Choca ver a un prelado en el Salón de Sorteos de Loterías de Madrid cada 22 de diciembre a un hombre revestido con ornamentos de culto y mitra alta, preconciliar. Se le conoce como Juan, El Obispo de la Lotería. Se trata del hostelero leonés, Juan López, propietario del café bar “Azaila 1930”, situado en el número 12 de la calle San Juan de Sahagún (barrio de la Palomera) de León. El nombre de Azaila se debe a un pueblo turolense de la comarca del Bajo Martín donde vinieron al mundo sus abuelos paternos, Ángel López y Vicenta Escudero, en 1930. A mediados del siglo XIX llegó a contar con 467 habitantes (Madoz, 1846 p.209) y en la actualidad solo cuenta con 95, según el último padrón municipal de 2024. Su topónimo es de origen árabe, que significa “la plana” y en los textos medievales se la citaba como Zaylla. Perteneció al partido judicial de Híjar hasta 1965, que fue cuando pasó a formar parte del partido judicial de Alcañiz. Pues bien, Juan López nació en Hamburgo hace 44 años, donde sus abuelos regentaban una panadería, es forofo del Real Madrid, está casado con Laura y tiene una hija de 17 años que se llama Leire. Señalaba en una entrevista (“El Español”. Alvar Salvador, 20/12/24) que “cuenta con varios trajes. El morado es un traje sencillo que se pone para los días de espera en la cola de la lotería. Este año (por el año pasado) estrenó uno de terciopelo, elegante. Se lo hicieron en Madrid, en una tienda de artículos religiosos centenaria y de prestigio”. También luce anillo de obispo con piedra roja imitando un rubí. Su bar es muy reconocido por sus tradicionales encendidos navideños y por su poblado, compuesto por figuras en movimiento, valorado en 7.000 euros. Ayer, viernes, estuvo presente en el encendido del poblado navideño de “Azaila 1930” Miguel ángel Revilla, que fue recibido por una docena de pendones leoneses, donde también participó en el acto el alcalde de León, José Antonio Díez. Revilla aprovechó el viaje a León para decir que ese territorio nunca debió estar unido a Castilla, que debería haber sido comunidad uniprovincial y recordó el proceso que él vivió Cantabria. Sentenció: “Cantabria se sublevó y conseguimos ser comunidad autónoma. Si Cantabria tenía razones, León tiene muchas más”, añadiendo que, “si tuviera ahora los años que tenía cuando inicié la 'cruzada' en Cantabria para que recuperara su nombre, la iniciaría también por León”. Hay que tener cuidado y ponerse a la defensiva cuando Revilla ‘se viene arriba’ como Gitanillo de Ricla. Más aún si ha tomado algún vaso palmero de prieto picudo o albarín (no confundir con albariño) en “Azaila 1930”, eso sí, brindando a mayor gloria de san Froilán y de don Pelayo.
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