera, municipio de Cáceres en las estribaciones de la sierra de las Villuercas, la Junta de Extremadura, presidida por el bombero José Antonio Monago, decidió de un plumazo dejar a todos los pachochos, que tal el es el gentilicio de sus habitantes, sin centro médico. Y su alcalde, el socialista Juan Francisco Monterroso, dictó un bando “prohibiendo” manifestar dolencia alguna por parte de sus habitantes. El bando en cuestión veda “expresar sentirse mal de salud y de alma, nacer y envejecer, romperse algún hueso, cualquiera que sea, torcerse un pie u el otro, dañarse un músculo, también cualquiera que sea, o torturarse con dolores de cabeza o de muelas, halitosis, tener caries, caspa y sufrir de erupciones en la piel”.También se informa de las multas: “a mayor dolencia, mayor multa”. Pues bien, a los concejales del Partido Popular tal bando les resulta “insultante y poco serio”. Hombre, lo que parece insultante y poco serio es dejar a esa población sin servicio médico y sin ofrecer desde Mérida explicación alguna. Decía Nietzsche que “el hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa”. Menos mal que Juan Francisco Monterroso, además de ser un alcalde fetén, es consciente de que la risa puede disparar la producción de endorfinas, que son como analgésicos para el cerebro. Que se enteren, tanto  Rajoy como el bombero Monago, que los recortes en Educación y en Sanidad en beneficio de ciertos bancos en quiebra  manejados por mequetrefes sólo puede llevarnos a situaciones deplorables.

miércoles, 20 de junio de 2012

Hablar con propiedad



Hablar con propiedad es referirse a algo correctamente y con el estilo adecuado. O sea, se puede hablar con propiedad y mentir a la vez. Lo Cortés no quita lo Atahualpa. Hoy, como todos los miércoles, hubo sesión de control al Gobierno. Y el ministro de Hacienda,  Cristóbal Montoro, respondiendo a una pregunta del diputado Álvaro Anchuelo, de UPyD, donde éste hacía referencia a que el rescate no había sido ni reconocido ni explicado por el Gobierno, le respondió lacónico: España no ha sido rescatada porque no lo necesita. Haga el favor de hablar con propiedad en la Cámara”. Independientemente de que Mariano Rajoy haya pedido al Eurogrupo un préstamo de ayuda a la banca, como así hizo, aunque todavía no se haya formalizado por el Gobierno de España, no cabe duda de que la pregunta del diputado Anchuelo estuvo planteada de forma oral con propiedad y rigor semántico. Con la misma propiedad que si la hubiese formulado Marcelino Menéndez Pelayo, que llevaba el diccionario en la cabeza. En esa sesión de control al Gobierno estaba ausente el presidente por encontrarse en México, y la vicepresidenta, por haberse acercado a Canarias para “saludar cordialmente”, ¿se dice así?, al presidente chino, Hu Jintao, que hacía escala en Tenerife. Lo que ya no sé es si Hu Jintao se explicará con propiedad con Sáenz de Santamaría, o tendrá volteos linguísticos de difícil acomodo en las entendederas de la vice. Se cuenta que este Gobierno tiene problemas en la comunicación con los ciudadanos. Como señala Antoni Gutiérrez-Rubí en “El País”, “el desdén y el exceso de superioridad de los primeros días dieron paso al desconcierto y a los errores, aterrizando en el agobio y la desorientación. La comunicación política se ha convertido en un pantano fangoso. Rajoy ha conseguido la ecuación dramática: si habla, no convence; y si calla, se hunde. Y con él, la confianza de España. (…) Rajoy tiene las propiedades del buen corcho, pero necesitamos un timón. Se trata de navegar, no de flotar”. En suma, es necesario hablar con propiedad  frente al ministro Montoro. De momento no hay rescate, señor Anchuelo. Los “hombres de negro” han hecho una pausa y están tomando café.

martes, 19 de junio de 2012

Perlita en nuestras vidas



El Gobierno va a reducir la velocidad en las carreteras secundarias. Es normal. Como están hechas una mierda y no hay dinero para parchearlas, el Gobierno intenta curarse en salud con esa medida. Así, si alguien se mata, Jorge Fernández Díaz siempre podrá justificarse con aquello de: “ya te lo decía yo, que no corrieras”. Sin embargo, se estudia aumentar la velocidad en las autopistas y autovías. ¿Alguien entiende algo? Porque, digo yo: si la deuda soberana se nos come por los pies como si fuese el avance de la peor gangrena por el cuerpo del Estado, lo normal sería que  no se subiera el límite de velocidad, evitando de esa manera un gasto innecesario de combustible. No sirve, como entienden algunos defensores de pisarle al pedal, que en Alemania hay menos accidentes pese a disponer de determinadas vías sin límite de velocidad. Ni España es Alemania ni las carreteras españolas son como las “autobahn” alemanas ni somos tan disciplinados como ellos en educación vial. Pero, además, existe un riesgo añadido. Las estadísticas confirman que en España se venden en la actualidad muchos más vehículos de ocasión que nuevos. Según "Ganvam" (Asociación Nacional de vendedores de vehículos a motor), la relación  de ventas entre automóviles de ocasión y automóviles nuevos en España es del 2,1 al 1, el dato más alto y significativo de la historia. Ese cambio de tendencia alcista desde hace 2 años coincide, como es fácil de entender, con la retirada de las ayudas del Plan Prever y la sequía crediticia. Conociendo el percal y vislumbrando qué se pretende desde el Gobierno con la posible nueva normativa, a uno se le antoja que autorizar más velocidad en las autovías y su rebaje en las carreteras secundarias sería una medida política de mentalización colectiva. Hay que ir preparando el terreno en un intento claro de procurar aumentar la recaudación del Estado sin que se note mucho en el bolsillo de los españoles. Para ello, hay varias maneras. Una: regalando en las gasolineras de la red de carreteras una medallita de san Cristóbal y un CD con la canción  “Amigo conductor”, de Perlita de Huelva, que la hizo  famosa  en la década de los 60 y que utilizó en su día la Dirección General de Trafico para una de sus campañas preventivas con dudoso acierto. “Acuérdate de los niños/ que te piden con cariño/ no corras mucho papá”. Y seguir recaudando por el método tradicional, o sea, a base de multa y tente tieso. Otra: mentalizar a los españoles sobre la necesidad de recaudar peaje en las autovías, hasta ahora libres de pago; salvo que se utilice otra opción que de momento es gratis, circular por carreteras secundarias entre baches, falta de señales, carencia de arcenes y velocidad de motocarro.

lunes, 18 de junio de 2012

El retrato




Un mes antes de que Europa le diera el “susto” a Rodríguez Zapatero, el ministro de Fomento José Blanco firmó un contrato de 165.000 euros más IVA para hacer el retrato de Álvarez Cascos y poder colgarlo en las paredes de ese Ministerio. Ese retrato de Álvarez Cascos es el segundo que se cuelga en un edificio público, ya que antes hubo otro en el Ministerio de la Presidencia. Según leo hoy en “República.com”, “la tradición es que sea el propio exministro quien escoja el artista que considere más adecuado, pero Álvarez Cascos no propuso cualquier retratista, sino que escogió a Antonio López, el genio hiperrrealista de Tomelloso (Ciudad Real), que es uno de los pintores más cotizados de la actualidad”. Álvarez Cascos, que en su día se creyese “valido” de José María Aznar, no se anduvo por las ramas. Un retrato, sí, pero para la posteridad, junto a  Juan Bravo Murillo, Claudio Moyano, Manuel Ruiz-Zorrilla, José de Echegaray, Francisco Romero Robledo, Manuel Becerra , José Canalejas, Práxedes Mateo Sagasta, Francisco Cambó e Indalecio Prieto. ¡Ahí es nada! Una pintura, digo, que todavía no ha sido entregada por el pintor y que, por tanto, está pendiente de cobro. En el Ministerio de Fomento, donde no hay dinero para el arreglo de carreteras, se fomenta el arte de birlibirloque, o el encanto por las pequeñas cosas. Y en ese bailoteo de repugnante egolatría ejercido por aquellos que debieran procurar el amejoramiento de España, muchos ministros se dan por satisfechos con el clavado de un cuadro en la pared tras su paso por el ministerio del ramo. El baile, también el baile de retratos, no es más que la frustración de un deseo horizontal, la excusa para estar encantados de haberse conocido. Álvarez Cascos, el exministro con cara de boxeador y hechuras de vendedor de tulipas, es el ejemplo vivo que “justifica” una frase lapidaria de Magdalena Álvarez, otra que fuese ministra de Fomento,  cuando dijo aquello de que “el dinero público no es de nadie”; y que, no sé si como premio, la nombraron en junio de 2010 vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones (propiedad de los 27 países de la UE); es decir, dos meses más tarde de que sucesor, José Blanco, firmara el contrato con Antonio López. ¡Manda carallo!

domingo, 17 de junio de 2012

Sol y sombra




No cabe duda de que al Rey se le ha abierto el cielo con la muerte de Nayef  ben Abdelaziz, heredero al trono de Arabia Saudí. Precisamente el lunes, o sea, mañana, debía presidir el bicentenario del Tribunal Supremo, estrechar la mano, fotografiarse y sentarse junto a Carlos Dívar, que el próximo jueves cesará, a Dios gracias,  como Presidente de esa Institución y como Presidente del Consejo General del Poder Judicial por sus presuntos “derroches” con dinero público. La situación era, sin duda, insoportable para Dívar y “molesta” para el rey, pero la muerte de Abdelaziz cambia su agenda. Le acompañará García-Margallo, ministro de Exteriores. Parece raro que no forme parte del séquito Pedro Morenés, cuando el Estado está a punto de cerrar una gran operación: la venta de más de 200 carros de combate (extensible a 700) “Leopard”  por un valor estimado en 3.000 millones de euros. El rey Abdalá tiene la última palabra y este viaje luctuoso ayudará en las relaciones comerciales. Le tocará presidir, por tanto, el bicentenario al príncipe de Asturias. A veces hay que bailar con la más fea la pieza más larga. ¡Qué le vamos a hacer! Se ha muerto Abdelaziz y hay que asistir a  las pompas fúnebres del árabe sí o sí. Ya lo dijo Franco a la muerte de Carrero: “no hay mal que por bien no venga”. Pues eso.

Regalos envenenados




En un suelto de “La Gaceta” se cuenta: “El Rey no sabe qué hacer con dos Ferraris (sic)”. Un poco más abajo se indica que “los coches, regalo de Emiratos Árabes a don Juan Carlos, están guardados a la espera de que se tome una decisión sobre su futuro con Patrimonio Nacional”. Una de dos: o son del rey o son de Patrimonio. En el supuesto de que pertenezcan al rey, éste puede hacer con ellos lo que le venga en gana, eso sí, haciéndose cargo la Casa Real de los correspondientes  gastos de mantenimiento. Pero, en el supuesto de que haya habido una cesión de esos “Ferrari” a Patrimonio, como es de suponer, Patrimonio debería subastarlos al mejor postor, e ingresar el dinero resultante de dicha subasta en las arcas públicas. Lo normal en un Estado de Derecho es que el Jefe del Estado no admita regalos, salvo que éstos sean simbólicos y de una muy pequeña valoración. Lo normal, digo, es que esos regalos tan caros de mantener hubiesen sido devueltos a su remitente de inmediato, en este caso al gobierno de Abu Dabi; que, además, no tiene nada de democrático. “Hasta el momento –sigue contando la noticia- no han sido usados y se está a la espera de que se tome una decisión entre Patrimonio Nacional y la Casa del Rey, según el portavoz de Zarzuela”. Vamos a ver, si ya son de Patrimonio, como así parece, la Casa del Rey no debe tomar decisión alguna sobre qué hacer con tales obsequios. Lo mismo podría decirse, por ejemplo, del yate utilizado por el rey en sus desplazamientos a Mallorca, donado por unos empresarios mallorquines y que pertenece a Patrimonio. Causa asombro para el ciudadano corriente conocer que, ante la “situación critica” que sufre la economía española, conste que, en la Casa del Rey (según ha facilitado a Efe la lista de su parque móvil), el conjunto de vehículos a motor, motocicletas y remolques supere el centenar, sin tener en cuenta los vehículos históricos (varias decenas) “dedicadas en exclusiva a protocolo y aparcados en el acuartelamiento de la Guardia Real, en El Pardo, a la espera de abrir un museo”. A mi entender, en esta España cañí, “de Frascuelo y de María”, sobran museos “de poco peso” cultural, que no vista casi nadie, y falta sentido común para conservar aquello que merece la pena. Por estos pagos de Dios sobran “ideólogos”, “estetas” y “mercachifles”, como dice Agapito Maestre, dispuestos a hacer un museo en cualquier aldea situada en medio de la nada, partiendo de cuatro alpargatas viejas, un arado, dos trillos, tres botijos, dos cántaros de barro, una mula de cartón piedra y varias fotografías de hace ochenta años colgadas de las paredes, y que abre al público los martes por la tarde, suponiendo que el alguacil no tenga mejor cosa que hacer y se digne abrir la puerta.

jueves, 14 de junio de 2012

El lenguaje de la estatua ecuestre



Existen tres cosas sobre Francisco Franco que nunca he podido averiguar: si sabía montar en bicicleta,  si sabía nadar y si sabía montar a caballo. Existe un lenguaje de la estatua ecuestre, de la misma manera que existe un lenguaje del abanico y un lenguaje de las flores. Parece ser que en toda escultura ecuestre, cuando el caballo tiene dos manos en el aire indica que el jinete que lo monta murió en combate; si el caballo tiene una de las manos en el aire, el jinete murió de heridas recibidas en el campo de batalla; y, finalmente, si el caballo tiene las dos manos y las dos patas en el suelo, el jinete murió de causas naturales. Ello viene a cuento con la no admisión a trámite de la Fundación Francisco Franco, que había presentado un recurso en el Tribunal Supremo para que la estatua ecuestre de Franco (1944) volviese a su antiguo emplazamiento de la madrileña plaza de San Juan de la Cruz y que el Ministerio de Fomento había retirado el 17 de febrero de 2005 de conformidad con la Ley de la Memoria Histórica. En esa estatua aparece Franco  montando a un caballo al que imagino de capa ruana o torda y que tiene una mano levantada como en posición de “al paso”, es decir, que avanza en bípedo lateral (referido a que avanza el pie derecho y después la mano derecha, seguido por el pie izquierda antes de la mano izquierda) cuando todos sabemos que el dictador murió en el Hospital La Paz, de Madrid. Algo semejante sucede con el monumento a Miguel Primo de Rivera (1929) en la plaza del Arenal, en Jerez de la Frontera; o con el del general Espartero (1895), en El Espolón de Logroño. Por lo tanto, el lenguaje de la estatua ecuestre no se corresponde con la realidad, a no ser que los escultores que recibiesen los respectivos encargos de honrar sus memorias anduviesen algo despistados. De cualquier modo, celebro que la estatua ecuestre de Franco no pueda volver a su antiguo emplazamiento ni a ningún otro, si se considera que tal reposición “es, por mandato legal, de imposible cumplimiento”. Lo siento por el caballo, que es animal estilizado y noble. Todo lo contrario que el jinete, cuartelero y protervo hasta el corvejón.

Ediciones de bolsillo



Leo en la sección cultural de “El País” que “el libro de bolsillo se desploma”. Es normal. Al español lo que le gusta es el libro de cuarenta hojas, o sea, la partida de guiñote en el bar de barrio de toda la vida, donde las horas se hacen como más cortas. El libro de bolsillo tuvo su morbo cuando en la España de Franco estaba en el “índice” hasta la obra de Valle Inclán. Si eras amigo del librero, éste te avisaba de que en la tratienda tenía algo que había recibido desde Argentina y que tenía muy buena pinta. Eran las ediciones de bosillo de la Colección Austral, las que tenían el sello inconfundible de capricornio en su tapa, pero no  precisamente Azorín, Insúa, Antonio Espina, Maeztu o Fernández –Flórez. Como recuerda “El Pais”, “el color de la tapa identificaba los diferentes contenidos: azul para novelas y cuentos; verde, ensayo y filosofía; naranja, biografías; negro, viajes; amarillo, historia y política; violeta, teatro y poesía; gris, clásicos; rojo, aventuras y policiacos, y marrón para lo referente a ciencia y técnica”. De la misma manera, existían volúmenes sencillos o extra, dependiendo del número de páginas. Pero en España las verdaderas novelas de bolsillo del siglo XX se  difunden durante su primer tercio para todos los bolsillos en colecciones populares, como “El Cuento Semanal” (1907-1912), dirigida por Eduardo Zamacois; “La novela corta” (1916-1925), por José de Urquía; “La Novela Semanal” (1921-1925), por Prensa Gráfica; “La Novela de hoy” (1922-1932) de Artemio Precioso o “La Novela Mundial” (1926-1928), por José García Mercadal. Por cierto, “Austral” celebra este año su setenta y cinco aniversario cuando, como recuerda “El País”, “el consejo de administración de Espasa Calpe, ante los avatares de la guerra, decidió transformar su sucursal en Buenos Aires en Compañía Anónima Editora Espasa Calpe Argentina y dio poderes a Julián Urgoiti y Gonzalo Losada. Fue de Losada la idea de crear Austral, una colección de bolsillo inspirada en la británica Penguin Books (fundada en 1935). Losada encargó al poeta y ensayista Guillermo de la Torre, cuñado de Borges, la selección de los primeros títulos. El artista italiano Attilio Rossi se encargó del diseño que en lo fundamental se ha mantenido hasta hora”. Tampoco hay que olvidarse de la Editorial Molino, creada en Barcelona en 1933 y que se especializó en un género que podría definirse como "popular": novelas de aventuras, novelas policíacas, historias de paisajes lejanos o en épocas pretéritas, e hizo popular su logotipo, un molino de viento negro sobre dos libros uno encima del otro y ahora son tesoros codiciados por los coleccionistas. No hay que olvidar, tampoco, el género de novelas del “far west”,  con Manuel Lafuente Estefanía a la cabeza; a José Mallorquí, con su serie de “El Coyote”; ni a Francisco González Ledesma, cuya primera novela, “Sombras Viejas” (1948), no sólo ganó premios, sino comentarios favorables de escritores de la talla de Somerset Maugham, pese a lo cual fue víctima de la censura franquista y tuvo que utilizar el seudónimo de Silver Kane.

martes, 12 de junio de 2012

las espinas de la aliaga




La idea de que el Ministerio del Interior estudie endurecer la lucha contra la prostitución en las carreteras mediante reformas penales es, a mi entender, brillante aunque insuficiente. Habría que extender esas mismas penas a los “clientes” que demandan sus servicios y, sobre todo, a los macarras que se mueren si se miran en el espejo de un lavabo y que viven a costa de la miseria humana. Señala el ministro en ese sentido que “a ninguna persona civilizada le gusta ese espectáculo”. Cierto, a nadie le gusta. Pero no debería ser esa única la razón que pudiera justificar tales posibles reformas. Porque, si ello fuera así, bastaría con esconder a las prostitutas detrás de un alto muro para que nadie las viese. No, la razón fundamental para erradicar ese triste espectáculo debería pasar en todo caso por  intentar desde el Estado dignificar al conjunto de las personas que conforman ese Estado. En efecto, a nadie le agrada observar tan denigrante espectáculo, de la misma forma que a nadie, tampoco, le gusta percibir la malaventura del chabolismo. Pero ahí está presente, en las periferias de nuestras grandes ciudades, para vergüenza de sus epulones alcaldes. ¿También se estudiarán reformas penales para los chabolistas? ¿Y para los rebuscadores en los contenedores de basura? ¿Y para los vagabundos que duermen en los bancos de madera de los parques? Cuando se arruina un pueblo a costa de un Estado resulta embarazoso ensayar desde el Gobierno de ese Estado que el ciudadano hundido en la miseria, muchas veces por causas ajenas a su voluntad (léase despidos empresariales por desubicación hacia países con mano de obra más barata, lastres hipotecarios imposibles de poder asumir  como consecuencia de esos despidos, etcétera) viva con un cierto decoro. A esos desheredados de la fortuna tampoco les gusta llevar los pantalones raídos ni sentirse obligados a  tener que implorar la caridad en un comedor social. Cuando la aliaga florece, el hambre crece. También sus espinas.

lunes, 11 de junio de 2012

Prevenir lo imprevisto



Señala Eduardo Torres-Dulce en entrevista a Efe que “con el Código Penal” no se resuelven los conflictos (…) políticas de prevención dan mucho más rendimiento”.Y Jorge Fernández Díaz, para no ser menos, cuenta que está en estudio una nueva tipificación para el robo de cobre. El robo siempre es un delito contra el patrimonio y ya está tipificado en el Código Penal, sea de cobre o de garbanzos de Fuentesaúco. Tanto el  Fiscal General del Estado como el ministro del Interior tras la expulsión por sus bocas de esas perlas cultivadas, se han quedado calvos detrás de las orejas. Lo de Jorge Fernández es hablar por no callar. No merece respuesta por mi parte. Torres-Dulce, sin embargo,  podría decirnos pasado mañana, por ejemplo, que el Derecho Mercantil por sí sólo no ayuda al desapalancamiento necesario de las Cajas de Ahorro, o que el Código Civil, en esencia, no resuelve los conflictos en un enfrentamiento entre un gato y un perro. El almibarado Fiscal General del Estado, que entiende mucho de cine, doy por hecho que sabrá mejor que yo que el Código Penal en un Estado de Derecho no esta para resolver conflictos ciudadanos sino para castigar los delitos que puedan cometerse. Porque, vamos a ver: si con el Código Penal no se dictaran sentencias, ¿qué demonios pintan fiscales, jueces y magistrados? Pretender “potenciar la prevención de los delitos”, como el invoca, es labor de difícil manejo, salvo que la Guardia Civil dedique todos sus esfuerzos a visitar todas las mañanas el domicilio de los 46 millones de ciudadanos para someterles a un “test de estrés”, como hacen los del Eurogrupo antes del rescate, y contarles aquello de que el hombre es bueno por naturaleza y que el ser es un ente apolar y neutro, como creían  a pies juntillas Sócrates y Rousseau. Otra solución posible consistiría en que esas visitas del puerta a puerta las hicieran los curas párrocos y los coadjutores en cada una de las diócesis. Naturalmente no nombrarían a la bicha, o sea, a Rousseau, sino que explotarían otros recursos, verbigracia: Dios en su bondad no podría haber creado criaturas esencialmente malas; que Siddharta confesó que la vida es sufrimiento, al menos la vida terrena; que el hombre es él y sus circunstancias… Bueno, eso no, que lo dijo Ortega y a nadie se le escapa que escribía en “El Sol”, donde mostraba sus simpatías por el socialismo. De esa manera, sobrarían en España los códigos, los letrados, las cárceles, el defensor del pueblo, los confesionarios y, si me apuran, hasta Carlos Dívar, que no se despega de la poltrona y se larga de una vez al Hogar del Jubilado ni aunque le echen aceite hirviendo por las canillas.

domingo, 10 de junio de 2012

Menudo carajal



Rajoy se atribuye el hecho de haber pedido el rescate a Europa como un mérito propio, cuando sólo unos días antes decía que no lo iba a solicitar. Y se ha marchado a la Eurocopa “con el deber cumplido”. Nos ha engañado. De Guindos decía ayer que  Europa prestaría el dinero necesario (hasta 100 mil millones) a la Banca española. No señor, no es así. El préstamo será de Europa al Estado, y el Estado contraerá esa inmensa deuda y por medio del FROB se lo prestará a la Banca, que es distinto. Ya veremos qué sucede cuando el Eurogrupo haga el “memorando” y cuáles serán sus exigencias. Observando lo que ha sucedido en Grecia, Portugal e Irlanda podemos hacernos una idea aproximada de esas exigencias para un país, el nuestro, que ya ha perdido casi toda su soberanía y casi todo su prestigio. Por otro lado, el cardenal Rouco Varela desvelaba el pasado viernes que su sueldo es de 1.160  euros al mes. No sé si es  mucho o poco. Ello depende del servicio que, a cambio, preste a la sociedad a la que se supone que sirve como funcionario del Cielo. Pero me consta que en España existen muchos padres de familia que ganan menos de esa cifra y que de nada les sirve quejarse. Es lo que hay. El ciudadano Rodrigo Rato salió de Bankia después de haber hecho una mala gestión. Muchos creíamos que se había marchado sin hacer mucho ruido y tras entregar el mando a Goirigolzarri, pero no ha sido así. Le gustaría contar cosas, pero no le dejan. Tampoco a Mafo, que se ha marchado del BdE un mes antes de lo previsto. Ambos tal vez sepan más por lo que callen que por lo que piensan contar. Y eso tendrá su recompensa. Ya lo verán. Recuerden cuando Luis Roldán decía que iba a tirar de la manta. ¿De qué manta? Pero Rato, al que le va como anillo al dedo el “Romance de don Rodrigo”, el último rey godo, continúa siendo presidente de Caja Madrid. Nadie lo entiende salvo, quizás, la marquesa de Bombay. Lo de los veinte viajes a Marbella de Carlos Dívar pagados con dinero público no tiene importancia para el Fiscal General de Estado y, en consecuencia, el ministerio público manifiesta que “ha hecho que debía hacer”, o sea, dar carpetazo al asunto. Queda claro que esos hechos injustificables “no merecen reproche penal”, a juicio de Torres-Dulce de Membrillo, que entiende que Dívar no es funcionario público sino autoridad. Hombre, pues con más motivo. También es autoridad un guardia civil en el desempeño de sus funciones y por un quítame allá esas pajas se le cae el pelo, el tricornio y hasta el barbuquejo. Tú dices tomate, yo digo rescate (Time). Esperemos que se produzca el milagro de Fátima, de Fátima Báñez, claro, que ahora se dedica en su “tweet” a explotar bolas de colores, que obtuvo 5390 puntos en Bubble Shooter Adventures; y que, además, se dedica a “bendecir” el capote de la Virgen del Rocío para que nos saque de la crisis. ¡Cógeme esa mosca por el rabo!

sábado, 9 de junio de 2012

Cordón



Ya ha quedado resuelto, aunque desfavorablemente, el asunto del secuestro de Publio Cordón Munilla, al declarar ayer el Juzgado de Primera instancia número 12 de Zaragoza oficialmente fallecido al que fuera presidente de Previasa y del Grupo Hospitalario Quirón en el momento de su secuestro por el GRAPO el 27 de junio de 1995. La familia de Cordón había pagado el rescate exigido por la banda, 400 millones de pesetas, el 17 de agosto de aquel año en París sin recibir respuesta de la banda terrorista.. Fernando Silva Sande, uno de los secuestradores, manifestó al ser detenido que Cordón “murió por una caída en la casa donde lo retenían en la zona del Mont Ventoux (sureste de Francia), una semana antes del pago del rescate, y enterraron su cadáver en la montaña”. Se buscaron sus restos en 2008 por miembros de la Guardia Civil sin resultado positivo. Nunca más se supo de este empresario. Su ya oficialmente viuda, Pilar Muro, estaba recibiendo la pensión de viudedad desde que en 2005 el Tribunal Supremo fallara a su favor. Caso cerrado.

viernes, 8 de junio de 2012

Pedro Muñoz



Pedro Muñoz, alcalde de Toreno (León), se ha convertido en el azote del ministro Soria,  que es de un parecido a Aznar aunque más alto y con acento canario,  al que le creció el bigote y se lo fue rapando a medida que el ex presidente del Gobierno hacía lo propio con la maquinilla de afeitar. Al final, ambos perdieron el bigote como cuando se siega un campo de avena. Pues bien, este ministro de Industria, Energía y Turismo, cuyo apellido materno también coincide con el apellido materno de de Aznar, que más parece que fuera el consejero delegado de Endesa, o el director general de Iberdrola, o el primo de “zumosol” de Antonio Brufau para asuntos de Argentina, tiene la obsesión de subirnos el precio de la luz y  de los carburantes a los españoles cueste lo que cueste. Cuenta con mil argumentos para ello aunque no termine de convencer con ninguno. Y claro, ha pegado con un alcalde de su mismo partido político que le ha puesto las peras al cuarto en la Cadena Ser, pero al cuarto de kilo, que equivale a decir en román paladino lo que vale un peine bigotero, o un plátano canario, que es un fruto que sirve para comer y, también como adminículo amarillo útil para dar y tomar por retambufa. Pedro Muñoz no se ha cortado al describir su “chulería en el trato” al abordar las negociaciones en el sector del carbón. Pedro Muñoz  es, además de un municipio español situado en la punta nordeste de la provincia de Ciudad Real, que dispone hasta de pasodoble compuesto por Enrique García Rey,  un tipo duro que defiende con uñas y dientes los intereses del pueblo al que representa. El ministro Soria, que no tuvo empacho en dictar una moratoria para las nuevas primas a las energías renovables (un sistema de incentivos ideado por el Gobierno de Aznar en 1997) y, tampoco, en prorrogar la vida de la central nuclear de Garoña (que en 2011 cumplió los 40 años, para los que inicialmente fue diseñada, y de la que el Gobierno presidido por Rodríguez Zapatero ya había fijado su fecha de cierre para 2013), “se la coge con papel de fumar” ahora, cuando es necesario tomar una seria decisión sobre las negociaciones en el sector del carbón y, se limite a tachar a los mineros de “gente subvencionada”. Según señala hoy “El País”, Pedro Muñoz  “ha lamentado la chulería en el trato de su compañero de partido que, según dice el regidor leonés, va por los pasillos del Congreso pidiendo que no le hablen de los mineros, que bastante problema tiene él también con los plataneros". Que yo sepa, tal competencia sería, en el supuesto de que existiese un problema platanero, del ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, salvo que el ministro Soria se esté ocupando, a mayor gloria de Rajoy, de todos los aderezos gubernamentales y lleve el Estado en la cabeza, como se contaba de Fraga.  “El regidor de Toreno seguía indignado en la SER: “Pero, joder, ¿a este tío quién lo ha puesto ahí?”. ¡Qué le vamos a hacer! Lo puso Rajoy y ahí sigue. Ya veo a los habitantes de Toreno los lunes al sol, como en la película dirigida por Fernando León de Aranoa,  y al ministro Soria pasando revista a las tropas españolas en Afganistán en vez de ocuparse de buscar una alternativa laboral a los mineros leoneses, como es su obligación ineludible. Es el mundo al revés.

jueves, 7 de junio de 2012

El "milagro" de Fátima



Este Gobierno, que recorta en Educación y en Sanidad sin sopesar sus  verdaderas consecuencias; que continúa congelando el sueldo a funcionarios y pensionistas;  que le importa una higa invertir en I+D+i, haciéndonos creer machaconamente que existen otras  prioridades como, por ejemplo,  salvar a los bancos; que sigue suponiendo que los españoles no tienen espíritu científico y pretende hacen bueno aquello de “que inventen ellos”, sin pararse a pensar que tal expresión  no fue en su día  más que una frase lapidaria de Miguel de Unamuno; este Gobierno, digo, no tiene empacho en dedicar una parte de los Presupuestos Generales del Estado a un “Acontecimiento  de Excepcional Interés Público” cual es el año jubilar mariano para El Rocío. Tanto es así que, durante una visita de la ministra de Empleo  a Almonte, Fátima Báñez ha explicado que ese acontecimiento supondrá que las empresas y entidades que colaboren con esa celebración  podrán tener importantes deducciones fiscales que en algunos casos podrán llegar a ser del 95 por ciento. Y en esa especie de éxtasis místico, sólo comparable a los que tuvo en vida Teresa de Cepeda cuando exclamaba aquello de que “muero porque no muero”, la ministra Báñez dijo en Almonte hace unas fechas que la concesión papal del Año Santo Jubilar Mariano para esa aldea onubense es un “regalo adicional” de la Blanca Paloma en la salida de la crisis. En fin, ya verán mis lectores como pronto se hará de ese santo lugar una especie de milagro de Garabandal. Todo es cuestión de que a Rodrigo Rato, o a Mafo, se les aparezca el espíritu del burrito Platero sobre una nube de Moguer, que queda cerca, y más tarde duden entre si  han visto sobre un olivo a los hombres de negro de Cristóbal Montoro o la señora del boticario de Gibraleón haciendo calceta a la luz de un candil. Este es un país aconfesional según la Constitución, pero también es la tierra de María Santísima. Y si Fátima Báñez entiende que el Año Santo Jubilar es un regalo adicional de la Virgen  en la salida de la crisis, no hay nada que objetar. Es de suponer que abrigará sus razones para hacer tal afirmación concluyente, aunque tales razones no parece que sean de este mundo.

miércoles, 6 de junio de 2012

El tránsito de Venus



El tránsito de Venus, visto así en la fotografía que nos presentan los medios, se me antoja como una peca en la cara del Sol, como aquel lunar que se  pintaba La Niña de los Peines cuando salían al “tablao” con faralaes para cantar la seguiriya “Tú no tienes la culpa”, acompañada al rasgueo de guitarra de Niño Ricardo, o sea, de don Manuel Serrapí Sánchez, a quien Dios tenga en su gloria, La alineación del Sol, Venus y la Tierra ha supuesto en la noche morada algo así como un amago de eclipse, como si una pulga se hubiera quedado quieta unos minutos en la mejilla del primo de “zumosol”. Esa alineación planetaria, que se produce dos veces cada siglo, no volverá a tener lugar hasta dentro de ciento cinco años, cuando todos los que ahora  habitamos el planeta Tierra estemos calvos y sólo, si acaso, se pueda escuchar alguna parapsicofonía con ese despectivo “mire usté” que utilizan en la actualidad Mariano Rajoy, Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio, y el resto de la comparsa, como muletillas machaconas en todas sus entrevistas; y que, posiblemente, serán rescatadas del olvido mediante cintas vírgenes por algún estudioso esoterista que utilizará la parapsicología de pandereta para vivir del cuento. Don Antonio Chacón, uno de los mejores cantaores de malagueñas, cartageneras y medias granaínas que ha dado España, solía decir que “tó lo que tiene soníos negros tiene duende”. Y su voz tuvo “duende” como puede comprobarse todavía en los viejos discos de pizarra de 78 r.p.m.,  acompañado a la guitarra en unas ocasiones por el maestro Habichuela, y  en  otras, por Manolo Badajoz, por el Hijo de Salvador, o por Niño Ricardo. Pero la voz de los políticos de la derechona tienen “soníos” negros y es conveniente tocar madera. El reciente tránsito de Venus, como el caracolillo de Estrellita Castro o la cajita de música que no funciona, son cartas de despedida. Los mediocres oportunistas andan sueltos para contarnos en los “telediarios” que la miseria es inevitable y, si pudieran los muy cabrones, nos dejarían  a mano la botella de brandy barato para que pudiésemos celebrar en familia nuestra ruina. Parecido a lo que decía el padre Laburu respecto al  rezo del rosario en familia, mientras los “López” de camisa blanca de “tervilor” cocían entre bambalinas,  ajenos a nosotros y a nuestros sacrificios cotidianos, un Plan de Estabilización que nos motorizó y nos trasladó a lejanos polígonos industriales con zurrón y fiambrera.

martes, 5 de junio de 2012

Aquí ya no caben más tontos




Hay cosas que debieran permanecer, independientemente del trapicheo publicitario. Recuerdo cuando en los cerros próximos a nuestras carreteras quisieron hacer desaparecer el famoso toro de “Osborne”, obra de Manuel Prieto que anunciaba un brandy de Jerez desde 1958, la enorme silueta de chapa negra sobre el sediento paisaje que se convirtió en todo un símbolo nacional. Pero la Ley General de Carreteras obligó en 1988 a retirar la publicidad de cualquier lugar visible desde cualquier carretera del Estado. Y como consecuencia de aquella ley desapareció la marca publicitaria, pero siguió erecta la silueta desafiante del toro bravo. Años más tarde, otra ordenanza de 1994 (Reglamento General de Carreteras) obligó a quitar todos los toros del paisaje español. Hasta que, en 1997, el Tribunal Supremo dictó sentencia favorable al mantenimiento de esos perfiles por “interés estético”. Pero el rótulo de “Tío Pepe” en la Puerta del Sol es otra cosa. Ya en fotos hechas en Madrid durante la Guerra Civil y los intensos bombardeos, donde una ciudadanía acobardada por la presión fascista intentaba llegar a la boca del metro, se podía apreciar el simpático anuncio de la botella de “fino muy seco” con chaquetilla roja, sombrero de ala ancha y una guitarra apoyada en la cadera semejando a un tipo andaluz sin rostro conocido, autoría de Luis Pérez Solero, y que era la manera con la que la empresa “González-Byass” procuraba seducir al consumidor apoyándose en el eslogan “sol de Andalucía embotellado”. Nada más acertado. Madrid ya no es lo que era. Eso queda claro. Tanto es así, que a punto estuvo el Ayuntamiento de permitir que desapareciera el “Café Gijón”, que ha estado acogiendo sabiduría sobre sus mesas de mármol desde que en 1888 lo fundara Gumersindo Gómez con unos ahorros que había hecho con mucho esfuerzo en La Habana. Entrando, a la derecha, se colocó en 2004 una simpática placa en recuerdo de Alfonso González Pintor,  “cerillero y anarquista”. Como digo, hace pocos meses a punto estuvo de cerrar la persiana definitivamente el Café por un contencioso con su terraza, reformada en 2005, al existir unas “estúpidas” trabas relativas a la pérdida de la concesión de la terraza por parte del Ayuntamiento. ¡Hace falta ser descerebrados! Precisamente la “sagrada” terraza del Café Gijón, donde Valle-Inclán solía sentarse las horas muertas atraído por el frescor que desprendían los árboles del Paseo de Recoletos en la atardecida. En España ya no caben más tontos.

sábado, 2 de junio de 2012

Silla de pista




José Luis Trasobares, en lo que considera el Gran Circo Español, hace referencia hoy en la prensa del “Grupo Z”  a “este privilegiado lugar [España] donde es posible vaciar entidades financieras, disimular el saqueo mediante contabilidades falsas, traspasarle el ‘muerto’ al erario público y salir de rositas por la puerta principal con una indemnización o fondo de pensiones multimillonarios”, mientras la ciudadanía se deja “seducir por los fuegos artificiales de la política de escaparate, navajeo y martingala”. Pero en este espectáculo circense hay tres pistas: en la primera de ellas se encuentran los funambulistas practicando contorsiones; en la segunda, los bufones del programa televisivo “Sálvame”, que practican el difícil “arte” de gritar, despellejar a todo lo que se mueve y comer a un mismo tiempo; y en la tercera, el domador de tigres y leones que impone su respeto a las fieras corrupias mediante un látigo de siete colas. Tiene bemoles: Carlos Dívar, presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, (denunciado el pasado 7 de mayo por presunta malversación de fondos por José Manuel Gómez Benítez, al afirmar que Dívar habría gastado cerca de 6.000 euros en viajes y hoteles de lujo en Puerto Banús con cargo al Estado), ha visto cómo se desestimaba esa demanda; y, para colmo de astracanada, cómo se pretendía demandar y pedir su dimisión al denunciante Gómez por parte de siete “compañeros” del Consejo General del Poder Judicial. Vamos, por decirlo de alguna manera, como si, paradójicamente, un ciudadano entrase al juzgado en calidad de testigo y saliese al poco rato del edificio en calidad de imputado. Tiene guasa: Iñaki Urdangarín, en sus viajes por Sudamérica por cuenta de Telefónica, utiliza en la reserva de hoteles y  líneas aéreas el nombre de míster Liebaert, su apellido materno. ¿Será su nombre artístico? Tiene huevazos: el expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, ha lamentado que el saneamiento de la entidad se haya realizado “a costa” de fondos públicos en torno a un  2% del PIB. “¡Pasen, señores, pasen y vean el show de la mujer barbuda con el cromosoma 17 alterado; al tragasables con tres piernas; al nieto de Martín Laurello, el hombre que giraba la cabeza 180 grados…”. Aquí lo dejo. Me voy a tomar un café.

viernes, 1 de junio de 2012

No me río, que me despeino el bigote



Días pasados visitaban los príncipes de Asturias Portugal. Cuánto debe aburrirse este matrimonio para dedicarse a hacer “viajes de Estado bis”  a un país vecino con el que no nos une casi nada por culpa de nuestro crónico y acostumbrado desdén. Se iba a hacer un tren de alta velocidad Madrid-Lisboa y ya ni eso. Pero a la prensa rosa lusitana (“Lux”  y “Flash!”) les ha faltado tiempo para hacer severas críticas a la princesa consorte: que si Letizia está muy delgada, que si se detecta una cierta frialdad entre el matrimonio, que si ella estaba tensa… Ya veremos este fin de semana en Valladolid cómo anda el aceite del candil regio. De momento, miembros de la Guardia Civil han dejado claro que preferirían que el Cuerpo les comprase chalecos antibalas antes que derrochar dinero público en una parada militar que cada día que pasa interesa a menos ciudadanos. Y el Gobierno, ¡qué decir del Gobierno! Su extrema debilidad interior y la falta de respeto exterior están haciendo de Rajoy el muñeco del pim pam pum entre sus colegas europeos. El martes pasado, García- Margallo marchó a Londres dispuesto a poner las cartas de Gibraltar boca arriba y las cosas en su sitio. Ja, ja, ja. El ministro de Exteriores regresó a Madrid cariacontecido, declarando posteriormente a la prensa que “la pelota estaba en el tejado” del Peñasco. Pero ahora nos enteramos de que el Gobierno estudia compensar económicamente a los pesqueros españoles que faenan por la zona del inglés por tener la fiesta en paz. Eso se llama pusilanimidad. Me recuerda aquella parodia de Gila cuando, tomando el teléfono, llevaba intención de echarle una tremenda bronca a su suegra. Pero cuando ella se puso al otro lado de la línea, Gila se limitó a decir: “Sí, señora, sí señora. Lo que usted mande”.