sábado, 1 de enero de 2011

Las uvas de la ira

Eso de que Álvarez Cascos deja el PP por las “descalificaciones e insultos” dentro de su partido es una excusa de mal pagador. A Álvarez Cascos lo que le ha sucedido es parecido a lo que le pasó en su día a Manuel Pizarro, flamante número 2 por la circunscripción de Madrid, ajeno a que el PP perdía las elecciones cuando creía tenerlas ganadas. Su gozo en un pozo. Más tarde, a despotricar contra todo lo que se movía y a tomar las de Villadiego. Álvarez Cascos lo que quería era ser presidente del Principado de Asturias. Arias Cañete, presidente del Comité Electoral Nacional de su partido ha preferido nombrar candidata a Isabel Pérez-Espinosa y de ahí la rabieta de este hombre con cara de sparring. ¿Pero no era la opción de Aznar y de Aguirre? Como decía hace pocos días El País, “Rajoy se enfrenta así a una disyuntiva sin paliativos: o rechaza al ex secretario general del partido o abre una enorme crisis en Asturias a ocho meses de las elecciones autonómicas y municipales”. A Rajoy lo que le interesa es no moverse en el escaque y esperar su momento para coronar el peón en este juego de ajedrez fatal. Parece claro que el partido evita a los sexagenarios en el staff. Bastante tienen con Fraga, que se ha amojamado y repuchado en tablas. Hoy comienza un año difícil para todos, para unos más que para otros. Ayer tomamos las uvas, pero las uvas de la ira.

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