jueves, 18 de abril de 2019

Fantasías recurrentes



Las procesiones de Semana Santa, que deberían ser el símbolo más patente del arraigo fervoroso de la gente que se siente cristiana, bien participando de forma activa en las cofradías, bien contemplando los pasos desde balcones y aceras, están tomando un cariz insultante para los que nos sentimos demócratas. Ayer tarde, sin ir más lejos, pudo verse a José María Aznar, Ana Botella, José María Barreda (expresidente de Castilla-La Mancha) y a Juan Ignacio Zoido (exministro del Interior y exalcalde de Sevilla) ocupando un balcón para ver procesionar  la imagen de la Virgen de la Caridad, de la hermandad de El Baratillo. Una imagen que era conducida luciendo un fajín de Franco que en su día fue donado por la hija del dictador. Pero ya existía un vergonzoso precedente: procesionar a la Macarena con el fajín del criminal de guerra Queipo de Llano ante la mirada indiferente de la ciudadanía sevillana. Hoy, Jueves Santo, ha desembarcado una Compañía de Honores del Grupo de Caballería Ligero Acorazado “Reyes Católicos” de la Legión en el Pabellón de las Sorpresas de Málaga. Su misión consistirá en desfilar por las calles y, posteriormente, procesionar al Cristo de la Buena Muerte, de Pedro de Mena, mientras se entona “El novio de la muerte”, junto a serios y circunspectos cofrades  revestidos con túnicas y capirotes de terciopelo negro. Creo que estamos sacando las cosas de quicio. Sobra el espectáculo de la Legión en Málaga, y sobra, también, la presencia de esos políticos cesantes apoyados en los barrotes de un balcón sevillano en actitud provocativa (más propia de caciques rurales del siglo XIX que de demócratas del siglo XXI) hacia aquello que representa la Ley de la Memoria Histórica  y a pocos días de unas elecciones generales. Preocupa el voyeurismo​  parafílico de ciertos nostálgicos del franquismo cuando contemplan ojipláticos fajines de militares golpistas ceñidos en la cintura de imágenes de vírgenes; y que, inexplicablemente, les produce  no sabemos muy bien qué tipo de fantasías recurrentes.

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