viernes, 7 de noviembre de 2025

Toreo de camarín

 

Leo con estupor una noticia (que más parece un comentario) aparecida en Vozpópuli y firmada por Luis Casal, que dice lo siguiente: “Sánchez exige elecciones en la Comunidad Valenciana mientras se niega a convocar las generales”. Lo que dijo Sánchez en la cumbre climática de la ONU es que se debe convocar elecciones en la Comunidad Valenciana en lugar de pactar con Vox. La dimisión de Mazón ya ha aparecido en el BOE, con que lo lógico en estos casos es que se elija un nuevo mandatario regional de inmediato o que los valencianos vayan a las urnas, como parece ser que demandan. Mazón ha demostrado ser un miserable de mucho cuidado, con poca empatía y una nula capacidad de mando, Feijóo no desea que se convoquen nuevas elecciones por miedo a perder el gobierno en esa Comunidad, y Abascal, que parece tener la llave maestra en este entuerto, se frota las manos como Pilatos. Les ayudará si el PP cede a sus pretensiones: freno a la política verde y contención a  la inmigración masiva. No hay que olvidar que Mazón pactó los presupuestos con Ignacio Garriga después del desastre de la dana a cambio de ponerle nuevas zapatas a ese par de frenos señalados. El caso del PSOE es distinto. Sánchez, como presidente del Gobierno de España, puede convocar nuevos comicios cuando lo desee, del mismo modo que puede intentar terminar la Legislatura aunque carezca de los apoyos de Junts. Cuando se está en manos de la ultraderecha, como le sucede al gobierno valenciano, hay que tragar sapos y agachar la cerviz, o sea, permitir políticas machistas, racistas y recortes en derechos. A Feijóo le va a suceder lo que a los gatos calabaceros, algo que ya expliqué en mi chat de hace unos días. Se le está quedando cara de torero de camarín de peinado y aseo. Cualquier día, a no tardar, se hará una foto junto a un toro de Guisando, mirará como cuentan que miraba Manolete a dos o tres ancianos que salgan a tomar el sol, y les dirá entre un dulcísimo revolar de sonrosados serafines: “¡Va por ustedes!”.

 

Laminerías monacales

 

 

Ayer escribía sobre el cocido en todas sus variedades, ese alimento contundente que a nadie deja insatisfecho. Y decía, recuerdo, que hay cocidos que se toman al revés, dejando para el final la sopa. Tiene su explicación en el cocido maragato, donde los arrieros decían aquello de que “si sobra, que sobre la sopa”. En todo gesto humano hay un orden de prioridades por una razón de supervivencia. En la Maragatería, como digo, también hay un orden de prioridades con respecto al cocido tradicional. Primero se come la carne, o sea, el chorizo, la morcilla, el tocino.., después, la col con los garbanzos, y más tarde, si queda tiempo, la sopa. A los viejos leoneses de Astorga queda poco por enseñarles por la experiencia y fuerza de la costumbre. Allí se fabrican las mejores mantecadas, las que hacían cada madrugada en el convento  del Sancti Spiritus y que se popularizaron con la llegada del ferrocarril. Las mujeres acudían al andén y durante las paradas de los trenes vendían su exquisito producto por las ventanillas a los viajeros. Su popularidad llegó por el boca a boca. Su origen se remonta a hace más de 200 años. Ya se describen las mantecadas en 1805, cuando los reposteros Máximo Matheo y Francisco Calvo se convirtieron en proveedores del Seminario durante las navidades. Parece ser que una monja exclaustrada, Josefa González Prieto, las comercializó. En 1850, Balbino Cortés Morales, en su “Diccionario Doméstico. Tesoro de las familias o Repertorio Universal de Conocimientos útiles” (1876), aporta una receta de esa laminería que, de paso, sirvió para que se crease el oficio de las cajilleras, cuya misión consistía en plegar los cuadrados de papel que servían de envase, como sucede con los sobaos pasiegos o con los papeles plisados de las magdalenas. El primero de esos productos comercializados los llevó a cabo la empresa “La Perla Astorgana”. Desde entonces varios anuarios han mencionado la importancia de las fábricas de mantecadas en Astorga. Verbigracia: el ‘Anuario Bailly-Bailliere’ (1891, p. 1495) hace referencia a 12 fabricantes de mantecadas. También, el ‘Anuario Riera’ (1901, p. 1167) señala 11 fábricas de mantecadas, y  el ‘Anuario Bailly-Bailliere’ (1916, p 3179) cita el nombre de 9 fabricantes, e incluye  el anuncio publicitario de dos obradores. Según la Cámara de Comercio de Astorga, la facturación de mantecadas por ferrocarril en 1930 fue de 188.710 kilogramos. En la actualidad es el único dulce con D.O. Castilla y León. Pero León (la región con sus tres provincias que nunca debió unirse formando comunidad autónoma con la resabiada,  caciquil y amputada Castilla la Vieja) tiene otros productos que, a mi criterio, no le van a la zaga. Se trata de los famosos “nicanores” de Boñar, con hojaldre, huevo, mantequilla, azúcar, vino y sal. Y no hay que echar en saco roto los gloriosos amarguillos almendrados que hacen las monjas dominicas del Monasterio Sancti Spiritus el Real, en Toro (Zamora), fundado en 1307 por Teresa Gil, enterrada en el coro. Setecientos años de estancia monacal dan para mucho.

 

jueves, 6 de noviembre de 2025

Platos de cuchara

 

 

No cabe duda de que los platos de cuchara están de moda. Solo falta que  los restaurantes de postín vuelvan a llamarse “casas de comidas”, que es lo que realmente son. Leo en la prensa local que en Zaragoza comienza la “Ruta del cocido”, que durará desde el 15 de noviembre hasta el 15 de marzo. Haciendo bueno aquello que dijo Gregorio Marañón de que “el cocido había salvado más vidas en la España de la posguerra que la penicilina”, aparece en la prensa, como digo, una larga lista de los establecimientos y los días que harán la sopa, los garbanzos, la col y los sacramentos. El cocido (“la olla”, como la definía don Quijote) tiene sus raíces en un plato judío llamado adafina, que se consumía el Shabat. Era un guiso que se cocinaba lentamente el día anterior y se dejaba reposar todo ese día. Con el tremendo error de la expulsión de  de los judíos en 1492 y la posterior conversión (aunque aparente) de los que se quedaron tras ser cristianados, la receta fue adaptada por los conversos, que introdujeron (aunque siempre a regañadientes) ingredientes prohibidos en la dieta judía, como era el caso del cerdo. Ello viene a cuento con el chiste de Santamarta aparecido hoy en Diario de León, donde bajo el rótulo “estatuas de Valladolid para la catedral de León”  aparece a la vista del lector la catedral leonesa, de donde sale una voz que dice “se empieza así y se acaba añadiendo arroz a la morcilla…”. Con el cocido ocurrió algo parecido, o sea, que se fueron añadiendo “sacramentos” de compango o de ‘pringá’, según la región a gusto del consumidor. El cocido ( que no tiene ‘copyright’  ni necesita licencia eclesiástica ni el "nihil obstat" del obispo) puede ser andaluz, madrileño (con los famosos tres vuelcos), castellano, maragato, extremeño, gallego, montañés, lebaniego, catalán (escudella)..., y cada uno de ellos con sus particularidades respectivas. En unos casos se empieza por la sopa y en otros se termina con ella. Como diría Pitágoras, el orden de los factores no altera el producto. Pero hay otros lugares donde se exalta la comida contundente y donde el cerdo es el protagonista, como sucede con el botillo, tradicional en El Bierzo, para dotar al cuerpo de la necesaria fortaleza como para afrontar los más duros trabajos físicos en el campo o en la granja. En algunos manuscritos del siglo XII se señala la obligación de los vasallos de tributar ciertas cantidades de “botillos” al monasterio de san Pedro de Montes, situado en Ponferrada. En Zamora existe una variedad de botillo que allí denominan como ‘pastor’.  El botillo procede del despiece del cerdo mediante un proceso de elaboración que dura de cinco días. Desde 1972 se celebra en febrero el tradicional ‘Festival Nacional de Exaltación del Botillo’, en Bembibre. Pero ahí no queda la cosa. De ninguna de las maneras debo pasar por alto las ‘Jornadas Gastronómicas’ de La Bañeza ( ya en su segunda edición) en torno a las alubias durante todo el mes de noviembre. Se guisan en sus cuatro variedades (canela, riñón, plancheta y pinta) en los 18 restaurantes participantes. Esas judías comenzaron a cultivarse en La Bañeza en 1760, y hoy son tan famosas como los garbanzos de Fuentesaúco, que comenzaron a sembrarse en la Guareña y la Tierra del Vino en el siglo XVI y hoy gozan de protección. Terminaré con una curiosidad: en el siglo XVII el conde de la Fuente de Saúco, Pedro de Deza, envió unos garbanzos de esa zona como obsequio a Francisco de Quevedo, según se sabe por una carta de Sancho Sandoval (amigo y primo político, casado con Leonor de Bedoya, prima lejana de Quevedo) de 16 de enero de 1639. Los buenos garbanzos deben tener ‘nariz de vieja y culo de monja". La comida contundente (el cocido, el botillo y la fabada) vuelve a la carga en tiempos de tribulación, donde algunos horteras de bolera han descubierto, ¡oh, sorpresa!, que existen cubiertos para la mesa (cuchara, cuchillo y tenedor) y que hay vida más allá de las putas hamburguesas 'happy meal'  y de los indigestos rollos 'durum kebab'.

 

martes, 4 de noviembre de 2025

Curarse en salud

 

Barrillos de las Arrimadas es una minúscula pedanía de León perteneciente al municipio de La Encina, que cuenta con 12 habitantes de los cuales solo viven 8, los otros cuatro acuden los fines de semana. Tiene apeadero del Ferrocarril de la Robla desde 1967 (en la actualidad bajo el dominio de FEVE) y está en el Viejo Camino de Santiago que transitaba por Álava y Asturias. El autor del “Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal dedicado al Rey Nuestro Señor”, Sebastián de Miñano (1779-1845), dejó señalado que “Al menos hasta mediados del siglo XIX Barrillos fue la capital de las Arrimadas y por eso en él radicaba la Justicia y el Ayuntamiento Conservando una cierta configuración feudal parece ser que el concejo contaba con leyes exclusivas y costumbres de obligado cumplimiento que permitían tener su propio tribunal (rollo), su cárcel y derecho de ajusticiamiento (picota). El Señorío de las Arrimadas constituía un Partido con juez ordinario de primera instancia y otro para el grado de apelación. Posiblemente a raíz de la desamortización de Mendizábal este tribunal pasó al poder civil por lo que los juicios estaban presididos por un Síndico de Valladolid”. Dada su pequeña vecindad, Barrillos de las Arrimadas está gobernada por una Junta Vecinal que sirve de enlace con el Ayuntamiento de La Encina. Pues bien, Barrillos de las Arrimadas acaba de aparecer en “los papeles” (Diario de León) por algo que, para ellos, resulta insólito. El párroco, Ángel de la Varga, acaba de denunciar unas participaciones de Lotería de Navidad (de 5 euros) por venderla unos desconocidos con el añadido de la pegatina de la imagen del Santuario de Nuestra Señora de los Remedios sin la autorización expresa de la parroquia. Y lo ha hecho en la Delegación de la Agencia Tributaria de León y en el cuartel de la Guardia Civil,  “a fin de dejar –según consta en la denuncia- a salvo cualquier tipo de responsabilidad que pueda alcanzarle”. Ángel de la Varga ha contado a Diario de León que “cree que no ha habido mala intención, sino sólo ‘atolondramiento’ por parte de quienes han puesto la pegatina en las participaciones, en las que no aparece ningún dato salvo el nombre del pueblo y de la parroquia para poder hacer las pertinentes reclamaciones de dinero si resultan premiados”.  No cabe duda de que el responsable de las participaciones vendidas siempre será el depositario, suficientemente identificado, de los décimos de tirada nacional avalados por el Estado que supuestamente obran en su poder y que debe custodiar hasta tres meses después del sorteo. Si no apareciesen los datos del depositario, entonces sí podría considerarse como un claro intento de estafa.Vamos, que el cura ecónomo se han puesto el esparadrapo antes de que aparezca la herida. Quizás haya acertado con su denuncia.Y, ya de paso, ha conseguido que con su suspicacia se hable de un rincón casi olvidado de la España vaciada.

 

lunes, 3 de noviembre de 2025

Evangelios apócrifos

 

 

El rey honorífico Juan Carlos de Borbón acaba de publicar sus memorias, que no he leído, de de las que solo conozco retazos por la prensa. Y por lo que he leído por aquí y por allá se me antojan como unos evangelios apócrifos (‘fabulosos") para lectura navideña, con una connotación de falsedades evidentes revestidas de un aura mágico, como extraído de un cuento de Calleja para lectura de sietemesinos. Yo, como dice uno de mi pueblo, tengo anginas y no trago. Hoy escribe José Antonio Martín Pallín en Público, bajo el epígrafe “Las (des)memorias del rey honorífico” (que no emérito), donde el anterior jefe del Estado ha declarado que "ha sido absuelto de todos los cargos, lo que no responde a la realidad. Las diligencias de Fiscalía relatan los hechos delictivos anteriores a su abdicación en 2014 y los que se producen con posterioridad a ese año,  y que pueden consultarse en internet  en las diligencias de investigación 40/2020 de la Fiscalía General del Estado (71 páginas). Allí se detectan  -dice Martín Pallín- actuaciones delictivas que pudieran ser calificadas como cohecho, blanqueo de capitales y fraudes a la Hacienda Pública, que se consideran prescritas”. El rey honorífico ha manifestado al diario francés Le Figaro que ha sido absuelto por los tribunales españoles. De momento no es del todo cierto -según el exmagistrado del Tribunal Supremo- “porque todavía no ha terminado la andadura judicial de una querella presentada por defraudación fiscal”. En fin, confío en que algún conocido de taberna lea las ‘memorias’ del rey honorífico; y que, con posterioridad a esa lectura, me haga una glosa somera de su contenido, que uno ya no está para síncopes ni ataques de carcajeo. Tampoco para gastar el dinero en algo que ni me va ni me viene.