domingo, 30 de octubre de 2022

Del Tenorio a "Halloween"

 


La costumbre de representar “Don Juan Tenorio” en los teatros españoles coincidiendo con los primeros días de noviembre está desapareciendo. La obra del vallisoletano José Zorrilla se estrenó en Madrid el 28 de marzo de 1844 pero no duró mucho tiempo en cartel. Su autor terminó por vender el libreto por 4.200 reales de vellón al editor Manuel Delgado. Dieciséis años más tarde, esa representación teatral se hizo famosa entre el público. El espectador es así de mudable. La segunda parte de esa obra se desarrolla en el interior de un cementerio. En realidad es una versión seudorromántica de “El burlador de Sevilla”, de Tirso de Molina. El acto final tiene lugar en la noche de Todos los Santos; y a lo largo de la obra, sobre todo en la segunda parte, como digo, los muertos cobran vida y hasta hay apariciones de fantasmas. Decía Jaime  Campmany que “hay gente que siempre está esperando que se muera algo, da lo mismo que sean los toros, las procesiones, el teatro o los periódicos”. Ahora se ha puesto de moda por estos pagos el Halloween (en inglés All Hallow´s Eve), una celebración internacional importada donde se mezclan danzas, sustos, bromas y caramelos. Se trata de una fiesta con 3.000 años de antigüedad en la que los celtas celebraban su año nuevo, el samhain, en la creencia de que esos días los espíritus, las hadas y los demonios caminaban entre ellos. En aquellos rituales, donde se ponían caretas, se intercambiaba ropas hombres y mujeres, se sacrificaban animales y se encendían hogueras, se despedía a Lugh, el dios del Sol, y se daba la bienvenida a las noches cortas y frías que traía consigo el otoño. Hubo varias versiones de aquella tradición que en 1840 llevaron a Norteamérica los primeros emigrantes irlandeses. En la actualidad sobre la fiesta de Halloween existen muchas leyendas urbanas, todas ellas terroríficas aunque carentes de fundamento. Pero no debemos olvidar la tragedia en Seúl durante la celebración del Halloween, donde ya se llevan contabilizados 154 fallecidos.

A las puertas de noviembre

 


Cada año, al llegar noviembre, algunos articulistas trasnochados y anclados en la nostalgia vuelven a echar en cara a no sabemos quién (donde siempre se incluye a Santiago Carrillo como si fuese la sal y el vinagre de aquella ensalada) las “sacas” de Madrid en 1936. Y los lectores, que bastante tienen ya con la que está cayendo, intentan, sin conseguirlo, tratar de entender una epopeya en la que no participaron por haber nacido más tarde. Hoy, Alfonso Ussía, en El Debate, publica un artículo, “Don Ramiro, el ingenuo”, para ir calentando motores. Señala que “Maeztu fue de izquierdas mientras perteneció a una familia rica y de derechas cuando se enfrentó a las necesidades de una familia humilde”, para terminar diciendo que “hoy España es una nación gobernada por sinvergüenzas y traidores, y con una Oposición que no sirve para nada”. En efecto, Ramiro de Maeztu y otras 31 personas fueron fusilados el mismo día en el cementerio de Aravaca. Era el malhadado 29 de octubre de 1936. Lo que no cuenta Ussía es que, en  1931, Maeztu abogaba por la instauración de una  “monarquía militar” en España al frente de un rey-dictador; que un año más , en 1932, mostraba su admiración por Hitler y era partidario del antisemitismo, de lo que queda constancia en diversos artículos suyos publicados en el diario ABC y en otros medios; y que, en 1934, tras los sucesos de  Asturias y su huelga revolucionaria, Maeztu señalaba la necesidad de “llevar a cabo una represión ejemplar que dejara a España pacificada por una o dos generaciones”. Ahí lo dejo. En 1974 le fue otorgado por Franco el título de conde de Maeztu a título póstumo, que recibió su único hijo, Juan Manuel Maeztu Hill, entonces casado con Nellie Manso de Zúñiga, hija de un militar (Manuel Manso de Zúñiga y López de Ayala, fallecido en la Batalla de Guadarrama). Título nobiliario que permanece vigente hoy en la persona de Ramiro de Maeztu Manso de Zúñiga, esquivando  la reciente Ley de Memoria Democrática que acaba de dejar sin efecto 33 títulos nobiliarios concedidos durante el franquismo. El cementerio de Aravaca, de titularidad pública del Ayuntamiento de Madrid, todavía conservaba hasta ahora en sus tapias tres escudos: el del águila preconstitucional, el de Falange Española Tradicionalista y de las JONS y un tercero perteneciente a los Reyes Católicos, junto al mensaje “Por Dios y por la Patria ¡Presentes!”. En la foto que acompaño puede verse el momento de una misa oficiada por Martínez Camino, obispo auxiliar de la Archidiócesis de Madrid, en honor de los “mártires de la Cruzada” y llevada a cabo por ese jesuita reaccionario el 1 de noviembre de 2017. Una “cruzada” que alumbró una dictadura  nacional-católica durante casi cuarenta años, donde el nombre de aquellos “mártires” aparecieron en placas situadas en los muros de las parroquias, precedidos por el nombre del Ausente. Como recordaba el historiador Julián Casanova en su libro “La Iglesia de Franco”, “los otros muertos, los miles y miles de rojos e infieles asesinados, no existían, porque no se les registraba o se falseaba la causa de la muerte, asunto en el que obispos y curas tuvieron una responsabilidad destacadísima”.

sábado, 29 de octubre de 2022

Domeñar al basilisco

 


En febrero de 1941 ardió Santander por un desastre natural iniciado en la calle Cádiz, donde las llamas se alimentaron de un viento sur que devoró gran parte del casco viejo. El resultado fue de 10.000 damnificados, 120.000 metros cuadrados de escombros, 508 comercios destruidos, 115 heridos y un fallecido, el bombero Julián Sánchez. Más tarde, el Ayuntamiento expropió toda la zona devastada y comenzaron las especulaciones. Solo dos de los 400 edificios afectados fueron reparadas: la Catedral, cuya fachada no quedaría igual,  y la Iglesia de la Anunciación, también conocida como Iglesia de la Compañía, Pues bien, Cantabria está siendo ahora una comunidad autónoma a la brasa. Como consecuencia de varios incendios forestales provocados en Arenas de Iguña ha sido necesario cortar la vía del ferrocarril entre Los Corrales de Buelna y Las Fraguas.  También, el primer tren “Alvia” con destino a Madrid ha tenido que quedar retenido en Torrelavega y los viajeros  se han visto obligados a proseguir viaje en autobuses. Pero existen otros focos activos y la comarca de El Besaya está siendo la más perjudicada.  El presidente Miguel Ángel Revilla mantiene que “en todos los casos esos fuegos han sido provocados por terroristas”. Según El Diario Montañés, se han producido 56 incendios (El diario Cantabria eleva esa cifra hasta 61) en un día y las fuertes rachas de viento sur y una temperatura nocturna que rondaba los 25 grados han hecho difíciles las labores de extinción en el Alto Campoo. A ese desastre hay que añadir la ola de inseguridad y la tensión en aumento que existe en Cueto, a menos de 4 kilómetros del centro de Santander, con pillaje y una constante oleada de hurtos en viviendas. La Asociación de Vecinos -según leo hoy en el diario Cantabria- critica la falta de profesionalidad de las compañías que venden sistemas de alarma. Según afirman, "aprovechan la ocasión para vender sus productos de protección sin ningún escrúpulo, creando más sensación de inseguridad y miedo, provocando decisiones equivocadas en cuanto a la protección de nuestras viviendas. Esas compañías  se están comportando como buitres al olor de la sangre, desplegando por la zona todo un batallón de vendedores de alarmas…”. Es, a mi entender, la misma ocasión que aprovechan algunas clínicas privadas para vender “salud” mediante la aportación de una pequeña cantidad de dinero mensual, ante la evidencia del malestar reinante por las deficiencias en la Seguridad Social (transferida a las Autonomías) y sus abultadas listas de espera en la sanidad pública. Recuerdo cuando en la reciente “fiebre del ladrillo”, los promotores de viviendas se sirvieron de una determinada etnia para la vigilancia nocturna de campas con cabrestantes, grúas, ferrallas, chapas de encofrar y otros materiales de construcción. Suponían aquellos promotores que aquella era la fórmula ideal para evitar hurtos. En los cerramientos era común ver carteles donde ponía “Prohibido lelar a cote” (que significa en caló “no se puede robar aquí”) y un poco más abajo la firma del patriarca. Resulta imposible la labor de intentar exorcizar a Satanás, pretender domeñar a un tigre a base de carantoñas, o mantener las buenas composturas frente a un basilisco nacido del huevo de una gallina y empollado por un sapo, capaz de matarte con la mirada, salvo que te encuentres bajo la protección de san Trifón. Existe una pintura al temple sobre tabla de Vittore Carpaccio conservada en Venecia donde Trifón curó a Gordiana, obsesionada con un demonio en forma de basilisco, con cuerpo de león, alas de pájaro, cola de reptil y cabeza de burro. Arde Cantabria por los cuatro costados, nos venden salud en cómodos plazos, ponemos al zorro a cuidar a las gallinas y los vendedores de alarmas hacen su agosto por la inseguridad reinante. De nada sirve que Revilla lleve anchoas de Ondárroa  a la Moncloa por disipar el maleficio, o poner alarmas en casa si olvidamos la clave de su funcionamiento. No se trata de matar al basilisco, sino de contar con la protección del santo.

viernes, 28 de octubre de 2022

El tocino y la velocidad

 


En cierta ocasión escuché en el andén de una fría estación de tren una discusión acalorada entre dos tipos que se conocían sobre no recuerdo qué asunto. El caso es que, en un momento determinado, uno de ellos le dijo al otro: “Te rebato esa dosis”. Yo supuse que quiso decir “te rebato esa tesis”. Rebatir significa rechazar la validez de una idea mediante argumentos. Y tesis es afirmación de lo que se expone después de haber sido contrastado. Dosis, en cambio, es la cantidad de algo que se ingiere en una toma. No le di más importancia. Me monté en el convoy y, ya en mi asiento, miré por la ventana la manera en que corrían los paisajes llenos de rastrojos frente a mi distraída mirada. Es evidente que los paisajes permanecían inamovibles, pero la sensación del viajero era esa. Confundir  tesis con dosis (escuchado a dos tipos anónimos), candelabro con candelero (Sofía Mazagatos), aborigen con vorágine (David Bisbal), cólico frenético con cólico nefrítico (Terelu Campos), transferencias de sangre con transfusiones de sangre (ciclista  Armstrong) son cosas que pueden suceder y de hecho suceden. Lo malo es cuando confundimos el tocino con la velocidad y el culo con las témporas. Todavía recuerdo la surrealista explicación del Gobierno socialista, presidido por Sánchez, intentando justificar el posible pago por el uso de las autovías: “Ese posible peaje destinado a conservar las vías fomentará la igualdad de género”. Menos mal que leyendo OKdiario todo quedó mejor amueblado en mi cabeza, al señalar ese diario digital que “las actuaciones financiadas con este programa presupuestario ayudarán a la vertebración de los territorios y a la movilidad de la población tanto femenina como masculina, lo que redundará en la mejora de las condiciones laborales y personales de ambos sexos”. Cuando se mezclan unas cosas con otras, o sea, churras con merinas, el resultado puede ser catastrófico. Pero lo primero que hay que saber es a qué nos referimos con el tocino para diferenciarlo de la velocidad. El tocino es un arbusto trepador silvestre, con ramas cubiertas de espinas, hojas muy finas de color verde claro y flores en cabezuela. O sea, se trata de desvincular dos cosas que no tienen una relación aparente, por mucho que dé la sensación al viajero de que son los tocinos y no el tren los que corren en el paisaje estepario español cuando nos movemos por inercia a una cierta velocidad.  

jueves, 27 de octubre de 2022

El pío Lambán

 

Este mes de octubre nos enterábamos los aragoneses de que la Diputación General de Aragón, que preside el socialista Javier Lambán, había subvencionado al santuario central del Opus Dei, Torreciudad, situado en Secastilla  junto al oscense pantano de El Grado, con 29.270 euros como “promoción turística” porque, según  parece, recibe 150.000 peregrinos al año. Esa ayuda  se incluye dentro del programa de apoyo a "entidades privadas turísticas sin ánimo de lucro para actuaciones de promoción turística", que desarrolla la Consejería de Industria, Competitividad y Desarrollo Turístico, presidida por Arturo Aliaga, del PAR (Partido Aragonés). El pasado 27 de septiembre el Gobierno de Aragón había concedido la Medalla al Mérito Turístico a ese santuario; y ayer, 26 de octubre, el papa Francisco recibía en el Vaticano a Lambán y al arzobispo de Zaragoza, Carlos Escribano. Lambán le pidió al Papa que “rehabilite” de alguna manera a Benedicto XIII, coincidiendo el próximo año con el sexcentésimo aniversario de su muerte en Peñíscola para que deje de ser considerado antipapa. Según sostiene Lambán, el illuecano Pedro Martínez de Luna fue el gran promotor del Compromiso de Cape y uno de los clérigos que auspiciaron la boda clandestina de los Reyes Católicos en 1469, en Valladolid, para lo que fue necesario falsificar documentos, es decir, una bula de Pío II, que llevaba cinco años muerto. Aquel engaño les costó la excomunión a los dos contrayentes y al enfrentamiento de Isabel con el titular de la corona de Castilla, Enrique IV. Posteriormente, la Bula de Simancas legitimó el matrimonio. Ambos eran bisnietos de Juan I de Castilla y de Leonor de Aragón. Por aquello de que el Pisuerga pasa por Valladolid, aprovechó Lambán para recordarle al papa Francisco la buena relación de Aragón con el papado desde el año 1069, cuando Sancho Ramírez visitó a Alejandro II para conseguir que el Papado legitimara el naciente Reino de Aragón hasta entonces condado de Navarra, y que obtuvo tras el pago de un importante tributo y de declararse vasallo del obispo de Roma. De paso, Lambán invitó al papa Francisco a visitar Aragón. Del coste económico de esa posible visita no hablaron. Lambán sabe que dispara con pólvora del rey. Parece increíble cómo una Comunidad que tiene listas de espera para operaciones en hospitales públicos de casi un año y visitas a ambulatorios de semanas, se permita el lujo de hacer  esos brindis al sol, o sea, subvencionar a una secta católica de ricos con dinero público por “promocionar -dicen- el turismo religioso”; hacer un viaje a Roma innecesario a todas luces; e invitar al Papa a visitar Aragón sin considerar de antemano los costes para el Estado que ello acarrearía. El pío Lambán, a mi entender, ha perdido el oremus, o no se entera de la que está cayendo. Haría bien en dejar un cargo político que le viene grande y marcharse a ejercer de sacristán en un cenobio. Con algo de suerte, leyendo “Camino” y aplicándole la Iglesia el procedimiento de urgencia hasta podría llegar a los altares a la alta velocidad de Escrivá de Balaguer, que fue un visto y no visto. Bueno, le faltaría el milagro necesario para ser inscrito en el Libro de los Santos. El milagro de Escrivá fue la curación de una monja carmelita desahuciada por los médicos  en 1976. El prodigio de Lambán está todavía por producirse, aunque todo llegará si sigue haciendo caso al iluminado  Arturo Aliaga y manteniendo un contacto estrecho con la Divinidad a través de Carlos Escribano, ese arzobispo de cara bonachona y aspecto de pulpeiro lucense.