lunes, 9 de junio de 2025

El servilletero de don Claudio

 

 
Con algunos libros me sucede algo parecido a algunas viejas películas. Cuanto más los releo o las vuelvo a ver proyectadas más me gustan. Siempre encuentro tanto en los libros como en las películas, como digo, algún matiz que se me había pasado desapercibido. Y me vuelven a sorprender. Hoy haré referencia a un libro de bolsillo de don Claudio Sánchez-Albornoz (“Aún. Del pasado y del presente”, prólogo de Hilda Grassotti.- Espasa Calpe, Madrid.-1984). En su segunda parte (“Del presente”, cap. VIII) Sánchez-Albornoz, todavía mudado en Buenos Aires con cerca de 90 años a sus espaldas, hace referencia al servilletero de su abuela que siempre estaba sobre el mantel argentino a la hora de comer y que le retrotraía con recuerdos inolvidables. Era el único recuerdo que conservaba en la diáspora de sus antepasados. Todo lo demás, todo lo que conservaba en su casa de España de algún valor, como algunos cuadros heredados y su espléndida biblioteca, le fueron robados por las tropas rebeldes y los falangistas al comienzo de la guerra civil. Aquel servilletero, según describe en su libro, “es de plata maciza y está ornado con dos escenas de caza a caballo. Un jinete armado con flechas  enfrenta a u jabalí al que acosa un perro. Y la escena se repite a uno y otro lado del artístico recuadro que brinda las iniciales de la progenitora de mi madre”. Un poco después, en un salto en el tiempo, recuerda “cuando el 22 de diciembre de 1932 murió mi esposa dejándome tres hijos pequeños, mi madre los acogió en su regazo. Fuimos a vivir juntos y en nuestro departamento de Ferrer 2 se unieron los viejos óleos familiares y las familiares antigüedades de las dos familias. Por herencia de sus respectivos abuelos mis padres poseían muy bellos retratos de sus antepasados. Uno de ellos había tenido la humorada de hacer retratar a su cocinero francés M. Jean…”.  (…) “De aquel robo dio en su día noticia indirecta el marqués de Moret en el Boletín de la Sociedad Española de Excursiones”. Aquí deseo hacer una precisión necesaria. Supongo que Sánchez-Albornoz se referiría a Julio Cavestany y de Arduaga (1883-1965), marqués de Moret consorte (al estar casado con  María Pilar de Labastida y Moret, II marquesa de Moret y poseedora del título nobiliario, tras su rehabilitación por Franco al estar vacante desde 1935), e historiador de Arte, ya que el Marquesado se lo concedió Alfonso XIII a María de las Mercedes Moret y Beruete en 1914 en recompensa por los méritos de su padre, el ilustre político Segismundo Moret. Por no alargarme, estoy seguro que con el servilletero de plata de don Claudio se podría haber construido un excelente relato literario o un guión de cine. Me lo estoy pensando.

 

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