miércoles, 17 de abril de 2019

Feliz sueño, don Manuel



El fuego acabó con la Flecha de Viollet-le-Duc de Notre Dame y el tiempo, que todo lo devora, ha acabado con la existencia de Manuel Alcántara, el hijo del ferroviario señor Porras que escribió y publicó más de treinta mil artículos, muchos de ellos brillantes como el mismo sol.  Y se ha muerto en Miércoles Santo y en Málaga, que como dicen los andaluces: ¡vaya tela! Un día le confesó a Teodoro León Gross: “Tengo edad de esquela”. Buena la hizo el pamplonés Rafael García Serrano el día que le invitó a escribir artículos en el diario Arriba. Desde entonces no paró de de dejar de echar humo su “hispano olivetti”. De aquel diario falangista “Arriba” se marchó el día que García Serrano decidió prescindir de los artículos de Ramón Gómez de la Serna, donde regresó tiempo después animado por Jaime Campmany. Y escribía tan bien que en poco tiempo se hizo con el “Mariano de Cavia”, el “Luca de Tena” y el “González Ruano”, sueño de cualquier articulista.  Tras pasar por Ya y por Arriba, recaló en el diario ABC, entonces editado por  Prensa Española  y hoy propiedad de Vocento. Fue forofo del boxeo y escribió diversos libros de poesía, entre ellos  “Anochecer privado”; “Sur, paredón y después” y “Este verano en Málaga”. Sur, / pabellón y después / sur, / una luz de almacén… / Ya nunca me verás como me vieras, /recostado en la vidriera / y esperándote”. Aníbal Troilo, alias Pichuco, bandeonista, compositor y director de orquesta, fue el autor del tango. Su madre le compró un bandoneón a un ruso de la calle Córdoba. Costaba 120 pesos y acordó con él un pago mensual de 10 cuotas de 12.  Corría el año 1925 y Aníbal Troilo tenía entonces 11 años. Faltaban todavía  tres para que naciera Manuel Alcántara, que se nos ha marchado en silencio. Se había despedido con un poema hacía mucho tiempo: Cuando llegue la muerte /si dicen a levantarse / a mí que no me despierten”. Feliz sueño, don Manuel.

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