jueves, 16 de octubre de 2025

Raigambre popular


A mí me gustaría saber qué baturro de patio de vecindad canta el Himno de Aragón por estos páramos. La letra es fruto de los poetas aragoneses Ildefonso Manuel Gil, Ángel Guinda, Rosendo Tello y Manuel Vilas; y la música, de Antón García Abril. De todos ellos solo queda vivo uno, de milagro.  A mi entender no tiene raigambre popular ni lleva camino de tenerla ni es la expresión de un pueblo, no sabemos de cuál, ni de que diócesis ni si es de secano o de regadío.  Se interpretó por primera vez el 22 de abril de 1989 en el Patio de santa Isabel del palacio de la Aljafería  para dar cumplimiento a la  Ley 3/1989, de 21 de abril. Todo muy bueno y muy abundante, como  lo fue el hecho de poner escudos y banderas a todos los pueblos aragoneses con unos criterios, para mí discutibles, de la Cátedra “Barón de Valdeolivos”, que es como la Begoña Gómez pero con más retranca y rimbombancia, dependiente de la Institución ‘Fernando el Católico’, que su vez depende la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) y etcétera, etcétera. Esa baronía es un título nobiliario oriundo de Fonz (Huesca) creado por Carlos III en 1765 a favor de Pascual Antonio Ric Exea y que desde 2020 ostenta el tarraconense Miguel Ángel Fuster Gómez del Campo. Pues bien, la letra de ese himno comienza de la siguiente manera: “Nos ha llevado el tiempo al confín de los sueños. / Un nuevo día tiende sus alas desde el sol. / Oh tambores del cierzo, descorred ya las nubes / y a las cumbres ascienda la voz…”, que traducido al lenguaje coloquial viene a decir poco más o menos, eso sí, tremolando honores: “chúpame la minga, Dominga, que vengo de Francia”. En fin, es la hora del vermú y no lo perdono si va escoltado de dos gildas verdes como el trigo verde, del verde, verde limón, o del color, también, del verderol y de la capa de correría con cogotera de los guardiaciviles provistos de naranjero. Ya he recortado la foto del Heraldo en la que aparece la folclórica alcaldesa Chueca con un rural vestido de mudar de finales del siglo XIX. ¡Qué mantón de la China, na! ¡Qué tipazo! ¡Lástima que la foto no tenga de fondo al genovés y las tres carabelas!  Ya solo falta que en la tienda de debajo de mi casa la enmarquen con una orla de brillantes y coronas. La podré sobre mi escritorio para que me inspire cuando tome la decisión de escribir serventesios, alejandrinos monorrimos y sonetos con estrambote, que todo se andará si me lo permiten las estridencias de tambores del cierzo.

 

miércoles, 15 de octubre de 2025

Toresanos toreados

 

 

Resulta que cuando un ayuntamiento está regido por aficionados a la política con una torpeza incalificable los resultados suelen ser catastróficos para sus vecinos. Pongamos un  ejemplo claro de ineptitud: la ciudad de Toro, en la provincia de Zamora. En la actualidad es alarmante su falta de gestión por la negligencia de sus responsables. Los concejales del PP, ahora en la oposición, piden la dimisión de la actual alcaldesa, casi un año después de la moción que desalojó al alcalde popular, Rafael González Franco, que había obtenido para la Ciudad de doña Elvira un Plan Municipal de Obras por importe de 203.777 euros; una obra del Plan de Renovación de redes de abastecimiento por 25.000 euros; ayudas para la promoción del Carnaval, la Semana Santa y la Vendimia, todas ellas declaradas de Interés Turístico Regional por 15.355 euros, y otra subvención nominativa de 100.000 euros. En total, 344.132 euros que se consiguieron para mejorar la ciudad en beneficio de todos los vecinos. Pero el ayuntamiento resultante (formado por  el tripartito PSOE, Nos Movemos por Toro (NMPT) y Futuro, que dieron la alcaldía a Ángeles Medina, acaba de perder ahora 260.000 euros en ayudas correspondientes al Plan Municipal de Obras 2027 concedidas por la Diputación Provincial de Zamora por no solicitarlas en tiempo y forma a ese organismo. La respuesta de la alcaldesa ha consistido en “pedir perdón a los toresanos”, cuando lo normal hubiese sido dimitir de inmediato como responsable de ese Ayuntamiento. El actual equipo de gobierno no ha sabido aprovechar los recursos disponibles por negligencia, a los que hay que sumar la obligación de reintegrar 73.821 euros de la subvención en su día concedida para la rehabilitación de las calles San Juan y Guinda y no ejecutadas. El PP, ahora en la oposición municipal, recuerda al equipo gobernante que desalojó al anterior alcalde por un  “quítate tú para ponerme yo” que, durante el ejercicio 2024, el equipo de aquel gobierno del PP  obtuvo para Toro el Plan Municipal de Obras con importantes ayudas. Porque, vamos a ver, una cosa es que las peticiones de un municipio no sean atendidas debidamente; y otra muy distinta, que no se reciban ayudas por estar mirándose el ombligo y no solicitarlas en la forma correcta. Eso no tiene perdón y pedírselo a los ciudadanos es mofarse de ellos con la mayor desfachatez. Cría cuervos y te sacarán los ojos.

 

 

martes, 14 de octubre de 2025

Cachondeo y sus variantes

 

 

Todo viene a indicar  que la palabra ‘cachondeo’ tiene su raíz en el río Cachón (tras la unión de dos arroyos, Candalar y Zarzuela, que nacen en la Sierra de la Plata y desemboca en el Océano Atlántico)  a su paso por Zahara de los Atunes y que hace referencia a esos marineros que llegaban después de un día de pesca (muchos de las almadrabas y la captura del atún) y se entregaban a la fiesta y el placer como recompensa tras un afanoso día. Era lugar de fiesta de ahí 'cachondeo'. Esa zona gaditana era una buena escuela de pícaros, rufianes y gentes de dudosa reputación. Algunos señalan que también solían rondar las prostitutas en busca de clientes.  Pero en  otra acepción, la RAE hace referencia a 'falta de seriedad o rigor en un asunto que lo exige'. Pero hay otras teorías. Verbigracia: aquello que acuñó Pedro Pacheco siendo alcalde de Jerez de la Frontera en relación a la Justicia, asegurando  que “es un cachondeo” , al hacer referencia a la decisión judicial de suspender el derribo del chalé de Bertín Osborne, que había decretado el Consistorio por él presidido. Pacheco probo en sus propias carnes en 2014 que aquella desafortunada frase no tenía ninguna base cuando al Tribunal Supremo llegó en casación la condena de 4 años y 6 meses de cárcel por la contratación irregular de dos políticos del Partido Socialista de Andalucía como asesores de varias empresas municipales de Jerez en 2005. Fue el llamado “Caso asesores”.  Pero a lo que iba. La palabra ‘cachondeo’ tiene también significado sexual, documentado en 1450. Así, para Corominas: “cachondo provendría de etimología latina vulgar ‘cattulus’ y sería una voz de formación similar a ‘verrionda’ y ‘torionda’: cerda y vaca salidas, creándose ‘catuonda’ o ‘catulonda’, de donde aparece ‘cachonda’. Otros relacionan cachón como ‘golpe de mar’ y ‘cachondeo’  hacía referencia a cuando el mar embravecía. Por otro lado, no encuentro ninguna referencia a ‘cachonda’ o ‘cachondeo’ en  el “Diccionario secreto” (I) de C.J.Cela, aunque sí las encuentro en su “Enciclopedia del Erotismo” (I) pp. 257-258, refiriéndose a las acepciones ‘cachondo’,‘cachondar’,’cachondear’,‘cachondeo’,‘cachondería’, 'cachondez', 'cachondiez', ‘cachondo mental’ y ‘cachondón’, curiosamente todo ello relacionado exclusivamente  con el apetito venéreo, sin hacer referencia alguna a las otras teorías aquí expuestas.

 


El precio de las cosas

 

En una cafetería de Sevilla, “Pasaje Dos Lounge Bar”, el camarero, molesto porque un cliente se enfadó al pagar  por tres churros 2,75 euros cuando los calentitos solo necesitan harina y agua, éste le respondió al cliente de la siguiente manera: “¿Sólo harina y agua? ¿No se utiliza aceite para freírlos? ¿No se utiliza un churrero para hacerlo? ¿No se utilizan camareros para servirlo? ¿No se utiliza gas para freírlos? ¿No se utiliza luz para el local? ¿No se utiliza lavavajillas con sus productos para lavar la bandeja y el vaso? ¿No consume un vaso de agua gratis que la empresa paga? En fin, cosas que usted no tiene ni idea porque no tiene un negocio. Gracias por decir que no viene más, buenas tardes”. Y ahí se terminó la discusión. Imagínese usted si esa misma protesta se la hubiese hecho el cliente a un vendedor de sardinas. “¿Qué le parece caro? Mire, hay que tener un barco, salir a la mar, correr el riesgo de ahogarse, etcétera.” Entiendo que si ese barco hubiese salido al mar para pescar una sola sardina y poder satisfacer al cliente que la compra en el puesto del mercado, la sardina valdría miles de euros. Pero no es así. El barco pesca muchas sardinas y el precio, en consecuencia, disminuye. Pues lo mismo sucede con los churros. Si el bar solo hiciese un churro, su precio sería como el de un lingote de oro. Pero al hacer mucha cantidad, el precio cambia considerablemente. Tres churros a un precio de 2,75 euros significa que cada churro puesto en el mostrador de ese bar vale 0,92 céntimos, equivalentes a 153 de las antiguas pesetas. Pues sí,  me parece caro el precio de cada churro. Pero ya saben el dicho: “Esto son lentejas…”. No cabe duda de que si nos pusiésemos a traducir euros a pesetas no compraríamos ni un pirulí. El precio de las cosas va en función de lo que estamos dispuestos a pagar por ellas, bien sea un tejeringo, una obra de arte o una entrada de cine. No hay que darle más vueltas.