lunes, 29 de febrero de 2016

Urrusolo y la vía Nanclares





La prensa comenta que José Luis Urrusolo Sistiaga, alias Joseba y Langile, antiguo miembro del Comando Madrid, ha salido definitivamente de la cárcel alavesa de Zaballa tras cumplir 19 años de prisión acogido a la llamada vía Nanclares para etarras arrepentidos. Bueno, pues ya está. Es un ciudadano libre que ha pagado sus delitos con la sociedad, pese a ser consciente de que a los muertos, salvo a Lázaro de Betania, no se les puede resucitar. ¿Merecía más años de cárcel? No lo sé ni debo yo juzgarlo. Pero resulta curioso que determinada prensa de papel, que incluso presume de centenaria, y que aplaudió en su día con fogosos editoriales las ejecuciones sumarísimas del franquismo; años más tarde, es decir, ahora, se permite dar lecciones de Derecho Penal y de democracia a sus lectores. Es así de osada. Menos mal que existen las hemerotecas para demostrarlo. Y en las hemerotecas consta , también, que a Urrusolo se le atribuyeron muchos delitos: la voladura del edificio de Telefónica de la calle madrileña de Ríos Rosas, el atentado en la también madrileña Plaza de la República Argentina, el secuestro de Diego Prado y Colón de Carvajal, la organización del secuestro de Emiliano Revilla, su responsabilidad en el asesinato del catedrático Manuel Broseta, su participación en el envío de un paquete-bomba al presidente de un empresa vinculada con la construcción de la autovía de Leizarán que mató a dos policías que trataban de desactivarlo, su intervención en otro paquete-bomba contra un alto cargo del Ministerio de Justicia en el murieron tres artificieros de la policía, etcétera, etcétera. Por todos aquellos delitos le cayó encima todo el peso de la Ley y se le condenó a 900 años de internamiento. Pero en cualquier cabeza cabe que tal condena sólo se le podría haber impuesto y aplicado a un individuo que se llamase Matusalén, hijo de Enoc, padre de Lamec y abuelo de Noé, que según la Biblia y el Torá samaritano vivió 969 años. Y si nos atenemos a Lucas 15:10: “Habrá más gozo en el Cielo por un pecador que se arrepiente que por 99 justos”. José Luis Urrusolo es a día de hoy un ciudadano libre, como usted y como yo. Así de simple.

viernes, 26 de febrero de 2016

El chapapote está servido





Señala hoy Raúl del Pozo en El Mundo que “aquí los socialistas sobreactúan en su asco a los del PP y luego se reparten el Estado con ellos”. Por fin, Pedro Sánchez habló de reformismo. De paso, Raúl hace referencia a los dos cojitrancos más famosos; Quevedo y  Romanones, quienes describieron mejor que nadie los mentideros de Madrid. Tal día como hoy,  el 26 de febrero de 1634, Quevedo se casaba en Cetina con Esperanza de Mendoza, viuda de Juan Hernández de Heredia y con el que había tenido tres hijos. Aquel matrimonio sólo duró tres meses:
“El gobernador de Aragón, primo del primer esposo de mi señora, azuzaba el rencor de toda la familia. No logré cobrar nada de los réditos de la dote. Medité. Hice cuenta de que todo había sido un sueño. Olvidé. Persisto en el olvido. Ni doña Esperanza ni yo nos hemos vuelto a acordar el uno del otro. Sea feliz y déjeme a mí serlo. ¡Reverencio las aguas del Leteo, y en ellas bañaré mi memoria de este tropiezo mientras viviere!”.
Romanones fue presidente del Senado, presidente del Congreso de los Diputados, varias veces ministro y tres veces presidente del Consejo de Ministros durante el reinado de Alfonso XIII. Formó parte del Partido Liberal de Sagasta y Canalejas. A los nueve años se cayo de un coche de caballos y de ahí le vino su cojera permanente. En Luces de bohemia, Valle Inclán hace referencia al conde, al que considera un hombre muy rico. Aconsejó en 1931 a Alfonso XIII que abandonase España. Fue miembro de la Real Academia de la Historia y de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, presidente del Ateneo madrileño y director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Hizo todo lo posible como aspirante a ocupar un sillón en la Real Academia de la Lengua. Intentó ganarse la amistad de muchos académicos que le prometieron su voto .Pero llegado el momento de la verdad no tuvo ni un solo voto. Y fue cuando dijo aquello de “¡Qué tropa, joder, qué tropa!”. Como él diría años más tarde: “La frase es el alcaloide del pensamiento: con una frase se hiere y hasta se mata. Durante largo tiempo se recuerda y se repite”. Susana Fortes contaba en El País (25 de marzo de 2007) lo siguiente: “A principios del siglo XX no existía en este país ningún periódico mejor situado para las primicias que el ABC. La redacción se hallaba en el Paseo de la Castellana, junto al palacio de don Álvaro de Figueroa, Conde de Romanones, y aquellos reporteros que escribían sus crónicas con visera negra y manguitos, en medio del olor a plomo de las linotipias, eran siempre los primeros en enterarse de los cambios de gobierno. No tenían más que asomarse a la ventana y mirar hacia la terraza del palacio para comprobar si estaban puestas a orear las casacas de don Álvaro para la sesión de investidura”. Contar eso ahora, cuando no hay manera de formar Gobierno por culpa de la Aritmética y de la cerrazón de los partidos políticos, produce tribulación. La historia siempre se repite. A Felipe González le hicieron la pinza el PP de Aznar e IU de Anguita. Y saltó del Gobierno. Ahora al PSOE de Sánchez y a Ciudadanos de Rivera  le hacen la pinza el PP de Rajoy y Podemos de Iglesias. Posible resultado: un pan como unas hostias. El chapapote está servido.

jueves, 25 de febrero de 2016

Inventores de palabras



En La colmena hay un personaje inventor de palabras. Y en la película de Mario Camús, según guión escrito de José Luis Dibildos, el inventor de palabras, es decir, Matías Martí, no es otro que Camilo José Cela (en la secuencia número 34 y en el interior del café de doña Rosa). Luis Escobar (don Ibrahim de Ostolaza, un jurista que tiene ya preparado su discurso de ingreso en la Academia de Jurisprudencia) saluda a Cela: “Encantado de conocer a otro poeta”. Y Cela responde: “¿Poeta yo...? ¡Por favor! Nunca he escrito tres palabras juntas. Yo invento palabras, pero una a una. Y se las entrego a los demás. Jamás las uso yo. Me limito a enriquecer el léxico patrio. ¡Es mi misión!”. A su lado está don Ricardo Sorbedo (Francisco Rabal). Don Ibrahim está desconcertado. Interviene don Ricardo: “Matías es un suministrador de materia prima del lenguaje. Lo que hizo Isaac Peral con el submarino, Matías Martí lo hace con las palabras”. Entra en escena otro de los poetas de la mesa, Maello (Francisco Algora), para añadir: “Ya lleva inventadas más de mil”. Y Rubio Antofagasta (Mario Pardo), otro de los contertulios, agrega: “Por favor, Matías. Dále la última a Don Ibrahim”. Camilo José Cela tiene su segunda intervención: “¡Bizcotur!”. Luis Escobar, asombrado, pregunta: “¿Cómo dice?”. Y Cela explica: “Bizcotur. Dícese de aquel que, amén de bizco, es atravesado, ruin y turbulento. Se la regalo”. Cela, por su cuenta y riesgo, añade una “morcilla” no prevista en el guión: “Usase también como sustantivo”. ¿Por qué cuento yo ahora todo eso? Sencillamente, por asociación de ideas. Resulta que Matteo es un niño italiano de ocho años que durante un examen se inventó la palabra “petaloso”, haciendo referencia a una flor repleta de pétalos. Margherita, su maestra, quedó prendada con esa palabra. Y animó a Matteo que  la consultase con la Academia de la Lengua Italiana. La Academia le contestó en Twitter y mandó una carta a su escuela para indicarle que la palabra estaba perfectamente construida para ser integrada en el idioma y que si conseguía que su uso se extendiera, la incorporaría al diccionario. EL Corriere Della Sera transcribía la carta enviada a su escuela por la Academia: “Querido Matteo. La palabra que has inventado es una palabra bien formada y podría ser usada en italiano, como son usadas otras palabras formadas de la misma manera. Tú has puesto juntas pétalo+oso=lleno de pétalos, con muchos pétalos”. Según parece, dicha palabra, “petaloso”, ha sido trending toppic en Twitter, y hasta Matteo Renzi le ha mostrado su apoyo.

Los títeres del espanto




No se debe confundir el tocino con la velocidad, como parece que han hecho Alfonso Lázaro y Raúl García al solicitar a Ismael Moreno, magistrado de la Audiencia Nacional, que les devuelva sus respectivos pasaportes y levante la obligación de que deban acudir a diario a los juzgados. Dicen en su “descargo” que lo que hicieron en Madrid no pasaba de ser una obra de ficción; y comparan aquel espectáculo bochornoso con la película dirigida en 1994 por Imanol Uribe Días contados, basada en una novela de Juan Madrid,  que recibió la Concha de Oro a la mejor película del Festival de Cine de San Sebastián y ocho Premios Goya. En efecto, en esa película, el actor Carmelo Gómez grita en un momento determinado “¡Gora ETA!” Pero en cualquier cabeza cabe que si la película hubiese sido de nazis, también podría haberse escuchado “¡Heil Hitler!”. Una cosa es un guión cinematográfico, que sitúa su argumento en un momento determinado de la historia reciente, y cosa bien distinta que gratuitamente y sólo por poner palos en la marrana de una noria que ya no saca agua, se haga apología del terrorismo en una representación de teatro de guiñol dirigida a padres y niños, donde se escenificaba el ahorcamiento de un juez, el apuñalamiento de una monja y la muerte de un policía. La obra La bruja y Don Cristóbal, donde aparecía el texto Gora-Alka-ETA, no era para niños, porque los niños no entienden ciertas cosas. Tampoco para padres, que todavía conservan en sus recuerdos el casi millar de muertos inocentes a manos de unos asesinos vascos. El argumento es el siguiente: la bruja, la protagonista, está en su casa y  su vida es interrumpida por la aparición del legítimo poseedor legal del piso, que decide aprovecharse de la situación para violar a la bruja. La bruja mata al propietario en el forcejeo. Pero queda embarazada, y nace un niño. Entonces aparece el muñeco de la monja, que intenta llevarse al bebé. Pero la bruja se resiste y, en el enfrentamiento, la monja muere. Aparece la Policía, que golpea a la bruja hasta dejarla inconsciente y luego construye un montaje para acusarla ante la ley, colocando la ya famosa pancarta de ‘Gora Alka-Eta’ sobre su cuerpo. El juez llega entonces y condena a muerte a la protagonista. Pero la bruja engaña al juez, que mete la cabeza en su propia soga. Y la bruja acaba ahorcando al juez para salvar su propia vida. Pues bien, el terrorismo, como el fascismo, no debe enaltecerse ni en broma. Hay asuntos tan graves en la memoria de todos los ciudadanos de este país que su recuerdo todavía sigue produciendo escalofríos. Una cosa es la libertad de expresión, contemplada en el artículo 20 de la Constitución Española, y otra muy distinta el enaltecimiento del terrorismo y el odio (también existe el delito de odio en nuestro Código Penal) durante el Carnaval de Madrid. Bromas, las justas.

miércoles, 24 de febrero de 2016

En defensa de Gustavo Alcalde





En Zaragoza, cuando no se ataca al Alcalde (Pedro Santisteve) por las cuestiones más nimias,  ciertos grupos políticos (PSOE, Podemos, Ciudadanos, Chunta Aragonesista e Izquierda Unida) la toman contra el otro Alcalde (don Gustavo), bilbilitano de bien, o sea, contra el delegado del Gobierno en funciones. Todos los grupos, como digo, salvo el PAR, que firmó pacto de gobernabilidad con el PP, se ensañan ahora contra el delegado del Gobierno, que carece de poder, que yo sepa, para administrar justicia. No se debe equiparar a Gustavo Alcalde con Poncio Pilatos ni confundir al Nazareno con Barrabás. La razón de esa protesta conjunta está relacionada con el último asesinato machista ocurrido en el barrio de Miralbueno hace dos días, donde un hombre mató de varios disparos a su pareja en el interior del bar Planet y más tarde se suicidó. Y en una rueda de prensa conjunta, los representantes políticos de esos grupos señalados han manifestado que Gustavo Alcalde comentara en referencia al trágico suceso, que “lo lógico en estos casos habría sido que la mujer hubiese avisado a la Policía de que su antigua pareja, residente en Medina del Campo, podría regresar a Zaragoza”, al no contar la mujer maltratada con medidas preventivas, por entender en su día el juez que entendió el caso que su pareja maltratadora vivía a más de 400 kilómetros de distancia de ella. Habría que leer el auto y la sentencia, donde costarán las firmas del juez y del  letrado de Administración de Justicia, (el secretario judicial, para entendernos) porque verba volant, scripta manent. Ni Gustavo Alcalde es árbol caído del que se deba hacer leña, ni merece tales reproches. En todo caso, insisto, esos grupos políticos deberían haber pedido responsabilidades, de haberlas, al juez que en su día entendió del caso. El delegado del Gobierno, a mi entender, no ha culpabilizado a la víctima de nada ni son recriminables sus palabras. Estoy seguro que si  la mujer asesinada hubiese tenido miedo ante el posible regreso de su pareja para hacerle daño y lo hubiera denunciado en una Comisaría, sus temores hubiesen sido atendidos debídamente por unos agentes que siempre están al servicio del ciudadano y dispuestos a ayudarle. Pero en el caso de esa señora parece que no fue así, y bien que lo siento. Miedo me da un “reformismo de centro izquierda”, el compuesto por PSOE y Ciudadanos, cuando ni uno es de izquierdas ni el otro de centro. No viene al caso que nos ocupa, pero me moría de ganas por decirlo.

lunes, 22 de febrero de 2016

Podemos, ¿una gracia de Dios?





El arzobispo de Sevilla, el seguntino Juan José Asenjo Pelegrina, en unas declaraciones que hoy publica El Mundo señala algo importante y que debería hacer reflexionar a los políticos: “Si no hubiera sido por la Iglesia muchos millares de personas en Andalucía no habrían comido cada día”. Pero al arzobispo de Sevilla yo le diría, también, que la Iglesia podría disponer de más dinero para hacer obras de misericordia si, por ejemplo, no  hubiese fichado la COPE a Carlos Herrera por ocho millones de euros; si Rouco Varela no viviese en un casoplón de 1’2 millones de euros, exento de IBI; si no tuviese una cadena de televisión (13TV)  manejada por la derechona más rancia, etc. A Juan José Asenjo Pelegrina le diría, del mismo modo, que la Conferencia Episcopal aporta una cantidad ridícula en el mantenimiento de Cáritas, menos del 1%,  y que el resto de ese sostenimiento corre a cargo de donaciones de particulares  y de la asignación de buena parte de las “cantidades asignadas a actividades de interés general consideradas de interés social”, previstas en el Real Decreto-Ley 7/2013, de 28 de junio y consignadas en la casilla 106 de la Declaración del IRPF. La Iglesia Católica, en boca de Juan José Asenjo Pelegrina, da una de cal (pero de cal viva) y otra de arena (del Arenal de Sevilla y olé, Torre del Oro, como si fuese Dorita “La Algabeña”). Salvo casos excepcionales de clérigos de uno y otro sexo que entregan toda su vida en defensa de los más humildes a cambio de nada, el resto se pasa la vida haciendo labor de zapa: por un lado, lavando sus conciencias con comedores sociales; por el otro, cobrando entrada por visitar  catedrales y museos, dando enseñanza en colegios concertados a cambio de adoctrinamiento, y poniéndose del lado de los poderosos y fariseos que defienden sus privilegios. Se vio durante la República, se vio durante la Guerra Civil, se vio en la posguerra y se ve ahora. Y así, mal vamos. En un Estado de derecho aconfesional, como es el caso de España, nadie debería tener privilegios. Y el vigente Concordato, causa en buena parte de esta vergonzosa situación de prerrogativas, debería romperse cuanto antes como primera medida. Si muchos millares de ciudadanos andaluces –como cuantifica el prelado- pasan hambre, es consecuencia de la política neoliberal del bipartidismo imperante. Y a esos políticos es a los que debería pedírseles responsabilidades. Sin tratar de “espolear el fervor que sirve a muchos obispos para purificarse”, desearía que el arzobispo Asenjo no confundiese a Podemos con “una gracia de Dios”. Podemos  obtuvo 42 diputados (un 12,69 % de los votos), que sumado a las coaliciones electorales autonómicas En Comú Podem (12 parlamentarios, 3,69 % de los votos), Compromís-Podemos-És el moment (9, 2,67 %) y En Marea (6, 1,63 %), dieron un total de 69 diputados, y que, por tanto, tendrá durante toda la Legislatura voz y voto para salvaguardar los derechos de los ciudadanos sin necesidad de que la Iglesia Católica se instituya como “la samaritana de la Humanidad”. Los sermones y las homilías, en los templos.

viernes, 19 de febrero de 2016

La gaita zamorana y Cervantes




Balbino Lozano, en La Opinión de Zamora, hace hoy referencia a la gaita zamorana, que vio por primera vez  hace setenta años, cuando el Museo Arqueológico Provincial se encontraba en la calle de Santa Clara, actual plaza de Castilla y León. Y Balbino Lozano cuenta que Miguel de Cervantes ya la conocía. Cierto. Miguel Querol Gavaldá, en su libro La música en la obra de Cervantes, con prólogo de Juan Sedó Peris-Mencheta (Centro de Estudios Cervantinos. Alcalá de Henares, 2005) es una nueva versión aumentada de la obra del mismo título que ese autor llevó a cabo en 1948 y que pronto quedó agotada. De hecho, la primera obra tuvo 173 páginas y la actual ronda las 400. Querol, entre los años 1982 y 2000 produjo tres volúmenes dedicados a la música en las obras de Lope de Vega; estudios sobre  los Cancioneros de Turín y de Góngora; un volumen dedicado a la Música Barroca Española, alguna cosa más que ahora no recuerdo y diversos artículos en revistas especializadas. Murió en 2002. Pues bien, entre los instrumentos, Cervantes nombra la guitarra, el laúd, el arpa, el salterio, el órgano, el clavicémbalo, el pífano, la chirimía, la churumbela, la dulzaina, la gaita zamorana, la zampoña, la trompeta, la corneta, el sacabuche, la bocina, la trompa de París, el atabal, el tambor, el tamboril, el pandero, las sonajas, los cencerros, las matracas, las tejoletas, y la escoba como instrumento rítmico acompañante. En lo que respecta a la gaita zamorana, según Federico Olmeda (Folclore de Castilla o Cancionero Popular de Burgos. Sevilla. Librería María Auxiliadora, 1903, p.155), ese instrumento “procedía de antiguas chirimías y bombardas: sus sonidos son chillones y penetrantes y duras de tocar, como todos los instrumentos de caña entera: su ejecución es penosa y deficiente, de donde resulta que la hacen muy suelta, a diferencia de la gaita gallega, que produce unos sonidos suaves y pastosos”. Y ahora vamos al texto de Miguel Querol Gavaldá: “A la gaita zamorana alude Don Quijote cuando dice que los albogues ‘van bien con la rusticidad de la gaita’. Concretamente la nombra en Pedro de Urdemalas (jornada I): ‘Suena dentro todo género de música y su gaita zamorana’, y en El Quijote (parte II, cap. LXVII) dando a entender que se trata de un instrumento pastoril, puesto que hablando de sus planes bucólicos exclama: ‘¡Válame (sic) Dios […] y que vida nos hemos de dar, Sancho amigo! ¡Qué de churumbelas han de llegar a nuestros oídos, qué de gaitas zamoranas, qué de tamboriles, y qué de rabeles!...”. Se alude también a la gaita junto con otros instrumentos en el Coloquio de los perros al igual que en una sonada fiesta en La tía fingida en la que participan ‘cuatro músicos de voz y guitarra, un salterio, una arpa (sic), una bandurria, doce cencerros y una gaita zamorana”. Por otro lado, existen unos cantares para gaita zamorana recopilados por Joaquín del Barco con epílogo de Miguel Ramos Carrión (La gaita zamorana. Cantares. Zamora. Imprenta de Calamita, 1899) muy interesantes.

jueves, 18 de febrero de 2016

Vuelve la burra al trigo





Estos tipos de la derechona más rancia y con peor saber perder en las instituciones no saben ya cómo arremeter contra los alcaldes que no son de su cuerda. Lo hacen con Carmena en Madrid, con José María González en Cádiz, con Ada Colau en Barcelona, con Joan Ribó en Valencia… Lo último: “El alcalde de Podemos en Zaragoza carga su gomina al Ayuntamiento”, en referencia a “un ticket por valor de 15’90 euros correspondiente a la peluquería Josgel Peluqueros”, según cuenta El Mundo. Que yo sepa, Pedro Santisteve es de las personas más austeras y honestas que han pasado por el Ayuntamiento zaragozano. Yo lo he visto, junto a su mujer, pasando de lo más desapercibido por la Plaza de Basilio Paraíso y sin ningún tipo de guardaespaldas. Y su sueldo como alcalde (en su día fue candidato por  Zaragoza en Común) es muy inferior al que tuvieron  Antonio González Triviño, Luisa Fernanda Rudi, José Atarés o Juan Alberto Belloch, por citar a los anteriores responsables municipales. Y en ese vano intento de cuestionar a Santisteve, ese diario madrileño señala gastos por un importe de 858,40 euros en conceptos de billetes de tren y el alojamiento en el Hotel Plaza de La Coruña, además de 127’19 euros de taxis para desplazarse por La Coruña, un almuerzo en El Cabildo (donde comieron pulpo a feira, huevos rotos y tarta de queso) y otro ticket sin especificar, que imagino ridículo, correspondiente a una botella de agua y otra de refresco de cola. Y todo ello con motivo de un viaje institucional para asistir a un evento de "Alcaldes del cambio". ¿A alguien le parece que tales gastos de desplazamiento son excesivos? El que así lo entienda, que los compare con los gastos por desplazamientos de Rita Barberá o de Ana Botella siendo éstas alcaldesas de Valencia y Madrid, respectivamente. ¡Ya está bien de tocar las pelotas!

miércoles, 17 de febrero de 2016

El reloj de Cela



Leo que en Cercedilla, “muy cerca de Las Dehesas, en la Pradera de Navarrulaque se encuentra un curioso reloj de sol. Ese monumento rural se erigió en homenaje a los primeros senderistas que contribuyeron a difundir la belleza de la Sierra de Guadarrama.  En los días de sol se puede comprobar que marca bien la hora. Es el famoso reloj de Cela, en homenaje al ganador del Premio Nobel. Se inauguró en 1995. Por todos es sabido, y el que no lo sepa se enterará ahora, de que Camilo José Cela ingresó a los 18 años en el Real Sanatorio de Guadarrama al sufrir un serio episodio pulmonar. Es posible que su estancia en ese hospital le ayudase a escribir Pabellón de reposo. Si hacemos caso a Santiago Prieto y a su magnífico ensayo de 47 páginas, La tuberculosis en la obra de Cela. En su novela Memorias, entendimientos y voluntades, Cela detalla su enfermedad: “Por entonces, a lo mejor fue algo más tarde, en el 1933 o en el 34, empecé a salir con las hermanas Nieves y Encarnita, que las dos estaban tísicas y yo creo que fueron las que me dieron el último empujón, ¡mala suerte!...”. (…) “Nieves y Encarnita murieron las dos durante la guerra, se conoce que no pudieron resistir el hambre y las privaciones...”. (…) “Me puse enfermo de cierto cuidado, ya se sabe, tuberculosis pulmonar, y mis padres me llevaron al Real Sanatorio del Guadarrama...”. (…) “Cuando la primera noche apagué la luz envuelto en el silencio, la soledad y la tristeza, me eché a llorar, me da un poco de vergüenza decirlo pero tampoco debo callármelo...”. (…)  “El director era el doctor Partearroyo, un tisiólogo de mucha fama que también vivía en la calle de Claudio Coello y el médico residente creo recordar que era el doctor Vizcaíno que, cuando bajaba a Cercedilla, volvía dando traspiés y echándole la culpa al queso, como Mr. Pickwick. Allí me iniciaron el neumotórax en el pulmón derecho y estuve sólo un par de meses, hasta que me desaparecieron los bacilos. Como tengo que hacer reposo, como tengo que estar todo el día echado y comiendo, me leo la colección entera de los clásicos Ribadeneyra, los setenta tomos que tenía entonces, y Ortega, Baroja, Valle Inclán, Dickens, Dostoievski y Stendhal, esas fueron mis primeras lecturas, y los primeros poetas de la primera antología de Gerardo…”. La próxima vez que me acerque a Collado-Villalba, que espero sea pronto, tomaré el tren hasta Cercedilla, que es como hay que hacer los viajes de fuste, por ver ese reloj que sólo marca la hora cuando el día está despejado. Será mi personal homenaje a  Camilo José Cela casi coincidiendo con su centenario, el próximo día 11 de mayo. Le conocí en persona y hasta me dedicó un libro, Toreo de salón, que conservo como un tesoro.

Calatayud en la pluma de Pemán





Hoy publica el diario ABC una Tercera de José María Pemán, “Con la boca cerrada”, escrita por ese académico de la Española  en 1958, con motivo del cuadringentésimo aniversario de la muerte de Carlos I ocurrida en Yuste el 21 de septiembre de 1558. Pemán describe a ese rey señalando que “tenía esa cara anhelante e inexpresiva que suelen tener los que, por haber padecido vegetaciones, alargan la mandíbula inferior con avidez de oxígeno. Luego, el romanticismo, amigo de valorar las cosas turbias y enfermizas, le sacó a esto también su gracia: la disnea asmática de Proust fue traducida como una expresión de anhelo y deseo que excitaba a sus admiradoras. Pero Carlos V fue contemporáneo de las viriles figuras armoniosas que adoraba el Renacimiento. Torpón de palabra, lento de consejo, chapurreando apenas el español, el nuevo Rey estaba en complejosa desventaja en medio de aquel mundo estatuario de Garcilaso y del Gran Capitán”. (…) “En Calatayud, un baturro irrespetuoso, español, sin temor ni cortesía, le gritó: «Majestad, cerrad la boca, que las moscas de esta tierra son insolentes». Y Carlos la cerró enérgicamente. No le entraron moscas en la boca. Habló poco y a tiempo, con más miedo ante los “procuradores” en Cortes que ante el Papa y su Curia. Cerró la boca, con el gesto decisivo que le pintó –ecuestre– el Tiziano: como si hubiera mordido la Historia”. Por otro lado, el embajador veneciano Gaspar Cortarini describió a Carlos I cuando el rey tenía 25 años de esta manera: “Es de estatura mediana, mas no muy grande, ni pequeño, blanco, de color más bien pálido que rubicundo; del cuerpo, bien proporcionado, bellísima pierna, buen brazo, la nariz un poco aguileña, pero poco; los ojos ávidos, el aspecto grave, pero no cruel ni severo; ni en él otra parte del cuerpo se puede inculpar, excepto el mentón y también toda su faz interior, la cual es tan ancha y tan larga, que no parece natural de aquel cuerpo; pero parece postiza, donde ocurre que no puede, cerrando la boca, unir los dientes inferiores con los superiores; pero los separa un espacio del grosor de un diente, donde en el hablar, máxime en el acabar de la cláusula, balbucea alguna palabra, la cual por eso no se entiende muy bien”. Recomiendo la reimpresión de un texto de Manuel Giménez Fernández (Política inicial de Carlos I en Indias. II Bartolomé de las Casas. CSIC, Madrid, 1984) donde en la página 187 se cuenta lo que  Pemán trasladó en su artículo de ABC: “Por razón de ese carácter inseguro e la estancia de Carlos en Calatayud, donde tuvo lugar la para el Rey poca lisonjera advertencia del villano que le aconsejó cerrara la abierta boca a causa del caído belfo, cuya noticia nos ha conservado Zúñiga, ni los Consejos Reales, ni aún los secretarios de Despacho le asistieron durante la semana allí pasada, y por ello no se conserva Cédula alguna respecto a Indias expedida en aquella villa aragonesa. (…) No hubo sin embargo como vimos tiempo en Calatayud para tratar de ello, pues el martes 4 de Mayo de 1518, el Rey con su séquito se puso en camino, y por El Fresno (sic) y La Muela llegó el 6 a la Aljafería, donde permaneció dos días…”, etc.

martes, 16 de febrero de 2016

¡Basta de gentuza!





Los técnicos del Ministerio de Hacienda aseguran que los billetes de 500 euros ya suponen el 75 por ciento del dinero en circulación en España, lo que equivale a 45.528 millones de euros. Esos datos vienen a decir, así lo entiendo, que existe mucho dinero oculto de dudosa procedencia. Mario Draghi esta considerando retirarlos “por la creciente preocupación de que están siendo utilizados para actividades delictivas”. Si Draghi se refiere, supongamos, a la corrupción de los partidos políticos y a determinados empresarios poco ejemplares da en el centro de la diana. Hay que pensar que el peso de los billetes grandes sobre el dinero total en España es más del doble que en la zona euro. Esos datos deberían hacer reflexionar a los políticos. Aquí hubo una burbuja inmobiliaria tremenda; una corrupción política que está aflorando en los peores días para Mariano Rajoy como porquería que sale a la superficie reventando alcantarillas y cloacas;  una financiación al terrorismo por parte de las mafias todavía sin cuantificar; unas cajas de ahorro manejadas a su antojo por políticos y sindicalistas pésimamente administradas, que obligaron al Estado a entregar a tales insensatos más de  250.000 millones de euros (entre los 63.000 millones de inyecciones de capital, avales por 134.000 millones, y 50.000 millones que había costado el Sareb, es decir, el banco malo) de diversas formas: algunas fueron a fondo perdido (el Estado regaló directamente ese dinero), otras tomaron la forma de inversión (si la cosa salía bien el Estado podía ganar dinero; si salía mal, perdía), otras de préstamo, otras de garantías (los bancos pidieron dinero prestado a otros bancos o al Banco Central Europeo con el respaldo del Estado, de forma que si llegado el momento, al no ser capaces de devolver el dinero, quien debe pagar es el Estado). Tanto Rodríguez Zapatero como Rajoy aseguraron que ese dinero (el que prestó la Unión Europea al FROB) era prestado a esas entidades y se devolvería. Y el FROB, también se dijo, entregaría el dinero a la banca y a las cajas con un interés del 8% a devolver en cinco años. ¿Lo han devuelto? Naranjas de la China. Aquí, o se hace una purga de sinvergüenzas de inmediato, o la ciudadanía harta de sufrir estallará de forma imprevisible como esas alcantarillas que ahora le están reventando a Rajoy en su cara. Hernández Moltó, expresidente de la quebrada Caja de Castilla-La Mancha y con un sueldo de 129.000 euros al año, explicaba hace pocos días a un juez que era un “animador sociocultural” de la primera entidad rescatada después de Banesto. Eso sí, nos dejó para la posteridad un aeropuerto de Ciudad Real sin aviones. Pero eso tambiín sucedió en Castellón y en Huesca. ¿Y qué hacía mientras esas cosas sucedían el gobernador del Banco de España, Fernández Ordóñez? Supongo que mirarse la bragueta o tener la mirada perdida en la fuente de la Cibeles. ¡Pobre España! Entre todos la mataron y ella sola se murió.

lunes, 15 de febrero de 2016

El respeto hay que ganarlo





Cuenta Raúl del Pozo, en El Mundo, al referirse a Cristina de Borbón y sus circunstancias, que “el juicio parece el florón que faltaba a la Corona y que el matrimonio [Urdangarín-Borbón] no puede pasear al perro porque la gente les insulta por la calle. Al padre de la Constitución [Miguel Roca] – lo eligió Juan Carlos I para defender a su hija y falló en su defensa, basada en la golfería de la doctrina Botín”. Si los españoles tuviéramos dignidad, ya estaríamos exigiendo al Parlamento que obligase al Gobierno en funciones a quitar el nombre de la infanta investigada a centros de salud, a locales de esparcimiento, a establecimientos hosteleros y a una fragata navega con su nombre. Ya en enero de 2014, el Grupo Municipal de Izquierda Unida-Los Verdes en el Ayuntamiento de Collado Villalba presentó una moción donde se pedía la retirada de la placa de la infanta Cristina en la Biblioteca Municipal “Miguel Hernández”. Pues eso mismo debería suceder en un Hospital de Parla, en otro de Badajoz, en el Centro Cultural de Archena, en el de La Bañeza, en un hotel de Jaén de cuatro estrellas, en un instituto de Secundaria en Murcia, etcétera. EL Ayuntamiento de Barcelona ya le retiró la Medalla de Oro de esa ciudad que se le concedió en 1997, eso sí con la abstención de PP y Ciudadanos. También quitaron en Palma una calle dedicada a los entonces duques. Pero lo más curioso tuvo lugar el 11 de junio de 2015, cuando Felipe VI revocó el título de duquesa de Palma a su hermana menor. Tras el anuncio, la hermana filtró un una carta personal sin matasellos la  renuncia a ese título fechada diez días antes. Nadie la creyó, como nadie con dos dedos de frente entiende ahora que la infanta sea inocente en los cargos por la que está investigada en los tribunales de Justicia. De momento es presunta “colaboradora necesaria” y hasta puede que salga absuelta de la sala de vistas. Pero ese supuesto tampoco cambiaría la opinión de la gran mayoría de los ciudadanos, indignados y achicharrados a impuestos. Ahora lo que sería de recibo es que Cristina de Borbón  renunciase a sus derechos dinásticos, al estar en el sexto lugar en la escala a la sucesión al Trono. Si eso fuese así, no perdería el tratamiento de alteza real y seguiría siendo infanta de España por ser hija de rey. Pero, visto lo visto, es posible que lo siga pasando mal cuando pasee al perro. Más aún si no recoge sus excrementos. Los tratamientos oficiales son cuestiones protocolarias intrascendentes, sin mérito alguno que los justifique, o sea, como buñuelos de viento, con más cierzo interior que carcasa de rebocina externa, ya que en el caso de Cristina de Borbón de casta le viene al galgo, o de moisés, no del personaje bíblico que separó las aguas sino de capazo de neonato. Pero el respeto ciudadano, el que a la postre importa a los españoles, hay que ganarlo. También hay que merecerlo.Y para mí sólo merece respeto el ciudadano que paga impuestos, que se levanta a las seis de la mañana para tomar el tren de cercanías para ir al tajo, que llega a fin de més casi de milagro, que de Suiza sólo recuerda el dibujo que aparece en la funda de los lapiceros "Alpino" y que sólo conoce de cerca a los reyes de la baraja de un señor de Vitoria, conocido en la alegre calle de Dato como don Heraclio Fournier, o sea.

domingo, 14 de febrero de 2016

Ajo y agua




Existen pretensiones de difícil satisfacción. Ignacio Vidal-Folch recuerda en El Mundo que “el ayuntamiento de Cervera solicita a la Casa Real española que la princesa Leonor renuncie al título de condesa de Cervera, ya que la población no se siente representada por una monarquía ‘anacrónica y desfasada’. A esto la Casa Real ha respondido que la princesa como heredera de la Corona de España ostenta con mucho orgullo, entre otros títulos, el de condesa de Cervera”. Vamos a ver: la princesa Leonor es de tan corta edad que pasa olímpicamente de esas pompas y vanidades. A mi entender, no se debería seguir disfrutando de un título nobiliario, en este caso catalán, cuando la ciudadanía del municipio que da lugar al título (en este caso una moción acordada en junio de 2014 por mayoría simple), no se siente representada por la persona que la encarna. Pero la Casa Real me consta que no ha contestado nada al actual alcalde Ramón Royes. Sí lo ha hecho Jaime Alfonsín, jefe de la Casa del Rey, que es cosa distinta. En esa carta, con registro de entrada en ese Ayuntamiento de fecha 1 de diciembre de 2015, Alfonsín recuerda al alcalde Royes el contenido del artículo 57.2 de la Constitución Española, donde se señala: “El Príncipe Heredero, desde su nacimiento o desde que se produzca el hecho de que origine el tratamiento tendrá la dignidad de Príncipe de Asturias y de los demás títulos vinculados tradicionalmente al sucesor de la Corona”. La ciudad de Cervera ya pidió en su día esa misma renuncia al rey Juan Carlos para su hijo Felipe y entonces se dio la callada por respuesta. En suma, para que se satisfagan los deseos de los ciudadanos de ese municipio catalán de la comarca de Segarra será condición necesaria que se modifique la Carta Magna. Mientras tanto, ajo y agua.

sábado, 13 de febrero de 2016

La cobra y otros ofidios




Mariñas, en La Razón, hace un elogio rastrero hasta la grosería de Carmen Franco, que dentro de unos meses cumplirá 90 años. “Carmen Franco –escribe Mariñas- ha conservado  la discreción y durante tantos años nunca estuvo mezclada en ningún chanchullo, aunque algunos quisieron empañarla con el asunto de las medallas llevadas en supuesto e inventado estraperlo a Suiza. Iban en su propio bolso de mano y nunca pretendió escabullirlas”. Manuel Jabois en El País (“Pasar de todo”) comenta que “del mismo modo que a Urdangarín le interesó asociarse con la Familia Real, a Mallorca le interesó asociarse con Urdangarín. En la política, como en el amor, después de la estrecha amistad viene el noviazgo, y más allá el contrato”. (…) “Después de casarse con la infanta, y de haber sido noticia por estar enamorado, tener hijos, ir a fiestas aburridas y pasar el verano en Mallorca, Iñaki Urdangarín empezó a trabajar. A la corrupción social, que consistía en ser tratado por quién era y no por lo que hacía, le siguió la corrupción económica, poco original en idea y ejecución, pues era pedir dinero por la cara. Tampoco había sido entrenado para otra cosa”. En República de las Ideas, Pablo Sebastián entiende que “Mariano Rajoy ya sabe que no volverá a ser presidente del Gobierno, y puede que ni candidato del PP en caso de nuevas elecciones”. Y José Oneto, en el mismo diario digital, y en referencia al último encuentro entre Rajoy y Sánchez, lo entiende como “un encuentro lleno de tensión y malos modos, hasta el punto que el señor Rajoy, cosa insólita en él, acostumbrado a todo tipo de situaciones, se ha negado a estrechar la mano de su interlocutor, algo que ha intentado ser arreglado por los dos, acudiendo a la excusa que se dieron la mano en el interior de la sala de reuniones, al margen de los fotógrafos, porque el presidente del Gobierno, pendiente de la prensa, no se dio cuenta de que Sánchez le tendía la mano, de forma amistosa”. “Uno era –dice Javier Somalo en Libertad Digital- el presidente del gobierno en funciones del ‘partido que ha ganado las elecciones’ y el otro, el ‘mandatado por el Jefe del Estado’ para formar gobierno. Y de esas peanas no se bajaron, impasibles ante el ridículo, elevando el mentón y ajustando sus taleguillas”. Manolete y Dominguín. Sólo faltaba para redondear el infausto cartel Gitanillo de Triana.

viernes, 12 de febrero de 2016

Rajoy en la corte de las Batuecas





En su editorial de hoy en El País, “Estrategia del miedo”, puede leerse: “Definido el territorio propio como el único donde habita 'el sentido común' -frase favorita de Mariano Rajoy-, varios ministros en funciones transmiten la idea de que un pacto político alternativo pondría en peligro la recuperación económica, la unidad de España y la lucha contra el terrorismo. De entre todos ellos sobresale el del Interior, Jorge Fernández Díaz, que ha llegado a asegurar que la banda terrorista ETA desea 'como agua de mayo' un acuerdo PSOE-Podemos". Ese ministro, que condecora a vírgenes por aquí y por allá debería ser más prudente con sus afirmaciones. Sigue comentando El País: “Solamente ayer [el PP] publicó algo parecido a una propuesta documentada, en forma de “cinco pactos de Estado”, el día en que Rajoy se reunió con Albert Rivera. Lo hizo a remolque del 'programa para un Gobierno progresista y reformista' difundido días antes por el PSOE, y en vísperas del encuentro programado para hoy entre Sánchez y Rajoy”. La situación desesperada del presidente del Gobierno en funciones para encontrar ayudas en su posible investidura no le deja ver más allá de los cristales de sus gafas. Tal situación me recuerda la “Carta última de Andrés Niporesas al bachiller don Juan Pérez de Munguía, escrita por Mariano José de Larra. En un párrafo de esa epístola puede leerse: “Cuando las cosas no tienen remedio, la habilidad consiste en convertirlas como son en provecho de uno”.

Que pague Rita (la cantaora)





Ahora me entero de que Rita Barberá cargó al Ayuntamiento de Valencia 2.323’44 euros por dos viajes a Santiago de Compostela (de ella y el de su chófer) los días 20 y 21 de enero de 2012 para asistir al funeral de Manuel Fraga, con el siguiente desglose: dos billetes de avión:967’22 y 931’22 respectivamente, y dos habitaciones en el Hostal de los Reyes Católicos (parador de cinco estrellas en la plaza del Obradoiro) por un equivalente a 250 y 175 euros. El acto del funeral de Fraga, que me conste, no era un acto municipal sino un acto de partido. Y digo yo, ¿qué misión cumplía ese chófer en Santiago? ¿Pero no iba Barberá en avión? En consecuencia, todo apunta a que ese es un acto más a añadir en la tremenda lista de presunta malversación de dinero público. Esta señora debería dejar de ser aforada como senadora, ser enjuiciada y, si procede, obligarle a devolver todo el dinero presuntamente malgastado durante su extenso mandato en la Alcaldía a las arcas del Estado. Lo que está saliendo a flote en el Partido Popular sólo es la punta del iceberg de una presunta gran estafa a todos los españoles. Y aquí no sirve, como hace Mariano Rajoy, mirar para otro lado. La parálisis del presidente del Gobierno en funciones ante la porquería que está saliendo a flote  no parece que mermen su aspiración de seguir gobernando. ¡Esto es de locos! Por otro lado, no es de recibo que a Rita Barberá se la haya “enviado” al Senado a gastos pagados para seguir cobrando del Erario Público al tiempo de estar blindada en los tribunales ordinarios por su aforamiento como miembro de la Cámara Alta. Así, mal vamos. Lo mejor que podría hacer el Partido Popular en beneficio de todos los ciudadanos sería desaparecer del espectro político. Ya existen precedentes, por otras causas, claro, con UCD y con CDS, por ejemplo. Hay cosas que no se pueden tolerar en un Estado de derecho. No sirve sólo que los corruptos puedan ir a prisión por sentencia firme. Deben devolver, además, el dinero presuntamente robado y quedar inhabilitados para el ejercicio de la política de por vida. Sólo así se empezará a regenerar este maltrecho país.

jueves, 11 de febrero de 2016

Cocidito madrileño




A propósito de las calles que deben eliminarse del callejero de todas las ciudades y pueblos de España de acuerdo con la Ley de la Memoria Histórica, señala Arcadi Espada en El Mundo algo que parece evidente: “El franquismo no puso una calle a García Lorca por la sencilla razón que lo había matado”. Y también escribe algo por todos sabido: “Los españoles no se avergonzaron abrumadoramente de Franco como los alemanes de Hitler”. (Por cierto, hoy me entero de que la Complutense dejará de asesorar a Carmena sobre la quita de calles franquistas, en las que existen –según esa Universidad- nombres “de talla universal”). Como digo, de ahí que el ensalzamiento de su memoria por parte de ciertos nostálgicos no constituya delito alguno y esté comprendido dentro de lo que se considera apología del terrorismo, como es el caso de la durmiente ETA. “El franquismo –señala Arcadi Espada- fue un régimen nacido de una victoria militar, basado en la extinción o el arrinconamiento de una parte de los ciudadanos. De ahí que uno de sus primeros trabajos fuera borrar todo signo de la existencia política, cultural o sociológica de millones de españoles”. Pero lo malo de todo eso es que el Partido Popular, que nunca condenó aquel régimen, anda todavía dando lecciones de democracia y señalando qué partidos son “antisistema”. Sartori define como “partidos antisistema” a aquellas organizaciones que ingresan en la arena electoral con el propósito de deslegitimar al sistema existente sosteniendo uno alternativo. De cualquier manera, quizá no estuvo acertada la lista que la comisión de la Complutense hizo sobre rótulos a quitar en las calles de Madrid. En “El potaje madrileño”, dentro de las páginas de El País, Andrés Trapiello pone un ejemplo claro de ello, el caso de Muñoz Seca: “El mismo 18 de julio de 1936 salió al escenario del teatro Poliorama de Barcelona, donde se representaba su obra La tonta del rizo, y anunció a los espectadores, al grito de ‘¡Viva España!’, la sublevación de los militares en África. Lo detuvieron y lo metieron en la cárcel de San Antón, de Madrid, de donde salió tres meses después para ser asesinado en Paracuellos, a manos de verdugos que jamás pagaron por ese crimen. Participó en la Guerra Civil tanto como Rodríguez Zapatero, Iglesias o yo mismo”. También es verdad. Al césar lo que es del césar.