Esta noche, un poco antes de las
doce, todas las televisiones estarán con el foco puesto en el reloj de la vieja
Casa de Correos de la Puerta
del Sol. La gran afluencia de madrileños asistentes a las doce campanadas
desplazará por unas horas a los zurupetos, esos personajes pintorescos que tan
bien conocía Ramón Gómez de la
Serna. Éste dejó escrito en su “Historia de la Puerta del Sol” que un día de alarma, un centinela colocado
en una de las esquinas mató de un tiro a un pobre aguador que pasaba
tranquilamente con su cuba al hombro; y que, reconvenido por aquella
barbaridad, contestó muy serio: “Yo cumplo con mi obligación; a mí me han
puesto aquí para evitar desgracias”. Con Rajoy pasa algo parecido. Los
españoles le votaron mayoritariamente un 20 de diciembre, hace ahora un año,
para que recondujera una situación en la que no terminaban de aflorar los
brotes verdes anunciados por Zapatero. El balance de resultados a fecha de san
Silvestre de 2012 no ha podido ser más adverso. Pero Rajoy, como el centinela de la Puerta del Sol, al que le
habían colocado para evitar desgracias, ha hundido el poder adquisitivo de los
hogares con una brutal caída en su capacidad de compra. En cambio, la
mano derecha del zurupeto Rajoy, la secretaria general del PP María Dolores de
Cospedal, acaba de declarar haber ganado durante 2011 nada menos que 158.388 euros netos, desglosados de la
siguiente manera: 88.897 euros netos como secretaria general del PP, 31.775
euros del Senado, 36.082 como presidenta de la Junta de Castilla-La Mancha y 1.634 por trienios
como abogado del Estado. Pero todo lo ha cobrado, eso sí, por el bien de
España. Mientras, el pobre Rajoy se ha convertido, por desgracia para él, en un
triste vendedor de humo; o, mejor aún, en una especie de zurupeto decimonónico
que, con los brazos en jarras, como el anuncio de “Tío Pepe”, permanece inmóvil
en tal postura y dentro del semicírculo del “kilómetro cero” pretendiendo
vender a los turistas lentes ahumadas para poder ver eclipses de sol.
lunes, 31 de diciembre de 2012
sábado, 29 de diciembre de 2012
La resolana del plumilla
“Dime cuándo tú vendrás, dimmi quando...
quando... quando...”. ¿Se acuerdan de
aquello que cantaba Luis Enrique Barrueto? Ussía, en su artículo
“¿Cuándo?”, llama en La Razón
a Artur Mas “chulo de rambla”. Todo por haber tapado con un paño negro el
retrato del Rey en el Palacio de San Jaime. Artur Mas sale al paso aclarando
que “son cosas del servicio de protocolo”. A mi entender, Juan Carlos I no
necesita de Mr. Próper para limpiar su imagen o para protegerse. El Estado
tiene habilitados mecanismos bastantes
como para que, con la
Constitución en la mano, la persona que ejerce la Jefatura del Estado esté
protegida convenientemente. España es un Estado de Derecho y, en consecuencia,
existe la libertad de expresión. Pero todo exceso en la utilización de esa
libertad, cuando va en detrimento del albedrío de otro ciudadano, debe
corregirse con los mecanismos legales de los que dispone ese Estado. Y el
columnista Ussía, a mi entender, no tiene ningún derecho a llamar “chulo de
rambla” al presidente de una Comunidad Autónoma, llámese Cataluña, Aragón o
Murcia. Ussía expone en su columna que “en el fondo, lo que Mas siente cuando
desprecia al Rey es el regusto de la grosería, la resolana del paleto instalado
en la cumbre”. Resolana, según la RAE, es, respecto de un sitio,
“donde se toma el sol sin que moleste el viento”. Si les digo la verdad, a mí
tampoco me agrada que el retrato del jefe del Estado se tape con un paño negro
cuando preside la sala de plenos de una institución oficial, en este caso el
barcelonés Palacio de San Jaime. Eso equivale, no a una grosería, como señala
Ussía, sino una falta de consideración y de respeto. Grosería es la ordinariez,
el desabrimiento, la ofensa; o sea, llamarle a un ciudadano “chulo de rambla”.
Y este Mr. Próper que le ha salido al Rey por la banda de estribor, como a
quien le brota un golondrino en el sobaco, aprovecha para arremeter en su
columna contra toda la familia Pujol sin venir a cuento, por aquello de que el Pisuerga pasa por
Valladolid. Ussía debería tranquilizarse tomando valeriana, que “La venganza de
don Mendo” me consta que ya la escribió su abuelo.
jueves, 27 de diciembre de 2012
Dinosaurio Hermida
Vuelve Jesús Hermida a RTVE,
ahora entrevistando al Rey el próximo día 4 de enero. No se qué pasa en España,
pero reaparecer en escena, y en la televisión que pagamos todos con nuestros
impuestos, a un dinosaurio de la comunicación al que todos suponíamos que ya
habitaba en un geriátrico de muchas campanillas produce añoranza en un país, el
nuestro, de escasos horizontes. También sorpresa. Cuentan que la entrevista al
jefe del Estado ha sido grabada hoy jueves y que en ella no se incluyen
preguntas de actualidad, ni tampoco interpelaciones “incómodas”, como el caso
Urdangarín, la caza de elefantes en Botsuana, o el
espinoso tema del deseo secesionista de Cataluña por parte de Artur Mas.
Hermida, que ya nos deleitó en su día con la llegada del hombre a la Luna, pretende ahora,
cuarenta y tantos años más tarde de la odisea del Apolo XI, hacernos creer que
en España no existe alternativa posible a la actual forma de Estado. Y se
equivoca. Las entrevistas, cuando son atemporales, como hace al caso, nos
recuerdan a quienes ya peinamos canas aquel programa de Federico Gallo que se
llamaba “Esta es su vida”. Aquella transmisión, recuerdo, tenía una cierta
ternura y a lo largo del encuentro con el protagonista, siempre aparecía algún
viejo compañero al que no veía desde la mili o desde la escuela. Pues bien,
aquí ya se verá en qué queda la cosa. Este es un país inaudito y de difícil
manejo, donde la única ley que se respeta desde las altas instancias es la “ley
del embudo”. En el último mensaje de Navidad, curiosamente, Juan Carlos I no
hizo mención alguna a la desventura del paro ni a la recesión económica que
asfixia a los ciudadanos ni a la calamidad que suponen los desahucios un día sí
y otro también. A mi entender, al mensaje real de Nochebuena le faltó
sensibilidad, quiero pensar que por estar pautado desde el Gobierno. Y uno se
pregunta, ¿de qué charlarán el próximo día 4 de enero el Rey, a punto de
cumplir 75 años, y el dinosaurio Hermida? Si les digo la verdad, tampoco me
interesa. Mirar excesivamente hacia atrás sólo produce frustración y desánimo.
Aunque pudiera suceder que yo estuviese equivocado y que la puesta en escena
que presente el dinosaurio Hermida agrade a la audiencia. Nada extraño en un país
donde los cortesanos, los plebeyos y los lavativas impregnan las columnas de
buena parte de los medios de información, al ir dirigidas a unos lectores de
natural manso, poco exigentes y de muy
apagada iniciativa.
miércoles, 26 de diciembre de 2012
Se funde la máquina
Dicen que el último discurso del
Rey ante las cámaras ha perdido espectadores. Imaginen que son las 9 de la
noche, el ama de casa enfrascada en la cocina preparando la cena de Nochebuena,
el marido respandingado en el sofá haciendo zapping, la hija pelando
langostinos y su hermano intentando arreglar un ratón de ordenador al que le
falla la rueda central. Suena el teléfono. Es una prima a la que sólo ven en
persona en bodas, bautizos y comuniones, pero que todos los años se acuerda de felicitar
la Navidad. Y
en esas, cuando ya se están agotando todos los tópicos al uso, suena el himno
nacional y aparece en la pantalla un sereno plano de La Zarzuela. Y a continuación el Rey de pie aunque apoyado sobre el borde de su
mesa de trabajo, de traje azul y corbata verde. La misma pose que antaño ofrecía Carrascal en "Antena 3" en los telediarios de madrugada. Parece que todo lo dice de
memoria pero su mirada está fijada en el “prónter”. Se le nota en el vaivén de
los ojos, similar al del espectador ante una final de la
Copa Davis. El ama de casa deja por unos
momentos sus labores culinarias, la hija cesa en pelar langostinos, el marido se
afloja la batamanta y se coloca más tieso en el sofá, ahora sujetando una
copita de “Calisay” como si se tratase del micrófono de Bobby Deglané, y el
hijo olvida el ratón por unos momentos para concentrarse en el discurso real
como el pollo en una pastilla de “avecrem”. Hay expectación en el cuarto de
estar. Todos los miembros de la casa esperan que el Rey haga alguna alusión al
problema catalán y al tema de la corrupción, que lo impregna todo en España. Nada. Terminado el discurso real cada miembro de la familia vuelve a lo suyo
sin hacer comentarios. Hoy, 26 de diciembre, ha vuelto la prensa a los quioscos
y los columnistas practican todo tipo de análisis pormenorizados sobre las
palabras de Juan Carlos I y por las bravuconadas de Artur Mas, que desea
integrar fuerzas –dice- pero en la UE. Los
catalanes siguen de fiesta por ser lunes de Pascua y la mayoría de ciudadanos
ha vuelto a retomar sus quehaceres cotidianos con más pena que gloria, cierta
pesadez de estómago por culpa del mazapán infame y tras muchos sorbos de “Alka-Seltzer”. Se funde la máquina del Estado por falta de engrase y Rajoy
empieza a poner en duda si el caballo blanco de Santiago es de color blanco o
es, en realidad, un simple efecto óptico.
lunes, 24 de diciembre de 2012
Nochebuena
Cada año, cuando llega el 24 de
diciembre, después de desayunar y de mirar por la ventana por ver cómo pinta el
día, cumplo con el rito ya casi enfermizo de releer “La Nochebuena de 1836”, de Mariano José de
Larra. A otros tipos les da por ir a la parroquia después de una copiosa cena
para meterse de lleno en el merengue de la Misa de
Gallo, cantar “pero mira como beben los peces en el río” y hasta poder reflexionar tras una homilía en la
que el cura ecónomo señala a los feligreses presentes al acto litúrgico lo mal
que se está poniendo la cosa en España para todos, con la excepción de la Conferencia Episcopal,
de ciertos políticos de pacotilla y de determinados gestores empresariales que
se lo llevan crudo por mor de la afición. Puede que se ahorre las excepciones,
pero nada cambia con esa omisión. Pero el encasullado cura, muy en su papel, hace lo típico, es decir, recordar en esas
disertaciones que muchos cristianos (se omiten a los moros de la morería, a los
inicuos, que no tienen redención posible y a los judíos, que mataron a Dios) no
disponen de habitáculo en el que dormir y que, en consecuencia, intentan
adormilarse donde pueden o donde les dejan, tapados con cartones del Mercadona.
Esos cristianos dejados de la mano de Dios, que no tienen marquesina donde soñar
ni pueden echar un polvete con cierto decoro, cuentan las limosnas y, si les
llega, se meten entre pecho y espalda un bocadillo de rabas y un “tetrabrik” de
vino infame, se atrincheran en su refugio habitual y pasan olímpicamente de lo
que significa esa noche para el resto de los humanos. Sobre ese cura de casulla
de verde Adviento, que tanto explica que sufre por los desheredados de la
fortuna, tal vez Larra, pensando en su criado, tiene un recuerdo para don
Quijote: “Come, Sancho, hijo, come, tú que no eres caballero andante y que
naciste para comer”. Para Larra, “hasta la voz [de su criado] parece pedir
permiso para sonar”. Larra es consciente de que “los filósofos, es decir, los
desgraciados, podemos no comer, ¡pero los criados de los filósofos…!”. Esta
noche tendremos hasta mensaje real televisado en varios idiomas. Como decía uno
de mi pueblo: “De lo que tenemos, no nos falta de nada”. En fín, que ustedes lo
pasen bien.
viernes, 21 de diciembre de 2012
La cobardía de Delfín
Delfín Rodríguez escribe
indignado en El Correo
de Zamora. Cuenta que entró a un bar y decidió tomar una cerveza en la barra
para alegrar de alguna manera el día de su cumpleaños. Mientras se la servían,
aprovechó para usar el aseo. En el fondo de la taza del urinario observó
que habían pegado a modo de diana la foto de “una mujer vestida, en postura de sirena”. Pero
ahí no quedaba la cosa. Durante la micción, aquella hermosa mujer se trocaba en
plena desnudez, como sucede con algunos calendarios de bolsillo que regalan
ciertos restoranes de carretera a los camioneros cuando paran a comer, y que al humedecerlos ligeramente pierden
toda su ropa. Comprendo que ciertos clientes de bar no atinan de forma adecuada
cuando están “algo alumbrados” y necesitan exonerar el líquido contenido en sus
vejigas. También, que tal falta de puntería moleste a camareros y clientes.
Pero, de tener que poner algo, mejor una diana. Sin embargo, el responsable del
bar zamorano de marras, cuyo nombre omite Delfín Rodríguez por manifiesta
cobardía, prefirió situar la imagen de una mujer para que evacuasen sobre su
cuerpo. Tal actuación, machista y discriminatoria con la Constitución en la mano,
constituye causa bastante como para que la autoridad competente clausure el
negocio sin más contemplaciones. Pero la autoridad competente, por lo visto, no
frecuenta ese establecimiento de bebidas y presumo que tampoco lo hace la
autoridad sanitaria, cuya obligación consiste, entre otros menesteres, en comprobar
la garantía de los productos de consumo expuestos sobre la barra, la limpieza
de la cocina y la higiene de los aseos. De haber vivido ahora, me hubiese
gustado conocer la opinión de José Antonio Garmendia respecto a lo narrado hoy
por Delfín en la prensa de Zamora, aunque ya dejó claro Antonio Burgos, cuando
prologó “La taberna de El Traga”, que
“en la taberna del Tragatapas nunca hubo tapas”. Siempre me quedará la duda de
saber si en “El Traga” había aseos.
Posiblemente tampoco. Sevilla no es Zamora ni lo pretende.
jueves, 20 de diciembre de 2012
Siente a un pobre a su mesa
En muchos hogares españoles
deberíamos sentar a la mesa a un pobre
en Nochebuena. Donde cenan cuatro, cenan cinco. Pero, aquel que esté dispuesto
a sentar a un pobre en su mesa deberá tener en cuenta ciertas premisas en
evitación de que el pobre en cuestión pueda sentirse incómodo. Los pobres
suelen ser muy triquismiquis cuando detectan determinados detalles indeseables.
Por ejemplo, cuando se le coloca un periódico por la hoja de las esquelas debajo
del asiento para que no pueda manchar el tapizado de la silla, o si nota cierto
distanciamiento familiar cuando le ponemos unos cubiertos de plástico de usar y
tirar, un vaso de cartón parafinado como los que utiliza McDonalds cuando
tomamos un “happy meal” y una servilleta
de papel. Al pobre hay que dejarle que coma a su albedrío y que pele los
langostinos del modo que Dios le dio a entender. Tampoco conviene darle la
barrila con eso del nacimiento del Niño-Dios y el humilde portal de Belén. Él
pobre, convertido en invitado por una noche, conoce mejor que nadie todos los portales y todas las bocas de metro, y
sabe lo que es pasar frío dentro de unos cartones y sin la compañía de la mula
y el buey. Al pobre, tampoco hay que entregarle, en el momento de despedirle,
una bolsa de plástico con la ropa vieja sacada del armario del abuelo difunto.
Los pobres detectan cuándo la familia desea quitarse lastre de la misma manera
que los perros nunca levantan la pata ni orinan en la puerta de la vivienda de
los agonizantes. Y de ninguna de las maneras se le debe invitar, tras la
copiosa cena, a ver la película “Plácido” en un cómo sillón de orejas mientras
toma a sorbitos una copita de anís “Manolete”. Recuerdo que, en cierta ocasión,
a mi abuelo no se le ocurrió mejor cosa que acercarse hasta la entrada de una
parroquia en la que pedía limosna un pobre de solemnidad, para hacerle entrega
de unos zapatos de color maleta que a él le quedaban estrechos. El pobre, muy
digno, los rechazó. Le dijo a mi abuelo algo así: “se lo agradezco de corazón,
pero yo siempre calzo zapatos negros”. Los pobres siempre se mueven en el
vaivén del columpio del decoro y hasta saben palmar de un modo respetable.
miércoles, 19 de diciembre de 2012
Don Gonzalo González de la Gonzalera
Tomo el título del costumbrista
José María de Pereda, donde se enfrentan dos concepciones del mundo distintas,
la simbolizada por Osmunda, don Lope y don Gonzalo y la representada por
Magdalena. Algo parecido a lo que acontece ahora, salvando las distancias. Ello
viene a cuento con las últimas declaraciones del presidente del CGPJ, Gonzalo
Moliner Tamborero, fundador y miembro destacado de Jueces para la Democracia, al haber
declarado a RNE que viajar en clase turista no da la mejor imagen para quien
preside el Poder Judicial y el Tribunal Supremo. Para mí que este magistrado ha
practicado un redoble de tambor circense con tales declaraciones. Los cargos
públicos, como los que él ejerce, ya están suficientemente bien retribuidos con
cargo al contribuyente y gozan, además del debido respeto al empleo, de coche oficial y de
guardaespaldas. Gonzalo Moliner es el sucesor de Carlos Dívar, el de los
famosos escándalos con sus conocidos viajes a Marbella y por los que se vio
obligado a dimitir. Gonzalo Moliner, que ya advirtió en su primera
comparecencia parlamentaria que el
futuro próximo de la Justicia
“no es en
absoluto prometedor”, y que serían necesaria la provisión de 409 jueces y
magistrados más, aunque “en la situación actual no es posible
debido a la crisis económica”, nos sale ahora con esos delirios de grandeza.
Para Gonzalo Moliner, a tenor de sus declaraciones, la clase turista es para
uso de la tropa. Sólo acierta, a mi entender, cuando supone que el futuro de la Justicia no es
prometedor. Le ha faltado decir que no es prometedor para aquellos que viajan
en clase turista, o sea, para la clase media, que no podrá pagar de ninguna de
las maneras las nuevas tasas judiciales adoptadas por el ministro Ruiz-Gallardón.
De ahora en adelante sólo se librarán de las nuevas tasas judiciales los pobres
de solemnidad, que sólo viajan de acera en acera en las grandes ciudades
rebuscando en los cubos de basura. Curiosamente, los pobres de solemnidad, que
cada vez son más en este país, tampoco acuden mucho a la Justicia. No tienen pleitos que
dilucidar y son de buen conformar.
Conllevan su cruz y dormitan cuando la sociedad les deja un hueco para cabecear
arropados con unos cartones del super. Como ciudadano corriente que respeta la
libertad individual, jamás me opondré a que Gonzalo Moliner Tamborero, otrora
chico del Colegio Salesiano de Burriana, viaje en clase preferente. Eso sí,
cuando sus desplazamientos sean privados y se los costee de su bolsillo.
martes, 18 de diciembre de 2012
Intolerable
La felicitación navideña del
presidente de la Comunidad
de Madrid publicada en su cuenta de Twitter es de mal gusto por lo que tiene de
racista. Cuentan en su descargo que “ha sido un error de su equipo”. Pues muy
bien, Ignacio González tiene dos caminos: o dimitir personalmente de todos sus
cargos políticos, o cesar de inmediato al responsable que ha pinchado en su enlace. La Derecha española tiene
un problema que debería hacérselo mirar.
En sus filas hay indivíduos que alientan la xenofobia y el racismo. Primero
dejan sin servicios médicos a los “sin papeles” y, a continuación, lanzan
mensajes rayanos en el nazismo. Eso sí, al verse criticados y en una situación
claramente comprometida, se limitan a pedir disculpas como si te hubiesen
empujado al caminar por la calle. Algunos tipos que mean agua bendita suponen
que pedir disculpas al atropellado en su dignidad equivale a acercarse al
confesionario para conseguir el perdón inmediato y hacer borrón y cuenta nueva.
Cualquier español da por hecho que las cuentas de Twitter de los presidentes de
Comunidades Autónomas, que forman parte intrínseca del Estado, tienen como una
de las más importantes funciones la de poder ofrecer información institucional
tanto a los medios como a los ciudadanos. De ninguna de las maneras puede
utilizarse como arma arrojadiza contra personas de distinto color de piel. Por
otro lado, mentar a los Reyes Magos en España, con la que está cayendo, es como
nombrar la cuerda en casa del ahorcado. Por desgracia hay muchos niños en
España que no tendrán juguetes, que todo lo más sólo pueden hacer una comida
diaria, y que observan desarmados moralmente y cautivos de una situación que no
entienden, cómo sus padres sufren un quinario insufrible
por culpa del desempleo y las amenazas de desahucio de sus viviendas por parte
de bancos y cajas de ahorro, para las que sí hay dinero. Visto lo visto, ya he
tomado la decisión de mandar al Estado a la mierda. Ignacio González: te escupo
en la cara.
El fin del mundo
Como viene a resultar que el
próximo viernes se acabará el mundo, si hacemos caso a los mayas, ya no parece
necesario que el Rey grabe su anodino discurso de Navidad; que los españoles
nos demos mal rato por el espinoso asunto de las hipotecas y de las amenazas de
desahucio; que Soria se “justifique” ante los pensionistas por la pérdida de su
poder adquisitivo, a los que se les va a
volver a subir un 7% el recibo de la luz
en enero; que Rajoy cuente lo que dice que le aconsejó Merkel y que más tarde ésta lo desmintió; que
Rubalcaba diga a Chacón que “hay que plantear un plan distinto para una
sociedad distinta”; que Montoro asegure que la Administración
pagará a 30 días a los proveedores cuando llegue el verano; que Wert entienda
que haya que hacerse un pacto de Estado sobre Educación; y que Draghi pida a
Rajoy más reformas. El próximo viernes se acabará el mundo y a tomar por el
saco las pompas y vanidades, los capelos cardenalicios, los “dolorosos
progresos”, los ERE colectivos, las recomendaciones de la OCDE, de la Conferencia Episcopal,
de los padres de la
Constitución, de la
OMS, del Génesis, que mantenía que el trabajo era una
maldición divina, y de la madre que parió a tanto falso profeta de la Economía. Hay demasiados
jóvenes licenciados sin padrino y excesivos asesores para unos sansirolés
políticos que intentan salvar el país jodiendo todo lo que tocan. Aquí ya no
caben más tontos. Nos han cercenado las piernas a la altura de la rodilla y nos
exigen que caminemos solidariamente hacia un precipicio donde, en su fondo, ya se
adivinan brotes verdes. Pero damos vueltas en una puerta giratoria sin salida
posible y siempre estamos en el mismo punto de partida. Nos acercamos a la Pascua de Navidad: “gloria
in excelsis Deo”. ¡Váyanse a la mierda! Ayer me quedé despierto hasta la
madrugada por ver en Televisión Española algo que resultó ser una recreación
infumable sobre la Operación Ogro.
Resulta que Carrero Blanco, después de asistir a misa y comulgar, subió al cielo de una azotea
dentro de un “Dodge Dart”. Franco dijo, una vez conocido el atentado, aquello
de que “no hay mal que por bien no venga”. Como escribió años más tarde Antonio
Gala en su “Cuaderno de la Dama
de Otoño”, “Franco, para llegar a providencial trepó sobre un millón de muertos,
y nuestros obispos garantizaron su providencialidad hasta cuando inauguraba un
polideportivo”. El próximo viernes puede ahorrarse Rajoy el Consejo de
Ministros. Los decretos-leyes de ese día nunca llegarán a plasmarse en el BOE
del día siguiente. Te lo prometo por Rigoberta Menchú.
sábado, 15 de diciembre de 2012
¡Pobre España!
Comenta Rufo Gamazo hoy en El
Correo de Zamora que “cuesta reconocerlo: una parte de la sociedad, la más
próspera, ha perdido la vergüenza; la otra, la empobrecida, se ha quedado sin
capacidad para escandalizarse”. Pues sí, es verdad. Unos y otros estamos
adormecidos ante unos acontecimientos que nos sobrepasan. Y la prensa de papel,
que necesita publicidad institucional para poder sobrevivir, se limita a
sobreponderar asuntos que a muy pocos lectores interesan, tales como que las
infantas no felicitarán las navidades en los christmas oficiales, que la figura
del rey “se ha recuperado mucho”, o que
Jaime Mayor Oreja ha sido investido doctor “Honoris Causa” por la Universidad Católica
San Antonio de Murcia, pese a haber sido “arrinconado” -como escribe Ussía- a
la “esquina europea, ese despacho sin mesa ni silla ni papeles ni lámpara en el
que fue depositado para no incordiar a los partidarios de los pactos y los
mejunjes”. ¿Qué mejunjes? Debería explicarse sin medias tintas para que podamos
entender a qué se refiere o dejar de escribir bobadas. Bueno, a nadie se le
escapa que existe una parte de la
Derecha, más a la derecha, entre los que se encuentran Aznar,
Acebes (“otro que cae muy mal a la retroprogresía”) y el propio Mayor, que presuntamente
desean arrinconar a Rajoy, al entender que no está cumpliendo las expectativas
del modo en que éstos las entienden, y ya le están haciendo la “pinza”, o el nudo de
Lambán, al actual presidente del Gobierno de forma solapada. Y mientras estas
cosas acontecen, la
Izquierda está en la inopia y la gente del PSOE en el tira y
afloja de primarias ahora, primarias más tarde. ¡Hay que ver la prisa que le ha
entrado a Chacón! No termina de enterarse esta señora que, aunque sólo fuese por
el hecho de haber formado parte del gobierno de Rodríguez Zapatero, debería
desaparecer de la escena política por la puerta de atrás y disfrazada de
lagarterana, de cabo furriel o de lo que sea, que da lo mismo, y dar paso a
otros militantes que no tengan el cerebro en erial y estén menos “contaminados”
políticamente. Rajoy, a mi entender, tiene la difícil papeleta de no saber por
dónde tirar en sus labores de gobierno, pero el actual consejero de Estado,
Rodríguez Zapatero, ¡qué risa!, sí sabemos a qué rincón del mundo nos condujo
por su impericia manifiesta.
martes, 11 de diciembre de 2012
Actuamos de figurantes
A propósito del pan, Manuel
Martín Ferrand nos recordaba hace unos meses la llegada a España del rey Carlos
III acompañado del despótico italiano
Leopoldo de Gregorio, más conocido como marqués de Esquilache, causante de un
motín sin precedentes en la villa de Madrid. Como bien señalaba Martín Ferrand (XL
Semanal, núm. 1267), el verdadero motín no fue por causa de los recortes de
chambergos y capas largas impuestos por ese siniestro personaje, sino que ello
sólo fue el estopín que causó la explosión de una ciudadanía harta por los precios
alcanzados en el pan, que había duplicado su precio. En la España actual se han
producido todo tipo de recortes (Educación, Servicios Sociales, Sanidad, etcétera)
y se han acrecentado considerablemente los precios de los productos de primera
necesidad por causa del aumento de la inflación y del Impuesto sobre el Valor
Añadido. De momento, los que nada tienen, se conforman mansamente con acudir a
determinados centros asistenciales en donde se les suministra por humanidad
algo que llevarse a la boca, o se les provee de determinados productos básicos
para poder echar al puchero. La figura de Leopoldo de Gregorio se ha partido
hoy como una ameba, pero no la ya conocida fusión binaria, sino en varios sujetos: Wert, Mato, Báñez,
Ruiz-Gallardón, Montoro, Pastor, Soria… Cada uno de esos políticos a la violeta
recorta por donde puede y esquilma por donde menos se espera. Pero los
españoles vamos teniendo una suerte parecida a la de aquel juanpedro de Parladé
indultado en Nimes por José Tomás, al que nadie le libró, sin embargo, de
recibir en el albero tres pares de banderillas y varias varas en todo lo alto
hasta el toque de clarín. Ya no se ejecuta en las tapias de los cementerios ni
en las cunetas como se hiciese tiempo atrás con los represaliados del
franquismo en un supuesto “por el bien de España”. Ahora las cerradas descargas
se efectúan en forma de decretos-leyes desde el Boletín Oficial del Estado y
tras cada Consejo de Ministros. El Gobierno que preside Mariano Rajoy, amparado
en la mayoría absoluta, no parece que sienta remordimiento alguno cada vez que tira de la
tijera podadora. Debe dar por hecho que somos resistentes, que sanaremos de las
heridas causadas durante la lidia en ese ruedo de la recesión y el peso de los
ajustes; y es consciente, además, de que eso de dormir a la intemperie dentro
de cartones y rebuscar comida en los cubos de basura se ejerce por puro
patriotismo solidario, y que actuamos de figurantes para incrementar la fascinación
de los turistas.
sábado, 8 de diciembre de 2012
Memorias y libros de cocina
Hoy, en el zaragozano Paseo de la Independencia, había
una fila que comenzaba en El Corte Inglés y daba la vuelta a toda una manzana
de la calle Zurita. Grande fue mi asombro. Supuse que regalarían algo o que los
niños irían acompañados de sus madres por ver a los Reyes Magos, que ahora
resulta que son andaluces y han cambiado la estrella de Belén por la foto de
una botella ampliada de fino “La
Ina”. Pero, ante mi sorpresa, no había niños en la inmensa
fila de pazguatas. Sólo mujeres de mediana edad y algún marido despistado con
chamarrilla de esas que no abrigan y cara de frío. Más tarde me enteré por un
camarero de que dentro de esos grandes almacenes se encontraba firmando su
libro “La vida iba en serio” Jorge Javier Vázquez, que para mí es el único
español que posee el don de la ubicuidad. Se trata de unas memorias de juventud
del actual presentador de “Sálvame”, que emite diariamente una cadena privada
de televisión. Pero hubiera sucedido algo parecido si esas memorias hubieran
sido de Belén Esteban o de Kiko Matamoros. A la gente que ve televisión hasta
en la cama lo que les atrae es ver al protagonista, que le firme un ejemplar
de su libro y poder estrecharle la mano. Que luego lean el libro, eso ya es
otra cosa. ¿Sucedería el mismo fenómeno social si el firmante fuera Julián
Marías o Antonio Gala? Supongo que no. Está claro que lo que no aparece en la
caja tonta no mola. Y una cosa trae otra. Todavía está reciente en la
televisión pública la emisión del culebrón inacabable “Amar en tiempos
revueltos”, que estuvo en pantalla nada menos que cinco años ininterrumpidos.
Pues bien, en aquella telenovela aparecía diariamente la familia que controlaba
el bar “El Asturiano”, o sea, Pelayo, Marcelino y Manolita. Y dos de ellos,
Manu Baqueiro e Icíar Miranda, hasta firmaron un libro de cocina que editó y
publicó Plaza & Janés, “La cocina de Manolita y Marcelino” con éxito de
ventas. Se trataba de un compendio de recetas españolas de siempre, acompañada de un ramillete de anécdotas sucedidas
durante los rodajes de la serie. Pero aquellas recetas culinarias no estaban
confeccionadas por los actores (ninguno de ellos sabe de cocina) sino por el
chef Xoxé
Cannas. Durante varias semanas, entre
noviembre y diciembre del pasado año,
Manu e Icíar hicieron giras por Madrid, Sevilla, Valencia y Zaragoza
firmando ejemplares de recetas viejunas, como diría Mikel López
Iturriaga, autor de un “blog” gastronómico el “El País” bastante interesante. Y
hasta puede que alguna señora hasta les preguntase cómo se hacía la salsa a la
tártara, los riñones de carnero a la mayordoma, o el lenguado a la Colbert, dando por hecho
que ambos, Manolita y Marcelino, se sabrían de carrerilla “El Practicón” de
Ángel Muro, o el recetario completo de Teodoro Bardají, maestro de los fogones
y cocinero durante casi cuarenta años de los duques del Infantado. Y de eso,
nada.
jueves, 6 de diciembre de 2012
Wert, torero de salón
Dice Wert: “Soy como el toro
bravo que se crece con el castigo”. Pues nada, en cada reunión que de ahora en
adelante tenga con los agentes sociales habrá que procurar que se le ponga en
la sala un microsurco con la música del Empastre interpretando “Amparito Roca”
o “Churumbelerías” con clamor y moscas. José Ignacio Wert, el actual ministro de Educación y Cultura, tiene, más
que hechuras de toro bravo, vocación de torero de salón. Imaginen al maestro
Wert, de nazareno y oro, haciendo el paseillo por el albero de una plaza de
tercera categoría, sin enfermería, más tarde citando al toro desde los medios,
creciéndose con el percal mirando al tendido y quedando bonito ante el
respetable. Pero Wert, el Niño de Rajoy, no es consiente de que hay que mantener el
tipo, no descomponerlo. Wert es apellido alemán que traducido significa
“valor”. Y a Wert no le falta valor ni tampoco cara dura. “¿Que esta ley no me
gusta? No pasa nada, la cambiamos”. Es capaz de lidiar hasta los toros de Guisando, que son de
piedra y no se mueven. El caso es aligerar la faena y, a poder ser, contar con
una buena crónica de Andrés Amorós al día siguiente, que para eso es Premio
José María de Cossío y crítico taurino del diario Abc. Ya decía Cela que “el
torero de salón no tiene ayuda. Se necesita, sobre ser torero, ser un gran
actor dramático para torear de salón. Decir ¡pasa, toro! a una silla que se
queda quieta es mucho menos normal que decírselo a un toro que, a lo mejor,
pasa tan deprisa que no da tiempo ni a terminar de decírselo”. Wert dice que se
crece con el castigo. Eso es venirse arriba, deseos de arrancarse por reboleras
y templanza frente al negro zaíno.
No hay nada que celebrar
De todas las noticias aparecidas
hoy en la prensa, llama mi atención la muerte de Paul Emil Breitenfeld,
artísticamente conocido como Dave Bruberk,
excelente pianista de jazz que cuenta con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Su famoso
Dave Brubeck Quartet contó con la inestimable presencia de Paul Desmond,
saxofonista fallecido en 1977 y que, posteriormente a la disolución del
cuarteto en 1967, hizo grabaciones musicales con Gerry Mulligan. Desmond es el
autor del ya clásico tema “Take Five”, que no me canso de escuchar en todas sus
versiones, aunque mi preferida sea la de 1966. Del famoso tema “Take Five” el
que sacó buen provecho fue Gerardo Díaz Ferrán, un sinvergüenza al que ha
metido en la cárcel el juez Eloy Velasco, no por ese “Llévate cinco” de Desmond
sino por un presunto alzamiento de bienes del tamaño de King Kong. Ahora dice la Casa del Rey que nunca ha
pedido a la infanta Cristina que se divorcie de Urdangarín ni que deje de ser
infanta. A mi entender, a los españoles no nos interesan en absoluto esas
cuestiones palaciegas con la que está
cayendo, que es tremendo. “Primum vivere, deinde
philosophare”. Hoy hace 34 años que los ciudadanos aprobaron la Constitución
Española y, en el tiempo transcurrido desde aquel ya lejano 6
diciembre de1978, nos hemos dado cuenta de que ese código guardado en el “Arca
de la Alianza”
de los buenos deseos se ha modificado en varias ocasiones sin contar con
nuestra aquiescencia. Los políticos utilizan descaradamente a los ciudadanos
una vez cada cuatro años para que voten unas listas cerradas que confeccionan
los partidos y, luego, si te he visto no me acuerdo. ¿Es eso una democracia? A
mi entender, no. Es una oligarquía de partidos de la más baja estofa. La Constitución Española
de 1978 fue una constitución consensuada desde el miedo. Debería modificarse y
hacerse otra más coherente y desde la libertad en unas Cortes constituyentes,
donde se preguntase a los ciudadanos algo que no se preguntó en su día, es
decir, la forma de Estado. En España no existían derechos dinásticos desde
1931. Cuando un rey perdió la corona por el hecho de marcharse de España, como
fue el caso de Alfonso XIII, carecía de valor aquel paripé de Franco en 1947;
cuando, mediante un referéndum amañado, como todos los que se hicieron durante
la dictadura, se decidió que España era un reino aunque sin rey. Un dato: la República nunca fue
derogada en el BOE. La decisión de crear las Cortes se tomó en 1942
ante la evidencia de que las potencias fascistas no podían ganar la guerra, y
era necesario ir tomando posiciones al lado de los aliados. Pero Franco se
reservó la posibilidad de legislar por decreto ley, sin necesidad del concurso
de las Cortes. ¡Toma ya! Y en 1966 se hizo un referéndum para corroborar la
continuidad del régimen y apoyar la ley de Sucesiones. Y a dedo nombró un año
más tarde sucesor a Juan Carlos de Borbón y Borbón-Dos Sicilias, pasando por
alto los “derechos” que reclamaba su padre, Juan de Borbón. Así quedaba todo “atado y
bien atado”. Tan atado que no hubo forma de desenmarañar aquel nudo gordiano. Si
les digo la verdad, no hay nada que celebrar mientras existan seis millones de
desempleados, un veinte por ciento de la población española en la miseria, se
hayan detraído recursos en Sanidad y Educación y tengamos un Gobierno del PP
que, además de despreciar a los jubilados de forma infame, ha incumplido todas
sus promesas electorales.
martes, 4 de diciembre de 2012
El bestseller del Papa
El Papa revelaba hace tan sólo
unos días en su libro “La infancia de Jesús” (Planeta) que eso de la mula y el
buey nada tiene que ver con el portal de Belén y el nacimiento de Cristo. Y
ahora cuenta que los Reyes Magos no procedían de Oriente sino de la antigua
Tartessos, es decir, de Andalucía. Ya verán como en el siguiente libro de
Joseph Ratzinger (este es el último de una trilogía) nos describe que Melchor
era pariente lejano de Manolo Caracol; Gaspar, de La Paquera de Jerez; y Baltasar,
de Antonio Machín, que no se apellidaba Machín sino Lugo y que dio su ultimo
concierto en Alcalá de Guadaíra, el pueblo que gobierna Antonio Gutiérrez
Limones y que cobra tasas municipales hasta por cambiar de bidé, como ya
señalaba ayer en mi post. Esas novedades, cuando salen de la pluma del Papa, se
venden como rosquillas. De hecho, este último libro teológico-simbólico de su
trilogía, que salió a la venta el pasado 21 de noviembre, ya se ha convertido
en el número uno en todas las librerías y ya va por su tercera edición. Apuesto
doble contra sencillo a que se venderán más ejemplares de su libro que los de
las memorias de José María Aznar y las de José Bono juntas. Lara, que se quiere
marchar de Cataluña si ésta se escinde de España, nunca da puntada sin hilo y
ahora ha encontrado un buen filón con las Obras Completas del Papa. Pues nada,
quitaremos del belén a la mula y al buey, pondremos medias granadinas en vez de
villancicos y al caganer lo vestiremos de Tío Pepe para que la fiesta no
decaiga. Hay que atiborrar de rendibúes
a los Reyes Magos, que son los que nos depositan en casa los regalos de cada
Epifanía, nos ahorran más de ocho millones de euros en los Presupuestos
Generales del Estado y, además, carecen de yernos, al menos mientras Ratzinger
no confirme su existencia en el siguiente bestseller.
lunes, 3 de diciembre de 2012
Las tasas del alcalde Gutiérrez
Leo en el diario Abc de Sevilla
que el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra, que tiene una deuda viva, sin
incluir acreedores y proveedores, de 63.764.000 euros, ha decidido cobrar tasas
a los vecinos por hechos tales como pintar
el piso, cambiar el lavabo o reemplazar las persianas. Este ayuntamiento, que
desde 1995 tiene como alcalde al socialista Antonio Gutiérrez Limones y que en
2001 le puso a Guadaira el acento en la “i” como normalización ortográfica (así
fue plasmado en el BOE 097 de 23/04/2003), supongo que contará con una red de
espionaje similar al existente en la
Europa del Este durante la Guerra Fría y que, diariamente,
esos confidentes “soplarán” al oído de Gutiérrez aquello que escuchen en el bar, verbigracia:
“ he oído que Manolo, el hijo de la
Flaca, ha comentado a Ricardo, el del chalé junto al
despoblado de Gandul, que pretende aprovechar el fin de semana para hacer unas
chapucillas en la cocina”, o “parece ser que Antonio, el que habita en la
subida al castillo de Marchenilla, ha perdido las llaves y quiere cambiar la
cerradura”, y así. Entonces, Antonio
Gutiérrez Limones, pondrá el acento sobre las ordenanzas municipales como antes
lo hizo sobre la palabra Guadaíra, y ordenará al alguacil Pedroche que se pase
por los alrededores con aire despistado, como si fuese a comprar tabaco, por
ver si pilla a ese vecino “in fraganti”, es decir, con la paleta de amasar el
yeso en la mano o empuñando el destornillador de estrella y los alicates, y así
poder levantar el correspondiente informe y aplicar las oportunas tasas por no
haber rellenado con anterioridad el impreso de “Declaración de obra menor”. Seguro
que los vecinos no harán crítica alguna mientras se toman el carajillo y juegan
a la brisca, conscientes todos ellos de que la correcta actuación y el celo del
alguacil Pedroche aminorarán la deuda pendiente de 935’51 euros por cabeza, que
es una pasta.
sábado, 1 de diciembre de 2012
Ojo a la bici
El diario Heraldo de Aragón, en
su versión digital, cuenta hoy una noticia en primera página que parece sacada
de “La Codorniz”.
Señala: “Un ciclista
de 23 años atropelló este viernes [por ayer], alrededor de las
21.30, a una mujer de 66 años que cruzaba por la avenida de San José de
Zaragoza. El joven, P.B., arrojó un resultado que superaba la tasa penal
establecida para conducir vehículos a motor (0,60 mg de alcohol
por litro de aire espirado) en las pruebas de etilometría, mientras que la peatón fue
trasladada en ambulancia a un centro hospitalario, donde
se le diagnosticaron lesiones de pronóstico reservado”. Comprendo que no está
nada bien ir arrollando transeúntes por las calles. Es de mala educación. Pero
hacer soplar en el etilómetro a los ciclistas por parte de los guardias es de
tebeo, por más que esté contemplado en el artículo 30 de la Ordenanza de Circulación
de Peatones y Ciclistas y fuese publicado en el número 157 del BOPZ con fecha
11.07.2009. También se da por hecho que los alcaldes y ediles no deben
atropellar a la ciudadanía trincando lo que no es suyo ni derrochar en
chorradas injustificables el dinero público. Lo de aplicar el etilómetro a los
ciclistas y comparar al que pedalea con el que conduce un camión de reparto o
una motocicleta es exagerado además de una astracanada. Es como si un policía
local pidiera la licencia de armas a un ciudadano que se entretuviese
disparando con carabina de aire
comprimido en una barraca de feria, o sea.
jueves, 29 de noviembre de 2012
Caciques y gurriatos
El doctor en Filosofía don
Pancracio Celdrán Gomáriz, en su “Inventario general de insultos” (Ediciones de
Prado, 1995), diferencia claramente entre cacique y gurriato. Respecto al
primero de ellos, Celdrán hace referencia a la persona listilla, que siempre
quiere imponer su opinión. Respecto al segundo, adopta dos acepciones: cerdo
pequeño y cría de gorrión, respectivamente. En ambos casos, don Pancracio los
utiliza como términos insultantes. Otro autor, José Ruiz Guirado, nos recuerda
en un espléndido artículo, además de lo que acabo de exponer, que don Manuel
Azaña, en “El jardín de los frailes”, nos advirtió:
“Normalmente los españoles somos poco propensos al libre examen, a valernos de
nuestra razón personal…”. Todo lo que aquí manifiesto, viene a cuento con el
informe bienal que ha hecho la
OCDE, donde aparecen doce recomendaciones al Gobierno, tal y
como ha expuesto un tal Gurría, no sé muy bien si cacique o gurriato, todas ellas con un buen fin, aunque no sabemos para quién; es
decir, un detallado informe en el que la OCDE hace votos para que se acabe de una jodida
vez la paciencia del pueblo soberano y que explosione con consecuencias
imprevisibles esta olla exprés sin válvula de seguridad en la que se ha
convertido el Reino de España. Las recomendaciones hechas por ese tal Gurría,
no sé si cacique o gurriato, en el informe bienal de esa Organización son de
gran calado y de un vergonzoso desprecio hacia los casi seis millones de
ciudadanos que lo están pasando mal. Entre esas recomendaciones, se exhorta
subir el IVA hasta el 21 % a más bienes y servicios; abaratar más aún el
despido improcedente; hacer permanente la fiscalidad sobre los inmuebles; habilitar
periodos más extensos para los contratos de formación (ahora pueden durar hasta
los 30 años); y, lo que me parece más grave de todo: “se podría ahorrar en las
pensiones de viudedad a futuro, dada la alta participación de las mujeres más
jóvenes en el mercado de trabajo, de tal forma que la prestación se concentre
en los casos de necesidad”; recomienda mayores subidas de precios en el recibo
del agua para que reflejen más adecuadamente su coste; etcétera. Es un informe, a mi entender, que anima más al
desánimo de los ciudadanos en general que a sacar a España de su marasmo. Con
recomendaciones de este estilo, a lo único que alienta la OCDE es a hacer una fogata en
el interior de un polvorín. No es esto, no es esto.
lunes, 26 de noviembre de 2012
El día después
Hoy toda la prensa comenta los
resultados de las urnas en Cataluña ayer. Artur Mas ha amasado un pan como unas
hostias y le ha hecho un favor a Esquerra Republicana, después de, como bien
señala José Oneto en República.com, “tensar las relaciones con el resto del
país hasta unos extremos intolerables, chantajear al presidente del Gobierno de
España con el Pacto Fiscal, construir todo un prontuario independentista
prometiendo ser un nuevo Estado en Europa que iba a superar en renta y en
bienestar incluso a los países nórdicos, [y] montar una campaña electoral que
ha costado más de 30 millones de euros cuando el paro afecta a casi 200.000
personas”. Eso le ha pasado a Artur Mas por pasarse de listo. También la prensa
cuenta que los duques de Palma han visitado al rey Juan Carlos en el Hospital
Quirón San José. En cuestiones familiares es mejor no opinar. Ya lo dice el
refrán: más sabe el tonto en su casa que el listo en la ajena. Al final ya
verán como el “caso Urdangarín” se disipa como el humo de un pitillo. ¿Todos
somos iguales ante la Ley?
Ja, eso no se lo cree ni el que asó la manteca. Uno, que ya peina canas, es
consciente de que mala cuña es la de la propia madera. José Luis Martín Prieto,
en La Razón,
solicita de Botella una calle para Melchor Rodríguez, el delegado de prisiones
en Madrid que ordenó el toque de queda desde las siete de la tarde hasta las
siete de la mañana para evitar sacas nocturnas con destino a Paracuellos. Pues vale, que se la concedan
sin pérdida de tiempo. Pero tal propuesta, a mi entender, debería haberla hecho
en su día el diario Abc (el “verdadero”, como dice Anson); o sea, cuando era propiedad de Prensa Española.
Posiblemente Melchor Rodríguez salvó la vida, entre otros muchos, a los
hermanos Rafael, Cayetano, Ramón y Daniel Luca de Tena. En el fondo, lo que le
molesta a Martín Prieto es que le hayan concedido una calle en Madrid a Santiago Carrillo. Ahí le duele. Martín
Prieto debería saber que todo en esta vida es relativo y que lo malo nunca es
bueno hasta que sucede algo peor. Y aquí ocurrieron cosas peores después de
1936 y vergonzosamente se intentan silenciar por ver si se olvidan.
viernes, 23 de noviembre de 2012
¿Qué diría Brenan?
En este laberinto español parece
algo anormal que se haya suprimido el homenaje a Franco del próximo día 2 de
diciembre en un edificio de titularidad pública. No critico que exista la Fundación Francisco
Franco, de la misma manera que no me parecería mal que existiese una Fundación
para la Cría de
Caracoles en Mansilla de las Mulas. Lo que sucede es que el Palacio de
Congresos de Madrid es un edificio propiedad del Estado y que en España, por
fortuna, está en vigor la Ley
de la Memoria Histórica.
Pretender ensalzar a estas alturas del siglo XXI la figura histórica de un
tosco militar golpista alzado por la fuerza de las armas a la Jefatura del Estado está
fuera de lugar. Proyectar hacer ponderaciones encomiásticas ahora, con la que
está cayendo, tratando de sublimar la triste figura de un generalito
africanista de voz atiplada, que no dudó en ejecutar a todo el que le molestaba
y que dejó a España postrada en un inmenso atraso, produce pasmo entre los demócratas.
Y que para tal prevista deferencia se hubiese pensado su ubicación en un
edificio de Turespaña (donde, oh casualidad, ejerce de funcionaria Esperanza
Aguirre), adscrito al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, provoca abatimiento.
En este país, donde la
Justicia será para los pudientes si prosperan las tasas de
Gallardón, donde los trabajadores no tienen árbol en el que ahorcarse,
donde Sanidad y Educación han sufrido
severos recortes, y donde en el Congreso de los Diputados se aprueba lo que le
viene en gana a los componentes de un Partido Popular siempre amparado en su
mayoría aplastante, resulta que nos encontramos, como diría F. Mateu,
“manejados por una masonería de intereses aconchabados en los diferentes
organismos de nuestra Administración”. Y eso lleva a que “parezca normal” lo
que no lo es.
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