sábado, 11 de diciembre de 2021

Bergoglio, Díaz y unos versos de Rosalía

 


Me entero de que la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, acompañada del secretario de Estado de Empleo Joaquín Pérez Rey, ha presentado al papa Francisco durante su visita al Vaticano el proyecto de la reforma laboral, un orario de plástico reciclado hecho por Carmelitas Descalzas de Alcalá de Henares y una edición especial de Follas Novas de Rosalía de Castro, fruto de un intenso romance de María Teresa de la Cruz de Castro y Abadía con el sacerdote José Martínez Viojo, que dada su condición, nunca pudo reconocerla como hija propia y delegó su cuidado a sus hermanas (Teresa y María Josefa) que vivían en Ordoño, siendo amamantada por la mujer de un sastre de apellido Lesteiro. Más tarde, su madre se hizo cargo de ella. Según afirmaba el profesor Rof Carballo, Rosalía fue víctima del síndrome de Polícrates, que la hizo ser una mujer taciturna, depresiva y melancólica, con un miedo terrible a la felicidad. Y ese síndrome se refleja en su poema “Negra sombra”, donde comienza: “Cando penso que te fuches/negra sombra que me asombras, /ó pe dos meus cabezales/ tornas facéndome mofa. / Cando maxino que es ida/ no mesmo sol te me amostras/ i eres a estrela que brila/ i eres o vento que zoa. Si cantan, es ti que cantas/ si choran, es ti que choras/ i es o marmurio do río/  i es a noite, i es a aurora”. A mi entender, el proyecto de reforma laboral se ha equivocado de destinatario. Es Bruselas y el vicepresidente Valdis Dombrovskis los que exigen a España una reforma laboral “integral y ambiciosa” si quiere ser el país mayor receptor de ayudas, después de Italia (140.000 millones de euros, de los que 72.700 serán a fondo perdido). José Luis Martínez-Almeida, sobre ese encuentro entre Bergoglio y Díaz, ha declarado respecto a la ministra: “Espero que se le pegue algo”; y Macarena  Puentes Selas, secretaria de Comunicación del PP en Madrid ha definido en un tuit el encuentro como “cumbre comunista”, que más tarde ha borrado. Sin comentarios.

jueves, 9 de diciembre de 2021

Principios y síndromes

 


En su artículo de hoy en ABC de Sevilla, Antonio Burgos hace referencia a las sociedades familiares, cuando el padre, verdadero creador de un negocio, deja las riendas en manos de sus herederos, en referencia a Amancio Ortega, que se ha desprendido de Pablo Isla para colocar en su puesto de presidente de la sociedad a su hija Marta Ortega. Ignoro la capacidad empresarial de la hija del dueño del imperio Inditex, que cuenta con más de 6.600 tiendas de ropa dispersas por todo el mundo y que alcanzó una revalorización en Bolsa del 900% durante la etapa del presidente ahora cesado, que dejó Altadis en 2005, fichó por la empresa gallega, y renunció a su puesto de consejero en Telefónica en 2017 tras el nombramiento en 2016 de presidente de Telefónica José María Álvarez-Pallete, que ha llevado las “matildes” a cotizar a precio de risa. Pues bien, Burgos, lacayo hasta la grosería, entiende que “en España el pueblo tiene un innato sentido dinástico”, algo de lo que discrepo profundamente. Cuando los padres dejan los negocios en manos de sus hijos suele peligrar la supervivencia de la empresa y lo “normal” es que el negocio entre en quiebra antes de la tercera generación. En ese sentido, Rafael  Álvarez-Novoa  señaló en Cinco Días (25 de enero de 2015) que “es vital distinguir el patrimonio de la gestión diaria. Quizá es fácil de decir y difícil de hacer, pero si no hay alguien válido en la familia hay que delegar en un profesional”. Eso hizo Amancio Ortega y le salió bien. De paso, Burgos aprovecha para contar que la Fundación Amancio Ortega “llevó a cabo obras humanitarias pagando carísimas máquinas de salvar vidas a los hospitales”. Lo que no cuenta Burgos es que más tarde  el altruista Ortega recuperó el dinero empleado en la donación de los aceleradores lineales por la vía de las desgravaciones fiscales, ya que la normativa tributaria permite desgravar en el IRPF y el Impuesto de Sociedades, respectivamente, el 35% de las aportaciones empresariales y el 40% de las societarias a las fundaciones que realizan donaciones de este tipo. En ambos casos, con un límite en el 10% de la cuota anual pero con la posibilidad de distribuir el exceso en los diez ejercicios siguientes. Una cosa queda clara (como indicaba en un twitter en el diario Público @isaserras #DebateMadrid26M): "La sanidad pública no puede depender de la caridad o del humor con que se levanten los millonarios. Lo que necesitamos es que las personas como Amancio Ortega paguen sus impuestos". Así de claro. Recuerde el lector que existen otros principios y síndromes, además del “Principio de Peter” a tener en cuenta. Es el “Principio de Dilbert”: “Las compañías tienden a ascender sistemáticamente a sus empleados menos competentes a cargos directivos para limitar así la cantidad de daño en sus estructuras que son capaces de provocar"; y el Síndrome del Escarabajo: “Un comportamiento que permite a los líderes rodearse de individuos afines que nunca van a poner en duda su liderazgo ni sus aptitudes”. Aquí lo dejo. Que tengan un buen día.

miércoles, 8 de diciembre de 2021

Queda tiempo para los obituarios

 


Hoy, leyendo la prensa, me he topado de frente  El Debate con un artículo de Mayte Alcaraz  (“La Reina olvidada”) que me ha transportado al recuerdo de otras lecturas, concretamente al “La vida trágica de la emperatriz Carlota”, escrito por Armando Praviel en colección “Austral”. Aquella  Carlota,  princesa de Bélgica, fue desdichada por el efímero reinado de su marido, Maximiliano de Habsburgo-Lorena, que pretendió ser emperador de México y terminó siendo fusilado; y ella, su mujer, que acabó perdiendo el oremus. Las pretensiones de un archiduque austríaco en México, donde se produjo la calamidad de Querétaro y el hecho de ser derrotado en el Cerro de las Campanas, quedaron disueltas de la forma más expeditiva el 19 de junio de 1867. El Debate Púbico Mexicano escribió entonces: “El plomo regicida ha hecho su trabajo en México y es el ingrato a quien Maximiliano quería llevar la paz y la civilización que dirigió el arma asesina en el seno noble en el que un latido del corazón completo para sus temas de amor y devoción” Pues bien, Mayte Alcaraz, como digo, hace referencia al aparente ostracismo que sufre en la actualidad la consorte de Juan Carlos de Borbón. “Aquí, salvo en contadísimas ocasiones -señala Alcaraz-, la presencia pública de Doña Sofía es cada vez más escasa y en muchas ocasiones pasto de crónicas basuriles sobre su atribulado matrimonio”. A continuación se centra la articulista en el meollo de la cuestión: “Al final, los amigos de Pedro Sánchez y la ingratitud de parte de la sociedad, han conseguido lo que pretendían: echar de su patria al Rey que, teniendo los resortes de poder que le donó la dictadura, renunció a ellos para crear una democracia, y, de paso, orillar a la que fuera Reina consorte de España durante 39 años, probablemente la mujer española más valorada por la opinión pública. Porque la opinión publicada, con sobrepeso gracias a las mamandurrias que le regala el Gobierno, la desdeña en el epílogo de su vida, como si solo fuera una extemporánea figura asida siempre al brazo de su hermana Irene”. A Mayte Alcaraz habría que recordarle que aquí nadie ha echado de su patria al rey emérito, salvo que haya existido un presunto pacto entre el Gobierno y La Zarzuela para que éste permanezca fuera de España, cuestión que desconozco; que el rey Juan Carlos I renunció a todos los poderes que le había concedido Franco, como no podía ser de otra manera; que la democracia la trajeron todos los ciudadanos que votaron la Constitución del 78; que la reina consorte no es una “extemporánea figura” sino una señora respetable y respetada; y finalmente, que si va siempre asida al brazo de su hermana será, tal vez, por sentirse muy unida a ella. Manuel Rodríguez Carrajo señalaba en un ensayo (“La soledad de las personas mayores”) que “una cosa es la soledad y otra muy distinta es sentirse solo. El sentirse solo es saberse incomprendido, incomunicado, desconectado del mundo que a uno le rodea; el sentirse solo es ir por la calle tropezando con la gente, cruzándose con ella, sin que nadie sea capaz de dirigirle una palabra”. No es su caso. En otro artículo antiguo, Amando de Miguel hacía referencia a las tres soledades existentes: la impuesta, la deseada y la inducida. Y Lope de Vega escribió al respecto: “A mis soledades voy/ de mis soledades vengo/ porque para andar conmigo/ me bastan mis pensamientos”. Posiblemente la soledad conduce al aburrimiento y al aborrecimiento, sobre todo cuando es por imperativo de su realidad. A Mayte Alcaraz le recordaría que en España hay personas mucho más necesitadas de ayuda que la consorte del rey emérito y con menos recursos económicos. Queda tiempo para los obituarios.

lunes, 6 de diciembre de 2021

Precisiones necesarias

 


Estos días la prensa de la derecha comenta que a Franco le debemos la Seguridad Social, la entrada de España en la ONU, el Plan Badajoz, la mayoría de los pantanos, las pagas extraordinarias, etcétera. Nada más lejos de la realidad. Hay quien va más lejos todavía y señala sin despeinarse que al dictador debemos los españoles empresas como Telefónica, Iberia, o CAMPSA.  Pues bien, la Seguridad Social se creó en 1908, a través del Instituto Nacional de Previsión, en virtud de la Ley de 27 de febrero de aquel año, siendo presidente del Consejo de Ministros Antonio Maura (Gaceta de Madrid núm. 60 de 29/02/1908, páginas. 875 y 876). Se extinguió definitivamente en 1978 (R.D.L. 36/1978, de 16 de noviembre). De la misma manera, no se deben a Franco las vacaciones pagadas, que datan de 1918 para los funcionarios del Estado y de 1919 para capitanes y oficiales de la Marina Mercante. En 1931, la Ley de Contratos de Trabajo lo establecía para todos los trabajadores en su artículo 56. Lo que sí dispuso el dictador (15 de julio de 1947) fue una paga equivalente al salario de una semana, que debía ser abonada el día siguiente hábil al 18 de julio (Fiesta de la Exaltación del Trabajo). Tres años antes, en 1944, había sido aprobado el “aguinaldo de Navidad” (salario de una semana) para compensar el fuerte encarecimiento de la vida. Estaba destinado al “personal de industrias no reglamentadas”. Al año siguiente (BOE del 09/12/45) aquel “aguinaldo” se estableció con carácter general e indefinido. Era entonces ministro de Trabajo José Antonio Girón de Velasco. Pasados los años, ambas pagas, de verano e invierno, fueron equivalentes a una mensualidad de salario y se permitió el prorrateo de las mismas en 12 mensualidades. Sigo. El plan con el que se crearon los pantanos empezó a gestarse a principio del siglo XX, y ahí incluyo el Plan Badajoz (1933) a instancias de Indalecio Prieto. Lo que hizo Franco fue aprovecharse de los planos existentes (más de trescientos) y realizar 280, muchos de ellos a costa de trabajo forzados de presos políticos. Telefónica se creó en 1924 e Iberia y CAMPSA en 1927 (durante la Dictadura de Primo de Rivera). La entrada de España en la ONU se produjo en 1955, en un momento en el que Washington necesitaba aliados en Europa frente al enemigo soviético (Resolución 39 de la ONU, de 12/12/46). Por no alargar mi escrito, no cuento el fiasco que supuso la creación de la Azucarera del Guadiana, en La Garrovilla (Badajoz) "impuesta" desde el Gobierno como justificación de las aparentes bondades de aquel "Plan Badajoz" y la producción de remolacha de esa zona con una pobreza sacárica manifiesta. Por todos era sabido que tenía más valor de mercado una hectárera de secano en Zamora que una hectárea de regadío en Badajoz. Y así todo.

domingo, 5 de diciembre de 2021

¿En efectivo o con tarjeta?


A mi entender, abonar una cuenta de casi cuatrocientos euros en un restorán con más estrellas Michelín que las que lleva bordadas un general bananero en las hombreras no me parece excesivo, si se tiene en cuenta que hay un cocinero luchando a brazo partido en la cocina por cada comensal, y un sommelier a disposición del cliente vestido de negro con mandil, equipado de todas sus herramientas: sacacorchos, corta cápsulas, platillo para el corcho, termómetro, decantador, cubitera, atrapagotas para evitar se deslice por el cuello de la botella y ensucie el mantel, cestillo, etcétera, por cada comensal que espera en la sala a que le sorprendan en el difícil arte del buen yantar. Lo malo viene cuando vemos por televisión a algunos cocineros, dueños de esos restoranes de postín,  anunciando comida-basura con elevadas concentraciones de grasas,  caldos de pollo con “sabor casero” envasados en tetrabriks, o fastfood de más baja estofa. Así, David Muñoz Rosillo (también conocido como Dabiz Muñoz) dueño de los restoranes madrileños DiverXo, StreetXo y GoXo, (el primero de ellos en posesión de 3 estrellas Michelín)  cuenta con un menú degustación que recibe el nombre de 'La cocina de los cerdos voladores', que tenía un precio de 250 euros y que incluía una opción de maridaje con un coste de 150 euros y que, ahora, se ha visto obligado a tener que subir el precio de su menú a 365 euros por motivos que desconozco. Pero no pasa nada. Sarna con gusto, no pica. Seguro que se sigue llenando el comedor de miércoles a sábado. El menú degustación se compone de 20 pases (como en aquellos cines de sesión continua) incluyendo los postres. Claro, también es cierto que en un restorán de carretera, o en el que hay cerca de tu casa al que acudes cuando estás de “rodríguez”, no puedes degustar lomo tostado al wok con suquet de salmonete al achiote, ni cabeza frita de no sé qué cabeza frita, ni el hígado de rape micuit con salsa barbacoa de tamarindo, ni bogavante a la brasa con aliño de yuzu-kosho, llili bulb, galga y mantequilla rosa de hibisco y oloroso. Vamos, ni de coña. Y esas cosas, amigo, hay que pagarlas (en efectivo, con tarjeta, o con dinero del Monopoly para construir rascacielos) si se quiere formar parte del selecto club de los sansirolés.

jueves, 2 de diciembre de 2021

Del "pepito" al "serranito"

 


Creo haber contado en varias ocasiones el origen del “pepito” de ternera en el Café de Fornos, en la madrileña de la calle de Alcalá esquina a Peligros, en los bajos del Hotel Colón. Según publicó Teodoro Bardají en 1933, la historia se remonta a 1870, cuando abrió sus puertas.  Por el local acudían toreros famosos y asiduos al Teatro Apolo, que hicieron famosas sus cenas económicas a partir de las doce de la noche. Aquel negocio lo montaron los hijos de Pepe Fornos, por entonces ayuda de Cámara del marqués de Salamanca y dueño del Café Europeo, situado en la calle Sevilla esquina a callejón de los Gitanos. Uno de aquellos hijos de Pepe Fornos, Manolo, se pegó un tiro en 1904. El resto de sus hermanos mantuvieron el negocio cuatro años más, hasta su cierre en 1908. Abriría sus puertas el local nuevamente en mayo de1909 con el nombre de Gran Café y con otro dueño, Marcelino Raba de la Torre. Volvió a desaparecer en  1918. Al poco tiempo se convirtió en cabaret con el nombre de Fornos Palace. Posteriormente se convirtió en el Restaurante Riesgo, propiedad de Honorio Riesgo. Finalmente, en 1923, el edificio fue adquirido por el Banco Vitalicio. Diez años más tarde se derribó el edificio para construirse una nueva sede. En la actualidad, en los bajos existe otro café de la franquicia Starbucks Coffee. Pues bien, según dejó escrito Bardají, “el hijo de José Manuel Fornos,  al que todos conocían como Pepito, fue a pedir al cocinero la merienda como cada día. Pero esta vez sería diferente, ya que no le apetecía merendar lo que tomaba cada día y solicitó del cocinero un bocadillo con un filete de ternera a la plancha y el pan crujiente”. A partir de entonces, otros clientes solicitaban al camarero que les pusiese el mismo bocadillo que tomaba Pepito. De ahí vino el nombre del famoso tentempié.  Hoy leo en ABC de Sevilla un artículo de Antonio Burgos en el que éste hace referencia al “serranito”. Dice: “Su inventor fue el hostelero sevillano José Luis Cabezas Hernández, que había sido novillero con el nombre artístico de José Luis del Serranito, también cantante. Aseguran que fue quien lo inventó y bautizó con ese nombre su bar de la calle Alfonso XII, frente a la puerta falsa del Cortinglés (sic) del Duque: "Mesón del Serranito". Luego puso otro, lleno de motivos taurinos, en la calle Antonia Díaz. Y nacieron así los mesones del Serranito. Hay quien sostiene que don José Luis Cabezas tomó la idea de este plato típico en los bares ‘Échate pá ya’ de los barrios de Cerro del Águila y Juan XXIII, en la década de 1970, pero lo mejoró y lo hizo famoso. Como hay quien dice que, por el contrario, el origen del serranito es rondeño. En Ronda, por consiguiente, no todos están convencidos del origen sevillano del serranito. Afirman los rondeños que los primeros serranitos se sirvieron en el Bar Benito, pero lo cierto es que José Luis Cabeza los comenzó a preparar en 1983”. Lo que sí parece cierto es que, en 1974, Tobalo González abrió en el barrio de san Francisco, en Ronda, el Bar Benito. En el diario La Opinión de Málaga (17/01/10) Blas Gil cuenta que “no era muy habitual que los clientes pidiesen una tapa. "Aquí venían las gentes del campo y los albañiles y te pedían un café, un aguardiente o una copa de vino, pero nadie pedía nada de comer. Su hijo Benito se hizo cargo del bar y elaboró una completa carta de tapas, entre las que estaban el jamón, el queso, el pescaíto frito, el revuelto de patatas y otros suculentos manjares de la comarca rondeña. Un día de 1990, Benito estaba comiendo en un restaurante de Sevilla y le pusieron un plato combinado: filetes, pimientos fritos, tomate y varias lonchas de jamón. Como se puede esperar estaba muy sabroso y entonces se le ocurrió la idea: "¿Y si meto todo esto en un bollo rondeño y lo pongo de tapa? Dicho y hecho”. (…) “Pero para preparar un buen ´serranito´ hay que tener en cuenta varios e importantes detalles. Primero, que el filete debe ser del lomo del cerdo; después, que el aceite ha de ser de oliva virgen y, además, los tomates deben estar en su punto exacto de maduración. Por último, si el pimiento procede de las huertas del fondo del Tajo, pues mucho mejor. Otro aspecto a tener en cuenta a la hora de prepararse un auténtico ´serranito´ es elegir bien el bollo”. Esa, como digo, parece que es la verdadera historia del “serranito”, Se suele servir en un  plato junto a unas patatas fritas. Si se acompaña con tinto “Cortijo de los Aguilares”, sale el comensal niquelado, dispuesto a comerse el mundo.