Los oráculos de la infame derechona informan a través de determinados medios informativos (sus corifeos pesebristas) sobre los supuestos males que están por venir en España de la mano del “fementido traidor”, Pedro Sánchez. Para los más catastrofistas (porque entre los catastrofistas, como entre los gafes y entre los profetas, también hay escalafones) los españoles nos encontramos con un pie en el despeñadero y solo nos falta que demos un paso adelante para descalabrarnos en el cantil por carecer del peritaje de las cabras monteses, que no pertenecen al mismo género que las cabras sino de los antílopes. Así, Luis María Anson, en La Razón, asegura: “El problema para Sánchez es que la inteligencia israelí mantiene excelentes relaciones con el Rey Mohamed VI y que el espionaje al presidente español y a algunos ministros ha permitido al Monarca chantajear a Pedro Sánchez. Por añadidura, Israel puede también obtener la información marroquí a través de Donald Trump, harto de los desplantes del presidente del Gobierno español”. En ese proceloso escenario, Pérez-Maura, en El Debate, asegura que “Sánchez quiere sangre”; e Ignacia de Pano, en Vozpópuli, en referencia a la embarcación 'Global Sumud' que intenta llevar ayuda a Gaza, comenta: “...tan ridículo y patético como lo es esa flotilla de veraneantes que sigue en su navegación inacabable a Gaza como si se tratara de Ulises volviendo a Ítaca, sin ningunas ganas de llegar porque lo divertido es estar de fiesta todo el día a bordo o en las mil paradas que van haciendo, fue ver a Ione Belarra e Irene Montero, la mujer de su marido, dueña de su mansión y madre de tres niños matriculados en escuela privada de élite pegando berridos y haciéndose las malotas rodeadas de guardaespaldas”. Por último, Isabel San Sebastián, en ABC, está segura de que “el caudillo socialista está engordando deliberadamente a Vox para utilizarlo como espantajo cuando lleguen las elecciones”. “Divide et impera” es una frase atribuida a Julio César de excelentes resultados y que más tarde aplicaron los reyes castellanos durante toda la Edad Media. En fin, así todo. En este juego del cané no queda otra que paciencia y barajar.