sábado, 29 de octubre de 2011

Meter la picha en el arroz


Por una crónica de Jorge Bustos me entero de que Esteban González Pons ha dado recientemente una conferencia en el madrileño Círculo de Lectores, acompañado en la mesa por Federico Ysart, Luis Sánchez-Merlo y Manuel Pizarro. A González-Pons no es que se le “cueza el pan” (sic), como dijo Sánchez-Merlo en su laudatorio. A González Pons lo que le sucede es que no ha leído “Nosotros, la Transición”, de Julia Navarro, donde en índice onomástico no figura su nombre. Bueno, en su descargo será necesario aclarar que cuando murió Franco, González Pons sólo tenía 11 años. Pero el actual vicesecretario general de Comunicación del Partido Popular no debería meter la picha en el arroz, por muy valenciano que sea, señalando: “Creo en este pueblo español sabio, tolerante y paciente que saldrá de esta como salió en los setenta”. González Pons, al que considero hombre instruido por ser doctor en Derecho Constitucional debería elevar a la categoría de normal lo que en la calle es normal. La muerte de Franco supuso la ruptura con un pasado de pérdida de libertades, ejecuciones sumarísimas, prisiones y trágalas sin cuento. Pero, ¿de qué tiene que salir ahora el sabio, tolerante y paciente pueblo español? El próximo día 20 de noviembre, si se refiere a eso, el pueblo al que alude González Pons, acudirá a las urnas y votará en libertad la nueva composición de las Cámaras para los próximos cuatro años. Y punto pelota. No hay que confundir la Transición española con un cambio de Gobierno. Ah, y recuerdo a Esteban González Pons, ya puestos a hacer comparaciones, que María Dolores de Cospedal, ese espejo en el que se mira Mariano Rajoy cada amanecer, ese dechado de virtudes, artífice del proyecto de Ley de Emprendedores, Autónomos y Pymes, gracias a la cual y mediante la simplificación de trámites, “su región será -según palabras de González Pos- donde menos tiempo se tarde en constituir una empresa”, no es precisamente Carmen Díez de Rivera, la mujer “que acotó la Transición entre 10 minutos después de morir Franco y el 28 de octubre de 1982”. El nuevo inquilino de La Moncloa, todavía por descubrir, durará menos tiempo en el cargo, seguro. El pueblo “sabio, tolerante y paciente” y las circunstancias de cada momento ya se encargarán de ello.

viernes, 28 de octubre de 2011

Tardá, punto y coma


Este hombre, ¿no es aquel que en diciembre de 2008 gritó aquello de "mort al Borbó"? ¿No es aquel que justificó su indecencia alegando que era un grito popular de 1714 durante la Guerra de Sucesión? Claro, gritó “muerte al Borbón” sacando pecho, como una machotada nacionalista, ante las Juventudes de Izquierda Republicana de Cataluña aprovechando el Día de la Constitución. Y este tipo es el mismo tipo que ahora, en 2011, no admite que Gregorio Peces Barba se permita recordar en Cádiz que “igual nos habría ido mejor si, en 1640, en lugar de quedarnos con Cataluña nos hubiéramos quedado con Portugal”. Joan Tardá, de insultar a alguien en “twitter” como ha hecho sobre la persona de Peces-Barba, debería haber zaherido si acaso a don Gaspar de Guzmán y Pimentel, conde-duque de Olivares, valido de Felipe IV, que en 1640 tuvo intención de usar tropas portuguesas contra los catalanes que se habían declarado súbditos del rey de Francia. Menos mal que Gregorio Peces-Barba, que dicho sea de paso, cada día se va pareciendo más de cara a Manuel Azaña, tiene anchas espaldas y no le importa demasiado cómo le llame ese energúmeno. El mismo tipo que criticó al Rey en el Congreso de los Diputados, en abril de 2008, al decir del Monarca que “no había aprendido ni gallego, ni catalán ni euskera en sus treinta años de reinado. Y no será que no ha tenido tiempo". Eso me recuerda cuando, en cierta ocasión, a don Miguel de Unamuno le recomendaron un ciudadano sobre el que éste tenía un mal concepto. “Ese hombre es tonto”, le espetó Unamuno a la persona que había intercedido. “No crea, don Miguel, sabe inglés”. “Pues entonces -concluyó don Miguel- es tonto en inglés”. Hay quien también es “tonto en catalán” y no es consciente de ello.

jueves, 27 de octubre de 2011

¿Qué dice Mafo?


Yo estaba convencido de que éramos los españoles quiénes necesitábamos algo de caudal para terminar el mes y para librarnos de esa herrumbre personal que todo lo gripa, pero estaba equivocado. Ahora resulta que son los cinco grandes bancos españoles los que necesitan urgentemente 26.000 millones de euros para alcanzar el ratio de capital de calidad del 9% acordado en la última cumbre. Al menos, eso ha confirmado la Autoridad Bancaria Europea, que debe de ser una especie de dios en la Tierra en forma de dinero. O sea, como la hostia de la gran custodia de la catedral de Lugo, pero más fungible. España tiene necesidad de recapitalización y los españoles tenemos necesidad de echar al coleto aunque sólo sea una triste sopa de convento para engañar a las tripas. A mí, personalmente, me gustaría saber qué dice al respecto Mafo, que está más callado que una puta en comisaría. El Banco de España, que es el reino de Mafo, si se ha expresado en boca de José Luis Malo de Molina, que es el nuevo portavoz de la desesperanza. Y ha dicho en Sevilla durante una conferencia que “hay un claro descenso de la desconfianza que apunta a un debilitamiento de la recuperación”, lo que traducido al román paladino viene a señalar que es posible que España entre en recesión al año que viene. ¿Y Mafo…? ¿Qué dice Mafo? “: ¿De dónde vienes?”, “Manzanas traigo”. Pues nada, paciencia y a barajar.

lunes, 24 de octubre de 2011

Sin contemplaciones


El artículo 56.3 de la Constitución señala que “La persona del Rey es inviolable”. Ello quiere decir que su persona no está sujeta a responsabilidad, ya que tiene inmunidad penal por actos tipificados. Hasta aquí nada que objetar. Pero esa inviolabilidad, que yo sepa, no afecta al resto de los miembros que componen la Casa Real. Ello viene a cuento con algo que se comenta estos días con sordina, quizás para evitar que el pueblo soberano -asfixiado por los impuestos y las hipotecas, además de estar desesperado por la falta de empleo y por lo negro que se presenta el panorama económico- monte la de Dios es Cristo, que ganas no le falta. Veamos: comenta Jaime Peñafiel en el periódico digital “República de las ideas.com”, que dirige Carolina G. Cortines con acierto, que “Es la primera vez que un miembro de la Familia Real española, pueden ser dos, aparece implicado en un tema de corrupción”, refiriéndose al yerno del Rey, Ignacio Urdangarín Liebaert, y, “presuntamente, de una hija, la infanta Cristina de Borbón y Grecia, como secretaria del consejo de administración de la empresa ‘malversadora’ Aizoon. (…) Al parecer, la famosa empresa Noos -sigue contando Peñafiel- se utilizaba para otros fines, presuntamente, injustificados que no injustificables, con presupuestos falsos, falsas facturas, conceptos genéricos, compra de inmuebles en Tarrasa y sospecha de importes inflados y conceptos inexistentes”. Ni quito ni añado nada. Me limito a transmitir lo que señala un periodista de prestigio bajo el epígrafe “No sólo es Ignacio, también Cristina”. Pero, de confirmarse tales noticias, sería de justicia que la Ley cayera con todo su peso sobre aquel, o aquellos, que se la han saltado a la torera. En una Democracia no pueden existir ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda. En una Democracia Parlamentaria, como es la española, no es admisible que alguien, por todo el papo, se vaya de rositas. O jugamos todos, o se rompe la baraja.

viernes, 21 de octubre de 2011

Ayer, 20 de octubre


Ayer, 20 de octubre, a un mes justo de los comicios en España, tres noticias ocuparon los medios: el anuncio del cese de la actividad armada de ETA; el asesinato de Gadafi por las fuerzas rebeldes de Libia; y la destitución de Luis del Rivero como presidente de Sacyr Vallehermoso. De todas ellas, la primera noticia es la que más nos afecta. Ahora sólo falta conocer qué pretende la izquierda abertzale cuando manifiesta que España y Francia deben llegar “a un acuerdo democrático” una vez conocida la decisión de la banda terrorista. ¿Un acuerdo democrático? ¿Acaso ya nadie se acuerda de la ruptura de la tregua en noviembre de 1999? ¿Acaso hemos olvidado otra ruptura, la explosión de la T-4 en el Aeropuerto de Barajas el 30 de diciembre de 2006? ¿Podemos fiarnos de una pandilla de gángsteres? Tanto el sentido común como la amarga experiencia marcan el camino de que no se debe jamás negociar en un Estado de Derecho con unos asesinos responsables directos de la muerte de 829 ciudadanos y de incontables mutilados. El hecho de que la banda asesina manifieste a través de unos encapuchados que cesa en la actividad armada no debe servir de consuelo al pueblo soberano si antes de mover ficha, como hizo ayer asfixiada por su extrema debilidad, no pide perdón a los huérfanos y a las familias directas de 203 guardias civiles; 146 policías nacionales; 98 miembros del Ejército; 24 policías locales; 13 ertzaintzas; 1 mosso d’Escuadra; 1 policía francés; y 343 civiles. Esa organización terrorista no está en condiciones de negociar nada con las Instituciones del Estado. Para que pueda haber inicios en su credibilidad, la banda debe dejar de exigir de inmediato el “impuesto revolucionario” a empresarios vascos y navarros, quitarse la capucha, entregar las armas y los explosivos a la Guardia Civil y entregarse a la Justicia. Vamos, el mismo protocolo exigible desde las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ante cualquier situación indeseable tipificada en el Código Penal.

jueves, 20 de octubre de 2011

El umbral de la pobreza


A ver qué nos están contando. La Encuesta de Condiciones de Vida del INE del 2011 indica que los ingresos netos medios de los españoles se sitúan en los 24.890 euros, que el 26’1 % de los hogares españoles llega a fin de mes con dificultad y que el 21’8% están en el umbral de la pobreza. Hombre, a mi entender, recibir al año una media de catorce pagas netas de 1.777’85 euros no está nada mal. No da para echar cohetes pero tampoco es una suma como para pasar hambre. Si esa misma encuesta hubiese preguntado a los españoles de qué manera se gasta el ciudadano la paga mensual, la cosa cambiaría. Lo que no se debe hacer, supongo, es vivir por encima de las posibilidades, o sea, tener el bar de la esquina como particular cuarto de estar; comprar ropa de marca por imitar a los pijos; endeudarse hasta las cejas por mantener un coche caro al que apenas se le da uso; irse de vacaciones por “obligación”; celebrar el evento de una primera comunión con cien invitados a los que les importa un pimiento el comulgante; llevar a los hijos a un colegio de pago donde, además del tremendo coste, se requiere el uso de autobús, cuando se dispone de colegio público a dos manzanas de casa; firmar una hipoteca bancaria monstruosa y con un “suelo” muy alto para la adquisición de un piso del tamaño de una ratonera, etcétera. Hay muchas cosas que no se deben hacer y que se hacen. Sarna con gusto no pica. Anteponer la devoción a la obligación viene desde la Contrarreforma y va a ser difícil que cambiemos. Aquí de nada sirve sacar en andas al santo milagrero para invocar que brote el dinero en un armario. El español se pasa la vida recordando con nostalgia el tiempo pasado, lamentándose del tiempo presente y sintiendo un profundo miedo hacia todo lo que significa futuro. No confía en los programas electorales ni en las autonomías y vota siempre una lista en la que no conoce a ninguno de los nominados, de la misma manera que oye misa entera todos los domingos y fiestas de guardar sin saber latín. Por estos pagos habría que hacer una encuesta sobre qué santo es el preferido y que garito de barrio es el que tiene mejor pantalla para ver fútbol. Eso del “umbral de la pobreza” no es otra cosa que la roña que asoma cuando se tira de la manta en las encuestas bien templadas. Y eso no se limpia con jabón ni lo pueden arreglar las prédicas huecas de los oradores de café.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Política de cretona estampada


No es de recibo que se multe a los comerciantes en Cataluña por no rotular sus negocios en catalán. Fue una idea de ERC que ahora inexplicablemente mantiene CiU. El catalán es una lengua cooficial en Cataluña que merece todos los respetos. Pero el ciudadano con su dinero monta el negocio lícito que le viene en gana, corre con el riesgo de tener pérdidas o ganancias y paga sus impuestos por tener una puerta abierta. Las exigencias que ERC impuso al PSC durante el oscuro periodo de los dos tripartitos ya están fuera de lugar, si tenemos en cuenta que ERC se encuentra en la oposición y que no está en condiciones de exigir que se cumplan sus caprichos en “beneficio” de la gobernabilidad. Lo que asombra ahora es que CiU se haya puesto de perfil y mantenga tan absurda normativa de obligado cumplimiento en rotulaciones de fachadas, en los tiques de caja de un negocio o en la carta de los restaurantes. En lo que va de año ya han sido multados al menos 53 comercios por montantes que superan los 39.400 euros. No se puede pasar de un extremo al otro. Ni veo correcto que durante la dictadura de Franco fuese necesario tener que rotular en castellano hasta el nombre de las calles, ni que ahora se multe por no rotular en catalán. A estos “machotes” que están en poder de la cuerda de trenzado en Cataluña y que han establecido ridículas “embajadas” por todo el globo terráqueo para tratar de vender humo, les invitaría a que se acercaran a la barcelonesa Plaza de Urquinaona para hablar con los responsables de zona de “El Corte Inglés” y exigirles que cambien el rótulo, que de ahora en adelante las tiendas creadas en su día por Ramón Areces rotulen “El Tall Anglés”; o que hablen con Mafo para que la sucursal del Banco de España en Barcelona rotule su fachada como Banc d’Espanya. Una cosa es la inmersión lingüística en Cataluña y otra muy distinta que las Instituciones catalanas, respetuosas hasta que han dejado de serlo, que sólo saben aplicar la ley del embudo en su beneficio, donde sus habitantes no se consideran españoles de nación excepto para recibir prebendas del Gobierno de España, se pasen la vida dando bastonazos a todo aquel ciudadano residente que se atreva a rotular en la lengua de Cervantes. La eliminación por ley de las corridas de toros, o el menosprecio de ciertos políticos de pacotilla hacia los andaluces que ayudaron a levantar a Cataluña a partir del Plan de Estabilización de 1959, son ejemplos fehacientes de cómo las gastan estos energúmenos.