martes, 25 de enero de 2011

Gaviota o albatros


Una canción de Carmelo Larrea, “Dos cruces”, va como anillo al dedo a Rajoy. Sevilla tuvo que ser/ con su lunita plateada/ testigo de nuestro amor/ bajo la noche estrellada. Para Aznar, Fraga y Rajoy, el trío de la bencina, el fin del zapaterismo está próximo. Sólo falta que se calme al pueblo sufriente de esa hambre calagurritana que tiene de urnas para que se cumplan los sueños de los asistentes a la pasarela Cibeles de esa Convención Nacional del PP en Sevilla y de los okupas de Génova 13, que es donde habitan las manolas, las tres y las cuatro solas/ una vestida de verde, / otra de malva, y la otra, / un corselete escocés/ con cintas hasta la cola. Rajoy, en torno al que flotan todas las complacencias de su partido, se ve como si fuera el último ganador del Festival de Benidorm, con la prensa cojonera y las chillonas fans a sus pies. Como decía J.A.Monroy, “tuvo que ser en Sevilla. En Sevilla tuvo que ser. Sevilla, sonoro enjambre de abejas espirituales, hechas de oro y temblor, como la vio el poeta. Sevilla, nombre que fulgura en la historia con puro destello de inmortalidad. En Sevilla pueden ocurrir las cosas más bellas y las más absurdas. Las más sublimes y las más insólitas”. Las que van delante, garzas, / la que va detrás, paloma, / abren por las alamedas/ muselinas misteriosas. Y por encima de todas las garzas y de todas las palomas vuela majestuosa la gaviota victoriosa. ¿Quién serán aquellas tres/ de alto pecho y larga cola?/ ¿Por qué agitan los pañuelos?/ ¿Adónde irán a estas horas? ¡Rajoy, presidente! Sal al balcón y escribe el “víctor”. Se acabó la miseria, el paro obrero y las canciones de ciego contra el feroz Rubalcaba, y las baladas al estilo de “Estaba el señor don Gato”. Sabido es que los ciegos y las personas con visión reducida pueden llegar a ser grandes ornitólogos y distinguir mejor que nadie el canto de las aves. Pero la majestuosa gaviota no se detiene en cazar moscas. La gaviota, ese logo del PP, idea Bernardo Rabassa, presidente del Club Liberal Español, no es una gaviota, es un albatros. A Fraga siempre le molestó que al albatros del logo le llamaran gaviota. Albatros, gaviota, ¡qué más da! Leo en diariodesevilla.es que “la Junta de Andalucía ha emprendido una campaña de exterminio de la gaviota de Cádiz, que no es Teófila Martínez, sino esa ave voladora que habita en las costas marinas e interiores, marismas y zonas adyacentes. El problema de la gaviota es lo mucho que engaña. Tiene apariencia grácil y estética de diseño, pero su belleza esconde una condición depredadora y comemierda". Gaviota, albatros…, no sabría qué decirles.

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