martes, 21 de octubre de 2008

Mujeres, el sexo fuerte.

La Asociación de Mujeres de Picarral me invita por segundo año consecutivo a formar parte del jurado para el XXV Concurso de Relatos. Accedo con gusto. Las mujeres de Picarral se han hecho fuertes peleando en mil batallas desde los tiempos de Franco. El lema de esta edición, "El coraje tiene nombre de mujer" viene a cuento con la manera de ser de sus componentes. En esta España en transformación es bueno que los ciudadanos tomemos conciencia del respeto que merece el hasta ahora llamado "sexo débil", que de débil no tiene nada. Los inventores de tan rancia coletilla, quizás padecieron a lo largo de su mezquina existencia una gran pusilanimidad de espíritu. Si no, no se explica.

La mujer, unas veces sola y otras en compañía de su pareja, ha demostrado al mundo su capacidad para salir airosa de situaciones complicadas. Hace pocos días, una mujer española, valiente donde las haya, decidió tener un hijo que ayudase a sanar a su hermano enfermo de cuidado.Un hijo que, tanto si lograse curar a su hermano como si no lo consiguiera, va a ser querido siempre por sus padres por ser fruto del amor. De inmediato, la Conferencia Episcopal Española, que parece que ejerciera de agrimensora -como el agrimensor de Kafka, supongo- de lo divino y de lo humano, mezcló churras con merinas en un cóctel valleinclanesco. Por supuesto, con la ayuda de los corifeos de cierta prensa escrita y de la Cope: que si se mataban no sé cuántas vidas en los ensayos clínico, que si las células madres fecundadas eran casi niños de párvulos, que el fin no justificaba los medios, etc. En suma, lo que siempre señalan los funcionarios del Cielo con las témporas del espíritu cuando deciden frenar sus obsoletas neuronas con ABS de serie. Estos miserables ya no se acuerdan de las guerras y de las revoluciones promovidas por iluminados, siempre en beneficio propio.

Sin ir más lejos, el Juez Garzón intenta ahora, setenta años más tarde, desenterrar esqueletos de las cunetas de miles de ciudadanos fusilados por defender la libertad. En rigor, la misma libertad y autonomía de decisión por la que siempre lucharon las mujeres desde que el mundo es mundo.Estoy convencido que conseguirán su propósito de forma definitiva a lo largo de este siglo. De hecho, ya contamos en España con el Ministerio de Igualdad. Una cartera, según el búnker, vacía de contenido. Pero los ministerios, incluido el de Igualdad, por más que les pese a la derechona inmovilista, ordenan sus folios en el interior del BOE, donde aquellos que atufan a naftalina no estampan la firma. Eso nos salva.

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